27 jul 2013

El problema del sentido de la vida puede ser planteado en terminos esteticos: La felicidad como lo que es hermoso. Lo que es, es bello. O, dicho de otro modo, de un modo artistico, o es bello o mejor que no sea. Lo falto de sentido como lo vulgar. El habito es aqui un concepto desicivo en cuanto a que es lo opuesto a la inspiracion. La inspiracion o el sentimiento dionisiaco como la potencia que hace posible todo hecho artistico (es decir, todo hecho realmente real), todo movimiento autentico.
¿como vivir la vida sino como una obra de arte? El arte tiene como medio la belleza. El que diga que la tiene como fin no es un artista. El fin del arte es la vida, la reproduccion de la vida, la plenitud de la vida vivida como una vida total. Mediante el velo de la belleza y las formas, el arte busca mostrarnos los terribles problemas de la existencia. Lo mas amargo se nos da a beber con lo mas dulce.
de hecho, ¿no es precisamente la teofania dionisiaca lo que realmente buscamos en todo aquello que o es la felicidad o bien un camino a ella? Y aqui cabe una pregunta: ¿es lo extraño, lo des - conocido, lo otro, precisamente la felicidad, y entonces tambien el sentido? ¿o acaso la belleza es solo el aura que envuelve siempre a todo aquello capaz de ser motivo? ¿sera el sentimiento estetico precisamente ese experimentar un desconocimiento ante la belleza? Es realmente lo nuevo, lo otro, lo que es real y sensiblemente bello? ¿es lo bello lo mismo que la otredad? Yo me pregunto cuantas artes, filosofias, misterios, paises y mujeres habran sido solo medios para buscar "la vida", la verdadera vida, el sentido, la reaccion del sentimiento vital, el choque del desconocimiento, el piolin del ovillo ontico.
La calidad de "extraño" que siempre acompaña a lo hermoso nos dice que las cosas solo se vuelven vulgares (y por lo tanto, se vuelven cada vez menos, se reducen, se corroen, dejan de ser, pasan a no ser) cuando se vuelven ordinarias, hechas y sabidas. El aburrimiento es la fealdad por exelencia. Sospecho que lo bello es una respuesta artistica hecha siempre a la medida del instinto que busca y que quiere, que desea.

26 jul 2013

Del Oficinista

“Es verdad: nosotros amamos la vida no porque estemos habituados a vivir, sino porque estamos habituados a amar”
Friedrich Nietzsche.

Me acabo de dar cuenta, y casi no hay tiempo para escribirlo: Paso nueve 8 diarias en una oficina. Aterrador. Cuando lo pienso así, a secas, es sencillamente aterrador. No importan las circunstancias o las razones, todos esos hilos que sostienen a las cosas mas aburridas e inverosímiles en su lugar: A veces hay que mirar a las cosas con simpleza. 8 horas, una oficina y yo. Yo y ocho horas en un rectángulo trazado dentro de otro rectángulo trazado dentro de otro rectángulo. Aquí es casi todo rectangular o cuadrado. Mi escritorio es también un rectángulo; Un cubículo, mejor dicho. Hay Catorce cubículos en la oficina.
Una oficina es mucho menos pero también mucho mas de lo que a simple vista se puede observar. A simple vista (o dicho de otro modo, a la vista de los simples, de los felices simplones y livianos vagabundos que no pasan nueve horas diarias en la oficina) no es mucho más que un gran cubículo dividido en secciones que a su vez están subdivididas en cubículos. Claro esta que cuando uno pasa todo el día encerrado en un espacio tan pequeño entonces todo comienza a volverse pequeño, y si uno realiza encima tareas insignificantes junto a otros hombres también insignificantes (por que no crean que yo me excluyo) entonces todo adquiere la apariencia de un aburrido mecanismo de relojería. Hay algo que se desgasta, algo que se endurece… también algo que se asienta, que sedimenta en el alma.
Pasar nueve horas diarias en una oficina es, se lo mire como se lo mire, un crimen contra la humanidad. Contra la humanidad propia, primero, y contra la humanidad en general después. ¡Y pensar que nosotros los hombres vivimos vidas tan cortas y limitadas! Yo creo que ni siquiera un dios inmortal, si tiene un poco de dignidad, admitiría pasar más de dos días seguidos en una oficina. Y es que no hay lugar para la vida en tales recintos. No solo todo se empequeñece, sino que también se seca y termina por morir.
En las mas bienaventuradas de las oficinas reina el hastió. En las mas desdichadas impera la desesperación. Véanme a mi si no. Uno realmente cree que hace algo, que esta haciendo algo, que esta trabajando, desempeñando una función importante o satisfactoria, pero en realidad para nada es así. Uno no desempeña ninguna función: En las oficinas, el ser humano funciona. Adviertan la diferencia: Funciona, ni más ni menos. Bueno, a veces muchísimo menos. El trabajo es la abolición del genio, pongamos a Baudelaire ocho horas diarias en una oficina durante dos o tres años e irremediablemente lo convertiremos en un engendro despreciable que solo por analogía o por pura maldad podría ser llamado hombre, hombre en todo el sentido integro de la palabra.
Es la ley del habito, señores, es la ley del habito, y mas nos valdría pegarnos un tiro a pasar ocho horas diarias en una asquerosa jaula con alfombra y poca ventilación. Vean: en las oficinas no hay sol, no hay agua, no hay viento y, no se engañen, tampoco hay seres humanos. En las oficinas solo hay 3 cosas: Funciones, Tareas y algo que se suele llamar (por una horrible equivocación) Café. Si faltan alguna de estas tres entonces no es una oficina, es otra cosa.
Kafka, que sin duda es el mas terrible y oscuro de los escritores, concibió la correctamente a la desesperación en su sentido puro al colocar el absurdo en la burocracia misma. El hombre, convertido en funcionario, despersonalizado, reducido a sus aspectos funcionales y potenciado en estos hasta el punto de que estos aspectos borran todo rasgo de personalidad feliz y espontanea, es comparable a una aspiradora o a un par de pantuflas: No es, sirve. El sentido de la vida está regido por el imperativo hipotético. Si P, entonces Q. Claramente en la oficina el hombre es Q. P es siempre la función, y el hombre le esta (y decimos hombre solamente por respeto) siempre subordinado a esta función. Su existencia dentro de la oficina depende de la función, no que “el cumple”, sino que “el ES”. La expresión “recursos humanos” es la expresión antropológica más lograda del siglo XX.
En esta oficina en la que paso ocho horas (mas una para comer, dos para viajar, ocho para dormir y dos para preparar las condiciones que me permitan volver al día siguiente, con lo cual sumo una veintiún horas de las veinticuatro horas de cada día de mi vida), estoy al mismo nivel que el teléfono, que los sellos, que la impresora o que la silla en la que estoy sentado: Todas estas cosas existen para algo, para ser usadas por alguien más, y también yo. Esto, que solo puede ser llamado “vida” luego de varios vasos de vodka o de toda una noche de revolcarme furiosamente en la cama con una mujer, suele ser el modo de vida que vivimos la gran parte de las personas que habitamos estos pesadillescos calabozos denominados ciudades. Uno no lo sabe con certeza pero lo sabe: Esto puede ser muchas cosas, pero no es la vida. Y nosotros, que día tras día nos reducimos al habito impuesto por las instituciones impersonales, somos cualquier cosa. Si, somos indefectiblemente cualquier cosa, todo menos hombres.  Y es que el hombre moderno es hombre solo de nombre, solo de palabra. Esta tan mediocre, tan cansado, tan empequeñecido que ya no puede autodenominarse el animal más independiente y libre de la creación. Es mas que obvio: miren a cualquier perro de la calle o a cualquier gato en un tejado, a cualquier bicho que ande por el aire o por las paredes, y este es años luz más libre, mas autónomo y seguramente tambien mas feliz que el pobre tipo que se pasa la vida viajando en colectivos y pagando cuentas. “Vida de oficina” es una contradicción entre los términos, un absurdo o al menos una expresión que debe encerrar seguramente un sentido místico, un significado ulterior, de alquimista.
¡Y, dios mío, las valoraciones que uno aprende en estos antros!. No es suficiente vernos reducidos a la impotencia de tener que pasar el día en compañía de abrochadoras y computadoras, vestidos como muñecos de torta, con zapatos y camisas horribles, hundidos en el más negro de los hastíos, no, sino que además se nos enseña a creer en un hombre que es más o menos hombre según la utilidad. Aprendemos a valorar a los demás no según lo que estos son, sino según estos nos sirven para esto o aquello. Créanme lo que les digo: cuando uno aprende a pies juntillos esta valoración, entonces esta frito. El que valora asi, por supuesto, ya no es un hombre. Es, como dije, cualquier cosa: un microbio, una baldosa, un maniquí que come y vive, un autómata. La gente comienza a volverse autómata por habito, y luego continua por autómata por inercia, porque ya no conoce algo mejor, no conoce otra cosa, no tiene nada para decir ni nada para aprender.
Además, la oficina es nihilista. ¿Nadie se da cuenta? Pasamos gran parte de nuestra vida deseando salir de la oficina para vivir. La existencia tiene asi entonces dos caras: La oficina y la iglesia. Es increíble como estos dos recintos se complementan, al punto de que de algún modo toda oficina tiene siempre su religión propia y cada iglesia tiene siempre sus correspondientes oficinas. Una religión, un culto a la burocracia es sin duda el absurdo máximo y también el máximo terror. Claro esta que cuando digo iglesia hablo de cualquier tipo de iglesia, como puede ser el burdel o la televisión. Como bien dijo el señor Núñez, el oficinista no pertenece a la especie. Es un aborto, una condición curiosa y neurótica, un caso digno de estudio, un pobre infeliz que habría que mandar al manicomio, a la montaña o al impenetrable chaqueño y, en fin, a cualquier lugar adonde al ser humano se le exija valerse por lo que es y no por su utilidad a oscuros señores.
Si uno lo piensa practica y fríamente, se da cuenta que tiene mas valor morirse, que es preferible volarse la tapa de los sesos o saltar de un cuarto piso, ir a la guerra o morir borracho y drogado en la putrefacta cama de la peor de las putas antes que vivir esta existencia cíclica de sueldos y tareas huecas. Esto es la desvida, la experimentación de la nada en forma de un mundo de objetos de plástico y de horarios fijos. Es un camino sin dudas hacia la neurosis. Creo que si las maquinas tuviesen voz, no sufrirían la mitad de los episodios de neurosis reprimida que un simple cadete de tribunales debe sufrir en su absurda carrera.

15 jul 2013

De los Abogados.

Habría que abolir a todos los abogados. A todos, no dejar absolutamente a ninguno en el ejercicio de sus funciones. Que se vallan, que se vallan al campo o al mar, a trabajar, a la vida. Ratas. ¿Qué le pasa a esta vida moderna? Es increíble la cantidad de intermediarios que hay entre lo que el hombre es y el hombre quiere. Señor lector, piense un fin. Entre ese fin cualquiera y usted va a encontrar siempre escalones innecesarios. Salvo claro que ese fin sea un verdadero un fin, como un beso o salir a caminar, que no es casualidad que la mentalidad moderna quiera degradar estos fines tildándolos de “actos”. Entre el hombre y lo que el hombre come, intermediarios: Supermercados, vendedores, organizaciones reguladoras de la salud, logísticas, envasadores. Entre el hombre y el agua: una tubería, empresas privadas o publicas de suministros, purificadores, jefes de sección de la planta de agua. Entre el hombre y su salud: medicamentos, empresas y laboratorios farmacéuticos, obras sociales, planes estatales, sindicatos. Entre el hombre y la mujer, muchas veces contratos estatales o episcopales. Entre el hombre y sus pensamientos: La psicología y la moral. Y, entre el hombre y lo que al hombre le corresponde y pertenece: Abogados, jueces, escribanos, garantes y fiscales. Pero sobre todo Abogados.
¿Cómo no va a ser todo tan caro en la época “del progreso”, si para cada paso que necesitamos dar hay innumerables parasitos innecesarios? Parasitos, todos parasitos, una estructura que “mejor” es mientras mas parasitos es capaz de asimilar sin desmoronarse. Los abogados che, ¡que parasitos!
No hay una función social tan inmoral como la de abogado. Frente a un abogado, sicarios y prostitutas son seres honrados, que responden a necesidades naturales. Un abogado es un parasito social. Esta investido de un poder que de ningún modo le corresponde y su misma existencia es una prueba del fallo de la democracia como sistema. Por cada abogado que existe se puede presuponer que hay 10 personas (los clientes del abogado) que desconocen completa o parcialmente sus derechos y deberes como ciudadano. Cada interpretación de la ley que es posible hacer es una prueba del oscurantismo de esa ley, del sistema legal, del sistema mismo. Todo el aparato burocratico y judicial es una inmensa araña que sencillamente suple las falencias de la ignorancia ajena. Y, claro, saca inmenso provecho de ello. ¿Trabajadores honestos? De ningún modo. Solo empeoran el mundo, apestan el ambiente, hacen que la tierra sea mas yerma y que todo sea mas difícil.
El concepto de justicia es impensable sin el concepto de propiedad. Y en una sociedad en donde la gente no tiene el efectivo derecho de representarse a si misma no puede haber justicia alguna. El derecho efectivo no puede estar dado de ningún modo por un derecho establecido, sino que cada persona tiene que estar igualmente capacitada (véase “educada”) para poder defenderse en los asuntos correspondientes a sus derechos y obligaciones. La carrera de “derecho” es la aceptación de la ignorancia de los no educados, es aceptar que la gente no conoce ni tiene la obligación de conocer en detalle sus derechos.
Si las leyes son demasiado complicadas es por que en si, como sistema regulatorio, no sirven. Lo único que se logra es un sistema que sostiene los privilegios de oportunistas. El abogado es el parasito, la pulga moderna. No existiría sin enfermedad y sin zarna, sin la mugre que genera el sistema legal. Eliminemos a los abogados y a todas las leyes ridículas. Eliminemos a todos los intermediarios entre el hombre y lo que el hombre quiere. Yo solo puedo pensar a una sociedad como perfecta cuando logra brindar acceso directo a la mayor cantidad de necesidades posibles. Tambien cuando es la que menos necesidades genera. Por ende, eliminemos el primer intermediario por excelencia, el gran grillete, el capital.
Son sangijuelas, especuladores, el ultimo reducto empirico de la metafisica, del fantasma metafisico, de la tela de araña milenaria. El Abogado, asi como tambien el juez y el fiscal y el gerente y todo ejecutivo (y que ni hablar del politico, mezcla de todo lo anterior, y tambien del economista, verdadero chaman del siglo XXI) son el sacerdote moderno. Abajo con esos pastores del derecho y del tan temido conocimiento practico. Yo digo: "una persona que no se representa a si misma no tiene derecho a ser defendida". Yo digo: Un sistema juridico o legislativo que no le permite a la gente representarse a si misma es un sistema que merece ser abolido, que merece no ser tomado en serio. Colocar un intermediario chupasangre entre el hombre y sus derechos y libertades es poner estos derechos y libertades en manos de terceros. De terceros que cobran, que son antes que nada mercenarios. Este, el mismo sistema que coloca la salud y la educacion por detras del dinero. 
¿Quereis salud, justicia y derechos? Abolid el capital. La representacion, asi como tambien la elecccion de "representantes", es solamente una trampa linguistica, una manera de no aceptar lo obvio: Nadie nos representa. Y esto es asi por que no tenemos otro derecho digno de ser representado que el dinero que tenemos en la billetera o en la cuenta del banco. El derecho, el valor que se defiende es nuestro valor economico. Por eso todos los abogados y los medicos cobran un sueldo. Ni que decir de los politicos. Es hora de ver realmente en donde esta el valor que se cree defender, y a obrar consecuentemente. Me canso de dia tras dia oir expresiones como "justicia", "paz,"derechos humanos", "salud" y, digo yo, ¿no sera que seguimos mirando la luz de estrellas que ya estan apagadas hace mucho? .
Hay muchos que dicen: "Eliminen a los bolivianos, paraguayos y peruanos", o "eliminen a todos los negros de mierda, a los pobres, a los chorros", e incluso "eliminen a los kirchneristas o a los macristas o a los peronistas o a los ateos". Solo lo dicen por que suena convincente. Pero, nota para burros, que algo suene convincente no significa que sea mas verdadero, sino solo mas convincente. Yo digo: "eliminen a los abogados, a todos los penalistas, a los jueces, a los politicos, a la magistratura, a todos los oficinistas, diseñadores, administrativos, representantes de cualquier tipo, a todo tipo de parasito (el publicista, el actor, el medico homeopata) y de intermediario (todo revendedor, toda sabandija inutil y oportunista, al viajante de comercio, al guia turistico) a todo canalla intermediario, a todo peaje. Eso es lo unico que va a lograr que sea nuevamente posible la vida, que el costo de la vida se simplifique y sea mas directo y por ende mas economico.

PD: Para los exagerados, cuando digo "eliminen a los abogados" no me refiero a las personas, sino a las funciones.

11 jul 2013

Frases I

Bueno, por fin termine de escribir el ensayo que me ocupaba, el cual por razones practicas no voy a publicara aca, sobretodo por que nadie va a leer un ensayo de 16 paginas que habla del vitalismo Nietzscheano en la moral clasica. Aceptemoslo. Peeeeero, de la produccion de ese ensayo, produccion que me llevo a sumergirme una vez mas (desde hace años que no lo hacia en serio) en las obras de mi primer amor filosofico, Friedrich Nietzsche. De la lectura completa de 4 de sus libros (genealogia de la moral, anticristo, mas alla del bien y del mal y el ocaso de los idolos) que necesite para "recolectar" la serie de aforismos elegidos, se dio que me volvi a topar con un monton de frases cortas que me parecen geniales y, a modo de recoleccion para algun trabajo futuro asi como tambien a modo de homenaje, les dejo mi seleccion de frases o aforismos favoritos, en su mayoria pertenecientes al septimo capitulo de "mas alla del bien y del mal", titulado "sentencias e interludios", y tambien del capitulo "maximas y dardos", de el ocaso de los idolos.  Nietzsche puso a su mayor personaje en la persona de un Persa, Zarathustra. En el prologo de alguno de sus libros, Nietzsche nos cuenta, segun la antigua tradicion persa, que las asi como el talento de todo griego era su dote artistico (es decir, mentir) y su habilidad para la lucha cuerpo a cuerpo, las virtudes persas eran tambien dos: Disparar exelentemente (el arco y la flecha) y decir siempre la verdad.

"Toda verdad es simple: ¿no es esto una doble mentira?"

"Hay muchas cosas que NO quiero saber. La sabiduria marca muchos limites, incluso al conocimiento"

"El remordimiento de conciencia es algo indecoroso"

"¿Puede resultar tragico un asno? ¿perecer bajo una carga que no puede llevarse ni sacarse de encima? Tal es el caso del filosofo..."

"Quien ha encontrado su propio "por que" de la vida, acepta casi todo "como" "

"Quien no sabe poner su voluntad en las cosas pone en ellas al menos un sentido. Es decir, cree hay en ellas una voluntad. Principio de la Fe."

"Cuando lo pisan, el gusano se enrosca. Esto es una medida inteligente, por que asi reduce las posibilidades de que lo vuelvan a pisar. En el lenguaje moral, esto se llama humildad"

"El que hoy mas rie sera tambien el que mas ria al final"

"yo he hecho eso", dice mi memoria. "yo no he hecho eso", dice mi orgullo y permanece inflexible. Al final, la memoria cede.

De las personas muy inteligentes comenzamos a desconfiar cuando se quedan perplejas

¿Quien por salvar su buena reputacion no se ha sacrificado ya alguna vez a si mismo?

Avergonzarnos de nuestra inmoralidad es un peldaño en la escalera a cuyo final terminamos por avergonzarnos tambien de nuestra moralidad.

Merced la musica gozan de si mismas las pasiones.

las grandes epocas de nuestra vida son aquellas en que nos armamos de valor y rebautizamos al mal que hay en nosotros llamandolo nuestro mejor bien

a menudo la sensualidad apresura el crecimiento del amor, dejando sus raices debiles y faciles de arrancar.

Constituye una fineza que dios aprendiese griego cuando quizo hacerse escritor y el que no lo aprendiera mejor.

Cuando tenemos que cambiar de opinion sobre alguien le hacemos pagar caro la incomodidad que ello nos produce

Lo que alguien ES comienza a delatarse cuando su talento declina, cuando deja de mostrar lo que es capaz de hacer. El talento es tambien un adorno y un adorno es tambien un escondite.

Quien no sabe encontrar el camino que lleva a su ideal lleva una vida mas frivola que el hombre sin ideales.

el bajo vientre es el motivo por el cual al hombre no le resulta posible tenerse por un dios.

Aquello que nosotros mejor hacemos, a nuestra vanidad le gustaria que la gente lo considere como lo que mas dificil de hacer nos resulta.

Quien con monstruos lucha cuide a su vez de no convertirse en uno. Cuando miras largo tiempo un abismo, tambien este mira dentro tuyo.

Inducir al projimo a que se forme una buena opinion de nosotros y, a continuacion, creer credulamente esa  opinion. ¿quien iguala a las mujeres en esta obra de arte? {PD: estoy evadiendo a proposito las frases acerca de las mujeres. Esta es un preview. en el proximo post, un especial de Nietzsche y sus muy muy misoginas opiniones sobre la mujer}

La demencia es algo raro en los individuos. Pero en los grupos, en los partidos, en los pueblos, en las epocas constituye la regla.

Nuestro projimo no es nuestro vecino, sino el vecino de nuestro vecino. Asi piensa todo el mundo.

En el elogio hay mas entrometimiento que en la censura.

la vanidad de los demas repugna nuestro gusto solo cuando repugna nuestra propia vanidad.

toda comunidad nos hace de alguna forma, de alguna manera, en algun lugar, alguna vez, vulgares.