Haimodattein
Salta, salta, la vida es la danza del corazón danzante
Salta, Salta, furiosa menade de faz amenazante
El corazón es una estrella habitada por una pulsión danzarina
Late, late, sobre los montes de Tracia y Beocia
Late, late, con un extraño furor misterico
Late con fuerza, diástole y sístole del universo
Baila, baila en la tiasis de las Bassares
Entre flautas y líricas en la cima del Parnaso,
Bendito sea todo pie que repiquetea
¡Vibra, ruge, vocifera! ¡tu, terrible comediante!
¡Si, tu, peligroso extranjero, puente a las montañas!
¡Enséñame lo que hay detrás de las mascaras multicolores
Terrible y fascinante bailarín de la batalla!
Aniquilador del espíritu, desgarrador de paz
¡Saltemos esta rama, crucemos este arrollo, seamos una tiasis!
Entremos a esa gruta, veamos como crece el fuego, formemos un circulo
Ese mar contiene el azar, ese cielo lo inexpulgable
Se oculta, se oculta cuando comienzo a mirarlo
Como ella y como tu, como ambos, hermosos paisajes
Que solo puedo contemplar de lejos.
Sacramente lejano, así se mantiene de mi todo cielo.
¿Cielo dije? ¿A quien le interesan los cielos?
¡No a nosotros! ¡Triunfantes en la tierra!
¡No a nosotros! ¡Felices en el infierno!
La eterna locura es la rueda, el juego de este mundo caprichoso. Los locos, los iluminados, los disconformes, los defensores de la risa. Los paladines de la maldad, por que sabemos que el mal es necesario como es necesario todo lo que existe, pues existe en un flujo y en un reflujo, existe histéricamente, existe azarosamente, furiosamente, desesperadamente deviene, deviene, deviene.
Amantes de todo lo que naciente, de todo lo que tiene ritmo, de los saltos y los bailes, de la música, de lo salvajemente natural, de la sombra de la muerte, de la mentira…
¡de la vida! Un ciego decir si, decir si incluso diciendo no. ¿No es ese el sentido de una sonora carcajada bajo la lluvia? ¿De la gran trueno-risotada de la tormenta?
Si, amantes de todo lo que palpita, de todo lo que desborda y esta a punto de estallar, e incluso de todo lo que estalla. Y es que la risa es la suprema manera de estallar. E incluso amantes de lo que estallando destruye, de lo que riendo aniquila. Por que todo lo que destruye y aniquila, crea y renueva, y viceversa. ¡Amen!
¡Que salten entonces las vigas!
¡Desprendanse los infames cuadros de las paredes, e incluso las paredes mismas!
¡Brote el vino de los rios, la hiedra del suelo! ¡En alza todos los tirsos!
¡Vibre la flauta y tiemble la lira! ¡Sacudida la tierra, sacudidos nosotros!
Muy fragante debe ser la noche de verano...
muy límpido el cielo...
muy solitario el silencio…
¡muy extraña tiene que ser también, amigos, mi forma de expresarlo!
Un quiebre, aunque sea de este modo, aunque sea solo por un rato, aunque sea puro juego. Así, seamos niños sagrados, como si no hubiese conciencia o mañana. Por que es necesario, ¿verdad? ¡así sea entonces!
¡Amen!
