27 ago 2014

Las Destrucciones

Vera iba por las frias calles de San Petesburgo. Sus ojos negros eran los del cansancio y los del odio. Todos o nadie, todo o nada, pensaba. Su ropa oscura y casi miserable era un parco reflejo se su propio espiritu, duro como las prisiones. Tenia los cabellos ocultos en un paño y caminaba mirando al suelo con fijeza. Su mirada era la mirada del convencimiento, la mirada de quien se sabe perdido, pero por eso mismo encaminado. En su mano derecha, oculta bajo una larga capa invernal semicubierta de nieve, ocultaba un tosco revolver. Cada una de sus balas clamaba un nombre, un nombre impio e indignante, el nombre de un tirano: Fiodor Fiodorovich Trepov.

En la primavera del 42 la carreta del rey avanzaba por las colinas de Moravia. Quizas no fuese una carreta, sino un Mercedes Benz descapotable. Quizas no fuese el rey quien viajaba dentro, contra el viento, seguramente contento y oliendo la primavera. Lo mas seguro es que fuese Reinhard Heydrich, alto dirigente de las SS y "protector" de Bohemia.

Vivi miraba las lilas. Le habian gustado desde siempre, desde la primera vez que recordaba el jardin. Habia hormigas. Ahora mismo una trepaba sobre la loza. Tenia ganas de agarrar un palito y picarla un poco, de hacerla rabiar. Antenas y patas, y que gruñera un poco, apretarla levemente con la punta del palito, contra la loza, contra el muro de roca que para la hormiga era la loza. Si, que sintiera tambien ella la presion de algo aplastante que aprisionaba, que se retorciera, porque el sol ya descendia y las lilas tenian ya ese color raro y como feo. Sucio y apagado, el color de las sombras que crecian, y Vivi que solamente miraba las lilas.

Estaria en la butaca de un bar, triste y casi estupido. Se miraria en un espejo o en una superficie de madera encerada. Luego sin dudas pediria una cerveza y tal vez unas papas fritas que se enfriarian en su mayoria sobre el plato. Y estaria cansado, como siempre, tan cansado como ella lo estaba ahora mismo, siempre cansado o al menos desde hacia un ya tan tiempo largo. No podia imaginarselo de otro modo que cansado y vacio, ¡que cansado y tambien que aburrido era!. Era casi estupido, estupido del todo. Estupido y pobre, pobre estupido, pues nunca seria capaz de verlos.

El Gobernador se hallaba (la esperaba, la esperaba aunque no lo supiese) en su mesa de audiencias. El Gobernador era un simbolo de la opresion, un defensor del orden de las cosas, un leal caudillo del Zar Alejandro. El Gobernador habia torturado y mandado a torturar. El gobernador debia pagarle su deuda a la verdad. El la esperaba y ella a su vez esperaria, paciente, su turno de ser oida.

Los vecinos iban siempre, una vez por semana y en masa, a expresarle reclamos a su Eminencia; Pero su eminencia, aunque escuchaba, nunca oia realmente. Las audiencias eran casi una cortesia. La Ley era la del latigo y el fusil, pero eso acabaria pronto. Abrio su bolso y metio la pistola ya cargada. No sentia miedo alguno.

El hermoso auto descapotable, orgullo de la revolucion industrial, surcaba los campos, y todo era maravilloso. Simbolo perfecto de la lomocion, del movimiento indetenible de la fuerza: La ocupacion avanzaba en los cuatro puntos cardinales, y el sueño del Fuhrer y de la nacion alemana toda se transmutaba en realidad con una velocidad increible. Era la revolucion, era el fin de la historia, era el comienzo de todo. Nada resistiria. Subirian hasta el cielo si los angeles mismos no descendian primero hasta Berlin. Habia que hacer, hacer y hacer. La accion era la unica verdad. No tenia tiempo, como los heroes de Goethe, para soñar en la campiña primaveral. El mundo entero estaba por realizarse, el futuro se construia vertiginosamente dia a dia, la raza y Dios lo necesitaban.

¿Matarla? Las hormigas se mataban raro. Podian partirse e incluso pisarse, pero siempre continuaban moviendose, como si fuesen minusculas partes de un juguete, como esa vez que habia encontrado el reloj de papa en el cajon del comedor, un reloj redondo y metalico. Tambien habia sentido unas ganas locas de romperlo, de romperlo pese a ser tan lindo y pesado, pese a que sabia que eso traia enojos y gritos, pero por eso mismo romperlo, reloj de porqueria, reloj horrible y guardado en un cajon. Piezitas mecanicas que se movian en el piso de loza, que seguian moviendose como por arte de magia, y Vivi habia pensado que era horrible que hubiese cosas que pese a estar muertas y despedazadas continuaran moviendose.

Eso mismo: nunca veria los hilos. Nunca los habia visto y, peor aun, nunca los veria. Y por eso era y habia sido tan tan tan gris y tan tan tan aburrido. El siempre veia todo encasillado, todo aburridamente cuadriculado y resultado de cuenta con dividendo, divisor y en lo posible sin resto. Y pensaba todo esto mientras Marcos cerraba la puerta del cuarto, mientras todo devenia, mientras tanto, mientras se desnudaba, fascinada por su propio cuerpo en el espejo de pared.

Como de piedra, como un golem, sintiendo el peso del revolver, Vera cruzo la plaza; sola y presa del frio y de la rabia atraveso la mañana. El frio y la rabia eran ya una parte inseparable de su existencia. Habia vivido en una constante lucha contra la muerte y la miseria. Habia conocido el presidio y la soledad, la violencia y la derrota, pero sobre todo la injusticia. La respiraba desde que tenia memoria, como un aire espeso y repugnante, como una enorme rata siempre pudriendose, como una inexpulgable prision que jamas se ventilaba, que jamas se habia ventilado, que jamas se ventilaria si ella no cruzaba la plaza y apretaba con rabia el cabo del revolver. Ahora la injusticia y la miseria tenian un nombre, un apellido y un patronimico. Frente a su pasado, frente al incierto futuro, frente a las deportaciones y las tragedias, su tarea, autoimpuesta pero en realidad impuesta por la historia, fue casi facil.

Reinhard diviso a lo mejos la hermosa mole que era el Castillo de Praga. Sus enormes paredes de petreo gris eran un simbolo de la fortaleza Aria. Polonia era, sin dudas, un pais hermoso. Una vez librado de la peste polaca, ralea mitad comunista y mitad judia, pero cobarde y miserable a fin de cuentas, ese pais tendria un amplio potencial. Explotarian hasta la ultima mina de hierro, deportarian hasta al ultimo judio, aplastarian hasta el ultimo ruso. Levantarian enormes chimeneas sobre las ruinas de la historia.

Habia enterrado el reloj muy cerca de las lilas. Con las hormigas era mas facil, podia dejarlas tiradas ahi mismo. Mientras deshojaba muda una margarita, Vivi penso que lo mejor era, para ahorrar tiempo, comerse la hormiga. No es que hubiese algun apuro, porque cuando eran los gritos y los golpes y la sacaban al jardin no habia que esperar que mama la vinese a buscar rapido, que le preguntase si queria tomar jugo o leche con vainillas. Cada tanto se oia un grito o un golpe, palabras que no entendia, retumbes. Aun habia tiempo.

Marcos era un poco mas alto, y tambien mas ancho de espaldas. Ahora que lo aprisonaba asi entre sus muslos notaba el buen negocio que hacia con ese chico, tan ocupado en arrancarle el corpiño y la tanga (unica ocupacion verdaderamente valida de todo hombre honesto) con una espalda tan inutilmente trabajada en gimnasios y en partidos de rugby, tan Adonis y al final muy estupido el pobre.

Su eminencia vio como la muchacha, humilde pero pulcramente vestida,se sentaba con decoro, casi con verguenza, ante su imponente mesa. ¿Que querria aquella mozalbeta, sola, presentandose casi como un pajaro frente a la serpiente? Con Tranquilidad, la jovencita abrio su bolso. Mas de mil sombras, yacientes en pozos anonimos, en miseras celdas rurales, en el frio de Siberia o en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, se agitaban rabiosamente.

Los hombres de Churchill habian llegado envueltos en la niebla y el viento. Habian resistido la guerra y la humillacion, el frio y los cazas enemigos. La resistencia Checa les habia encomendado el asesinato, gloria que quedaria en el secreto por muchos años. Anteriormente la suerte les habia negado esta muerte y esta gloria en un oscuro bosque.

Mejor habria sido que mama la llevase a la casa de tia Veronica, que tenia muchas macetas y esas tasas tan lindas que nunca le dejaba tocar. Era estupido lo de las tasas: ella sabia tomar muy bien el Te, no veia el problema. Con las macetas tia Veronica era mucho mas buena, porque siempre la dejaba jugar en el pasillo y hurgar en los helechos y los potus, buscando caracoles y porque no bichos bolita.

Si, estupido. Estupido como el otro o tal vez incluso mas. Estupido como todos, bah, pero al menos un Adonis, y eso era para Anabela cien leguas mas divertido que el otro, que el que estaba en ese momento muriendose de aburrimiento en un bar oscuro y vacio, entre vasos, cigarrilos y esas ridiculas tasitas con mani.

Los disparos, rapidos y atolondrados, no lograron hacer blanco sobre la vida de Trepov. El futuro comprenderia, no mucho mas adelante, el destino de los tiros que ciertamente no fallaron, que ciertamente hicieron blanco.

Jan, Josef y Josef se hallaban en la cima de la colina. Desde ahi, la vista de la curva era perfecta. Hacia un dia esplendido: el sol brillaba, sabian que la mancha metalica pasaria de un momento a otro, todo era perfecto, y ya casi podian oir acercarce el rugido del flamante motor made in Germany. La libertad, como siempre, exigia una muerte.

La semana pasada, ese dia en que los retumbes habian empezado en plena noche y con mas fuerza, tanta que Vivi habia tenido miedo, mama habia entrado varias veces a decirle que no era nada, que siguiera durmiendo, pero despues habian pasado otras cosas, habia escuchado las sillas de la cocina chocar y tambien un ruido sordo y terrible, y despues el silencio.

- ¿pero que le ves a Cezanne? - habia preguntado Marcos esa noche mientras comian, y ella habia pensado, mientras pensaba tambien que era sorprendente que Marcos supiese quien era Cezzane, si es que realmente sabia, que era inutil; Inutil toda aventura o que al menos eran inutiles todos los hombres. Inutil el sexo como lo que no fuese el placer momentaneo de los cuerpos como boas y lemures, destinado a acabar como todo placer y por eso mismo tan placentero, tan atrayente. Siempre seria lo mismo, las mismas rutinas y rondas interrogatorias, las mismas innovaciones de rostros y lugares, la sensacion de una novedad extinguiendose segundo a segundo, grotesca, cinica, absurda.

Al aparecer el bolido, Gabcik salio de la nada e hizo fuego. Reinhard no alcanzo a comprender nada, todo ocurrio como en un sueño. El Sten no funciono como debia y hubo un momento de desconcierto. Los soldados alemanes, evidentemente inmortales, marchaban hacia las balas como Dioses Wagnerianos. Un frances se los habia relatado en una de esas largas noche de clandestinidad: iban directamente hacia las balas y con la cabeza en alto. ¿Estaria Dios padre del lado de las Chimeneas?

Esa mañana al despertarse espero que mama viniese a decirle buen dia y a levantarla como siempre, pero en cambio habia entrado la tia Veronica, diciendole "dale vestite que te llevo a tomar un helado", cosa rarisima pórque tia Veronica solo aparecia los domingos y algunos sabados.

La sensacion de realidad vaciada de toda sorpresa le daba poco menos que panico. Sentia un rechazo instintivo a resignarse, a aceptar verse arrastrada como si fuesen bolas y bolas de desperdicios al final de una cadena, a traves de los años de cenas de viernes a la noche, de sabados de aburridos paseos, de noches pateticamente cortas y luego desesperadamente largas, de dias de encierro y hastio. Asi habia llegado a plantearse el problema capital en terminos muy sencillos: La fuga o la muerte. Marcos habia aparecido de un dia para el otro, como podia haber aparecido cualquier otro que se llamase Miguel o Jacinto. Habia aparecido y ahora ella ensayaba la fuga.

Para exito de la operacion y desgracia de la teologia alemana, Kubis desafio la divinidad y lanzo una sacrilega granada de mano. El horrible estruendo de polvora y esquirlas les causo una inmensa alegria, pero tambien algo parecido a la desilucion. Entonces era asi de facil, entonces no habia dioses al final de cuenta, sino miserables hombres, sino solo hombres contra hombres. El mundo redimido de lo divino era algo banal y casi feo. El auto se detuvo unos metros mas adelante y los terroristas huyeron, dispersandose entre los matorrales. Detras de ellos sonaban sordidos estampidos.

Ese dia no habia visto a mama, y tampoco la vio la noche que volvio. Despues de eso todo habia seguido un poco mejor, como inmerso en olas de frio y de dias que eran silenciosos y comodos, y que la dejaban con tiempo para dibujar y contarle a mama de las cosas de la escuela. Pero Vivi lo sabia de

algun modo, lo sabia incluso sin saberlo, esperaba que los retumbes volvieran. Y volvieron.

Luego de eso, casi no habia pensado. Toda una noche sin pensar... o casi toda. No, si Marcos era una maravilla, tan bien desnudo y con esos ojos marrones tan brillantes que parecian de Fresno. Hermoso y comodamente banal, todo perfectamente para "si mi amor" y para sonreir, puro aturdimiento. Era maravillosamente facil decirle que si a todo. Era indignante, casi un juego, la facilidad con la que se podia. Eran como moscas.

Habia llegado al hospital un jueves soleado. De cierto modo, todo le parecia muy bien. Alguien como el, que llevaba adelante el servicio divino a la patria y a la raza, no podia morir. No podia morir por el asalto cobarde de un grupo de don nadie's, por la mano de unos miseros resistentes,

asesinado por sucios polacos. No, no moriria.

Era raro que la dejasen sola tanto tiempo, pero mama le habia dicho "sali a jugar un ratito" y casi al instante habian comenzado las palabras horribles y las voces enojadas, los golpes y los retumbes. Habian seguido toda la tarde, mientras ella miraba las violetas y las alegrias, mientras estudiaba las hormigas o se miraba los zapatos. Ahora no habia mas sol y habia silencio. La tia Veronica no habia venido, no la habia llevado a tomar un helado o a la plaza, y de repente Vivi sintio como si se inundara de algo triste y confuso, como si le ardieran los ojos o la panza. Hizo un gesto con la boca, algo que era un mohin o una torcedura. Tenia ganas de llorar. Iba a comerse la hormiga; Apenas la viera pasar se la comeria, aunque fuese entre dos hojas de menta.

Habia que ver los ocultos mecanismos del cuerpo para no pensar. Como un par de dedos en el clitoris o una boca en otra o en un pezon podian anular lo que no podian los dias o las pastillas, como ese movimiento acompasado y (casi) sordo podia engullir, como un torbellino o una explosion, poco a poco todos los dialogos y monologos, hasta dejarlos solos a ellos dos en un paraiso mudo en el que solo estaban los hilos, y que corria no obstante con la maldad de la arena en sus relojes, como agua en la clepsidra, equilibrio que oscilaba a volverse en cualquier momento competencia, en pasar de juego a carrera armamentistica.

La fiebre siempre aparecia mas fuerte por la tarde. Por la noche, el fresco se hacia sentir, y todo estaba casi bien. Las camas eran limpias y comodas, las enfermeras serviciales y casi hermosas en su tosquedad. El orden del mundo se cristalizaba en el su abirrida precision habitual. El era un Obergruppenführer, todos acataban sus ordenes, la guerra iba viento en popa, nada los habia frenado hasta Leningrado y pronto tomarian Rusia entera. El Oeste tambien caeria, pues el orbe entero temia la marcha aria. Los medicos de Himmler eran exelentes.

Ya era casi de noche y la ultima linea de sol se proyectaba en el cordon de la vereda. Vivi miraba tristemente las sombras que cubrian todo el pasto, dejando enormes zonas frias donde si soplaba el viento convenia no estar. El vestido marron era demasiado corto, de verano, y Vivi miraba, acurrucada, el incansable trabajo de las hormigas, que nunca se detenian, que nunca pararian, vivas o muertas, de moverse, asi como los retumbes, que siempre habian seguido, que seguirian los escuchase o no, incluso ahora, que todo se habia calmado hacia ya un buen rato.

Aguantaba, siempre habia que dejarse llevar, que el otro fuera todo embate, plegarse como un jungo al ritmo frenetico que le dictaba a Marcos su orgullo de amante una decada mas joven. No habia que mostrar la esperiencia, habia que reirse y decir guarangadas, dejar que el calor entrase e ir cediendo, siempre poco a poco. La imposicion le parecia aburrida, un juego ya cantado y tantas veces repetido. El buen jugador siempre juega al ultimo la mejor carta. El verdadero reto consistia no en conquistar a los martillazos, como una loba, sino en la conquista de la entrega, en el arte de las antiguas envenenadoras florentinas. Lo hermoso era la perversion de la vuelta completa, la conversion del alma ajena justo al borde de la muerte, la maldad del capellan del presidio, la victoria palmo a palmo sobre el cuerpo que ahora la hacia y la deshacia a gusto, que la bamboleaba casi salvajemente, con furor ciego pero ya jactandose, ya jactandose ante si mismo o con invisibles camaradas.

Por las noches tenia extraños sueños, delirios de guerras y explosiones, filas y filas de soldados alemanes marchando en un campo incendiado, en un campo incendiado que podia ser cualquiera, y que por eso mismo (comprendio) eran todos, todos los campos unificados, el campo de la historia. La reducirian a cenizas, la cortarian desde su misma raiz, y luego plantarian, como Cadmos, las semillas de una nueva y gloriosa ciudad. Los panzer llegarian hasta Portugal, hasta Siberia, los engranajes aplastarian todo, clavarian la cabeza Stalin en una pica, volverian la raza hebrea seria un mito y le cortarian la lengua y los ojos a quien se atreviese a contarlo, y todo seria siempre asi puesto que las columnas avanzaban y los tanques proseguian, puesto que los bombarderos volaban, infinitos y majestuosos, a todos los rincones de la tierra, vomitando fuego y metralla. El delirio se extenderia cada vez mas y la fiebre ya no bajaria.

Palmo a palmo, la manipulacion de la sirena o la hechicera, Circe. Ir destorsionandose hasta quedar como un loto, como una corola, para entonces, poco a poco, inadvertidamente, imponer un ritmo diferente, imponer la fria conciencia como de la Cobra.

Unos dias despues de ingresar al hospital de Polonia, herido en la espalda de varias esquirlas, el Obergruppenführer se pudria por dentro y, refutando a los teologos del Reich, dejaba de existir en un hospital de una nacion ocupada.

La orden, fria y clara como el acero, fue dada un tiempo despues, exactamente a las doce de la noche :Führerbefehl: Lidz wird mit derm Erdboden gleichgemacht und die Bevölkerung erchossen. Punto. La misiva era clara. F-Ü-H-R-E-R-B-E-F-E-H-L. Dios, el mismo dios vengativo que habia solicitado la destruccion de Sodoma y de Gomorra, pedia ahora un escarmiento para esos perros Checos. El castigo del Reich seria ejemplar, pues habia que frenar las conspiraciones que atentaran contra la seguridad del regimen. El ojo omnisciente del Fuhrer las veia por todos lados.

Esa mañana el campesinado y el pueblo entero, el alcalde y las mujeres despertaron con bruscos golpes en sus puertas y ventanas. Todos saldrian vestidos llevando consigo sus objetos de valor. El pueblo estaba rodeado, habia tres soldados alemanes por cada ser humano recien levantado.

Habia que ir a la plaza, esa era la orden.

1 - Exterminio de los animales: Sencillamente se les disparia apenas verlos. Perros, vacas, gallos, gatos, todo ser vivo deberia tener un plomo encima antes de que se ocultase el sol.

2 - Exterminio de los hombres: En la granja de Herr Horak se fusilo, de 5 en 5 y de 10 en 10, a absolutamente todos los hombres del pueblo. Como la orden decia explicitamente que "die Bevölkerung erchossen" fue casi una sorpresa que la exegesis del comandante salvo a todos los menores de 16. El numero de cuerpos putrefactos hechados en la fosa ascendio al justo numero de 173. Otra treintena de personas, habilmente capturada en la mina de los alrededores, fue trasladada a Praga y fusilada los mas rapidamente posible.

3 - Exterminio de las mujeres. La totalidad de las mujeres fueron deportadas de la ciudad y transportadas en camiones al campo de concentracion de Ravensbrück. Todas moririan en las camaras de gas, en los trabajos forzados o gracias a la insalubridad y el hacinamiento.

4 - Exterminio de los niños. Fueron trasladados a uno de los muchos guetos de Lodz, donde se los sometio a distincion en base al criterio racial. Los que por fortuna o desgracia daban el aspecto de ser Alemanes, sin pizca de contaminacion judia o asiatica, fueron trasladadados a Alemania para su "Arianizacion". Tendrian el honor de defender (inutilmente) a una Berlin posteriormente arrasada por la ofensiva sovietica y los bombardeos aliados. El resto fue fusilado en Chelmo.

5 - Saqueo: Todo objeto de valor monetario, artistico o tecnico fue recabado de los domicilios y colocado en una o varias pilas comunes que luego serian transportadas a Alemania.

6 - Demolicion. Todos los edificios de la aldea, incluyendo rutas, iglesias, puentes y toda estructura geometrica nacida de la mano del hombre seria dinamitada hasta los cimientos. Los cimientos mismos serian volados con minas. Todo se reduciria a escombros y los escombros se reducirian a otros mas pequeños, del tamaño de un puño. La madera seria quemada y los metales reutilizados para fines belicos o tecnicos. Se enterraria todo lo demas.

7 - Nivelacion. Un grupo de demolicion, junto con un grupo de geologos y (quizas) otro de paisajismo se encargarian de nivelar el terreno al estado en que este estaria en la pura naturaleza. La tierra seria acomodada segun la forma de las colinas. Se planto cesped nuevo y radiante sobre las ruinas y los cadaveres. Se colocarian todos los arboles y arbustos necesarios.

8 - Renovacion. El nombre de la aldea seria puntillosamente borrado de todo registro historico: cronicas, diarios, manuales, diccionarios, tratados de geografia, leyendas folkloricas, mapas. El sentido de la concatenacion de las letras que antes indicaban su esencia pasarian a ser flatus vocis.

6 - Documentacion: Varios peritos, entre ellos historiadores y cineastas, llevarian un puntilloso registro de cada etapa. Desaparecer un pueblo era cambiar la historia, modificar no solo los hechos, que casi siempre cedian ante la tortura o la dinamita, sino tambien las conciencias europeas, para lo cual hacia falta abundante literatura y propaganda.

7 - Restriccion: Los registros historicos y geograficos del pueblo fueron cuidadosamente removidos de archivos, registros y mapas. Todo lo que contuviese el nombre de la aldea, asi fuese oblicua o accidentalmente, fue quemado, enterrado o fusilado. Los parientes de los muertos fueron deportados o ferozmente amenazados. Las aldeas cercanas fueron sancionadas y severamente advertidas.

Como un camion que se queda en la curva, Marcos intento levantarse. Anabela no habia cedido al impulso y entonces ambos cuerpos giraron y ella quedo nuevamente boca arriba. El muchacho era una bola agitada de transpiracion y jadeo, algo rechinante. Su estupido orgullo le impedia admitir el mareo y la falta de aire, cosa inexplicable (aunque con ese calor...) despues de tanta keratina y tantas horas de prensa y pesas. Cuando Anabela, echando la cabeza y el pelo hacia atras, comenzo nuevamente a sarandearse, primero dulzemente y luego con fuerza de posesa, sintio algo parecido a la desesperacion, mas no dijo nada. Habia que aguantar por el orgullo y pese al cansancio y las puntadas del costado izquierdo. Si Anabela hubiese sabido algo de historia del deporte, hubiera comparado en asunto con Ali contra Foreman.

 

26 ago 2014

Despedida

- En una semana se te va a acabar, vas a tener que lavar la ropa -me dijo con fingido enojo.
- Que me importa, tengo el lavarropas - le respondi con fingida autosuficiencia.
Yo y ella, el Burro por delante y la Coneja por detras, viajabamos en un Dragon particularmente engordado de presas humanas. Era una mañana de frio y los Dragones corrian rapidos y llenos por las largas calles de asfalto. No tienen bocinas y son feroces. Habiamos sido engullidos por el ritmo de un modo frenetico, a los empujones. Habiamos sido engullidos o habiamos saltado dentro, con el sueño que teniamos encima nos daba igual. Uno nunca sabe si es agente o paciente, pero las cosas pasan igual como un algo empaquetado que casi no se presta al analisis.
- No es tan facil. Tenes que prenderlo -  me respondio, terca a perder la batalla porque no quedaba tiempo, porque se bajaba en la proxima vuelta de calesita y cada golpe tenia que ser certero y genial, cada estocada una divertida vuelta de tuerca. Sentiamos la velocidad de los Dragones no tanto como sentiamos el tiempo, que es tambien un enorme dragon que nos devora a todos y nunca se detiene. Yo como siempre le miraba el pelo y los hombros mas que las palabras e imaginaba dos espadas entrechocando. Discutiamos por una torta, y no recuerdo ya bien de que venia la cosa. Ella habia dicho "me bajo en la proxima" y se habia apretado inconcientemente contra mi, y aunque mi vanidad prefiera otras causas se que algo tuvo que ver lo apretado de los intestinos del Dragon, porque eramos como dos fideos en una sopa del dia anterior, donde nada puede moverse sin mover todo lo demas y donde mas que sopa hay un engranaje de elementos organicos que luchan por flotar o por hundirse. Ella se habia acurrucado, fue solo un instante, y entonces yo pase mi brazo por su cintura o tal vez ya estaba pasado, y nos besamos o tal vez no lo hicimos, porque discutiamos ferozmente los pormenores de la torta del dia anterior, y cuando de cuestiones gastronomicas se trataba, Coneja se mostraba siempre feroz y yo siempre despreocupado, con los choques que eso inevitablemente ocasiona entre dos animales con lenguaje; Ella indignadamente muy amarillo sensible y yo mas bien con surmenage, tirando al gris despreocupado. Pasabamos de su histeria desesperante a mi desesperante inutilidad, yo entre las ideas y ella entre las cosas, y en realidad intentabamos burlarnos un poco del sentimiento del tiempo y de estar engullidos, pues de otro modo nadie en su sano juicio chocaria tan despiadadamente por una torta.
- Uy, si! ¡Que dificil! ¿Cuantos botones hay que tocar, tres? Me lo vas a tener que explicar porque...
- Callate - me ordeno reprimiendo una carcajada que ya asomaba, puntiaguda y verde, en forma de un brillo en sus ojos, desencajandole de golpe el enojo y elevando su belleza al nivel de los serafines, los gatos y los nenes que reciben juguetes. Coneja tenia esas cosas: No me aguantaba las ironias pero las amaba de todos modos. Le hubiese encantado poder vivir sin ellas pero preferia, eligiendo esos momentos, soportarlas a no soportarlas, volverse loca a vivir tranquila, romperse el crisma hasta llorar y patalear a pedir un consejo. La risa de Coneja llegaba siempre antes que si misma, era risa antes de ser risa, porque el pelo se le inflamaba levemente con reflejos invisibles que de todos modos yo sabia verde jade y anaranjados, y los ojos despedian como una intensidad de tubo fosforescente, y todo su rostro se desencajaba solo por un pequeño instante, antes de la erupcion, y entonces yo siempre sabia cuando la Coneja se iba a reir, lo sabia con asombrosa certeza, pero con una anticipacion tan milisegundica que era completamente inutil, siquiera para enunciarla sibilinamente o para planear cualquier sincronicidad que asombrase a terceros.
Finalmente el Dragon se detuvo y entonces si me beso y la bese, acto doble que se confunde en uno, mucho mas fugaz de lo que acostumbradamente llamabamos ambos un beso, y a nada estuve de ceder a la tentacion de no soltarle la cintura, de mientras hacia el movimiento de alejarse, de desprenderse como una mariposa de la crisalida o una medusa del polipo, traerla de un tiron como quien tira de un latigo o un yo-yo, para abrazarla y besarla y ser una bola de zapatos y tapados mal planchados (sobre todo el mio), y seguir en el Dragon surcando los grises mares, como Vikingos, hasta quien donde, Hasta York, Granada o Palermo.
Pero ahora veo que estoy contando las cosas mal, y que habiamos pasado de la ironia al beso directamente y sin intermediarios, y que Coneja nunca me habia dicho "Callate", sino que sencillamente se habia reido y en su risa algo reprimida (seria por el enojo, el orgullo o el apuro de bajarse) por un dique de amplia sonrisa en la que luego, con una maestria que siempre me asombra, transformaria en beso en un movimiento continuo, because panta rei kai ouden chorei, como el desprendimemiento de un pajaro,el nado sincronizado, las luces parpadeantes de los boliches y de esas cosas que son continuas aunque discretas. Y en la risa y el beso habia estado, implicta pero inapelable, la orden de callar, pues es sabido que hablar, reir y besar a la vez es imposible.
- Andate a la mierda - me dijo al bajarse con expresion entre divertida y rabiosa. Y entonces yo debo haber dicho algo mas o tal vez no, pero es casi seguro que si porque ella se bajo de todos modos (debia bajarse) y me dijo "Andate a la Mierda" mientras se bajaba, o tal vez no dije nada y ella tampoco y de todos modos las palabras no importan, de todos modos siempre se me imponen las impresiones: impresiones de su pelo inflamado y de sus ojos, impresiones de sus hombros desnudos y su cuello mientras me da la espalda, impresion ahora de su tapado rojo, un regalo mio de otras epocas, de cuando aun ella no era Coneja y yo no era el yo de ahora, de cuando el tiempo era mas elastico y las despedidas mas largas que ahora,  pobremente reducidas a un beso y un "Andate a la mierda" o tal vez a solo el beso pero de todos modos a la fugacidad y a algo que era la tristeza de quedarme en el Dragon mientras ella me mostraba desafiante el dedo del medio en un gesto soberbio y tan hermoso que daban ganas de saltar, porque todavia quedaba en su cara algo de la risa anterior, algo de espasmo y corriente electrica que tan bien le quedaba con el tapado rojo y el cielo gris y el frio.
Todo quajaba en ese dedo y en ese gesto, en el Dragon que ya arrancaba, pero mas bien en el instante previo en que las puertas se abrian con ella sonriendome hermosa y mirandome fijo, con el dedo en alto cual pintura de Rafael o Lefebvre, congelando el tiempo en ese simbolo que era Coneja mostrandome el dedo y sonriendo, y yo pensando que toda despedida tiene algo de enigma y de contradiccion, como la sonrisa y el gesto ofensivo, el amor y el odio, la quietud y el movimiento, yo tristemente alejandome en el Dragon por la avenida, reinsertado por mi inmovilidad en el tiempo de las licuadoras y los microondas, y ella empezando a caminar, mirando al suelo y feliz, aun sonriendo pues la veo mientras me alejo, sonriente y cabizbaja, ya dispuesta ella tambien a salir del no-tiempo para reinstertarse entre los caminantes anonimos.
Por suerte la deje antes, mientras todavia sonreia, mientras el hilo todavia duraba, mientras el frio viento aun le desparramaba el pelo como en cascadas y el tapado rojo volaba al viento como las viejas banderas de la revolucion.

20 ago 2014

Variacion del Mito de Edipo


El Edipo de Sofocles es sin duda admirable, Aristoteles dixit. Pero la característica de un mito es que este puede contarse de varias maneras. Mientras mas perspectivas se conozcan, mas cerca podremos estar de lo imposible, es decir, de conocer la verdad detrás de los relatos(1), si es que la hay. Cayo Higino refiere que el desafío de la Esfinge consistía en marcharse de Tebas solamente si alguien respondía bien a sus adivinanzas. ¿como podía saberse esto? La esfinge ya estaba en Tebas cuando Edipo llego, por lo que podemos inferir que o bien alguien habia respondido al enigma, y ella roto su promesa, o bien que nadie habia respondido correctamente. La opcion primera es inaceptable por dos razones: La primera es el orgullo de la esfinge, el cual se prueba en el posterior suicidio, y la segunda es que de haber engañado antes, ¿no podria tambien haber matado a Edipo al verse vencido su ingenio? Del modo en que ocurrieron las cosas parece ser mejor aceptar que nadie habia respondido correctamente.
Si nadie había respondido correctamente, ¿podemos estar seguros de que la Esfinge realmente preguntaba? Bien era posible que asesinase directamente, o que asesinase incluso a los que respondian correctamente. Quizas asesinaba precisamente a los que respondian correctamente. Tal vez, hasta Edipo, nadie habia errado. Quizas preguntase adivinanzas sin respuestas, o adivinanzas cuya respuesta fuera el silencio, cuya respuesta tal vez consistia en ser Edipo.
Entonces, ¿adivino realmente Edipo? La version mas difundida de la historia nos afirma que efectivamente asi fue. Prueba de ello es la muerte de la esfinge, arrojandose al vacio o al mar. Otros dicen que el mismo Edipo la arroja, otros que huyo a Egipto. Edipo entonces obtiene el trono, y el resto ya se sabe.
Si Edipo hubiese fallado, la esfinge lo hubiera muerto en el acto. Este argumento no es concluyente: Solo podemos creer en los hechos: La esfinge murio, Edipo regreso a Tebas y fue rey. A la luz de estos hechos, el resultado posterior en la suerte del heroe parece obligarnos a dudar. ¿Que sucedio realmente entre Edipo y la Esfinge?
De Quincey creia que la esfinge era algo mas que un monstruo: La creia un ser ctonico que, como tal, conoce el interior del alma de los hombres. Yo sospecho que la esfinge fue una pieza en el ajedrez olimpico, que tanto y tan bien se jactaba de conducir los destinos del hombre.  En efecto: ¿Es imposible que la esfinge estuviese ahi solo para Edipo, que lo esperase exclusivamente a el, como una trampa? ¿Es posible que su enigma estuviese dirigido desde un principio al el, a Edipo, unico ser que podia malinterpretarla?
Edipo estaba destinado a matar a su padre y a yacer con su madre, y entonces tambien destinado a reinar en Tebas (pues la unica manera de yacer con su madre la reina era deponiendo al rey, su padre, y matarlo era la unica forma de deponerlo a tiempo) y destinado finalmente a la ceguera. Esto estaba escrito por las moiras inflexibles, de cuyos hilos ni siquiera los dioses pueden librarse. El Oraculo se lo habia revelado a su padre, y el mismo Edipo lo supo por medio de artes adivinatorias. Si aceptamos que cada hecho, cada gesto, cada deliberacion estaba ya determinada hacia ese fatal desenlace, ¿como no sospechar que la victoria sobre la Esfinge, alegoria misma del enigma que es para el hombre su propia alma, no estaba tambien planeada para llevar a Edipo a su destino final? Los dioses ciegan a los que quieren perder, y no hay ceguera mas rapida que la de la gloria y el poder.
Su vida fue, como la vida de todos nosotros, una ceguera progresiva, primero figurada, luego intuida, y finalmente explicita.
Todo lo demas, el tormento de los Tebanos, el castigo para Layo, es puro teatro.
Lo esencial del mito se reduce o puede verse en el acertijo de la esfinge misma, que ya es todo un misterio. El acertijo que narra Sofocles coincide con el de Apolodoro: "¿Qué ser provisto de voz es de cuatro patas, de dos y de tres?". Diodoro coincide con estos, y la formulacion de Aristofanes el Gramatico es solo una version poetica del mismo enigma. La respuesta a este enigma es el que esta misma tradicion, claramente positivista, coloca en boca de Edipo triunfante sobre la sabiduria de los dioses: "El Hombre". Hay quien dice que la hybris de Edipo consiste precisamente en esto: En pretender saber mas que los dioses, en atisbar la sabiduria divina. Edipo, hermano entonces de Prometeo, roba el fuego. Su ceguera y su castigo le vienen presisamente en su rebeldia, en querer cambiar su destino, en no someterse a las moiras. Aqui parece querer decirsenos: "¡Honra a los dioses!" La tragedia de Edipo es entonces la tragedia de todos los hombres, el paso del tiempo, el absurdo arco desde el nacimiento a la vejez, lo impenetrable del destino y nuestra invalidez ante la tragedia siempre inminente. La resolucion de este enigma era la salvacion.
No obstante, es posible que segun nuestras sospechas, el enigma fuese de otro modo. En efecto, siempre hay varias fuentes del mismo mito, diferentes pero similares, y en una de estas variaciones el acertijo cambia. El acertijo preguntaria por el ser que camina primero en dos patas, luego en cuatro y finalmente en tres. Al cambiar el orden de las patas, cambia tambien la respuesta. La respuesta ya no es "el hombre", sino Edipo, si bien un hombre sobresaliente, siempre hombre entre los hombres. Tal vez el acertijo, como seria propio para la inteligencia de la Esfinge, tenia un sentido evidente y uno oculto. Quizas la trampa radicaba en la victoria del sentido corriente, falsa victoria entonces, que enmascaraba entonces la tragedia imparable del destino, verdadero acertijo que Edipo debio o no debio saber ver en el espejo que tenia ante el.
La respuesta a este enigma era Edipo mismo, primero hombre entre los hombres, luego, como resultado de su hybris, bestia entre los hombres, y finalmente un debil ciego que se apoyaba en su baston.
La resolucion del enigma era la perdicion. El enigma era el futuro mismo de Edipo.

1 - Nota. Son numerosas las fuentes que han contado, a su modo y con sus intenciones, la historia de Edipo. No puedo recordar todos, pero si la disparidad de estos escritores: De Seneca a Passolini, de Stravinsky a Gide, de Esquilo a Voltaire.

15 ago 2014

Fuera de hora

Matias paso apurado frente a la pared marron, tan apurado como puede estarlo quien tiene todo el tiempo por delante, o como quien no tiene nada por delante del tiempo, que entonces es de una llanura interminable. En la cocina y se preparo unos cereales con leche y un jugo de naranja de asquerosidad sintetica. Comio de pie y apoyado en la mesada, y al terminar tiro todo en la pileta, incluso el cartoncito de jugo vacio,  contribuyendo nuevamente a la variopinta pila de trastos sucios. Estuvo aun un rato mas de pie, apoyado en la mesada, viendo cosas en el aire y sintiendo el frio de las baldosas que hacian un hermoso contraste de clarobsuros con el sol que entraba por la ventana que daba al patio. Cuando se canso volvio al comedor y se hecho en el sillon.
Fue cuando se estiro para alcanzar una silla en la cual poner los pies, que se dio cuenta: El reloj  despertador estaba fuera de hora. "Desactualizado" fue la palabra que se le vino a la mente. El objeto en cuestion era un artefacto negro o grisaceo, atemporal, uno de los primeros descendientes de la era electronica, marcaba siempre en un verde brillante y futurista la hora exacta con sus minutos, y con una letra verde palida, mucho mas pequeña y en la parte superior, el dia, el mes y el año, en ese orden. Fuera de eso, no hacia otra cosa salvo sonar todos los dias a las ocho de la mañana. No vamos a perder ahora justamente el tiempo contando como es que el despertador estaba en el comedor, debajo del telefono y sobre una pila de papeles, y no en la pieza, supuesta locacion de origen exigida por el Feng Shui y por el sentido comun de estirar el brazo. Imaginen si quieren (aunque la verdad nunca es simple, siquiera la de las pequeñas traslaciones) que Matias dormia muy a menudo en el comedor.
 Matias recordo entonces que esa mañana no habia sonado. Le extraño entonces no haberlo notado antes, pero penso que era natural el no notarlo, ya que ese dia (y desde hacia muchos dias) se levantaba siempre a las ocho, sin ninguna razon, con la misma regularidad irracional con la que el despertador emitia pitidos y daba la hora. Solia olvidar, tal vez como todos, las razones o los oscuros mecanismos que hay detras de las cosas que hacemos a diario. Las cosas se comienzan a hacer como por imitacion (y la palabra "mito" escondida nos dice cuan mitologica nos es toda accion en sus inicios) y luego se nos explica, si tenemos suerte, la causa de eso que venimos haciendo de una manera cuasi-religiosa. Pero tal explicacion es inutil, pues la olvidamos muy pronto, y tal vez es por esto se nos dan tan pocas explicaciones. Al olvidarlas, volvemos al ritual casi voluntariamente, con alivio y tranquilidad, a la rutina y la costumbre, pero ahora con la oscura conciencia de que hay una razon para hacer esto o aquello.
El despertador estaba fuera de hora. La narracion simplifica en una sola observacion lo que no fue  de ningun modo una observacion inmediata, sino que conllevo dos constataciones que Matias tuvo que realizar antes de emitir el juicio acerca de la desarmonizacion del reloj del despertador respecto a el resto de los relojes de la franja horaria del sur de America. Primero mirar el reloj de la cocina, el cual marcaba las 10:32, y luego mirar su reloj de pulsera, que marcaba, expresando una minima diferencia atribuible a un pequeño defecto de la pila, las 10:33. Fue cuando volvio a mirar, como pasando la vista por cada uno de los objetos del comedor, como solia hacer en esas tardes infinitas que componian su vida, que se percato de que el despertador estaba atrasado o tal vez congelado en las 9:00. Colocolar lo ultimo como lo primero, o el principio al final, lo inmediato como deducido, lo deducido como intuicion. Todos vicios literarios.
Pero el reloj despertador... ¿estaba congelado o seguia midiendo el tiempo? Luego de observarlo indetenidamente cerca de un minuto, Matias vio con alivio que pasaba a marcar las 9:01, y se le ocurrio entonces que tenia dos tiempos distintos dentro del mismo espacio. Le gustaban las diversidades, incluso en las cuestiones espacio-temporales, y decidio entonces no sincronizar el despertador y asi respetar (y por que no apoyar, favorecer) su pequeña rebeldia respecto al tiempo oficial, siempre aburrido y despotico en su sincronica homogeneidad. Ya se imaginaba la revolucion del despertador en contra del totalitarismo del "tiempo oficial", y los encontronazos (primero simbolicos, luego armados) que esto ocasionaria entre el ejercito libertador del despertador ("el ejercito despertador", "el ejercito del despertar", el General Jose de San Martin, Despertador de America) contra las uniformes tropas del reloj de pared, marchando al unisono cual escuadron de las Wehrmacht. La marcha misma era el tiempo, las botas acompasadas marcaban segundos, y entonces la cruenta guerra de los relojes (¡Libertad de tiempo! , clamaban los despertadores) se le aparecia como una Blitzkrieg musical, como una lucha por el derecho a la armonia.
Luego su vista continuo vagando al igual que lo hacia el resto de su cuerpo, de un objeto a otro, del cuadro con motivos de paisaje de campiña a la vieja biblioteca, y de ahi al baño, y de nuevo a la cocina, y a la ventana que daba a la vereda y al cielo, y luego... Un proceso ligero que finalizaba cuando la tarde caia del todo, y entonces Matias salia caminar por la ciudad con el mismo desvario y falta de intencion que tenia cuando deambulaba por su casa. Al volver, unas horas mas tarde, miro de pasada el despertador: Marcaba nuevamente las 9:00. Matias siguio de largo, con el envion motriz de la calle, y se tiro en la cama vestido como estaba. Se durmio casi al instante, pero antes de abandonar felizmente la conciencia tuvo alguna comprension vaga y fugaz: ¿acaso habia alucinado ese "9:01"? ¿Acaso el despertador habia retrocedido ese minuto, ese intento de rebelion? Bien era posible que las tropas hubieran perdido la batalla, y que el tiempo oficial reacomodase poco a poco las ideas y los numeros.
Para cuando Matias se levanto era ya la media tarde. Segun el reloj de pared, las tres de la tarde.  El  despertador seguia obstinadamente dando las nueve. Nuevamente las nueve. La diferencia se mantenia. Como no tenia animos de almorzar nada, se sento en una silla y  comenzo a husmear en un libro de gramatica que tenia sobre la mesa del comedor. Lo abrio en una pagina al azar y comenzo a leer por encima y como pasando los ojos sobre caracteres ininteligibles, saltando las palabras para aprehender oraciones y a veces hasta parrafos, algo similar a las horrorosas tecnicas de lectura rapida que se enseñan en ciertos institutos que harian temblar a Santo Tomas. Pero Matias no aprehendia mas que una palabra,  algo concerniente a la concordancia. Eran como pedazos de cosas, como vehiculos semanticos que pasaban a gran velocidad por el espejo de su mente (En Enigma y a travez del espejo). Si, algo relativo a la concordancia de los adjetivos segun las terminaciones de los verbos. Aburridisimo.
Miro un largo tiempo por la ventana, y noto que el sol estaba ya casi a punto de esfumarse. Las sombras grisaceas que daban los arboles vecinos sobre la calle Billingurst se arrastraban, enormes y traslucidas, sobre es asfalto de la calle como arañas mitologicas. Eran una prueba cosmologica irrefutable de que debian ser las siete u las ocho de la noche. Por unos instantes, Matias se sumio en la confusion. Habia leido no mas de diez paginas, con un intervalo regular de ir a la cocina a abrir un paquete de papas fritas, y por mas que hubiese olvidado algo, todo el proceso no podia llevarle mas de media hora. Volvio a mirar el reloj de Pared, y este marcaba las tres de la tarde con cuarenta y dos minutos. Sin embargo, el ladrido intranquilo de los perros y el creciente desierto de las calles se condecian con la oscuridad que anunciaba la noche. Una de ambas partes, el reloj de pared o la vision de la calle anocheciendo, debia de estar equivocada. Y el despertador no contaba, pues marcaba las nueve y dos minutos. Se le ocurrio entonces mirar su reloj pulsera, y vio entonces con incredulidad que este marcaba recien pasadas las ocho de la noche. Al parecer, el reloj de pared  habia perdido la batalla. Los anarquistas habian triunfado: Ahora habia tres tiempos. ¿ o era que el reloj de pared habia comprendido, y habia entonces iniciado gustoso su propia desincronizacion, por propias y oscuras conveniencias o realmente convencido de los ideales revolucionarios del reloj despertador. Esa noche Matias no salio a caminar.
Tuvo un extraño sueño en donde habia un enorme y terrible gigante barbudo en una enorme acantilado rocoso y yermo. Penso en el  gigante polifemo, pero este gigante tenia ambos ojos, fieros y abiertos, y en su mirada habia algo de sabio y algo de animal salvaje. El gigante en cuestion, semidesnudo, bramia y gruñia como la sordida tierra cuando cruje, pues era atacado por varias mujeres tambien desnudas y fieras, pero al contrario de la horripilante decrepitud del oscuro gigante, ellas eran jovenes y hermosas, definitivamente solares. Algunas tenian pequeñas alas al modo de los serafines semitas, y atacaban con lanzas y hondas. Presa del terror y del odio, el viejo gigante se defendia con una terrible hoz de acero oxidado, con manchas de sangre y semen seco. Cada golpe recibido por el gigante era sentido por Matias como una vaga sensacion en la boca del estomago. Algo en el queria tomar parte por las hermosas y resplandecientes jovenes, pero otra parte, que sentia como la mas propia, no podia evitar sentir lastima y miedo por el enorme gigante, que no obstante le inspiraba tambien una profunda repugnancia. La batalla era ardua, la tierra se deshacia y el cielo tronaba, gozoso y enfurecido de ver sangre. Matias se sentia paralizado en un paroxismo de horror y deleite, algo que era un remolino o una fiebre.
En un determinado momento, Matias percibio que la batalla se habia desequilibrado, favoreciendo al bando de las muchachas. Estas eran en efecto mas jovenes y por lo tanto rapidas, y mientras que el gigante se defendia testarudamente, las jovenes atacaban constantemente, como hormigas y abejas, cambiando constantemente de formacion, cual si fuesen bailarinas o nadadoras sincronizadas. En cada nuevo asalto, Matias percibia como el cansancio y la frustracion iban aumentando en el gigante, mientras que la creatividad y la agilidad de las muchachas se mantenia impreterrita. Noto tambien que en cada lanzamiento o estocada, la jovenes gritaban una (o varias) palabras en un dialecto fiero pero melodioso. Aunque se esforzo por entender, le fue imposible oir el sentido de las expresiones, aunque estaba seguro que tenian un elevado sentido moral. Paz, Orden, Justicia. Finalmente, el gigante cayo dando un sordo gruñido, y todo se precipito en la nada.
Se desperto bien temprano, presa de la inaudita regularidad de su propio reloj biologico (regularidad que recien ahora parecia despertarse de un sueño de varios años de dependencia de falsos despertadores electricos). Noto con cierto fastidio que era jueves, y estuvo ocupado casi hasta el mediodia realizando un aburrido tramite municipal. De regreso a su casa, compro pilas para el reloj de pared. Mientras las cambiaba, volvio a ponerlo en hora consultando el Reloj pulsera, que marcaba las dos de la tarde con veinticinco minutos. Por las dudas encendio la television, la cual hacia un buen tiempo no encendia, como predefinida en el anticuario canal veinticuatro, que gentilmente mostraba la hora en su panel. Noto entonces que su reloj pulsera tenia un pequeño retraso de 7 minutos con el de la television. Solo entonces se acordo del sueño, y el sentido del mismo le vino instantaneamente a la conciencia, producto quizas de sus lecturas de Pindaro y Hesiodo: El viejo gigante de la hoz era Cronos, el viejo padre tiempo, y las hermosas y fieras muchachas eran las Horai, diosas apolineas de las estaciones y del orden universal, compañeras de las Moiras, las Musas y las Gracias.
Aprovecho la energia de esta feliz revelacion para poner el reloj pulsera tambien en hora, y conforme vio que ahora el reloj de pared, el de pulsera y el de la television marcaban armonicamente, en un verdadero cosmos, las dos de la tarde con treinta y siete minutos. En lo que respecta al reloj despertador, habia al parecer avanzado intermitentemente en su ausencia, pues ahora marcaba casi las 11 de la mañana.
Esa misma noche, mientras caminaba cabizbajo por la calle Parana, buscando un bar o un prostibulo, no podia dejar de rumiar el oscuro enigma que suponia el tomar partido por Cronos. De algun modo, habia comprendido y hasta simpatizado con la rebelion de sus relojes, exquisitamente simbolizados por las Horai en su sueño. ¿Por que entonces ese miedo, esa preocupacion por la caida del gigante? ¿Por que habia puesto todos los relojes en hora? ¿Acaso habia tomado partido por el orden? Pero no, penso mientras recordaba la fachada roja y Dantesca del Dada Cafe, en realidad no era tan raro. No era tan raro, habia que girar sobre los talones y seguir hasta Santa Fe o Alvear y enfilar para el bajo, y no era tan raro que el tomase partido por el orden. ¿Hacia cuanto se mantenia en el orden, en su propio orden? Habia sacrificado todo por ese orden tan parecido al desorden pero orden al fin. Que los dias se succediesen asi hace tanto tiempo no tenia tanto que ver con el azar como con una regla monastica. La postura de la impostura, la moral de la bohemia, eran de todos modos postura y moral. Si. No era tan raro que tomase partido por el viejo Cronos, que no obstante habia sido derrotado, derrotado al igual que el reloj de pared y el reloj pulsera. Era absurdo mirarlo ahora, porque si levantaba el brazo como ahora lo hacia y confirmaba el reloj veria (estaba viendo) que eran las 11 AM, que con ese frio y en plena noche eran para el reloj pulsera las 11 AM. De nada valia imponer un orden, porque sabia que el despertador y el reloj pared estarian ahora mismo marcando horas dispares, y que seguramente la television tambien habia sido derrotada. Era inutil la hoz.
Esa noche Matias no volvio a su casa. Era la primera noche en muchos años que no pasaba entre esas paredes tan conocidas, atestadas de relojes y libros, entre sillas y cajas de contenido olvidado hace tiempo. Esa noche habia seguido hasta dar por fin con en Dada Cafe, teatro ilusorio de el y de muchos otros que mas que lobos de la estepa eran perros callejeros.
Le gustaba ese sitio cerca del rincon. Quedaba fuera de todos los espejos, de los vidrios de la calle, de las miradas de los que entran y del aire. Pregunto por Colette y le Sen le dijo que no estaba, pero volvo al rato para decirle que si, que estaba pero que iba a tener que esperar un rato. Matias asintio y pidio otra ginebra. Las once de la mañan era demasiado temprano para ginebra. El reloj en falsa madera incrustado en la barra marcaba las 3 AM. Era dificil saber si obedecia a Cronos o a las horas, si formaba parte de la revolucion o seguia el viejo orden, cada vez mas debil.
Colette se demoraba en su siempre silenciosa aparicion, y Matias se sentia bastante inquieto, inquieto de un modo inusual. Nunca se habia sentido inquieto dentro del Dada. Tampoco nunca se habia sentido inquieto dentro de su casa, y sin embargo esa inquietud que lo habia llevado hasta alli, tan solapada e inexplicable que parecia un chiste o un producto histerico, lo llevaba ahora a tamborillear la mesa con la mano y el piso con los pies, a no querer volcar su vista sobre el reloj de la barra, a decirse que de ningun modo podian ser las once de la mañana, ni las nueve ni las ocho, porque afuera habia plena oscuridad y hasta luna cuarto creciente.
Volvio a su casa la tarde del dia despues. Recordaba solo fragmentos. Habia estado en el Dada, se habia acostado (finalmente) con Colette, luego habia bajado nuevamente al Dada y tomado una ginebra tras otra hasta que (seguramente) habia salido y deambulado nuevamente por las calles. Recordaba haber estado confusa y trabajosamente parado frente a la torre de los ingleses, y haber visto que el reloj (pero esto debia de estar mal o ser un sueño) de la torre marcaba las 11 PM a plena luz del dia. Habia tomado algo mas por la zona y luego tenia la intuicion de haber estado un rato mirando el agua en las darsenas. Habria pensado en Sabato y en sus lugubres pajaros arrancaojos. No tenia nocion alguna de cuanto tiempo habia pasado o de como habia vuelto. Noto que no tenia ya el reloj pulsera, y que el despertador marcaba las 9:00.
Se enderezo en la cama y se vistio. Era un milagro que se hubiese desvestido. Su desnudez le traia el recuerdo de la buhardilla de la noche anterior, del cuerpo de Colette desnudo y moviendose encima como un jinete sobre un andaluz, como un pulpo sobre una anemona. Colette desnuda tenia mucho de gato siames, no habia duda. Ahora se lamentaba por los mareos y el efecto de irse a la cama y casi ebrio, casi como un muñeco idiota y retardado. Seguro le habia facilitado las cosas, y sin embargo aun se sentia incomodo, como con una persistencia de que todo su orden, su antiguo orden, estaba desmoronandose o ya desmoronado.
Lleno la bañera de agua fria y se metio dentro casi mecanicamente. Una Extraña cadena de ideas se empezo a forjar en su espiritu sumergido: Demoronandose, El Orden, La Calle, el aire , Piazzola (¿pero por que Piazzola?),Los Relojes, el orden, la calle, el orden que se desmorona en la calle, en la calle se desmoronan los relojes, el orden del aire que se desmorona, la revolucion de los despertadores, el Dada Cafe, las piernas de colette, desmoronandose, los ultimos años y la calle o la falta de ella, y el aire o la falta de el, y el las pequeñas tetas o la falta de ella,  el orden y El Orden, Cronos y las horas, las horai, mejor dicho. En esto estaba cuando sintio el frio y varios calambres. Salio a rastras de la bañera y se enfundo en una toalla, tiritando. Noto raras las manos y los pies. Al mirarse, vio extrañado que estaban alarmantemente blancas. ¿cuanto tiempo habia estado en el agua? Sentia los pies entumecidos y la respiracion se aceleraba ridiculamente. Al mirar hacia la ventana vio la tenue oscuridad de la madrugada y sintio un escalofrio que culmino en punzada estomacal.
El reloj de pared marcaba las 3 de la tarde, el reloj despertador marcaba las 9 de la mañana. Echado en el piso del living, Matias percibia el mundo a un ritmo extraño e irregular. No podia pararse, chapoteaba en el suelo como un cangrejo. Se convulsionaba en pequeños espasmos pero no podia ser tan grave. Era cosa de agarrar la frazada y cerrar las ventanas. Tal vez prender un poco la estufita, sin darle tiempo al cuerpo de enfriarse aun mas, y luego levantarse, levantarse y restaurar el orden, rehabilitar al viejo Cronos, salir en su defensa y volver al Dada a buscar a Colette, buscarla para mostrarle el despertador, para iniciar ellos tambien una instauracion del orden propio, cosa que iba a ser muy facil en cuanto cesacen los escalofrios y se le desagarrotacen los musculos. Llegar al Dada o al London era muy facil, muy facil, muy facil, habia que tomar por la calle esa de la cervezeria la barra y doblar para algun sitio, sentir que los escalofrios dejan de pasar y guarecerse con la frazada para luego entrar y buscar un ascensor o una mesa que llame o pregunte por Colette para hecharse la frazada encima o meterse debajo del escritorio para ver si asi cesan los escalofrios y las puntadas, no era o habia sido tan dificil caminar o cerrar las manos para Colette o el despertador, para las nueve de la mañana nueve de la mañana nueve de la tarde, las muchachas resplandecientes atacaban con lanzas y jabalinas.

Cuando Despunto el Alba, el reloj despertador marcaba las nueve de la mañana.







-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Anexo opcional: Ficha Tecnica de Colette

A Colette la habia conocido en un bar de la Calle Cordoba. Ya la habia visto antes en la plaza que se enfrenta a la facultad de Ingenieria, teñida de colorado y con un tapado negro y fragante, resistiendo el viento y como esperando algo. Pero habia sido en ese bar de la Calle Cordoba que ella se habia acercado a su mesa (como se habia acercado a antes a otras dos) a dar a entender con palabras poco comprometedoras que era muy facil y muy caro verla desnuda, tenerla encima, sentir su lomo arquearse como el de un delfin. Nunca habia sucumbido a aquella tentacion que imaginaba de cuanto en cuanto, hasta la noche del Dada Cafe.
Colette era muy rubia y de baja estatura. Tenia el pelo largo y liso, la frente un poco amplia. Su silueta daba la impresion de lo bidimensional, su mirada era perfida y algo fria, con esa estupidez o indiferencia que caracterizan a las razas pachorrientas del frio norte. Matias se habia alegrado de no encontrar ningun rastro de la rojiza tozudes de lo peor de la raza Inglesa o Alemana, que da esas mujeronas fuertes e iracundas de grandes senos y manos hechas para la lluvia. Por el contrario, Colette se le antojaba del norte de Italia o Francia, pese a ser indudablemente local.
Matias no sabia su nombre verdadero o pretendia no saberlo. Colette decia llamarse, y asi se llamaba. La veia siempre en el Filo o en el Dada, o en los varios locales de la zona del Bajo, Retiro o San Telmo, siempre a la busqueda de acompañantes dispuestos a desembolsar un buen fajo por una revolcada. La habia encontrado varias veces y de vez en cuando ella se sentaba a su mesa. Se habian contado varias cosas, el todas verdades y ella seguramente todas mentiras o circunstanciales, pero de ese sostenido anonimato habia surgido cierta familiaridad entre los dos, familiaridad que Matias no dudaba era para Colette la familaridad del conocido o del cliente habitue, y que para el era una sana distraccion de buen culo y ojos verdes. En una de estas charlas (creia) le habia preguntado la razon del seudonimo, a lo que ella le habia respondido que Colette habia sido una puta francesa miembro de la Legion de Honor, y que ella tambien era de la vida pero muy honorable. Y era cierto, pues pocas veces habia visto a Colette acompañada de algun tipo que no valiese realmente la pena, tanto fisica como socialmente.
Ademas de ser Rubia y de baja estatura, Colette no tenia rasgos sobresalientes. Tal vez en esto radicaba su belleza: Era simetrica. Todo su cuerpo expresaba una perfeccion de caracter pequeñoburgues. No tenia virtudes y entonces tampoco defectos. Sus ojos verdes y algo chicos le daban un aire opaco de perfil, pero oscuro y atractivo de frente. Tal vez producto de la rutina dialectica que era parte ineludible de su trabajo, no hablaba mucho. Parecia siempre a la espera de algo. Matias creia saber que era.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

14 ago 2014

Estoy hecho a la medida perfecta de mi propia miseria. No podria tolerar niguna otra, ni metafisica ni real. Soy por esto muy mal consejero. La mierda es siempre incomoda, salvo que sea la mierda propia. Es sabido que Heraclito se enterro en mierda casi hasta la coronilla. Cortazar vio ahi un enigma y una apuesta, tal vez la mas importante del pensador Jonico.
Taparse de la propia mierda hasta los hombros sea tal vez la maxima tension...
Lo importante es que estoy hecho a mi propia medida, y por eso, por ese mal llamado egoismo (porque que culpa tengo yo de estar hecho asi o asa, mi egoismo es inocencia) la miseria ajena me es mas extraña que insoportable. La miro como desde afuera de mi mismo. Solo me molesta cuando es fruto de una injusticia. La injusticia molesta como un codo en las costillas, como algo que no se puede recordar, como la certeza de la muerte. ¿como cerrar los ojos ante la injusticia? Por esto mismo todos los que buscan la salvacion personal me parecen despreciables.
Ivan Karamazov coloco a la justicia por encima de la salvacion, y yo me cuento entre sus filas. La salvacion es imposible para quien tiene autentica compasion por las victimas de la injusticia.
Y es que su miseria no me llega, no puedo tener una verdadera simpatia. De hecho, verme asediado por la miseria de los que me rodean me incomoda indeciblemente. Me incomoda por extraña, pues no hay espacio real para ella en mi modo de ver las cosas, y esto no por insensibilidad, ese milagro del ser humano promedio, que tan bien funciona con la hipocresia y la autoafirmacion, sino por una suprasensibilidad. En efecto, ¿como oler la mierda ajena cuando se esta tan tapado y calentito en la propia?

5 ago 2014

Todos somos Putas

Hoy en dia, todos somos putas. Todos o la mayoria de nosotros. El capitalismo industrial se caracteriza por separar al obrero de los medios de produccion, que son a su vez los medios de subsistencia.
La globalizacion resultante de la apertura de mercado y la feroz competencia por este trajo como consecuencia la desaparicion de los pequeños y medianos productores, anexados en esta batalla por el beneficio a los grandes capitalistas, quienes podian mantener precios devaluados por mas tiempo.
Luego de 150 años de capitalismo industrial primero y financiero luego, los medios de produccion se han concentrado en unas pocas miles de manos. La desproporcion, el desequilibrio de esta enorme acumulacion de medios es tal vez unica en la historia.
Hoy en dia, nadie tiene en sus manos los medios para su propia subsistencia. El obrero, el empleado domestico, el empleado bursatil, el ejecutivo, los tecnicos de todo tipo (de quienes dispone la maquina) los empleados de servicio, los vendedores y revendedores, los asistentes de todo tipo, y casi todos los trabajadores de areas urbanas y tambien rurales (quienes en su gran mayoria no son propietarios de la tierra que trabajan ni tampoco de sus productos, sino meros operadores y distribuidores) son desposeidos en cuanto medios de produccion.
El unico producto del trabajador, no importa si es obrero textil, operario industrial o ejecutivo de cuenta, es su fuerza de trabajo. La fuerza de trabajo es un producto, y como tal se vende. El trabajador solo puede negociar con eso: Su fuerza de trabajo. ¿Cuanto cuesta, cuan caro se vende, como se publicita, como y con que argumentos se la negocia? Mas importante aun: ¿quien decide su precio, quien lo fija?
Pensemos en cualquier producto: Una manzana, un auto, un arma, una cama, un cuadro. ¿Quien fija el precio sino su productor? Es siempre el artista (el hacedor), el productor quien fija y decide el precio de su producto. ¿Que toma en cuenta para fijar este precio? ¿la cantidad de trabajo necesario para su produccion? Si aceptamos que la fuerza de trabajo es tambien un producto, entonces vemos que el precio de un producto (la cama) se fija segun la cantidad de otro producto (la fuerza de trabajo empleada).
Ahora bien, ¿que es lo que fija el precio de la fuerza de trabajo? ¿Como fija un productor el valor de su obrar? Una posible respuesta es esta:  segun la cantidad de energia empleada en la tarea. Considerando la energia desde el punto de vista fisico, el valor de la remuneracion de la tarea se fija segun el gasto energetico empleado. Otra posible respuesta es la complejidad de la produccion. Esto ultimo no es incompatible con lo primero, pues ¿que se entiende por accion compleja sino accion que requiera una gran cantidad de energia (la concentracion de atencion exige energia) para realizarlo?
Una tercera respuesta es por la cantidad de tiempo empleado para el producto. Esto tampoco es incompatible con lo anterior, pues a mayor tiempo empleado, mayor energia se habra empleado.
Una cuarta opcion es por la calidad del fabricante: No es lo mismo un cuadro mio que uno de Rafael. No es lo mismo contratarme a mi que a Messi. En ambos casos hay un talento innato mas una preparacion o capacitacion, un entrenamiento. Para la valuacion del producto "fuerza de trabajo" lo unico relevante es la capacitacion, pues este no es otra cosa que energia invertida en un perfeccionamiento. El talento personal, el "genio", no puede ser valorado, es decir, no puede ser traducido a un valor monetario, descompuesto en numeros. El genio no es cuantificable, y entonces es imposible tasarlo. Al no tener precio, no puede comprarse o venderse.
Vemos entonces que las opciones 2,3 y 4 son todas modos o formas de la opcion primera, es decir, un gasto energetico empleado en intensidad, en el caso de la complejidad, un gasto energetico prolongado en el tiempo en el caso de la duracion, y un caso energetico empleado en el pasado o en el futuro, en el caso del profesionalismo o la novedad (un auto nuevo se valua de este modo en relacion a uno antiguo).
La fuerza de trabajo se mide en energia, en vida. La energia requiere siempre algo que la produzca, pues es una verdad natural el hecho de que nadie puede producir energia de modo libre, ex nihilo. Si todo trabajo requiere energia, entonces el producto debe valer lo suficiente para compensar el gasto de energia utilizado en la produccion, y esto es identico a lo suficiente para obtener los recursos permiten la energia. La conclusion es evidente: todo producto debe asegurar la subsistencia del productor, y entonces el valor minimo del producto esta dictado por los costos de subsistencia. Es por esto que, en orden de asegurar su subsistencia, debe ser siempre el productor mismo quien fije el valor de sus productos. Cuando el precio del producto esta fijado por la demanda, la subsistencia del productor corre peligro.
Seria posible pensar que, una vez asegurada su subsistencia, el productor elevase el precio de sus productos aun por encima de lo que realmente valen, por obvio interes personal. Esto deberia ser posible hasta cierto limite: el dictado por la subsistencia de los demas. Es natural que en una sociedad en donde cada trabajador posee los medios de produccion para su propia subsistencia, el valor de cada producto se equilibrara en valores comunes. Donde cada individuo subsiste de forma autonoma no es posible la explotacion.
En la sociedad contemporanea, debido a la imparable acumulacion de los medios por parte de los grandes capitalistas, la situacion dista mucho de lo anterior: Tenemos enormes masas de seres que luchan por subsistir completamente privados de cualquier medio de produccion que no sea su sola fuerza de trabajo.
La fuerza de trabajo es a su vez la productora de todos los productos y el unico producto que no puede tasar su precio por si mismo. Es notorio que el esquema anterior solo funciona cuando la fuerza de trabajo produce algo diferente a si misma, y cuando este producto es propiedad del individuo que lo fabrica. Cuando los medios de produccion estan de un lado y la fuerza de trabajo esta del otro, dado que son los medios de produccion los que generan los recursos para la subsistencia, se produce una constante desvalorizacion de la fuerza de trabajo. La concentracion de los medios en pocas manos y la constante necesidad de subsistencia en el resto desposeido provoca una obvia ventaja economica para los grandes productores, los cuales especulan con las necesidades vitales del resto, para ir mermando poco a poco la autodeterminacion de ese unico producto que el trabajador posee, hasta llegar al resultado logico: Fijar el precio del producto que van a comprar.
Esto ultimo es analogo a que yo adquiera el poder para fijar el precio, segun mi conveniencia, del pan o de la bicicleta que quiero comprar, ignorando totalmente las necesidades del panadero o del bicicletero. Los factores necesarios para minar la autonomia del trabajador son, vaya coincidencia, las caracteristicas esenciales de la economia actual: Gran desigualdad de capital, concentracion de los medios de produccion en titanicas entidades privadas, reduccion a la esterilidad (entendida esta como incapacidad para la autosubsistencia) del trabajador, constante inflacion (reduccion progresiva de las capas medias y bajas a la miseria).
Al vernos privados de la autonomia alimenticia, sanitaria, educativa y habitacional, nos vemos obligados a salir al mercado a ofrecer nuestra fuerza de trabajo al mejor postor. Nuestros intereses no son tomados en cuenta, pero nuestras necesidades persisten. Ergo, abdicamos de nuestros intereses en pro de nuestras necesidades, es decir, somos esclavos de los intereses de otros.
Estos otros no son sino estos "postores", los empleadores, aquellos que concentran los medios de produccion y de supervivencia: Los dueños del dinero, del agua y de la electricidad, del comercio y la industria. Aquellos que fijan en valor del dinero y de las mercancias, ,los limites de lo posible, de lo legal y lo ilegal. Aquellos que tienen el poder de, segun les convenga, hacer vivir o dejar morir, convertirte en rico o pobre, declararte util o inutil, vago o productivo, genio o marginado.
Simone Weil hablaba, hace algo mas de 50 años, de una opresion que no era la del dinero o la del fusil: la opresion de la funcion. Es esta opresion la que sufrimos dia a dia, la peste de la epoca.
La funcion es siempre engranaje en una maquina que funciona para fines muy diferentes a aquellos por los cuales nosotros podemos vivir. Yendo a trabajar todos los dias, cobrando un sueldo, vendiendonos segun las ofertas laborales, atentamos contra los fines que decimos perseguir.
Ese unico producto del cual el trabajador era propietario, la fuerza de trabajo, es hoy dia tasada no en funcion de la subsistencia del trabajador, sino en funcion de los margenes de beneficio para los capitalistas. No somos distintos de la maquina, de la herramienta. No decidimos el valor de nuestro trabajo, no lo fijamos, no llevamos el control de nuestras vidas, no somos libres.
Somos, vendiendonos ante las succesivas determinaciones, prostitutas. Nuestra funcion consiste en vendernos. Diariamente vendernos, integrarnos, para sobrevivir, para pagar el agua y comer un sanguche, a las enormes maquinarias que obedecen a la gran guerra del mercado. El hombre se ha vuelto cosa, recurso, objeto, se ha vuelto cuantificable. Su valor unico, su humanidad, esta constantemente tendiendo a la cuantificacion. El individuo ha muerto.
Si la gran masa de trabajadores de todo tipo no recupera los medios de produccion, la maquina capitalista seguira devaluando progresivamente el valor del trabajo y aumentando las necesidades. Esta logica es innegable, pues una cosa lleva directamente a la otra y viceversa.
El resultado de esta doble estrangulacion es o bien la reduccion a la esclavitud de 9/10 partes de la humanidad, o bien la extincion de este mismo porcentaje.
Hoy en dia, quien no se integra de algun modo a las filas del engranaje industrial o burocratico es sistematicamente reducido a la miseria. La imponente muralla legal y mortal de la propiedad privada se alza con indiferencia contra todo intento de reclamar el derecho a la subsistencia, contra todo intento del trabajador por recuperar los medios de produccion, puesto que la libertad del obrero significa la desintegracion de la economía actual, la cual se funda en la opresion y la explotacion, y ellas se sostiene.
Somos putas, sencillamente putas. Nuestra única libertad esta en vendernos, tal vez no inmediatamente, algunos con mayor suerte e inteligencia que otros, algunos mas tarde que temprano, algunos a mayor precio que otros. Esto es indiferente: ser una prostituta cara no es ser menos prostituta.  Estamos en la epoca de la prostitución humana.
Toda nuestra inteligencia es una inteligencia estrategica, rastrera: La inteligencia del trabajador es la inteligencia de ajedrez: prevision, ubicacion, acomodo. Los valores morales se reducen a la glorificacion historicista de los resultados. Lo bueno es lo que gana, lo valido es lo que sirve. No hay moral, exitismo puro, culto al exito. La verdad se reescribe continuamente. Se ha llegado, por miedo e ignorancia, pero fundamentalmente por una inteligencia frenetica que busca la supervivencia individual incluso a costa del detrimento del vecino, a la defensa de la bota que nos pisa.
La hipocresia de la busqueda de salvacion personal efectuada por la iglesia cristiana tiene su extrapolacion cinica y desencarnada en la desesperada prostitucion del trabajador que busca sobrevivir en una realidad que dia a dia lo presiona por los cuatro costados, lo aliena, lo cosifica, lo reduce sistematicamente a ser un mero engranaje.
La enorme diferencia social que hoy se ve en este pais es la de las prostitutas que intentan diferenciarse por sus ganancias o por lo caro de sus tapados, por la preferencia del cafishio o la fineza de sus clientes. Un oficinista de microcentro, un metalurgico del conurbano o un vendedor de choripanes de liniers son fundamentalmente lo mismo: Desposeidos que se ven obligados a prostituirse, a vender su fuerza de trabajo a un valor que determina el mercado segun sus propios intereses. Poco importa la calidad de vida del esclavo. Vista harapos o seda no es libre.
Igualar la libertad con el dinero o con la calidad de vida es el mayor mito del capitalismo. Tambien es la mayor de sus mentiras.

3 ago 2014

Madurar

Madurar es nihilismo, es mandar todo a la mierda, es un fuego frio, un quiebre, una carcajada a altas horas de la noche.
Madurar es entender que todo, absolutamente todo, importa o vale un carajo. Que todo es el mismisimo carajo, el sinsentido, el absurdo. Lo digo con una cerveza en la mano y la otra en el corazon.
Algunos pueden decirles otras cosas, cosas asperas y lisas, con aspecto sospechosamente asceptico y perfumado, simetrico, tan simetrico y en tonos pastel que parece de hospital o de parada de colectivos. Madurar no es subsumirse a las responsabilidades, sino entenderlas. Entenderlas significa pasar por encima de ellas, como en una escalera o en la mancha saltado. Y eso, la superacion mediante el entendimiento, superar el miedo al fracaso o al desencaje como se supera el impacto de un cuento o el amor de una persona, eso se acerca tanto pero tanto al nihilismo, al fiero quietismo, al adormecimiento frente al abismo y a la vida, que hay que tener un cuidado de abuela en dias de frio, tener lista siempre lista la carcajada y los amigos bien pero bien a mano, inmediatamente. Porque a la nada se la enfrenta mejor acompañada. Esto (ya se sabe) y no otra cosa es la fraternidad de los revolucionarios, la muerte por los camaradas, el aislamiento de la fraternidad tras ilusorios castillos de sectas y principios. Odiar o amar al mundo de una manera desabelladamente original, como los locos o los poetas, intentando decir algo que en realidad no es mas que la mera expresion de ese mismo intento, superaccion y proyeccion de si mismo en la falacia conceptual.
Reirse, madurar es reirse de todo. De todas las tragedias, las reales y las del teatro, ¿no, Zaratustra?
Madurar es dejar de manosear el tiempo. Es vivir con la muerte, es querer morir con vida, Madurar es el olvido.
Es, en pocas palabras, vivir con las paradojas y las contradicciones de la vida misma. El ida y vuelta levanta tierra y con ella costumbres y personas. La madurez es crearse un campo libre y limpio, y esto requiere originalidad y dotes artisticos. Los mediocres, los aburridos, las maquinas y las piedras nunca maduran: Mueren verdes, viven bajo principios ajenos, no sufren, no se enamoran nunca, no sienten miedo de la muerte. Tienen ojos pero nunca los abren, tienen anima pero jamas dan vuelta la cabeza en una calle oscura, los ruidos de casas viejas no los inquieta, solo poseen lenguaje para lo util y lo concreto, nunca se sienten superados por la existencia, creen fervientemente en el dios de los evangelios.
Hay que repetirlo: Madurar es cagarse en todo, subirse al caballo de la relatividad, reirse apriori. Mandar los aprioris al carajo, forjar las propias responsabilidades, superar el mito del yo, de la unidad, de las hojas que caen del arbol, de la igualdad del mundo de objetos, Ser soberano. Entender que la libertad es libertad para hacer y deshacer responsabilidades, comprender la gratuidad del tiempo y del espacio, la irresponsabilidad ante uno mismo y los demas, desprenderse del horror al egoismo, tener el valor para creer en los demas y en uno pese al aburso que se abraza en cada respiracion (es decir, tener la fuerza vital para mentir, para inventar, para ser artista, crear valores, vivir, en fin...).
Madurar es comprender que estar vivo es estar muerto dentro de un rato, y no obstante tener el tupe de amar y sufrir, de buscar y crear, de destuir (sobre todo de destruir), de estar ya protegido contra las falsas banderas consi e insti tu - cio - nales, contra todo tipo de males y de nales, de ades y ismos, y de todas esas pelotudeces que quieren decirnos quienes somos y que tenemos que hacer.
Madurar es cagarse sobre el deber, desintegrarlo, entender que el unico deber es ante uno mismo, y que uno mismo no es siquiera una unidad, sino una multiplicidad de falsedades, de posibilidades indeterminables, y que entonces no tenemos que ser nada, ni siquiera seres vivos.
No es nada facil madurar, es algo muy cierto. Es mucho mas facil nunca despertar, sumergirse en la rutina sin repetir y sin chistar, sin quejarse y pòniendo cara grave. Mas facil entregarse al comodo mal humor y al mal llamado cinismo, ese cinismo de la gente que no ha leido a los clasicos.
Madurez es la claridad para una sostenida irresponsabilidad, para el cuestionamiento de los limites de lo correcto y de lo incorrecto, para el ateismo o al menos la duda general.
Madurar es dejar de sentirse coaccionado.