16 sept 2017

Proyecto

Siempre he querido matar a alguien, pero no fue sino hasta mediados del año pasado cuando comencé a acariciar la idea como un proyecto con visos de realidad.
Tengo que corregirme. No estoy seguro de si siempre he querido matar a alguien. Lo que sucede es que no recuerdo en que momento de mi lugubre existencia comencé a albergar la oscura necesidad de acabar con una vida humana. En vano busco en los vastos y sombrios palacios de mi memoria alguna epoca de mi vida en donde mi existencia no estuviese acompañada de este deseo como mi cuerpo por su sombra. No obstante, el deseo debio haberse generado en algun momento, causado por algo, producto de algun hecho o de alguna carencia. Quien sabe.
Es muy dificil escribir. La pluma puede seguir al pensamiento de forma directa o no hacerlo. Si lo hace, comete errores, puesto que la mayoria del tiempo solemos pensar mal y precipitadamente, eligiendo mal las palabras. No digo que lo hagamos a proposito, aunque a veces si lo hacemos, pero la mayoria de las veces es mas bien que no podemos evitarlo. Y si, por el contrario, la pluma no sigue inmediatamente al pensamiento, tambien cometemos errores, porque la enmienda de un error no puede ser sino un error aun mas grande, como borrar una mala palabra con el codo para escribir otra arriba. Resultado: un borron horrible.
¿Ven? ¿que logre con las anteriores enmiendas? ¿les aclare algo, o por el contrario, sigo embarrandola cada vez nas? Porque parece que quiero achacarle a la escritura los errores del pensamiento, cuando es precisamente el horror del pensamiento el que precipita a la escritura hacia una segurisima bolsa de basura... o de consorcio... y no solo a las palabras: tambien a los cuerpos. Cuerpos que, como se imaginaran, fueron en algun momento cuerpos vivos.
Antes de continuar, una cosa mas: suban al segundo parrafo, por favor. Presten atencion. Miento descaradamente cuando digo que la necesidad de matar una persona pudo haber sido causada por una carencia o por algun trauma. Y miento de vuelta y de una manera mas profunda cuando digo que lo de querer matar era una necesidad. No era ni remotamente una necesidad. Al haberlo puesto por escrito, pude desengañarme a mi mismo, descubrirme la propia mentira. No tuve nunca la necesidad de matar. Si mate a alguien, y lo hice, fue por pura curiosidad. Voy entonces empezar de vuelta mi relato, atenti.
Siempre tuve la curiosidad de matar a alguien, pero no fue sino hasta mediados del año pasado cuando, cansado como estaba del resto de las mentiras con las que sostenia mi vida como las muletas al lisiado, que me dispuse a pasar a la accion. ¿Por que recien el año pasado? Sinceramente no lo se. Podria haber matado mucho antes o no haber matado nunca. Supongo que estaba aburrido.
Vengo de una familia de clase media aspiracional en un pais tercermundista, con eso les digo todo. Cuando uno tiene 8 años quiere un autito de juguete. Cuando tiene 10, una pelota o una patineta o un barrilete. Cuando yo tenia 12 años lo unico que queria de la vida era ir al mar y al bosque. Como mi familia iba religiosamente una vez por año a Mar del Plata, mi vida era plena y feliz. A los 15 uno empieza a querer mas de una cosa; Pero mas que nada sexo y libertad. La libertad puede ser la noche o el primer trabajo. ¿se entiende? Mi vida fue un subir tranquilamente escalones, nunca me enfrente al verdadero miedo al exterminio economico, tan propio de las clases bajas, ni tuve tampoco tiempo para los grandes y ridiculos proyectos de las clases altas, ni para su disipacion o su fingido filantropismo, o para las dementes ambiciones de poder y conquista. Nada de eso. Mi vida siempre se ha desarrollado del modo mas ameno y tranquilo; Un sencillo subir escalones por la senda de la mediania, del confortable gris de la existencia. Todo, placeres y dolores, estaban matizados por la anestesia de lo comun, de lo silvestre, de lo anodino. A los 20 tuve mi primer auto, usado obviamente. A los 19 ya me habia pagado mis propias vacaciones. Debute con una morocha a los 16 años y... en fin, ¿para que aburrirlos? A los 25 años ya estaba mudado con mi novia en una casa. Ambos trabajabamos. Ambos eramos jovenes, ambos estudiabamos en la Facultad.
Nunca supe a ciencia cierta si estuve enamorado.
Nuevamente estoy mintiendo: Si estaba enamorado. Lo que queria decir es que nunca supe por que la amaba. No es que no tuviese cualidades, las cuales no voy a pasar a describir para no caer en la chabacaneria del texto romantico. Si soy sincero con ustedes, creo que la amaba porque ella me amaba a mi. Nada mas ni nada menos.
El resto de la progresion fue facil: el hastio, alguna que otra droga, los viajes al extranjero, la sensacion cada vez mas patente de que la existencia es una incesante repetición del mismo dia que vuelve y vuelve y vuelve y vuelve. Fue entonces que esta curiosidad mia por el homicidio comenzo a perfilarse como un proyecto que vestia todos los atractivos de la novedad.
Antes de que me condenen, quiero explicarles algo. Las ideas. ¿si? bueno. ¿Que ventaja tiene las ideas en relacion con los hechos o con las palabras?, eso les pregunto. Respuesta: son mucho mas mutables. No hay nada mas sencillo que cambiar de idea. Si uno tiene algun deseo o alguna meta y una idea, mal llamado ideal, se mete en el camino, ¿puede haber algo mas sencillo que migrar a una idea que se adapte mejor a nuestras necesidades? Por ejemplo: tengo muchas ganas de cogerme a una compañera de trabajo, pero mis ideas de compromiso y fidelidad son un escollo considerable. ¿que hago? Puedo refrenar el instinto o puedo simplemente adpotar otras ideas sobre la fidelidad. ¿quiero comer carne en pascuas? Abrazo el ateismo. ¿Quiero coger con mi compañera? Defiendo el la poligamia a capa y espada. Los ejemplos son inacabables. Lo importante es que el procedimiento es milagrosamente efectivo: Uno puede defender casi cualquier ideologia, desde el Nazismo hasta el Ovolacteoveganismo, con un maximo de conviccion y suficiencia. Todo esto, querido lector, para explicarte lo facil que me fue considerar el asesinato como una accion tan emprendible como cualquier otra, y no mas dificilmente ejecutable que la implementacion de un nuevo sistema o que una instalacion electrica.
Segun mi punto de vista, las principales cuestiones a resolver eran 3: Primero, el modo de ejecucion. Segundo: la victima. Tercero, el grado de responsabilidad que estaba dispuesto a aceptar.
Para resolver el primer punto y luego de pensarlo objetivamente, me decidi por un arma de fuego. Esta fue la primera cuestion de la que me ocupe. Por una suma ridiculamente baja consegui una pistola automatica Bersa Calibre 22, con el numero de serie limado.
Una de las maravillas de los tiempos modernos es que cualquier hijo de puta puede matar a cualquier otro hijo de puta con uno o varios balazos a corta distancia. Una cuestion fundamental era el elemento sorpresa, que me aseguraba la indefeccion de la victima, y ningun metodo me aseguraba una efectividad tal.Cualquier tipo de cuchillo o garrote requerian acercarse demasiado, ademas de una fueza o precision que no tengo. El estrangulamiento lo descarte por estas mismas razones. Los venenos me parecian, ademas de innecesariamente crueles, demasiado lentos, ademas de que no me permitian comprobar de manera instantanea el homicidio.
El segundo punto era el mas importante de todos, puesto que determina tanto el tiempo como el lugar. El tercer punto fue facil de resolver y, de algun modo, ya estaba dispuesto apriori: No estaba dispuesto a asumir ninguna responsabilidad. No queria ser atrapado.
Pero volvamos ahora al segundo punto. Déjenme hacerles otra pregunta. ¿como eligirian ustedes a su victima si no quieren ser atrapados? La cuestión es fundamental. Despues de pensarlo por un buen tiempo, hice el siguiente descubrimiento: Lo ilegal del asesinato no es tanto el asesinato en si, sino la violacion de la propiedad privada. Si, asi como lo oyen. Lo importante es que estamos tomando una vida que no nos pertenece. De cierta manera fundamental, el asesinato es un robo, y entonces la pregunta podria traducirse en esta otra: ¿como robar algo sin ser capturados? La esencia de la respuesta reside en la de la pregunta: No puede haber violacion a la propiedad privada si no existe propiedad privada. Respuesta: robando lo que no sea de nadie y, en el caso de que todo tenga dueño, robar algo de lo cual no se note su ausencia. Traducido al asesinato: matar a alguien que nadie extrañe, que nadie reclame, cuya existencia sea pasmosamente parecida a su no existencia. Y mejor aun: matar a alguien del que se espera que muera de un momento a otro.
Con esta idea en mente comence a barajar grupos de riesgo, y trace (y luego ejecute) el siguiente plan, de la siguiente manera. Primero que nada, deje pasar varios meses entre la compra del arma y la puesta en practica del primer paso, que fue sencillamente comenzar a frecuentar los sordidos Bares de una zona funesta de la Capital Federal, zona que por obvias razones me abstengo de revelar. Lo importante es que hubiese varios bares similares a poca distancia. El objetivo consistia en hacerme habitual y conocido en todos estos, para lo cual me pasaba una noche entera en uno u otro, dos o tres veces por semana. Llegue asi a conocer a los mozos y a los demas habituales, y a hacerme conocido, obviamente que por un nombre y profesión totalmente falsas. Este proceso me llevo no menos de 3 meses.
Pero esto no era todo, puesto que en paralelo a este objetivo y a medida que avanzaba, fui poniendo en practica el siguiente: elegir a la victima. El objetivo ulterior de frecuentar esas cuevas de mala muerta era porque necesitaba conocer a gente del mas bajo estrato social. No es ningun secreto que este mundo lo llevan los ricos, y que se extraña menos a alguien sin recursos que a alguien con recursos. Sin dar muchas vueltas, mi objetivo ideal era algun borrachin solitario y cuasidemente, sin familia y descarriado, alguien que, si desapareciera, no interrumpiría ningún proceso habitual en la existencia de nadie.
Luego de estudiar por algunos meses a varios candidatos, termine decidiendome por uno que cumplia todas las condiciones necesarias, y aun mas: era bastante viejo, estaba en situacion de calle (a veces dormia en albuergues), era un borracho perdido y demente y, lo mas importante, tenia un amplio y jocoso historial de desapariciones; El hombre solia desaparecer por meses enteros para, un buen dia, volver a aparecer de vuelta en alguno de los bares. Hablando con otros parroquianos, supe que nadie tenia una idea certera de adonde iba en esos lapsos. Esto significaba que, si desaparecia, los pocos que lo frecuentaban en el bar lo tomarian como una mas de las desapariciones.
De aqui en adelante, realizada la investigacion como la realize, lo que quedaba por delante era sencillo. Como primera medida, me cuide de nunca dirigirle la palabra a mi futura victima. No obstante, me dedique a seguirlo cuando salia del Bar, hasta averiguar en que refugio dormia y que dias. Una vez que tuve establecida sus rutas, comence a llevar conmigo el revolver. Solo tenia que esperar el momento oportuno.
Este se dio unos dias despues. Fue la noche del 8 de Agosto. Todo el dia habia estado lloviendo, y para cuando el borrachin salio del bar, llovia a cantaros. Por alguna razon que nunca llegue a comprender, en vez de seguir por la iluminada avenida hasta el refugio (quedaba a unas 12 cuadras del bar) nuestro nemesis doblo a la izquierda por una oscura callejuela que cruzaba la via. Apenas se alejo de la avenida, supe que le habia llegado la hora. Espero, querido lector, que no se desilusione con la resolucion de esta historia, pues si bien estas cosas suelen ser espectaculares en las peliculas, lo cierto es que en la vida real son bastante aburridas, lo digo por experiencia.
Pero en fin, succedio asi: me lleve la mano a la cintura y empuñe mi revolver. Apure el paso progresivamente, calculando alcanzarlo justo a mitad de cuadra. Rodeabamos el paredon de una sucia fabrica. Enfrente tambien habia un paredon. Tronaba y llovia a cantaros. La calle estaba desierta. La situacion era perfecta. Cuando lo tuve a cinco o seis pasos, levante el brazo y agarre el arma con las dos manos. No se si llego a saber que lo seguia, no se si siquiera escucho mis pasos. Su andar era tranquilo y despreocupado, vamos, era como si lo esperase. Casi con el cañon sobre su espalda aprete el gatillo. El viejo recibio el impacto y se desplomo hacia adelante, dandose la sonoramente la nariz contra una baldosa. Un brazo extendido, el otro bajo su cuerpo, como si hubiera intentado desenfundar una pistola imaginaria. Western. Le apunte a los omoplatos y dispare dos veces mas. Pum, Pum. Silencio. Lluvia. Dos agujeros negros y humeantes. Ningun movimiento. Dispare de vuelta, ahora apuntando al cuello. Fue increible, me da verguenza decirlo, pero erre ese tiro. Salto un pedazo de baldosa y la bala reboto para perderse en la oscuridad de la noche. Me quedaban dos balas. Habia que darle en la cabeza. Camine algunos pasos y de un salto adelante el cuerpo. Di dos o tres pasos hacia atras, para evitar salpicaduras, y apuntando con cuidado consegui alojarle los dos ultimos disparos en algun lugar de la cabeza. Para desilusion mia, la cabeza no exploto como en las peliculas. A lo mejor con un arma de mas calibre...
Guarde el arma y segui caminando, cuadras y cuadras y cuadras y cuadras. Dos horas despues, llegue a una avenida. Me tome un colectivo que me dejo cerca del obelisco. Ahi camine dos cuadras y me tome otro colectivo, que me dejo a pocas cuadras de mi casa. Y eso fue todo. Cuando llegue a mi casa, guarde el arma en una gabardina raida que nunca uso y que no pienso usar jamas. El arma todavia esta ahi, vacia. Luego creo que me puse a preparar cafe.
No senti nada especial.


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