17 ene 2012

Carta Abierta a posibles lectores

Hablemos claro señores. Yo me dirijo a ustedes, de una vez y para siempre, con total honestidad. Quiero que seamos francos, al menos entre nosotros, al menos esta vez. Es hora de hacer a un lado las pequeñeces. ¿No? Hablemos, digamoslo todo, pero todo de una vez. No tiene sentido, ustedes saben, derivarse, perderse en temas accesorios y secundarios. Basta, ya nos conocemos bastante. Yo se que ustedes, como yo, saben. Lo venimos evitando, eso es todo. Eso es todo y esto es todo. La television nos ayuda mucho. Tambien la internet. Las charlas acerca del clima, del futbol, de las insigificantes viditas de nuestros conocidos, viditas que, no obstante, son objeto y blanco de nuestras criticas mas feroces y despiadadas, cual si fuesemos severos y doctisimos jueces morales. Esa sensacion de poder nos aleja del tema. ¿Verdad?. Hum, en fin. No tiene sentido que me lo nieguen. No se para que se los pregunto. Disculpen, prosigamos.
Ponerse por arriba de las cosas y de las gentes. Eso es lo que hacemos. Gran hermano y los realitis, los miles de realitis que se succeden un dia tras otro, cambiando, fluyendo, naciendo y al instante desapareciendo, en un cambio en el que al final ( y ese es el objetivo, ya lo saben) se termina por no entender nada. Entonces queda solo la sensacion. La placida sensacion de no entender nada, pero nada, nadisima nada del mundo real. El vertiginoso desfile de posturas, de muñecas y de tetas y culos, de pinturas y peinados, de fisicos musculosos y aceitados, de colores y reflectores, chistes groseros, musica, y cliches, innumarables cliches que pretenden ser simbolismos del exito y de la fama. Pero no, uds saben, no puedo ni quiero mentirles. Lamentablemente para mi, el señor carlos alberto garcia moreno me clarifico la naturaleza de la fama y del glamour de los realitis. Incluso, fijense ustedes que perspicacia la del hombre, que vision, incluso antes de que estos realitis viesen la luz. Nos anticipo la inmadurez del exilio neuronal en patafisicas soluciones. El teleteatro del futuro, ejem... Ya saben, ¿por que me obligan a repetirlo?. Pero bueno, dejemos de lado a este señor y, ¡un poco de orden che!, vallamos a lo nuestro.
No se puede no saber nada. Queda entonces, sin duda alguna, la opcion de saber. Lo que hay que saber es lo mas necesario: Quienes somos. Eso. Saber quienes somos es facil, siempre y cuando no nos confundamos con lo que hacemos y tampoco (dios no lo quiera asi) con lo que tenemos. El hombre, mis amigos, es lo que es. Tautologicamente Parmenideo, Circular, Asi.
Tenganlo claro para evitar posteriores confusiones entre nosotros. Delimitemosnos de una manera autocratica y autocritica. Tambien autocreadora. Esta carta es abierta, si. Pero no se confundan: Que este abierta no significa, como creen algunos vivos, que esta regalada. Un poco mas de viveza les pido, eso es todo.
Pero no puede ser todo solo de esa manera. Es dificil mirar solo a un punto habiendo hoy por la capital tanto neon y tanto muñequito tarado y vestido de torta, como para casorio. Con tanta musica mala y tanto plastico, y tanta radio y publicidad. Sencillamente, les digo, juntemosnos todos. Dejemos de lado las cosas superfluas, sin importancia. Che, que hay ciertas cosas que no merecen interes. ¿Interes digo?, pero que, no merecen ni atencion. Ignorarlas. De hecho y mejor: No querer verlas ni tener nada que ver con ellas.
Dejemosnos de sandeces y gilipolladas. Hablemos de lo que nos pasa, del amor y del odio, de la muerte y de la vida arrolladora. Hablemos de puertas y ventanas y no de cerraduras, de versos y de rimas, de ritmos y contrapuntos, de asesinatos y revoluciones. Hablemos sin saber, de la nada y del ser, de la razon y la pasion. De los sistemas y de los tantos tipos de caos. Del pasado y del porvenir. Sobre todo del porvenir. De noches y de fugas, y no tanto de ambiciones y adquisiciones, que dan tanta lata inutil. Hablemos de conquistadores y de terroristas, y no de politicos y "medidas". Dejemos a la economia fuera de tema. ¿A que aburrirnos? De la maddonna y de la Capilla Sixtina, de Socrates y Leonardo, de pesadillas y de delirios.
Hablemos de nuestra realidad externa. Imperativamente categorica, innegable, deliciosamente propia y tan merecida como inmerecida. Hablemos del destino, del fatum, de todo tipo de tragedias y desgracias. De miserias, catastrofes, catacumbas, traiciones, levantamientos, de pestes. Y tambien de milagros, de hazañas titanicas, de contestaciones suicidas (esas que dictan la sentencia de muerte a la vez que dictan la sentencia de inmortalidad: Preferir vivir de pie antes que de Rodillas, Deberle un gallo a Asclepio).
Hablemos de las ideas, esas ninfas discipulas de Eros y Eris. Hablemos de Anaximandro, por que no. De dios y de los demonios que pueblan el mundo y nuestro cuerpo. de nuestra bipolaridad, de lo hipocritas que somos. Si. Seamos sinceros mostrando la hipocrecia. Seamos buenos sabiendo ser malos, y malos, buenos. ¿No?. Exploremos los sueños, esas realidades que son creacion y creadores, que nos determinan a la vez que los determinamos, destruyamos todos los secretos, todas las sutilezas del caracter, desvelemosnos develandonos para por fin, vencer, aniquilar, toda sensacion de ser un ser que es superfluo. Que la palabra este confundida con la existencia. Las esferas confundidas, que todo verbo sea existencial y nominativo. Veamos tambien los copulativos. Lleguemos al glorioso relativismo y, conocedores de esta verdad, adoptemos de una vez y para siempre a la risa como reaccion ante el universo. Cooquetemos con esa hermosa Rusa que es el Cinismo, con el sensual caballero del Idealismo Frances, con la practicidad de la virtud inglesa. Soñemos con la alta sociedad de la casta olimpica, y experimentemos lo aplastante de toda Mónada.
En fin, yo no quiero confundirlos ni despistarlos. Lleguemos a existir sin descartar el ocio. Es mi deseo que ustedes, queridos amigos, no se rebajen a los rebuznos y a las camelladas. Sepan, la cultura no muerde. Tiene si, les advierto, algunos malestares gastricos como el pesimismo, y hasta alguna terminal como la religion. Es un fino puente creer sin creer... pero asi y todo... creo que yo me he ido por las ramas. No quiero, ahora ni nunca, abusar de su gentil paciencia. Yo admiro su atencion y su esfuerzo, los admiro de cierto modo, aunque como se lo imaginaran, de otro lado no mismo los desprecio. Pero eso es por forzados y tambien por mi personalidad extravagante. Lo Aristocratico se mantiene siempre en el espiritu. Los dejo ya a cada uno en sus meditaciones. Espero no se olviden nunca de no perder La Gran Idea. Ella es todo.

C'est la fin.


Sebastian.

14 ene 2012

El Enigma

No era de estirpe insigne
crecio en medio del pueblo
y la venganza imperial, persoguiendole
y el boyaro lo acoso fiero.
Mas desprecio toda amenaza,
suplicios, la horca, impreterrito,
y fue predicando a las gentes
el fraterno, igualitario y libre credo.
Al dar comienzo la revuelta
se refugio en el extranjero
Huyendo del verdugo del Zar
del knut, las tenazas y el tormento.
Pero el pueblo, pronto a alzarse
en su duro abatimiento
desde Smolensk hasta Taschkent
lo aguardaba en masas erguido,
para marchar sin titubeo
a acabar con la nobleza
a acabar con el imperio
a hacer comunes los bienes
y a entregar al baldon eterno
Iglesia, Matrimonio y Familia
el crimen del mundo viejo


En las tinieblas, Señor
nos hemos extraviado.
¿Que hacer ahora?
¡El camino todo se nos ha borrado!
Sin duda que los demonios
hasta aqui nos empujaron...
y nos zarandean y agitan
con su poder demoniaco,
entre el temporal de nieve
y la noche zigzagueando

¿Cuantos son, adonde van
esas brujas y que cantan?
¿es que una boda festejan
o en torno a un sepulcro danzan
que estan cavando ellas mismas
para el dueño de la casa?

"y habia alli un hato de muchos puercos que pacian en el monte; y les rogaron que los dejasen entrar en ellos; Y los dejo. Y salidos los demonios del cuerpo, entraron en los puercos; y el hato de puercos se arrojo desde un despeñadero en el lago; Y se ahogo. Y los pastores, al ver lo acontecido, huyeron. Y lo contaron en la ciudad y en el campo" (Lucas, Cap VIII, Vers 32 y ss.)