25 nov 2015

Noblesse Oblige

Las dos copas aguantaban sobre la mesa, llenas de un dudoso liquido amarillento. Hesperidina habia dicho, pero lo mismo podia ser Gin Tonic o Wishky con hielo. Lo importante era que aguantaban, poco mas o menos como nosotros. Tal vez mejor que nosotros. O tal vez no. Quien sabe.
Pero estaban ahi, como tensores de un puente, como los dos polos de un flujo, como los clavos de alguna cruz o como las señales de algun camino. Estaba eso de los rizomas: Laberintos que no son los de la informatica o los de Orfeo y la bella Ariadna (¿por que me tiras las orejas, divino Dionisos?), la circularidad; No eso sino el caos, la reestructuracion, el absurdo frente al paso del tiempo...
Pero todo esto son excusas, dejar pasar la obligacion de darle un orden a la vida, el conformismo, conformarse, con - formarse. Formarse en la forma que ya es. Conformarse, complacerse, condecirse, concordia. Los temas y las raices. Las raices. Las raices y los frutos. Los frutos y los troncos, los troncos y las flores (A rose is a rose is a rose, ¿no, Oliveira? Pero mas Bien aquella judia Alemana...), las flores y las copas. Las copas que persisten sobre la mesa. Los hombres que persisten sobre la tierra.
Esta bien eso: sobre la tierra. Sobre la tierra o, mas bien, sobre las baldosas. Las baldosas no son la tierra: Eso tambien es algo. No vale la pena negarlo. Tierra y libertad. ¿Tierra? ¿Libertad? Ay ay ay, siglo XXI. Baldosas y tiempo libre. Ya no es lo mismo. Es mas bien lo otro, esto otro, esto.
Esto, odiosamente esto, tristemente esto, rabiosamente esto. Y sin embargo aqui estamos. Aqui es esto.
Habria que levantar las baldosas, sacarlas de cuajo, ir hasta la tierra. Destruir el ocio hasta hallar la libertad. Animarse a dar el paso atras, un poco mas atras. Dando el paso atras uno se libra de un universo entero de cosas. Sobre todo de la gente.
Solamente la gente es un obstaculo para la libertad. Robinson Crusoe.
Y sin embargo, de cierta forma, todo se trata de la gente. "solo nos salvaremos por nuestros vinculos", decia Sabato. Pero Sabato lo decia hace cincuenta años, antes de muchas cosas, antes de Focault y de Chomsky. Habia cierta ingenuidad en Sabato. Cierta juvenilidad, cierto cuculeismo, un idealismo que ya nos queda a estas horas de la noche demasiado chico.
La tierra, las raices. Eso que permite al arbol crecer orgulloso hasta la cima. De cierta forma la necesidad inconciente de que, de algun modo, incluso ingenuamente, incluso artisticamente, haya algo que persista. La necesidad de lo ritual, de la mentira, del arte. Tal vez sea eso.
Las copas, la noche, el texto. Como ir tirando sogas desde la orilla de un rio, cada uno de un lado. Mensajes cifrados, palomas mensajeras, bengalas de emergencia, de aqui y de alla, el intento de formar una red, explosiones aisladas, intentos aislados, desatinos controlados, mas controlados de lo que querriamos.
Son solo meras burlas al paso del tiempo. Simplemente sacar la lengua, tirarse un pedo, mostrar el dedo, cerrar los ojos, escupir al piso, patear la puerta, saltar mas alto, vaciar la copa. El argentinismo de cagarse en todo. Hay tambien un poco de eso, no se va a decir que no.
Las dos copas aguantaban sobre la mesa, medio llenas de un liquido amarillento. El tiempo habia corrido y en realidad no habiamos dicho nada. No habiamos hecho nada. No habia ocurrido gran cosa. Uno incluso podria pensar que sencillamente perdiamos el tiempo, como si ni hubiese realmente nada que hacer... A lo mejor de mi parte es eso: atisbar el hueco que siempre esta. Apartar las sabanas, los cuadros, las distracciones-calendario y las distracciones-deseo, y simplemente ver el hueco.
El texto aspiradora, el texto machetazo, el texto epifania. El vacio esta ahi, a medio palmo de mi cara.
La amenaza del mañana, del dentro de un rato, que burrada. Que burrrada, que burrada. El ser humano es una bestia. Es una bestia con mañana. Una bestia con futuro, una bestia estupida. Pobrecita.
Si el mañana se mete en algo, ese algo ya esta hechado a perder. Pudre las cosas, el mañana. Todo vence con el devenir, con el panta rei kai ouden chorei del mierda de Heraclito. Es una forma de estrangular toda pretension, de dejar vivo lo que no sea algo mas que vanidad.
En fin...

23 nov 2015

Premio Consuelo

El viento frio y seco arremolinaba las hojas de la vereda. A traves del vidrio, podia ver la danza sin sonido de la hojarasca, como una pelicula muda. Por mas que aguzara el oido no podia oir mas que el ajetreo de copas y zapatos, del lleva y trae de cubiertos, sanguches y cafes con leche, propio de todos los bares de Buenos Aires y tal vez del mundo. No oia a las hojas, pero me imaginaba su sonido. Era un sonido ululante y frenetico, un silbido agresivo que se mantenia en un tono agudo, con vaivenes, como el maullido de un gato encrispado.
Todos los vidrios estaban maravillosamente limpios, y a traves de ellos uno podia ver a la ciudad bajo la llovizna intermitente. La ciudad entera relucia como la luz de la luna en un charco. Refulgia. Grises y pardos eran espejos de los charcos, y los charcos espejos del cielo. El otoño fue siempre para mi una estacion poetica.
Por fin vino el mozo y pedi una cerveza escocesa y un triolet. No tenia hambre ni sed, ni tampoco ganas de estar ahi, en ese bar, con ese dia, completamente solo. Saque mi cuaderno y comence a escribir. Tenia algo como un cuento o al menos como un relato corto, algo que habia venido apareciendo hacia unos dias y, como toda enfermedad, habia manifestado sus patologias poco a poco. Luego pediria otras cervezas y tambien un Wishky.
Escribi durante un buen rato, hasta que tuve frio. El sol comenzaba a ocultarse y yo me habia dejado la gabardina en la casa de Diana. Tal vez las cervezas o las ganas de ir al baño tenian algo que ver con el frio. Me levante y fui a orinar, no sin antes pedir un cogñac, santo remedio contra el mal clima.
Mientras meaba se me aclararon algunas terminaciones para lo que escribia, ahora definitivamente un cuento que empezaba en un sueño y terminaba en otro. El Wishky estaba en el pico de su efecto, y volvi a mi mesa ya sin frio pero si con algo de sueño, molesto por tener que salir algun dia de ese bar tan elegante y calido.
Iba a empezar a escribir nuevamente cuando senti una rafaga de viento. Senti el aire gelido en la cara un segundo antes de oir el silbido ululante. Dos o tres hojas se colaron por la puerta abierta, que al instante volvio a cerrarse.
La mujer que habia entrado era una chica joven. No tendria mas de veinte años. Entro y se sento directamente en una de las mesas que daban a la calle, con vistas a Avenida Rivadavia. Era muy linda, realmente hermosa: Alta, menuda y muy morena. Tenia ojos oscuros y enormes, y llevaba el pelo recogido en una trenza hecha al descuido. Enfundada en un vestido de saten amarillo, parecia una Maharani india o un cuadro cubista. Varios mechones de pelo humedo se desprendian del arreglado flequillo, cruzandole la cara en varias direcciones.
Intente en vano concentrarme nuevamente en el cuento. Por mas que intentara sumergirme en los personajes y en las calles de ese otro lado, mi atencion salia a la superficie a tomar aire en esos ojos y en ese vestido amarillo. ¿A quien esperaba? Porque esperaba a alguien, eso era seguro. La mirada aburrida que iba de su licuado a la calle lo demostraba casi matematicamente.
Entonces me di cuenta que queria tenerla, conservarla de algun modo. En el relato o en la cama, o en un retrato. Mis pocas habilidades para el dibujo y para entablar dialogos espontaneos me dejaban la aburrida opcion del relato, de este relato.

7 nov 2015

sueño

Soñe que tenia 16 años. Lo soñe hace mucho, no recuerdo cuanto. Me parece que lo soñe cuando tenia 16 años. En esa epoca lo soñaba a menudo, o no soñaba nunca. Cuando se tiene 16 años no es necesario soñar, sino vivir, porque la vida es sueño. Tambien lo soñe la noche pasada. O quizas fue que la noche pasada tuve 16 años.
Soñe que tenia 16 años y que estaba enamorado. Tautologia. Siempre se esta enamorado a los 16, forzosamente. En mi sueño habia una chica alta y de rulos negros, muy blanca, que se llamaba Maria, y era de ella que yo estaba enamorado. La queria sin miramientos, sin ningun motivo, sin limites.
La queria tanto que la hubiese seguido a cuaquier lado; A otro pais, abajo de un puente, al fondo del rio, al mismisimo Gehena.

Fracaso anticipado

Las virtudes cardinales del oficinista son dos: Llegar temprano y agachar la cabeza.
No tengo ninguna de las dos, y por eso nunca lograre subir los peldaños necesarios, trepar los escalafones suficientes.
Claro esta que en decir "necesarios" y "suficientes", escondo algo. O demuestro algo: una postura. Y es que no es tanto que no tengo los medios como que no tengo, tampoco, los fines. Entonces, los escalafones que nunca podre subir no me son ni necesarios ni suficientes. Suerte para mi, ta te ti.
De estas dos virtudes, una es natural, la otra adquirida. Llegar temprano, la puntualidad, es una disposicion natural al acomodo. Hay que tener cierta tirania sobre el cuerpo, cierta fria capacidad  de calculo y maquinacion, cierta obsesion paranoica o un noseque de intachabilidad moral para no sufrir  como un condenado. Como dije, yo no lo tengo. Me gusta  dormir o me gusta desviarme o me gusta  simplemente ver la cara del supervisor cuando llego tarde, no lo se. Alguna de esas o un poco mucho todas a la vez. Me encanta no ser puntual. Puntalidad me ha sonado siempre a todas la eidades: coseidad, mismidad, caballidad  unidad. La puntualidad como la esencia de los puntos. Es decir, de las existencias que son siempre en un eje cartesiano, acotadisimas en sus dimensiones  X e Y. Todo punto esta en un lugar milimetricamente designado. Todo punto esta completamente determinado. Los puntos sobre las ies, los puntos y aparte, los puntos de control o los de sutura o los de la tarjeta de credito. Incluso las estrellas, en cuanto puntos, estan aburridamente siempre ahi, no diciendo nada.
Agachar la cabeza, por el contrario. es una virtud oblicua y, como todas las oblicuas, adquirida. Se adquiere por habito o por educacion. La gran mayoria de los seres humanos nace libre y contestataria. Se vuelven piltrafas hipocritas con un gran esfuerzo, no se engañen. Es a fuerza de desengaños y reprimendas y penitencias en el rincon, de apercibimientos y vomitivo utilitarismo servil que un ser humano de a pie se vuelve esa mezcla de tapete con lustrabotas.
La piltrafa proactiva, la piltrafa faldera, la piltrafa eficiente, la piltrafa horas extra. Todo un ejercito de piltrafas.