26 abr 2017

Un fracaso tras otro (Genesis 6, I - VII)

Cuando la decima generacion de Adan poblaba la tierra, la poblacion era considerable.
El hombre, surgido originariamente de una sola pareja habitante del paraiso, se habia reproducido en el mundo como una plaga, arruinando completamente todo. El paraiso original se habia perdido, y las generaciones siguientes se habian asegurado por reemplazar aquel por los mil paraisos artificiales, maravillas del mundo terrestre, las cuales conocemos muy bien. Baste decir que todos nuestros viejos problemas estaban ya presentes en esos tiempos, eso si, como flagrante novedad.
Arriba, muy arriba, desde su tertulia cosmica, Dios miraba la obra, aburrido y colerico. Habia recortado los sueldos, prohibido el paraiso, lanzado maldiciones y admoniciones durante varias generaciones, se habia enojado, perdonado y enojado de vuelta. Incluso les habia acortado significativamente la vida, con la esperanza de que valoraran mas la propia vida, y con ello las vidas de los demas, pero nada funcionaba. Mas bien parecia que todo lo contrario. Con vidas mas jovenes, los seres humanos se descarrilaban, mas rapido que nunca, hacia el hedonismo o hacia el aun no inventado nihilismo.
Los Angeles, es sabido, tienen un delicado sentido estetico. Cuando se creo el paraiso, con Adan y Eva incluidos, habian estado contentos de tener, tras siglos de ver la misma jeta, algo distinto que mirar. Adan, con su ancha espalda y gallardo porte, y Eva, con sus delicadas curvas y resplandecientes ojos, eran un espectaculo inocente y variopinto. Mas de uno se habia saltado la eterna misa para ir a espiarlos un ratito al Eden.
Pero ahora... ahora estaban contentos de poderle ver la jeta a Dios de forma ininterrumpida. Ni el mas insensible o compasivo de ellos se animaba a darle un vistazo, si quiera de reojo, al monton de tierra en donde vivia el hombre. Los mas sensibles tenian que andar con la nariz tapada, porque de la tierra salian todo tipo de pedos espirituales que mejor no oler nada.
Varios de estos angeles, cuando se juntaban entre ellos, habian considerado seriamente ir y presentarle al troesma alguna queja. No podia ser que hubiera que tolerar a unos vecinos tan ruidosos, sucios y maleducados. Despues de todo, ellos eran algo asi como la planta alta.
Fue asi que, gracias al libre albedrio, locura universal de las criaturas, que un grupo de angeles fueron un dia a golpearle el porton a tata dios.
- ¿Que anda pasando? - les dijo Dios, que no se esperaba visitas.
- Mire Dios - dijo uno de los angeles, dando un paso al frente - espero que no lo tome a mal pero... ¡sus creaturas sublunares son un lio, que quiere que le diga!
- Si si - lo apoyo otro angel, mas petiso pero con cara de inteligente - resumiendo: su obra es un desastre.
- y si tampoco lo toma a mal - dijo un tercero, flaco pero de mirada decidida - yo creo que se le fue de las manos el hormigero universal.
Dios los escucho uno atras del otro. Cuando los angeles se callaron, Dios guardo silencio. Cruzando los brazos detras de la espalda, les pregunto, circunspecto:
- ¿Ustedes que proponen, Caballeros?
La pregunta los agarro desprevenidos. Su pensamiento habia llegado hasta presentar una queja. A ninguno se le habia ocurrido que Dios, tan autosuficiente como era, les iba a pedir consejo. Fue entonces que el Angel flacucho, que no por nada tenia cara de emprendedor, dio un paso al frente.
- Mire, si a usted le parece bien, a mi se me ocurre una idea. Esta gente sublunar hace quilombo todo el dia. Yo no estoy seguro de que tengan claras las reglas del edificio. Usted, que no por nada es el que sabe, nos confecciona a mi y a los compañeros una lista, un manifiesto, si quiere. Nosotros bajamos para enseñarles el manifiesto, y de paso le hacemos una auditoria, para saber a ciencia cierta que tan jodida anda la cosa abajo.
- ¿y despues? - Dijo Dios.
- Despues nos quedamos una temporada con ellos, como tutores, y les enseñamos a vivir como la gente. - propuso el angel flacucho.
-¿ y si siguen como ahora? - les pregunto Dios.
- Si siguen como hasta ahora, y con su permiso, los desalojamos a patadas de la existencia, y nos quedamos habitando la tierra nosotros. - dijo el mismo angel.
- Porque alguien tiene que glorificar su nombre como dios manda - acoto el angel petiso.
Los angeles guardaron silencio, y Dios reflexiono.
- Bueno - les dijo al fin - en un rato viene alguno a buscar la lista y se me van los tres para abajo a implementar el proyecto este.
A la semana, los 3 angeles habian descendido a la tierra. Completamente incorporeos, bajaron en un bosque virgen, a cientos de kilometros de la ciudad mas cercana. Se juntaron en asamblea y decidieron que antes de divulgar el manifiesto de tata dios, tenian que hacer la auditoria para ver que tan jodida estaba la cosa. Hicieron lo siguiente. Fueron hasta una transitada carretera que comunicaba dos importantes ciudades comerciales. Ahi crearon un automata con la forma de una bella mujer, a la cual dejaron durmiendo en el camino. Luego cada uno de los angeles se transformo en una joya de inmenso tamaño y descomunal valor. Uno se transformo en un diamante, otro en un Rubi y el tercero en un Zafiro.
Pasaron varias caravanas. La primera vio a la mujer ya las joyas, y tomo el zafiro. La segunda vio a la mujer y a las joyas, y tomo el Rubi. La tercera paso y vio a la mujer y a la joya, y tomo el diamante. Luego pasaron varias caravanas, pero ninguna se detuvo a ayudar al automata desmayado. Los angeles tomaron nota de aquello. Cuando cayo la noche, el automata se desvanecio.
Cada caravana fue a una ciudad distinta. A lo largo de varias semanas, los angeles vieron como las joyas en las que se transmutaron fueron robadas por ladrones, revendidas por codiciosos mercaderes, usadas para pagar orgias y festines, puestas de garantia para acceder a beneficios.
A los 30 dias exactos, los angeles decidieron que la humanidad estaba incurablemente corrupta pero que, de todos modos, debian cumplir con su promesa de intentar reformarla. Fue asi que para esto decidieron tomar forma humana, y transmutaron entonces su naturaleza angelica e incorporea en la escencia hylemorfica de los hombres. Adquirieron asi un alma y un cuerpo sensible. El Diamante se transformo en un apuesto muchacho. El Zafiro en un venerable anciano, y el Rubi en una simpatica doncella. Y asi los tres comenzaron a predicar la palabra de Dios en diversas ciudades. Y durante años enseñaron a los hombres los secretos del cielo y de la tierra. Sin embargo, mas temprano que tarde los angeles se dieron cuenta de una cosa: habian subestimado la naturaleza humana. En efecto, los angeles habian comenzado a notar que, cuanto mas tiempo residian en un cuerpo material, mas suceptible se hacia su alma ante las tentaciones propias de la materia. Asi fue que uno a uno comenzaron a corromperse.
El primero fue el muchacho, cediendo a los deseos lascivos que sentia por las hermosas hijas de Eva. El mismo camino siguio la muchacha con los hijos de Adan, e incluso en anciano termino revolcandose con rameras. Seducidos como estaban por la naturaleza terrenal, intentaron recuperar sus formas angelicas, pero ya era tarde, se hallaban ya demasiado encadenados a la tierra.
Cuando los angeles se dieron cuenta de la prision en que se habian encerrado, sintieron verguenza unos de otros y dejaron de verse y de hablarse. Ahora que eran impuros, no podian soportar nada que les recordase a Dios. Asi se volcaron a una vida totalmente disoluta, dejando de predicar de la noche a la mañana. Victimas de un orgullo nunca sentido, se degradaron con una rapidez pasmosa, pasando de yacer con el otro sexo a yacer con el mismo, y tambien con bestias de varios tipos. Fue con estas bestias que engendrarían temibles portentos y monstruos, que mas tarde llenarian las leyendas de los paganos.
Inventaron tambien todo tipo de artes abominables para resaltar y diversificar el vicio: la cocina y la cosmetica, las drogas y las danzas, la forja de puñales y de conjuros magicos.
Cuando ya su depravacion era demasiado grande para poder vivir entre los hombres, y estos comenzaron a expulsarlos de las ciudades, se dirigieron en pos de los demonios.
Vagaron por desiertos y aridos yermos, durmieron en viejas cuevas y en templos derruidos, y finalmente fueron a parar a las costas del mar rojo, donde se revolcaron por cientos de dias con los abominables demonios Agrat, Naama y Lilike. De estas aprendieron las artes oscuras, y practicaron el canibalismo. Y fue con estos demonios que engendraron a los terribles Nephilim, gigantes inmortales.
Pasado un tiempo, vio tata dios lo que habian hecho. Colerico por no haber bajado el mismo, apreto el boton rojo, y le aplico al mundo un necesitado formateo.
El pobre Dios no sabia que no ganaba nada con ello, que dentro de un par de siglos iba a estar de vuelta en las mismas...
Era un fracaso tras otro.





25 abr 2017

La Torre

"mientras haya hombres en la tierra, existirá también el fuerte deseo de terminar la torre"

Kafka, "El escudo de la ciudad"


La construcción comenzó en verano. Pero sus planes o, mejor dicho, la idea de construirla, comenzó mucho antes. Fue necesario que Nemrod, hijo de Nimus, llegase a su maximo esplendor como monarca. Nemrod, conocido primero como Nemrod el Cazador, luego como Nemrod el destructor y finalmente como Nemrod el fundador, puesto que edifico numerosas ciudades como Ninive, Resen y Calach, y tambien muchisimas otras, fue coronado muy joven como Rey de la "Ciudad de la puerta divina" (pues era sabido que en tiempos ancestrales ahi residia el arco que llevaba al cielo), también llamada ciudad de las siete puertas, entre la cual destacaba la adamantina puerta de Ishtar. La ciudad de la puerta era tan grande que, para recorrer cualquiera de las cuatro murallas que la cercaban, uno debia partir a caballo al amanecer y cabalgar hasta la salida de la luna.
Una vez estuvo seguro en el trono, se apresuro a aplastar a sus posibles rivales. Asesino a los generales rivales y se caso con Semiramis, la esposa del mas celebre de aquellos, y que luego seria conocida como una famosa Reina, constructora de palacios de oro y cristal, altos como colinas, y de preciosos jardines volantes.
En el tercer año de su reinado, Nemrod formo un terrible ejercito de arqueros y de carros de combate, e implementando nuevas tacticas, siempre guiado por su afan de conquista, fundo un monstruoso imperio en un abrir y cerrar de ojos: desde Aegyptus y Misradym hasta Ur de los Caldeos, desde Quetura hasta el Mar Negro, toda la region estaba bajo el control del gran imperio de Nemrod. Y una vez conquistada la tierra, le quedaba ahora solo conquistar el cielo.
Primero comenzo por trocar el temor de dios por el temor a si mismo, y a base de fuego y hierro instituyo una feroz tirania. Establecio el culto al fuego, y pronto comenzaron a surgir oscuras leyendas sobre su origen y sus portentos: hay quien decia que debajo de su armadura vestia el manto sagrado que el Dios le entrego Adam, el gran hombre cosmico, antecesor de la raza humana. Tambien habia quien decia que Nemrod poseia el libro magico de Raziel, que guardaba los secretos del cielo y de la tierra.
Lo segundo fue derrumbar los templos. Poco temeroso de los sanguinarios dioses que lo habian asistido en sus conquistas, Nemrod mando destruir los templos de Marduk, Enkidu, Ishtar y de todos los antiguos dioses del cielo y del infierno. Mando a que le cortasen la lengua a sus sacerdotes, que ahogasen a sus acólitos y hierofantes. Solamente mantuvo a las prostitutas sagradas, cuidadoso de no perturbar las costumbres. Y sobre las ruinas de los antiguos templos, mando a construir enormes Zigurats, templos piramidales de bizarra geometria, en donde coloco extraños ídolos de su propia invencion, entre los que destacaba el mismo deificado, ya fuese aplastando una serpiente, un leon o un aguila. Nemrod instauro nuevos sacerdotes, a los cuales instituyo en su doctrina, donde el y Semiramis eran la pareja divina.
Durante los siguientes siete años, Nemrod se dedico a expander las fronteras de su reino, para lo cual necesito siempre de nuevos enemigos y de terribles carnicerias. Aplasto primero las tribus del desierto, luego a los paganos de Tubal y finalmente a las poderosas tribus semitas. Fundo numerosas y lujosas ciudades, las cuales llenaba a la fuerza, trasladando las poblaciones de los territorios conquistados. Se establecieron rutas de comercio entre las provincias, junto con un sistema de tributo y un codice de leyes, ambos basados en el principio divino del Rey-Dios.
El trono de Nemrod era el centro de su palacio, su palacio el centro de la ciudad de las puertas, y la ciudad de las puertas era el centro del mundo.
Luego de agigantar su imperio, Nemrod tuvo un sueño. Soño con un mundo parecido al suyo, pero evidentemente mas joven. El sol brillaba con inocencia, las estrellas recien despertaban, los arboles eran mas luminosos y el agua cristalina. Hermosos pajaros y fieros hombres poblaban el mundo, un mundo de lucha que Nemrod soño con agrado. Mas entonces una terrible maldicion cayo sobre ese mundo. Los asuntos humanos habian desatado la ira de Dios, y entonces las aguas de arriba se unieron a las aguas de abajo en un abrazo cosmico que sumio al mundo en la destruccion.
Cuando Nemrod desperto, supo que no soñaba el futuro, sino el pasado. Supo que habia soñado con la destruccion del mundo precedente a manos del gran diluvio. Nemrod sintio gran pena por la perdida y gran furia debido al cruel asesinato de sus antepasados, y entonces levanto sus puños contra el Dios de los cielos.
Consternado aun por el sueño, subio Nemrod al mas alto de los Zigurats, y desde alli, durante tres dias consecutivos, contemplo las estrellas. Al alba del cuarto dia, finalmente la idea vino a el.
Aquella tarde, dijole Nemrod a Semiramis: "Construyamos ahora una gran torre, de ladrillo cocido y recubierta de negro betun, de manera que no filtren las aguas. Con esta torre me vengare de El, y actuare a mis anchas en esta tierra. Pues si se le ocurriese enviar a otro diluvio a la caprichosa divinidad, mi torre se elevara incluso por encima del Ararat."
Estas cosas le dijo el rey a su reina, mas terrible era lo que callo, pues en su alma meditaba Nemrod una empresa mas osada y secreta: llegado el momento, tomaria el cielo por asalto y llevaria su imperio a los confines del firmamento. Decapitaria al dios del cielo y el mismo se transformaria en dios.
La empresa era harto arriesgada, y no menos magnifica. Nemrod debia actuar rapido pero, al mismo tiempo, no debia precipitarse. Mando en primer lugar a reunirse a los mejores sabios del imperio, sea por la recompensa o por la espada. Recluto tambien a todo arquitecto, constructor y albañil que estuviese a la altura de la tarea. De los cuatro costados del imperio los esclavos fluian hacia la ciudad de las puertas para ser empleados en la misteriosa obra.
Siete años tardaron, los arquitectos en terminar los planos de la torre, los cuales fueron hechos y rehechos en muchas oportunidades. Enormes fueron las discusiones entre las distintas escuelas del arte, pues no lograban conciliar en los numeros sagrados y en los astros y deidades que la geometria de la torre debia seguir. Fue Semiramis la que, por medio de la profecia, les indico a los arquitectos los numeros secretos.
Pese a esto, tres años mas se tardo en poner en marcha la construccion, reunir los materiales, y otros menesteres. Finalmente, al decimo año desde el sueño de Nemrod, la construccion comenzo, y al decimo año la torre tenia la mitad de su tamaño final.
La torre tenia siete escaleras por punto cardinal, setecientos pisos con 77 enormes salones cada uno. Comenzaba con una forma cuadrangular, parecida a las de los zigurats, pero de proporciones titanicas. El perimetro de su base era de 16 kilometros, y poseia 400 puertas de bronce fundido. Cada una de las puertas contaba una hazaña del rey Nemrod o de la reina Semiramis. Luego la torre tomaba la forma de diversos paralelogramos, y a partir del piso septimo adquiria su forma verdadera: una forma tubular. Estaba construida integramente de ladrillo cocido, barruntado por afuera y por adentro de espesas capaz de betun y alquitran, lo que le daba un color completamente negro. Muchos llamaban a la torre "la espada contra dios".
La construccion de tamaña maravilla no escatimaba recursos, fuese oro, plata o vidas. Nemrod habia declarado la arquitectura ciencia patrona de la ciudad de las puertas. Las ganancias de guerras y los tributos sostenian la constante demanda de materiales y de trabajadores. Todo esclavo ganado, todo criminal capturado, todo deudor insolube, todo el que ofendia al Dios Rey, iba inexorablemente a trabajar en la construccion de la torre. Tambien las familias de la corte tenian que brindar al menos un hijo para formarlo como arquitecto o albañil. La disciplina en las cuadrillas era militar. La mas nimia de las fallas era considerada como traicion al imperio y como un insulto a la majestad divina del rey.
Nemrod queria unificar el alma de su imperio en la construccion de la torre. La torre no solo les brindaria seguridad, defensa y ataque, sino que les daria a sus subditos un sentido, una razon de ser.
Cuando iban ya quince años desde que se puso la primera piedra, la altura de la torre llegaba a rozar las nubes mas bajas del firmamento. Nemrod mando entonces una señal a Dios: ordeno a sus arqueros subir al piso mas alto y disparar sus flechas al cielo. Grande fue la sorpresa y el temor cuando a las flechas de sus arqueros el cielo devolvio el golpe: ¡Flechas aureas, hechas de oro y con punta diamantina y flamigera, respondian desde las nubes! Asustados los constructores le solicitaron a Nemrod detener la construccion, no fuese que se ganaran la enemistad del Dios. Pero Nemrod no solo ordeno seguir construyendo, sino que doblo el numero de arqueros. La respuesta del cielo era instantanea: por cada flecha recibida, disparaba 10. Eran cientos los arqueros de Nemrod que morian cada dia, cientos los obreros que eran alcanzados por alguna flecha. Esto no desanimo al rey. Mando a reemplazar las ventanas de los futuros pisos por troneras, entreno arqueros y ballestas en todas las ciudades del reino, e incluso incremento el numero de obreros. La construccion debia continuar pasase lo que pasase. Las hostilidades continuaron diariamente entre la torre y el cielo.
No fue sino hasta muchos años despues que Dios, al cual nada se le escapa, decidio que ya era hora de frenar con la edificacion de la demencial torre. He aqui entonces que dios, que constantemente estaba rodeado de tres circulos concentricos de angeles, le hablo a los 70 angeles mas cercanos:
- He aqui que todos los hombres son un solo pueblo con un mismo lenguaje, y este es el comienzo de su obra. Ahora nada de lo que se propongan sera imposible. (a los angeles) bajemos y una vez alli confundamos su lenguaje, de modo que no entienda nada cual el de su projimo"
Y dicho esto, descendio Dios, rodeado de sus angeles y envuelto en una gran nube de tormenta, que se ocultaba a su vez en una luz impenetrable, y yendo hasta los hombres confundio su lenguaje, de modo tal que los unos no se entendian con los otros
Asi fue que el constructor no podia mandar a los obreros, ni estos coordinarse entre ellos. Los guardas no comprendian a los albañiles, ni estos a los comerciantes que venian de fuera con los materiales. Estallo de la noche a la mañana un gran caos en la ciudad de las siete puertas. Al surgir numerosos lenguajes, los hombres, que antes estaban todos reunidos por una tarea y un idioma comun, comenzaron a reunirse en grupos segun la lengua, y estallo entonces una gran guerra.


Algunos dicen que esta guerra duro 10 años, otros dicen que 50, y algunos afirman que 100. Lo cierto es que desde este punto en adelante, la historia se vuelve incierta. Los templos fueron destruidos, los palacios incendiados, los jardines ardieron en las interminables batallas. Dicen que Semiramis se transformo en una hermosa paloma y huyo a los cielos o a unas islas desconocidas. Los incendios se extendieron por la ciudad, y enormes columnas de humo ardian diariamente dentro de la ciudad. Los hombres habian perdido todo entendimiento entre ellos. Presas del panico, las grandes poblaciones huian por miles y por miles mas, hacia Ur o Hacia Ninive, llamada tambien "la ciudad blanca".
Nadie sabe con certeza que ocurrio con Nemrod. Muchos afirman que fue asesinado. Otros, que el Dios de los cielos acabo con el dejandole caer un trueno. Otros incluso dicen que una piedra de la torre lo aplasto, o que continua el solo construyendo la torre. Lo mas seguro es que haya huido hacia otra de sus numerosas ciudades, reinado alli y finalmente muerto con honores. Lo cierto es que su nombre se pierde en la historia. Tambien es cierto que, desde el dia de la confusion de las lenguas, fue conocido como "Nimrod el maldito" o simplemente como "el caido".
Mas seguro es lo que succedio con su imperio, el cual no tarde en fragmentarse. Violentas rebeliones estallaron por los cuatro costados, y lo que una vez fue un gran reino se convirtio en una gran variedad de naciones y tribus, que desde entonces lucharian eternamente.
Y Aunque la torre se hallaba vacia, el cielo seguia haciendo llover azufre y flechas sobre ella, por lo cual la misma comenzo a derrumbarse poco a poco. Nunca llego a derrumbarse de todo, no obstante, y los pueblos que veian la ciudad de las puertas a la distancia, confundian la torre con una inmensa montaña, por lo que algunos comenzaron a llamarla "la ciudad de la montaña".
Las columnas de humo que subian desde la ciudad de las puertas llegaron, con el correr de los años, hasta el trono mismo de Dios, que imperturbable residia oculto en su nube y adorado por sus coros angelicales. Cuando Dios percibio el humo, mando que cesasen las flechas contra la torre. La humanidad se hallaba dividia y en guerra, por tanto, no era una amenaza. El cielo ya no corria peligro.
Dios se ocupo entonces de otros asuntos y menesteres, alejando su vista del aburrido reino de los hombres.
Pero alla abajo, muchos siglos despues y en completo silencio, la construccion continuaba. A los hombres les habia llevado mucho tiempo recomponerse, pero lo habian logrado. El gran Nemrod habia muerto. Habia muerto su hijo Tammuz, pero antes de morir habia formado una orden secreta. Su objetivo, guardado y continuado a travez de la historia, era solo uno: terminar la torre y asaltar el cielo.
Tammuz se dio cuenta de que el error de Nemrod habia sido la impaciencia. Esta lo habia llevado a la arrogancia, y la arrogancia es lo que primero salta a los ojos de Dios, porque arrogantes son todos los dioses, y el dios del cielo era un dios celoso. Al igual que Nemrod, solo toleraba un dios: el mismo.
La unica manera de construir la torre era al amparo de las guerras y de los incendios, y asi lo harian. Piedra a piedra, guijarro a guijarro, llevase el tiempo que llevase. Lo importante la discreción, la discresion y una voluntad de hierro a traves de los siglos.
Generacion tras generacion, los descendientes de los miembros originarios de la orden de Tammuz continuaban su tarea. Cada generacion construia una pared, finalizaba una boveda, levantaba un pilar, cerraba un techo, comenzaba una abertura. Y poco a poco, la torre crecia. Tammuz habia confiado en que, a los ojos de una divinidad eterna, los pequeños cambios tendrian que pasar casi desapercibidos. Tambien creia que Dios no creeria al ser humano tan desobediente como para intentar el mismo pecado dos veces, exactamente de la misma forma. Ademas, el mundo avanzaba y habia problemas mas grandes: Las aventuras de Abraham y Moises, el exodo de los israelitas, la crucifixión del mesias, la destruccion del imperio romano, el desarrollo del papado, la muerte de los apostoles, las destrucciones y tomas de jerusalen, las guerras santas, la batalla de poitiers, las guerras napoleonicas,, las profesias apocalipticas, las tesis de Giordano Bruno y Galileo, el ateismo y el sufrimiento animal, las guerras mundiales, el estallido de terribles bombas atomicas, los derrames de petroleo...
¿quien se acordaba, quien se acordaria ya de la torre? ¿quien de Babilonia?
Los descendientes de Tammuz y sus adeptos, no obstante, no dejaron de poner, año tras año y dia tras dia, piedra sobre piedra. Siempre en silencio y siempre en las sombras.
Un dia, mientras giraba en el tercero de los coros angelicos, dando cantos de alabanza al Dios Eterno, Shamshiel noto algo raro. Es sabido que la vista angelica, al no depender de un organo de vil materia, es infinitamente mejor que la del hombre. Y aunque Shamshiel era un pequeño querubin de poca jerarquia, podia abarcar la inmensidad del cielo con sus ojos espirituales. Los sabios dicen que el septimo cielo, la mas pura de las esferas donde reside el trono divino, adopta al ojo la forma de una gran pradera celeste, en donde el firmamento azul celeste se extiende infinitamente en todas las direcciones. Curioso le parecio a Shamshiel notar, en una zona indefinida de esa extension, algo asi como un bulto, como una pequeña protuberancia. El Querubin mantuvo, mientras danzaba, la atencion en esa irregularidad, y noto que poco a poco crecia, como si una montaña se formase lentamente.
Confundido, Shamshiel alzo su vista hacia el trono de Dios. Completamente envuelto en una negra nube que desprendia rayos y centellas, el trono se mantenia innacesible. El angel decidio entonces aparatarse del circulo perfecto en el que giraba con sus hermanos, y se acerco a ver el bulto, que ya tenia la forma de una pequeña colina. Shamshiel lo observo por un rato y luego, materializando una hermosa mano y un brazo, ambos transucidos como una copa de cristal, toco la punta del cerro. El suave y esponjoso material etereo cedio casi a instante, y Shamshiel retiro la mano. Esperaba ver salir algun tipo de liquido, pero lo que vio salir lo horrorizo. Como si hubiese reventado un hormiguero, miles, tal vez cientos de miles de pequeños puntos negros comenzaron a salir de la pequeña abertura, que rapidamente comenzo a ensancharse, generando varias grietas que a su vez se resquebrajaban. Y de cada hueco, de cada hendidura, salian miles y miles mas de estas pequeños y asquerosos seres. Completamente asqueado, Shamshiel levanto vuelo ¿que eran, que eran esas criaturas? ¿langostas? ¿cucarachas? No, no lo eran. A Shamshiel se le hacian conocidas. El Querube se concentro entonces, buscando en su inteligencia divina. No tardo mucho en darse cuenta: esas criaturas que ahora se formaban en batallones innumerables, ¿no eran muy parecidas al Adan que el habia visto hace eones?
Shamshiel volo horrorizado a dar la voz de alarma. ¡Miguel debia formar los ejercitos, Rafael proteger el trono, no habia tiempo que perder! Pero... - y aqui Shamshiel se detuvo una vez mas, para mirar, ahora si con genuino espanto, a aquellas criaturas que ya desbordaban el firmamento. ¿acaso era posible? ¿era posible aquello?
Pero ya era demasiado tarde. Los otros seis cielos habian caido, presas todos de la misma incredulidad. Los rostros de los hombres, contraidos por un furor ciego, se abalanzaban ya sobre el trono de Dios.

24 abr 2017

Mistica para Fiestas

El iniciado nunca llega temprano.
Llega ya iniciada la cosa,
saluda al azar, ocupa un puesto nimio.
Sabe esperar.
Cambia varias veces
de lugar, de vaso, de interlocutor.
Mantiene la periferia,
Reserva sus fuerzas.
Si le es posible se oculta
en una silla con respaldo,
en un cuarto aledaño,
en un tema especifico,
en la seguridad una elite
o en el escudo de su risa.
El iniciado, antes que nada, observa el cosmos:
Fija los cuerpos celestes,
traza sus orbitas,
observa la naturaleza del cielo y,
segun las reglas del arte,
divide el orbe celeste
segun la rueda de los vivientes.

Una vez que observo el cielo
y el movimiento de los cuerpos
y una vez que observo la tierra
y el corrimiento de los dias
con sus correspondientes noches,
y que hubo trazado,
en petreo calendario,
el devenir de las estaciones,
entonces recien entonces
el iniciado pide un vaso,
un vaso y solo un vasito
de cerveza o de moscato,
y comienza a nombrar uno a uno
por su nombre a los animales:
a los bueyes en el campo,
a las sierpes en la tierra,
a los peces bajo el agua,
a las aves en el cielo.

"Inabordable" a aquella rubia.
"Insoportable" a aquel de blanco.
"Intomable" a la cerveza
asi nombra y va nombrando
personas y relaciones
a medida que va esperando

Y luego, si le sobra tiempo
observa el numero y el tipo
de las estrellas;
Imagina su procedencia
Calcula sus conexiones,
ensambla constelaciones,
cada cual con sus mitos
en poemas en tablillas
que narran, cada cual,
inicios, desarrollos y finales.

Cada poema tiene su dios
iracundo o compasivo.
Cada mito su diosa
negra noche o blanca luna,
sanguinaria y caprichosa.

¿pero que es lo que espera,
 y en que es un inciado?
¿en que oscuros misterios
fue instruido nuestro sabio?
El iniciado sabe bien
que el diablo no sabe por viejo:
el diablo sabe por diablo.
Y sabe que en las fiestas
aquellarres y salamancas
lo importante siempre ocurre
en el ultimo cuarto,
cuando el sol esta saliendo
y la luna va marchando.

Cuando queda poco vino,
quedan pocos paisanos,
y entre ellos la gran mayoria,
cabecea dormitando;
Cuando ya no quedan fuerzas,
cuando el fuego va menguando,
hay que hacer el movimiento
y decir la formula magica,
recitar el encantamiento,
y pisarle la cola al diablo.
y volar entre las brujas
y bailar entre los faunos
y cantar el vale cuatro
Que en el ultimo cono de sombra
siempre acechan los milagros.

Entonces es la fiesta en la fiesta:
hierofante entre hierofantes
descubre su capucha
se saluda con sus hermanos
y gritan todos juntos
un evohe para Baco
y cantan canciones secretas
Entonan himnos a Orfeo,
ditirambos para Ceres,
obsenidades para Yambe,
chistes verdes para Baubo.

Se deja de lado la vil cerveza
y el despreciable vino mundano
y entre los brebajes secretos
el kykeon es destacado.

ahi cada cual juega su juego
y alla todo es revelado
y en un rincon se planea una fuga
y en aquel otro un atentado
y siempre es la fiesta en la fiesta
hasta que el dueño de la casa
se quede dormido o borracho
o de la voz de alto.




22 abr 2017

Cronica de la fiesta aburrida (continuacion)

Cuando sali afuera, Camila ya estaba fumando.
- Que maleducada sos - le dije - empezas sola.
- el porro es mio - me explico. Dio un par de pitadas y me paso el cigarrillo. Di mis chupadas correspondientes y se lo devolvi. Asi estuvimos cinco minutos. Y luego cinco mas. Me sentia casi idiota parado en la vereda, sin hacer otra cosa que fumar. Se escuchaba la musica del interior de la fiesta. Mierda de Dios: alguien habia vuelto a poner musica tropical, cumbia esta vez. O bien otro macaco habia tomado la posta o bien Juliana no era tan idiota como yo pensaba.
- Vamos a caminar - le dije de improviso - Odio esta musica del carajo.
- Vamos - me secundo ella, y dejandose arrastrar del brazo me siguio por la vereda oscura. Caminamos un buen rato por las calles aledañas, casi sin mediar palabra. Por suerte el bolso de Camila tenia no solo un porro, sino un veinticinco casi entero. Casi llegando a Avenida Cabildo hicimos una parada estrategica para armar el que era el tercer cigarrillo de la noche.
- ¿y ahora? - me pregunto, con media cara en la sombra y la otra mitad iluminada por el encendedor que chasqueaba. -¿volvemos?
- No - le dije - No volvemos. Vamos.
- ¿adonde?
- a Nueva York - le dije sonriente. Mas precisamente a Manhattan. Camila sonrio, no se si captando mi ironia o sencillamente porque era imbecil y la sonrisa es la manera mas sencilla de disimular la falta de entendimiento.
- ¿mney que hay alla? - me pregunto mientras, con el cigarrillo en la boca intentaba aun que el condenado encendedor mantuviese una ereccion flamigera de algunos segundos.
- Un hotelucho muy lindo a pocas cuadras de central park que quiero que conozcas - le revele - No te hagas drama, yo pago pasajes y estadia-. Camila se saco el cigarrillo de la boca y me miro entre indignada e incredula.
- ¿me harias el grandisimo favor de ayudarme a prender esta mierda? ¿no ves que estoy hace 5 minutos con este viento?.
Reconociendo mi error, me acerce y, segun indica el manual, hice una pared antiviento con mis manos. El cigarro prendio por fin y seguimos caminando, esta vez hasta Cabildo y Juramento.
- ¿y aca? - me interrogo. Habia que continuar con el juego.
- Aca tomamos el Vuelo - le dije. y agregue - Metele con eso, que no se puede fumar a bordo.
Llegamos a Manhattan - Balvanera casi una hora despues. El resplandeciente colectivo 41, sol nocturno de la ciudad de Buenos Aires, nos dejo nada mas y nada menos que casi enfrente de la Plaza Once. Era claro que Camila no esperaba un verdadero Central Park, pero tampoco se esperaba esto. Aplico entonces una consabida cara de culo y preocupacion que yo ya le habia visto una o dos veces en alguna fiesta.
- ¿ que pasa, algun problema? - le digo, sondeandola.
- Nada, que no me gusta esta zona- me responde colgandose de mi brazo - No iras a hacer alguna idiotez, ¿no?
- Para nada - la tranquilice - Al igual que tu maridito, soy un ser completamente racional. Si vieras que hasta hice reservaciones en la suite- Pronuncie lo de "tu maridito" con un impecable tono de sorna.
- Ya veo - dijo clavando en mi un par de ojos frios. Esos ojos decian "andate al carajo", eran un andate al carajo 100%. Pero seguia colgada de mi brazo. Me gusto la contradiccion. Le pase el brazo libre por la cintura y le di un beso. Para mi sorpresa, respondio bastante bien. Que carajos, casi me olvidaba de que Fernandez era un cornudo redomado. La aprete mas contra mi y mi brazo paso de la cintura al culo. Bueno, pense, esto no esta tan mal despues de todo. Me gustaba esa pasividad imbecil que tenia, como si no le importase estar ahi, entre mi pija y el poste de luz. ¿quien sabe? Tal vez realmente no le importaba. ¿por que deberia importarle? Todo lo demas era una enorme carga de mierda, que habia que llevar por un enorme rio de orina. Yo no lo llevaba. Ella no lo llevaba, y estaba bien. Por lo que era a mi, me daba igual. Solo me arrepentia de no haberme traido conmigo una botella de algo, de lo que fuese: Sabia que en mi hotelucho no iba a conseguir ningun alcohol decente. La solte de repente y arrastrandola del brazo fui directo hacia el hotel, que en cuestion quedaba a cuadra y media de plaza once. Mientras caminabamos entre cartones y gente muriendose de hambre, la mire de reojo. Parecia intranquila.
- ¿ que pasa, en serio queres volver a la fiesta? - le pregunte sin parar de caminar.
- ¿ no es mas facil ir a tu casa? - pregunto ella.
- Odio mi casa, es un verdadero culo. Estoy ahi todos los dias, imaginate. ¿no queres mejor ir a la tuya? - Claro que era del todo imposible, asi que no hubo respuesta.
El hotelucho en cuestion era una vieja pension a la que se accedia por una escalera polvorienta. El cartel de entrada rezaba ridiculamente "hotel familiar". Un cartel mas chiquito publicitaba: "habitaciones por noche". Camila se agarro de mi brazo en una aceptable imitacion de la prostituta parisina, y subimos. Por suerte el recepcionista nocturno era practicamente un retrasado mental, por lo cual nos salteamos presentar documentos y hasta nos dimos el gusto de firmar con nombres falsos. O al menos yo si. Camila solo cambio su apellido, cosa estupidisima segun le dije, ya que Fernandez jamas visitaria un hotelucho como aquel; Aunque, pensandolo bien, quien sabe.
Nos dieron un cuarto casi en la punta del "complejo". Vale decir que las habitaciones no eran sino subdivisiones de lo que en otro tiempo debe haber sido un viejo y respetable caceron. Las paredes eran de durlock y las divisiones eran azas improvisadas. Por suerte a Camila se le habia pasado su remilgo inicial, y a mi me importaba un carajo que nos escuchasen. El porro que nos fumamos en la habitacion me habia dejado en un placentero estado de somnolencia. Tenia un blues ridiculo sonando en mi cabeza, solo en mi cabeza, y casi le habia perdido el hilo a mi supuesta venganza o victoria pirrica. De repente no me importaba porque habia llegado hasta ahi. Habia abierto una ventana, y en algun momento me habia sacado la campera y la remera y, apoyado en el marco de la ventana, me fumaba yo solo lo que quedaba del cigarrillo.
¿Y Camila? ¿donde estaba? Seguramente en el baño, o verificando la cama, o mirandome estupidamente. Tal vez habia muerto. Si, a lo mejor un paro fulminante habia terminado con su aburrimiento a prueba de balas. Hubiera sido lo mejor. Si Dios en persona se me hubiese presentado, le hubiese pedido que me la cambiase por una botella de Jack Daniels, lo juro. Pero dios no se manifesto, ni el ni ninguno de sus alcahuetes, y entonces en algun momento Camila se me acerco y comenzo a acariciarme primero la espalda, despues el cuello, y finalmente la pija, que era lo que tenia que haber hecho en primer lugar. Yo me mantuve en una inmovilidad estoica, con los ojos fijos en la calle de abajo. Abajo ocurrian cosas realmente interesantes. Dos pibes golpeaban salvajemente a un tercero. Primero a mano limpia, los tres trenzandose furiosamente, como dragones o cometas, a puñetazo limpio en la cara. No habia tecnica, no habia defensa, era fuerza bruta contra fuerza bruta. Lamentablemente no duro mucho. Los dos que peleaban en equipo, aunque bastante borrachos, derribaron en poco tiempo al solitario, no menos borracho que ellos. Cayo y se levanto casi al instante, pero no lo suficientemente rapido para evitar una puntinazo en plena cara, seguido por toda una lluvia de codazos y coscorrones, a los cuales contrataco como pudo, pero ya un gancho de izquierda de uno de los otros lo volvia a tender en el asfalto. Se levanto una o dos veces mas. Esa ultima vez quedo tendido unos segundos, segundos fatales, que alcanzaron para que los atacantes pasasen a las patadas y a los botellazos. Es increible la cantidad de daño que puede recibir un cuerpo enfurecido antes de quedar completamente hecho polvo. Este recibio bastante, incluso cuando estaba ya realmente acabado, le siguieron dando un buen rato. Claro que todo esto ocurrio rapidisimo, digamos en 5 o 7 minutos. Fue en mi conciencia donde el hecho se dilato. A pocos metros, las sirenas mudas de la policia, rojiazules, le daban a toda la situacion un aire circense, carnavalesco. Los policias fumaban o dormitaban dentro de sus moviles. No se iban a mover por dos pobres matando a un tercero. En esto pensaba cuando el porro se apago, casi consumido y ahogado por una inoportuna semilla.
Entonces me resigne a darme vuelta y ahi estaba Camila, pocas tetas, culo estandar, desnuda sobre la cama, con las cabeza sobre la almohada, las piernas un poco abiertas, mirando quien sabe que mierda en la ridicula television muda y en miniatura. La mire a los ojos y ella me miro tambien. ¿que transmitia esa mirada? No me lo pregunte mucho. No valia la pena. Probablemente no transmitia nada y, si transmitia algo, seguramente era una idiotez. Yo habia tomado y fumado lo suficiente como para calentarme con cualquier hembra del conurbano, con tal de que fuese joven y estuviera desnuda. Camila cumplia ambas consignas. Me saque el pantalon y tambien las medias, y cuando me subi a la cama note que aun tenia el calzoncillo. Mientras me lo sacaba pense que si no fuese por Fernandez y sus ridiculos calditos, seguramente me hubiese ido a dormir en ese mismo momento.
Bruscamente me monte sobre ella. Tenia el cuerpo bastante caliente, y mecanicamente me monte sobre ella y comenze a darle, primero despacio, en embestidas largas y despectivas, y luego mecanicamente, presa de un sentimiento euforico. Le estaba dando a lo perro. Los perros sabian lo que era bueno, y yo tambien. Camila no hacia nada de presion, me dejaba entrar y salir a mi gusto. Esa pasividad me volvia loco. Tenia sinceras ganas de pegarle un bife, un sendo cachetazo. y se lo di. Uno con cada mano, pero en el culo. Mientras estaba en eso, tuve una revelacion, una idea me cruzo la mente como un rayo o un dolor de muelas. Le saque la picha de un salto y, poniendole las manos en los hombros, la obligue a darse vuelta. Una vez quedo boca abajo, bueno, sencillamente hice lo mismo que venia haciendo. La monte desde atras, gran cosa. La unica diferencia era que ahora la sostenia de los pelos. Ese pelo rubio era realmente lindo, con sus bucles y todo. Era como cabalgar algun tipo de equino. Una yegua aburrida y mal alimentada, pero una yegua la fin. Una cabalgata es una cabalgata. Y mientras resoplaba, entrando y saliendo, tuve un ataque de risa, o casi. Camila ahora se movia de verdad. Era hora, algun dia tenias que salir de esa pasividad de estrellita de mar.
- ¿Sabes, sabes quien soy? - le pregunte mientras jadeaba. Camila seguia moviendose ritmicamente. Supongo que era demasiado estupida para contestar. No me importo, realmente no esperaba una respuesta.
- Soy Holden Caulfield - le dije soltando una risita. - Holden Caulfield, puta. ¿Escuchaste? ¡Hol - den - Caul - field! -. Se lo repeti varias veces, casi a los gritos. Se lo repeti hasta que no pude mas. En algun momento me desplome sobre la cama. Camila no dijo nada, quizas porque estaba mas fumada que yo. Quizas porque le importaban un carajo mis mierdas literarias. Y tenia toda la razon.
Despues de todo, no eran gran cosa.




El jardin del Eden en la puerta del infierno

los coches en las calles
no ceden ni un apice
los huesos de la gente
contra la carne, en el subte
no ceden un apice
las manos en mostradores
en ventanillas
en las oficinas
en las billeteras
dentro de los bolsillos
no ceden ni un apice.
la maquinaria epileptica
ezquizofrenica, neurotica
de las avenidas o las escaleras
no ceden.
Nada, nada de nada.
No hay piedad para los que mueren
ni para los que viven
no tenemos ni siquiera una mirada
para las cosas que se pudren
que incesantemente estan pudriendose:
para ellas, nada de nada.

En esta ciudad del culo
no hay nada para nadie

Los viejos verdugos
las enfermedades
los relojes
las armazones que crujen y se desploman
bajo el peso de la inercia
no yerran ni perdonan
siguen y seguiran
tanto ahora como antes
como antiguos olmos o
como las cupulas grises
de las viejas catedrales.

y todo lo que uno hace
es ir a un bar
es poner un disco
es abrir un libro
o cerrar otro
y apoyar la cabeza
en una almohada
para esperar en el mañana
otro dia lleno y vacio
de lo mismo

20 abr 2017

Cronica de la fiesta aburrida

 Esta fiesta es un bodrio, pense. Me arrepiento de venir. Y era verdad, me arrepentia, mierda que me arrepentia. ¿alguna vez hacen cosas queriendo no hacerlas? Pero que pregunta estupida, olvidenla. Claro que las hacen. Todos las hacemos. Levantarnos temprano, tomar un colectivo lleno que no queremos tomar para ir a un sitio al que no queremos ir para ver gente que, mierda, que nos parta un rayo si queremos verla. O escuchar una larga y aburrida conversacion solo por esa idiotez que se llama educacion. O tener que sonreir cuando bien querriamos... bueno, toda una lista de cosas que ya se imaginan. Un medio para un fin. Pero no. No me refiero a ese tipo de cosas.
¿alguna vez hicieron alguna cosa contra su propia voluntad, pudiendo no hacerla?  Hace unos dias, por ejemplo, estaba bamboleandome en una silla, y todavia quedaba un pedazo de pizza sobre la grasosa caja de carton. Yo estaba que reventaba, me habia comido casi una pizza entera, solo por aburrimiento. Sentia el estomago como una letrina llena de pizza, sentia en la garganta que no queria ver u oler una pizza de vuelta en mi puta vida, y sin embargo tenia la estupida tentacion de comerme el ultimo pedazo. Y me lo comi.
Otro ejemplo: uno esta en su casa haciendo lo suyo, leyendo un libro de mitologia escandinava,  o viendo una maraton de cine checo, o escuchando una pila de discos, o sencillamente meneandosela, y de repente suena el telefono o llega un mensaje. ¡maldito sea dios! Puede ser cualquier cosa: un familiar molesto que quiere venir a incomodarte, una aburrida pelicula en un cine asqueroso, una ridicula salida al aire libre o, como fue en mi caso, una porqueria de fiesta en la casa de algun idiota.
Claro, uno no tiene ni la mas minima voluntad de ir. Pero por alguna razon, por algun oculto resorte de la perversidad (y creo que Edgar Poe le dedico un cuento), uno acepta.
- Si, esta bien. ¿a que hora? Ok, a esa hora entonces. - dice uno. Y uno se maldice y se remaldice en el instante mismo en que acepta. Y mientras la conversacion continúa, una voz que no es la voz que habla por el telefono empieza a decirnos lo hijo de puta que somos, que somos sencillamente retrasados mentales, y luego comienza a hacer un malicioso repertorio de la succesion de horrorosos eventos que se succederan esa noche, de la cantidad de imbecilidades acusticas, visuales y escultoricas que tendremos que tolerar, de lo aburrido del viaje de ida y de vuelta, de la pomposa lista de posibles y aborrecibles invitados, para terminar ordenadamente con una nueva automandada al quinto carajo, amen. ¿por que? - nos preguntamos luego, mas tarde, tal vez en la misma fiesta - ¿por que carajo hacemos tan seguido cosas que no queremos hacer?.
¿ustedes no se lo preguntan? Sentado en un sillon, pretendiendo interesarme en una insoportable charla sobre chicas, yo me lo preguntaba. Me lo he preguntado siempre, casi durante toda mi vida y, en fin, no quiero aburrirlos con mas anecdotas o con la historia de mi vida asi que, resumiendo, soy un misantropo o, mejor dicho, casi un misantropo. No es tanto ser un misantropo lo que me pierde, sino no ser un misantropo completo, puro y duro. Porque un misantropo dice NO, y a tomar por culo.
Yo, en cambio, misantropo a medias o simplemente imbecil, tenia que estar sentado en ese silloncito de cuero, con un vaso de vodka en la mano (no, maricones, no quiero ponerle jugo de naranja, ya pueden irse a la mierda con su jugo de naranja), pretendiendo maravillarme de que esa chica le hubiese chupado la pija a mi interlocutor, en su coche, a la salida de noseque condenado boliche de la costanera norte. Si, un aplauso para el. Me pararia y lo aplaudiria de pie, si tuviese ganas de pararme.
Luego otro interrumpia para hacer gala de sus propias hazañas con una compañera de trabajo, una rubia tan tetona como putona, segun pude entender. Claro que habian ido a un hotel en el horario de almuerzo, y claro que la rubia cojia de una manera espectacular, como una estrella porno. Escucharlos era de algun modo como escuchar a Homero. Todos y todas eran semidioses, todo el mundo era osado, todo el mundo era feliz, los guerreros salian siempre victoriosos, Belerofonte siempre mataba al dragon y Ariadna hacia un trio salvaje con Teseo y Dionisos.
Si si, todo era maravilloso. ¿y entonces porque estabamos ahi, en aquella fiesta horrible, escuchando musica horrible, tomando un vodka horrible, rodeado de putas frigidas y de imbeciles con pija? Bueno, yo al menos lo sabia: porque soy un imbecil, lo dije mas arriba. ¿y Ellos? era un misterio.
¿eh, que? ¿Que cuente algo yo? No no, yo paso - dije - Yo no tengo nada para contar muchachos. ¿Que por que nunca cuento nada? Bueno, tal vez porque no me gusta esta competencia del tamaño de nuestras porongas psicologicas, pense.
- Me divierte mas escucharlos a ustedes - menti con una sonrisa barata. No hizo falta mas. Ya un tercero y luego un cuarto intervinieron para narrar sus Illiadas y sus Odiseas. Les encantaba hablar, y mientras yo miraba el reloj pared por enesima vez, deseando al menos estar lo suficientemente ebrio como para que no me importase nada, Bruno, un imbecil que se pasa la vida prostituyendose en publicidad por un alto precio, nos contaba como el pasado verano se encamo con dos dominicanas en New York, en un hotelcito a dos cuadras del Central Park. La escena era memorable, tragicomica. Bruno en sus caros zapatos, pantalones de corderoy, camisa de franela y camperon color crema, completando una bufanda blanca, un metro noventa de rubicunda masa corporal trabajada en los gimnasios chetos de barrio Norte. Las dominicanas que venian del brazo, altas y fornidas como amazonas, con sus enormes culos enfundados en unos jeans a punto de estallar, con sus enormes tetas dentro de las blusas, una con un abrigo corto de piel, la otra en un sobretodo largo color cafe. Una escena similar podia verla cualquiera que se dignara a caminar por la plaza miserere caida la tarde. Pero no era la plaza Miserere, era Central Park, no era Balvanera sino Manhattan, y entonces Bruno el macho argentino no podia no intentar la conquista. Algo parecido le paso al celebre personaje de Benesdra. Entonces Bruno intento y Bruno consiguio, tal vez con demasiada facilidad, llevarselas a ambas a un hotelcito que cobraba por horas.
Bruno no quiso dar muchos detalles de la orgia en cuestion. A mi me importaba un carajo, pero los demas parecian decepcionados por ese mutismo contra natura.
- Dale Bruno, conta - decia uno.
- No te hagas rogar, hijo de puta - decia otro
- Dale, me imagino que no habras tenido problemas ¿no? - pinchaba un tercero.
El rumor daba vueltas desde los tiempos de la secundaria, desde una vez en que cierta pendeja se habia acostado con Bruno una vez para luego no darle mas ni la hora. Luego la amiga de una amiga de esta chica le habia contado a alguien que esa primera noche habia tenido la culpa de todo, y no habia dado mas detalles o si los dio se ve que me importaron demasiado poco como para recordarlos ahora. Bruno no podia dejar pasar esa chicana (porque sabia del rumor tanto como nosotros) y entonces a cuenta gotas comenzo a dar detalles, todos estereotipados, hasta que con alivio paso a contarnos que la sorpresa vino cuando, al terminar, las dominicanas le exigieron nada mas y nada menos que 200 dolares. Risas generalizadas o casi generalizadas. Luego la negativa de Bruno (pues si el Argentino puede elegir no pagar, nunca paga) y la segunda sorpresa, en la puerta de salida, materializada en un enorme mastin dominicano de casi dos metros, que nada sonriente exigio terminantemente los doscientos dolares por favor, caballero, usted sabe, ya estuvo con las chicas y las cosas se pueden poner complicadas si usted no me paga, muchas gracias y hasta pronto.
La ultima parte de la historia la escuche desde lejos, porque como se imaginaran yo me habia levantado del silloncito a la mitad de la historia, cuando todavia Bruno charlaba con las dominicanas en el parque .Bruno era un precoz pitocorto, y yo preferia que me cague una cabra antes que escuchar de vuelta una de sus interminables historias. Por lo demas, necesitaba tres cosas: Mear, Mas Vodka y de algun modo cambiar esa horrible cacofonia tropical. Mear fue facil, la casa tenia dos baños. El de arriba se usaba para manoseos y penetraciones, y el de abajo para lo de siempre. Mas Vodka fue facil. La mayoria de los maricones tomaba cerveza o vino, y encontre una Botella de Smirnoff casi sin tocar. El asunto de la musica me costo un poco mas. Hector dirigia la batuta en ese momento. Hector, un colombiano bajito y con cara de comechingon tropical, que habia llegado de Barranquilla hace tres meses, supuestamente a estudiar musica. Digo supuestamente porque en realidad lo unico que habia estudiado eran las conchitas de nuestras amigas argentinas. Aunque tambien habia estudiado nuestras bodegas. Nadie sabia exactamente que instrumento era el que tocaba. Tal vez nunca lo sabriamos. Como el leitmotiv de Hector parecia ser el de seguir siempre el norte de su pija, la estrategia para detener ese maremoto de salsa y merengue era marcarle a esa poronga un nuevo objetivo. Y el objetivo estaba por suerte en la mesita de al lado. Juliana, 20 años, estudiante de teatro o alguna mierda por el estilo, tambien Colombiana.
- Hector compadre, como va esa musica - le digo.
- Aqui - me dice el imbecil, por unica respuesta.
- Sabes, recien hace un rato Juliana me anduvo preguntando acerca de ti - le cuento como al pasar.
- mira tu - me responde el macaco - ¿y que le has dicho?
- que tenes la poronga del tamaño del obelisco - le contesto, poniendo una cara seria. El animal me mira y luego estalla en una risa grotesca, como de perro.
- Y bueno - dice - ahora ya me has hecho una fama. Cuidame un poco la musica, que voy a sacarla de errores.
- Ve sin cuidado - lo tranquilizo, y el comechingon sale disparado hacia su blanco, como si su miembro fuese un enorme dardo o un cohete teledirigido. Si realmente ese misil tenia el tamaño del obelisco, pobrecita de Juliana. En fin, la treta habia sido un exito y ahora mis oidos podian disfrutar de los grandes exitos de Jimmy Hendrix. Y estaba pensando que si cambiase el vodka infernal por un Whisky la fiesta podria tornarse casi humanamente tolerable, cuando el conocido olor a porro me saco de mis cavilaciones.
¿quen fumaba? Si tan solo no fuera algun tarado podria acercarme a pedir una pitada. Di dos sendas olfateadas y triangule con velocidad del rayo que el origen venia de la habitacion de al lado. Era una lastima dejar sola la computadora ahora que habia consegido algo de musica decente, pero la fisiologia tiene un poder asombroso, asi que decidi arriesgarme. Fui hasta el marco de la puerta y entonces vi que Camila era la que fumaba. Estaba sentada en una otomana (si, el dueño de casa tenia una otomana) charlando con otra chica, y entre sus dedos sostenia un bien nutrido porro.
"Perfecto" me dije, y como quien no quiere la cosa fui a saludarla. Camila era la chica de Fernandez. Yo la conocia desde hacia un tiempo y nos llevabamos no demasiado mal. De hecho, era una de las pocas personas en esa fiesta del culo con la que yo podia charlar media hora sin sentir ganas de pegarme un tiro o de pegarselo al otro.
- Camila, no sabia que venias - le dije sentandome en el suelo.
- ¿no lo vistes a Fran? - me pregunto, pasandome el porro. Buena chica, pense. Asi si.
- No, seguro me lo cruce y no lo vi - Menti. Fran era Francisco, Francisco Fernandez. Lo habia visto apenas llegado, y habia evitado cruzarmelo deliberadamente, porque fran era el chupapollas mas grande de toda la fiesta, un empleaducho lamebotas de tiempo completo. Supuestamente era "diseñador grafico", pero lo que era en realidad era un pelotudo diseñador de inmundos cartelitos del culo para vender Caldos y Sopas Knorr. Y como gastandole una broma al mundo entero, su maximo orgullo era justamente ese: trabajar para una "prestigiosa multinacional". Llevaba como trofeos los llaveritos, relojes, mochilas, luncheras, pendrives y demas paparruchadas que la empresa le regalaba, como si fuese, no se, un cruzado llevando la santa cruz. Fran amaba vestir con su ropa de oficina, y si uno iba un domingo a tocarle timbre, podia ser recibido en pantalon de vestir y camisa, un domingo...
De mas era decir que tambien en aquella fiesta estaba de zapatos y camisa, como si todo fuese una reunion empresarial, Fran estaba a dos cuartos de distancia, sosteniendo con una mano el iphone y con la otra un campari o alguna otra mariconada.
- No, no lo vi - volvi a decir, mas para mi que para Camila.
- Bueno - me dijo ella, sin interes. - Pasame. - agrego, y extendio la mano. Le devolvi el porro y me puse a seguir la charla entre las dos chicas. No recuerdo como se llamaba la otra imbecil, una morocha bajita pero nada fea, con facciones lobunas e inteligentes. Cada tanto me miraba de costado y hacia una expresion casi imperceptible, la muy puta. ¿que carajos queria decir esa expresion? No tenia ni idea, pero por alguna razon pensaba que nada bueno. En fin, que se fuese al carajo con sus expresiones y su chachara, mejor seria si se fuese a hacer cojer a otro lado y me dejase un rato solo con Camila que, por otro lado, tampoco estaba nada mal.
No, nada mal del todo. No es que fuese una belleza. De hecho, bien mirada, no era realmente linda. Flacucha y rubia, ojos marrones, ni siquiera verdes para llenar la fantasia aria - elfica. Pocas tetas, culo estandar. Tenia linda boca y el pelo terminaba en bucles. Eran los unicos rasgos de belleza que mi examen revelaba. No estaba bien, pero tampoco mal. Bien mirado, habia al menos tres cosas mas que tenia a favor: un porro en la mano, una actitud desganada o de fastidio, cosa que siempre me atraia en una mujer, y algo mas, importante: estaba sola, porque como si existiese un dios la morocha lobuna se levanto para ir a buscar quien sabe que o a quien.
A Camila no le caian bien la mayoria de los imbeciles de la fiesta. En eso eramos parecidos. Decididamente no le caian bien la mayoria de los amigos de Fernandez, tal vez porque eran una parva de imbeciles vulgares y pretenciosos, como el mismo Fernandez. ¿por que le caian tan mal estos tipos pero seguia en pareja con un tipo que en nada se distinguia de aquellos? Profundo misterio. O no tanto. Tal vez porque Camila podia ser desganada y aburrida, porque podia no ser brillante, pero tampoco era tonta. Tal vez porque Fernandez, imbecil y cuadrado como era, cobraba sus buenos 30 mil pesos mensuales, pagaba el departamento y los gastos, vacacionaba en el exterior y viajaba varias veces por año. Oh no, Camila no era ninguna caida del catre. Pensandolo bien, tal vez fuese el ser mas inteligente de la fiesta. Como yo y como todos, odiaba trabajar. Odiaba levantarse temprano, comer alguna porqueria y odiaba sobre todo a la gente amontonada. Desde el punto de vista estrategico, Camila había elegido hacer una sola cosa aburrida: Acostarse con un pelmazo una o a lo sumo dos veces por semana. Ese pelmazo trabajaba casi todo el dia, y no tenia que verle la cara mas que los fines de semana. A cambio de ese pequeño sacrificio, Camila tenia todo el dia para lo que fuese que le gustase hacer. Mientras la miraba pensé esto, y casi tuve ganas de felicitarla.
Volviendo a la fiesta, supongo que a los amigos de Fernandez tampoco les gustaba Camila. A "Fran" esto no le importaba y por ello en las fiestas, cuando se separaban, Camila terminaba siempre asi, charlando con alguna estupida de turno, en un rinconcito, fumando. Era casi fatal que en algun momento terminasemos los dos en un rincon. Y de seguro nadie iba a venir a romper las pelotas, acostumbrados como estaban a que desaparezcamos de las charlas.
Mientras charlabamos quien sabe de que cosa, yo pensaba que habia algo mas, algun otro atractivo oculto que me hacia permanecer escuchando a esa escoba con patas, algo que me mantenia clavado en esa charla insustancial, cuando de repente me di cuenta de lo que era: Yo le gustaba. Si, claramente que le gustaba. Ella no me gustaba para nada, pero era la novia de Fernandez, y eso era algo. Fernandez era, no hace falta decirlo, un cornudo redomado. Es logico y hasta necesario que alguien que dedica su vida a imaginar como vender cubitos y procesados para sopas incube una potencial y casi infinita cornamenta. Casi que se lo tenia merecido, era justo. Camila no era santa de mi devocion, y a ciencia cierta era una idiota, pero nadie se merece estar confinado a la sexualidad de un vendedor de calditos. ¿quien podia culparla? Pensar en la cara de Fernandez el dia que se enterase o en un cartel de sopas instantaneas fue suficiente para determinarme: esa noche me iba a cojer a Camila, oh si. Me la iba a cojer como el imbecil de Bruno a sus dominicanas: en un hotelucho barato, no de Manhattan, no; De Balvanera. Iba a ser en un hotelucho de balvanera o no iba a ser. Y despues, en la proxima fiesta, cuando Martin o Esteban o el mismisimo Bruno o, quieran los dioses, Fran, me insten a que cuente algo, voy a poder narrarles como yo, Sebastian - Belerofonte, arremeti por culo a una rubiecita, algo flacucha si, pero fiera como un electron, que conoci una noche en una fiesta aburridisima.
- Tengo otro porro en el bolso - dijo Camila.
- Bien - respondi.
- ¿me acompañas a fumar afuera? - me pregunto, y sin esperar respuesta agarro la cartera y salio hacia la puerta. Levante la cabeza y ubique a Fernandez. Estaba en la otra habitacion, de espaldas a nosotros. Llevaba una conversacion, no me imagino de que, pero era muy divertida, pues el grupito reia. Seguro que no era sobre cubitos saborizantes.

13 abr 2017

El bien es solo un bello deseo del mal

"(...) y que el bien es solo un bello deseo del mal" (Porchia)
En el final de la fiesta, mucho despues, pense que no estaba mal, que tan mal no estaba. Pero, como acabo de decir, lo pense despues, muy tarde. Demasiado tarde. Siempre es mas facil pensarlas demasiado tarde, cuando ya estan hechas, las cosas, digo. Porque entonces las pensas bienhechas o las pensas malhechas pero hechas al fin de cuentas y, ya hechas, ¿que importa si bien o mal?
Ahora volvia a estar solo. En silencio. Sin nada. ¿Que habia quedado de la fiesta? Quedan algo asi como restos, trabajo para los paleontologos, y nada mas. Nada mas que eso. Una cama revuelta, un par de vasos sucios, huellas, ecos, imagenes. Todo sellado en algun lugar secreto, inaccesible como las celdas de la memoria, insospechado como el secreto, nebuloso como un sueño que se deshace.
¿donde estaba todo ello? Empiricamente, en ningun lado. Ontologicamente, en mi y en ella, o solo en mi.
Asi es siempre todo. Se pueden vivir mil años, cruzar el rubicon, asediar troya o pisar la luna, que al final de cuentas el instante vacio (que algun dia sera el ultimo) nos encuentra de vuelta en cualquier esquina, en cualquier cafe, o bocarriba en la cama mirando el techo.