Estoy hecho a la medida perfecta de mi propia miseria. No podria tolerar niguna otra, ni metafisica ni real. Soy por esto muy mal consejero. La mierda es siempre incomoda, salvo que sea la mierda propia. Es sabido que Heraclito se enterro en mierda casi hasta la coronilla. Cortazar vio ahi un enigma y una apuesta, tal vez la mas importante del pensador Jonico.
Taparse de la propia mierda hasta los hombros sea tal vez la maxima tension...
Lo importante es que estoy hecho a mi propia medida, y por eso, por ese mal llamado egoismo (porque que culpa tengo yo de estar hecho asi o asa, mi egoismo es inocencia) la miseria ajena me es mas extraña que insoportable. La miro como desde afuera de mi mismo. Solo me molesta cuando es fruto de una injusticia. La injusticia molesta como un codo en las costillas, como algo que no se puede recordar, como la certeza de la muerte. ¿como cerrar los ojos ante la injusticia? Por esto mismo todos los que buscan la salvacion personal me parecen despreciables.
Ivan Karamazov coloco a la justicia por encima de la salvacion, y yo me cuento entre sus filas. La salvacion es imposible para quien tiene autentica compasion por las victimas de la injusticia.
Y es que su miseria no me llega, no puedo tener una verdadera simpatia. De hecho, verme asediado por la miseria de los que me rodean me incomoda indeciblemente. Me incomoda por extraña, pues no hay espacio real para ella en mi modo de ver las cosas, y esto no por insensibilidad, ese milagro del ser humano promedio, que tan bien funciona con la hipocresia y la autoafirmacion, sino por una suprasensibilidad. En efecto, ¿como oler la mierda ajena cuando se esta tan tapado y calentito en la propia?
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