21 nov 2014

La brigada

"toma y daca. Para crecer fuerte, coma caca"
Cronica de un Iniciado, Abelardo Castillo.

"Donde huele a mierda huele a Ser"
Antonin Artaud

Habia una vez en un baño en donde un señor hacia caca, o habia una vez un señor haciendo caca en un baño. El señor hacia caca, eso es innegable. Estaba en el asunto desde hacia una media hora, y sentia las piernas un poco entumecidas, el señor. El baño era, huelga decirlo, un baño publico, de estacion de omnibus o bien de hotel, con los cubiculos inodoro y los inodoros cubiculo, especie de defecadero en serie o confesionario moderno, en donde los señores de corbata o saco se sacan la corbata y el saco y hacen bellisimos sorongos del tamaño de una mojarrita y tambien pequeños y pintorescos soretitos del tamaño de un tomate cherri o una pasa de uva.
El señor cagaba, cagaba tranquilo, felizmente, sin conciencia del enorme milagro que realizaban sus intestinos, completamente ignorante de los multiples y paralelos procesos mecanicos que llevaban, a fuerza de puro puje, las sustancias fecales desde el intestino hacia el tracto final, en donde el ano les daba su forma final; Cual molde de balancin, cual dios creador, el ano le imponia a la informe hyle fecal la tan ansiada Eidos, la morphe Aristotelica. La mierda nacia y nacia, tambien inconciente de su ser producto de un acabado sistema digestivo, verdadera proeza gastrica con miles de años de evolucion, y el culo era la enorme picadora, la guillotina magica, la compuerta o puerta trampa que constantemente trac-trac-trac ,ecce sorete, como una banda perfecta banda de produccion. ¡oh culo! ¡Ni siquiera a las vacas es necesario envidiar!
El señor cagaba. Los soretes que caian al pequeño pocito de la tazad de porcelana eran como el azucar de un te fetido y gigante; Eran un metro, tic tac, plop plop.... plop. Solo la tragica caida de los sorongos rompia el silencio, rompia la inerte meditacion del señor y de las piernas del señor, que ya comenzaban a hormiguear de tanto aplastarse contra la fria porcelana. El estomago punzaba, las piernas hormigueaban, la cisterna goteaba y el ruido del agua era como el comienzo de un placido sueño, el sueño del señor que burguesamente se deja ir en su cagadera habitual, porque cagar es bueno, porque cagar es bello y justo, porque cagar es un derecho natural y, ¡que diantres!, es una obligacion moral. Los perros, las madres, los enfermos y hasta las pudicas jovencitas cagan. Cagando, el señor no solo se sentia mas liviano y como paradojicamente limpio (pues es sabido que en esas circunstancias el culo...), sino que tambien se sentia un poco mas cerca de la humanidad.
Pero, ¿cagaba solo? Era dificil saberlo. O bien cagaba solo o, como el, los demas cagones cagaban en total silencio. Ni un pitido de celular, ni un misero pedo, y ni siquiera un suspiro de esos que salen cuando uno comienza a aburrirse, uno de esos que uno larga cuando el intestino ya no se mueve pero el culo (el ano, hablando con exactitud) siente aun una pesadez como metafisica, como si virtualmente (pues es imposible) hubiese aun algo metido en el recto, algo que lo irrita una puja falsa, que deja al culo pujando al aire como si tuviese hipo.
He aqui que el señor, intentando determinar si cagaba solo o acompañado, escucho unos ruidos mas alla de la puerta de entrada.
La manifestacion estaba preparada desde hacia al menos una semana. Entraron con pancartas,  y uno de ellos, o mas bien una, una chica flacucha, alta y de rulos, tenia un megafono en la mano. Los efectos del megafono dentro del baño revestido de azulejos era devastador. Eran un grupo de aproximadamente diez personas, muchachos y muchachas jovenes. Algunos tenian pancartas, pero todos tenian en su mano derecha un diario.
- ¡Abra la puerta! - Chillo la del megafono.
- ¿Que quiere? - dijo el sorprendido señor.
- Querra decir que Queremos, señor - Respondio el megafono, y con voz de indignada agrego - ¡queremos que se suba los pantalones y abra la puerta! - Sendas aclamaciones y gritos siguieron a la propuesta.
- ¡Vayase! - grito el señor. - ¿Es estupido o no ve que esta ocupado? ¡Pase a uno libre! -. La muchacha de los rulos no contesto, pero intento abrir la puerta primero suavemente, luego con brutalidad. Como el señor, siempre a buen recaudo de su privacidad, habia puesto la infaltable falleba, la puerta no se abrio. La muchacha de rulos, nuevamente megafono en mano, volvio a exigir la total e incondicional apertura de la puerta, pedido quizas muy sensato y sencillo de cumplir, pero que al señor se le antojaba, tal vez tambien con completo sentido comun, como inadmisible y, por que no decirlo, como una locura.
- ¡vayanse, vayanse o llamo a la policia! ¿acaso no se puede siquiera cagar tranquilo? ¡no hay derecho! -. La muchacha tomo aire para lanzar un nuevo y estentoreo imperativo desde el megafono, cuando sintio una mano en el hombro. Otro muchacho, de pelo tambien enrulado pero muy rubio, que ademas tenia una tupida barba y unos anteojos ochentosos, se adelanto y con mucha delicadeza le quito a la muchacha el megafono de las manos. Se acerco hasta la puerta misma del cubiculo, y en un susurro calmado y frio le dijo al señor que para llamar a la policia tenia que abrir la puerta de todos modos, y que era absurdo y casi brutal que el los obligara a hechar la puerta abajo, cosa que podian hacer de todos modos e inmediatamente, puesto que habian venido bien preparados.
El señor no respondio inmediatamente. Su silencio evidenciaba una penosa reflexion en su interior. Al cabo de varios segundos, que tal vez transmutaron en pocos minutos, tanto el muchacho como la muchacha sintieron el metalico y seco ruido de la falleba al correrse. El muchacho coloco suavemente la mano sobre el picaporte de la puerta y, al ver que esta cedia al mero peso de la mano, abrio la puerta con una sonrisa triunfante, llena de suficiencia. En el centro del cubiculo, sentado sobre la tapa del inodoro cerrado, se hallaba el señor con los pantalones bien puestos y la cara llena de dignidad, como un rey en su trono.
- Salga del inodoro, señor - dijo el muchacho. Su tono seguia siendo como si hablara entre compresas mojadas. Decia todo esto con una amplia sonrisa. Pero el señor no salia, sino que se cruzaba de piernas como muestra de insolencia o tal vez de nerviosismo. - No salgo - decia, y miraba con dureza al muchacho y despues a la muchacha, y al grupete que detras de ellos ya se contenia o se agitaba, y que ahora, impaciente por la testaruda negativa del señor a salir de su cubiculo, comenzaba a gritar "¡fuera, fuera del inodoro!" y "¡cagador irresponsable, inconciente!" y "¡cada sorete es una responsabilidad!" y "¡la caca en la bolsita!". Este ultimo parecio gustar al grupo, mientras golpeaban el piso y las paredes freneticamente comenzaron a gritar "¡la caca en la bolsita, la caca en la bolsita, la caca en la bolsita!" y, con el obvio motivo de romper la resistencia psicologica del señor, entonaron luego a viva voz una cancion.

"señor irresponsable, señor irresponsable/ la cosa esta que arde, que arde, que arde/ y el agua no merece, merece, merece / llenarse de sus heces, sus heces, sus heces / por eso yo te digo, no hagas que te repita / cagueta hijo de puta, de puta, de puta/ la caca en la palita, palita, palita / ¡no uses el inodoro, ponelo en la bosita!"

El señor no parecia prestarle atencion a la cantinela, pero ya era patente que su nerviosismo aumentaba con el correr de los segundos y que, tarde o temprano, terminaria por salirse del cubiculo. Los manifestantes tambien parecian saber esto y seguian con estas y otras cantinelas, golpeando y aullando salvajemente hasta que todo el baño temblaba y se sacudia como un flan, rugiendo el derecho de la bolsita y la palita para todos los soretes no ya del mundo, sino del universo entero.

- Esta bien - dijo el señor - Sepan que me retiro, pero no porque ceda a sus cancioncitas estupidas o - y esto lo aclaro mientras miraba con dos rayos al muchacho de los anteojos - porque yo les tenga a ustedes, mocosos de porqueria, ningun tipo de miedo. No, no se crean que les temo siquiera un apice - mientras decia esto se encaraba frente a frente al aun sonriente pero tal vez ya no tan seguro muchacho de lentes y barba tupida - o que de algun modo comprendo o cedo ante sus bagatelas ideologicas, ante sus ridiculas pretensiones - ¡Callese! - le grito enfurecido alguien de la pequeña multitdud - ¡Callese y salga de una vez!
- Si, eso mismo - dijo el Muchacho - Nosotros no queremos oirlo, compañero. No nos interesa ya a esta altura un intercambio cultural o un debate o siquiera una charla con usted, no. ¿que nos interesa entonces?
- Nos interesan sus soretes - dijo la Muchacha del megafono - Sus soretes y solamente sus soretes, asi que callese y vayase de una vez. - Dicho esto, la muchacha se metio con actitud resuelta dentro del cubiculo y levanto rapidamente la tapa y la segunda tapa, con forma de herradura y donde minutos antes reposaban las peludas y confiadas nalgas del señor. - ¡Guantes! - dijo la muchacha, y entonces otra muchacha, esta no mas de quince años, de pelo renegrido y muy lacio, se acerco y con la celeridad de una enfermera le entrego un par de guantes amarillos de latex. Una vez enguantada, la muchacha dijo ¡Bolsa! y, nuevamente, la muchachita le entrego una pequeña bolsa transparente, de esas con cierre hermetico. El señor miraba todo esto con una cara oscura y retraida, ya preso de la indignacion y la rabia.  <No era posible que esos... esos... esos canallas no solo lo irrumpiesen ilegalmente en un baño publico e interrumpiesen el sacrosanto proceso de defecacion, con todos las consecuencias fisicas y psiquicas que la interrumpcion de ese proceso esjatomeditativo provocaria, sino que ademas pretendiesen ahora, en una violacion total de la propiedad privada y publica (privada porque eran sus soretes, publica porque publico era el baño), decidir el destino final de ese producto de su cuerpo, de esos soronguitos y sorongotes que le habian llevado no solo una considerable inversion (pues anoche habia cenado langosta) sino tambien seis o siete horas de paciente e ininterrumpido proceso de digestion, de aplicacion artesanal de encimas y acidos, de artistico empleo de jugos gastricos, de trabajosos micromovimientos de los intestinos, higado, riñon, esfinter y de las demas moleculas de esa hermosa maquina que el era. ¿Y pretendian ellos... ¡ellos, justamente ellos! pretendian ellos decidir el destino final de sus sorongos, de todo sorongos, del sorongo? ¿se apropiarian con esa grotesca violencia, con esa impunidad, del destino de la mierda humana? ¿que mundo era ese en el que vivia, que mundo, señor, si uno no tiene derecho sobre su propia caca? >
Y mientras pensaba todo esto, el señor se revolvia como un hamster en su rueda, como un convulso en la camilla, y observaba como, con desesperante lentitud, la muchacha metia la mano en el agua ya algo turbia del inodoro, revolviendo en busca de los controversiales pedazos de mierda, y en el preciso momento en que la cara de la muchacha dejaba sospechar que habia atrapado algo, el señor intento algo desesperado: Viendo que ya nadie le prestaba atencion, pues se hallaba ya casi al borde de la puerta de salida del baño, y que el los manifestantes habian dejado en el suelo o apoyadas en la pared sus pancartas de "¡la caca a la bolsita!" y "palita o muerte" y "derechos del agua: no queremos tu bosta!", cerrandose como en un coro en torno a la muchacha, tomo entonces carrera y, dando un enorme salto, intento atravesar la pared protectora de manifestantes y, de un manotazo, tirar de la cadena, unica salvacion posible para sus soretes de la impudica bolsita. Y aunque no pudo atravesarlos con el salto, la sorpresa de los manifestantes fue mas grande de la que esperaba, puesto que estos no reaccionaron a tiempo y entonces el señor se lanzo como una saeta hacia su cubiculo y, ya adentro, esquivo en una milesima de segundo a la muchachita de pelo lacio, quien ferozmente le habia tirado un tacle a las pantorrillas. ¡Heroico, Cabral Soldado heroico, Sargento Cruz en rescate de Martin Mierda! ¡ahora solo faltaba la cadena! Pero cuando ya se disponia (y es que todo esto ocurrio en un instante, en un segundo) a tirar ferozmente de la cadena (¡Victoria, victoria!, ¡santo derecho a cagar!, ¡propiedad, propiedad privada!) sintio un certero pero feroz puñetazo en los riñones, y todo su cuerpo se contorsiono como un muñeco de trapo. Rapidamente quiso incorporarse y tomar aire, pero este parecia haber desaparecido del universo, y la exhalación de contrajo en una mueca idiota y dolorosa en donde nada entraba, y ademas en ese mismo segundo volvia a recibir otro poderozo tirabuzon en las costillas, piña tan bien dada que al segundo siguiente el señor era un ovillo en el suelo, luchando por respirar y por no soltar la bosta que aun tenia dentro de sus intestinos, y esto un poco por decoro y un poco por no darles a esos canallas mas sorongos para embolsar. El muchacho, todavia con la barba rubia y tupida, todavia con los anteojos ochentosos, lo miraba desde muy arriba con su sonrisa amplia y algo despreciativa. - Asi vas a aprender a no tirar mas de la cadena - le dijo burlonamente, y la muchacha volvia a meter la mano en el inodoro, buscando uno a uno las bostitas, metiendolas una a una en la bolsa hermetica y transparente, y entonces los demas comenzaron nuevamente a golpear y a agitar las pancartas y a cantar, a cantar a favor de los derechos de la mierda y de no se que del agua y de sus principios vegetarianos o vegetativos, no se sabia bien, y a favor de la homosexualidad o de la homeopatia o de la homeostasis o de los homocigotas, de las bondades de la papa, del maiz o de la combustion espontanea, de la lucha de clases y de las clases de lucha, cantando y golpeando siempre y ahora revoleando los papeles higienicos por todos lados, revoleando casi todos pero incendiando algunos, incendiando y aullando mientras la ahora triunfal muchacha parada sobre el inodoro cerrado levantaba por encima de su cabeza la bolsa hermetica bien cerrada y llena de mierda, proclamando con su megafono que ese baño quedaba justamente clausurado.

12 nov 2014

Miscelaneas de un ayer a la noche (o Notas de verano sobre impresiones de Invierno)

Pedimos la cuenta y salimos. Todo habia venido marchando bastante bien, al menos esa noche. ¿Como lo se? Facil: Estaba esa sensacion que de de empaquetamiento, propia de las islas y de las vacaciones, de existir en el instante. Uno entra en un modo aislado de la memoria y entonces tambien de la percepcion del tiempo, y entonces parece que nunca hubiera pasado nada antes de esa tarde caminando por calle Corrientes bien lluviosa para luego realizar un city tour por cafes y bares varios, hasta finalmente terminar en un pub Irlandes llamado Maty's o quizas Kilnennys o algo por el estilo, en donde habia vidrios oscuros y sillas de madera y una barra hermosa con luz tenue y muchos y muy variados vasos y botellas como, en fin, hay en todo bar irlandes. Nada antes de la lluvia, nada despues de ir llevandote de la cintura por una calle cualquiera, Cochabamba o Avenida de las Aceitunas, ya no lluviosa pero si muy mojada.
Cruzamos un puente y vos te dejabas caer un poco mas contra mi, enfundada en tu sobretodo de color indefinible como un paraguas mojado en un paraguero, mientras me divahablabas sobre tus experiencias lesbicas de adolescente, tema de conversacion hermoso y lleno de sugestivas diagonales para otras cosas a casi cualquier hora del dia o de la noche, pero no para esa madrugada ventosa que era el postludio o el bonus track de todos los tragos que nos habiamos zampado entre los vidrios oscuros y las botellas que tintineaban en la oscuridad como profundos tesoros ultramarinos. Nos pero sobre todo yo, y por eso ahora la caminata sobre el asfalto era mas bien una caminata lunar, y era solo por tu peso que me parecia no elevarme por sobre las casas y los autos.
Habiamos empezado con un par de cervezas negras que no eran las primeras ni las ultimas de la noche. Mi plan era seguir en el terreno seguro de las bebidas derivadas del lupulo con menos de diez por ciento de etanol, pero a vos se te habia ocurrido meterte en anecdotas de conflictos paternos y de tensas relaciones pre adolescentes, tema que de la nada lleva a la salida de esa epoca de los tiempos largos, del mundo de hadas junto al ataud y de los verdaderos bostezos, y a la consiguiente entrada en la paranoia constante, de la angst y demas problemas del Existencialismo, cosas que por supuesto no te dije mientras te miraba el perfil como de pajaro, pedia el primer Vodka (Smirnoff por favor) y encontraba que si, que si te parecias un poco a Jodie Foster o a Elen Hunt, mas bien a Helen Hunt si hay que hacerle honor a la verdad, cosa cada vez mas facil a medida que los vodkas llegaban imparablemente.
En realidad no hay una coherencia interna que lleve necesariamente a derivar la angustia de la adolesencia, pero yo habia leido "escritor fracasado" de Roberto Arlt hacia muy poco.

Fragmentos Aleatorios de la conversacion en el Irish Pub:

-  Gracias. Imparablemente, imparablemente como las tropas de Stalin entrando en Polonia.
- Helen Hunt y Jodie Foster son practicamente la misma persona. Son manifestaciones de lo mismo contadas por directores diferentes. Es algo asi como Adgalle para Gregorovius, vos me entendes.
- Obvio que no me entendes, pero asi es mejor. Conocer realmente a la gente es como matarla.
- ¿que por que? Smirnoff es el unico vodka que esta destilado de tres diferentes variedades de algo, pero no tengo idea de que. Se lo escuche hace mucho a una chica que tenia sus buenas celulas hepaticas destruidas como experiencia irrefutable en materia alcoholica.

Ibamos asi, cruzando puentes que de ninguna manera pueden existir en Palermo o Recoleta salvo que nos hubieramos metido de prepo en el Rosedal o en el Jardin Japones, cosa que con ese frio y estando todo tan mojado como estaba hubiese sido no solo incomodo sino tambien suicida (confetti de tripas sobre el enrejado del Rosedal), considerando el grado de paquiypalla con el cual ambos caminabamos, yo debido a la curda y vos al cansancio y la torpeza, quien te manda a usar tacos un sabado a la noche.
- Son unos puentes preciosos, tan llenos de pretiles y barandas talladas - me dijistes escondiendo tu cara en mi hombro, comenzando a temblar en lo que parecia ser el comienzo de la risa o el llanto.
- En efecto. No pierdas el detalle de las columnas estilo dorico.
- Dorico, Jonico y Corintio o Corinto, no me acuerdo bien, pero eso te lo enseñan en la primaria.
- Es mas bien en secundaria.

Caminamos asi entre los puentes y como arrimandonos a las paredes que tenian enredaderas imposibles en esa zona, buscando las sombras de los arboles o deteniendonos desvergonzadamente en las porterias de los edificios. Entonces vos te zafabas de mi abrazo a la cintura y me tirabas los brazos al cuello como los Dorios la poderoza lanza desde el carro, y yo parodiaba un poco a las peliculas argentinas de los 60 y a los malos libros eroticos del momento de los que tanto nos reiamos, y te zarandeaba un poco hasta encontrar una pared o la mismisima puerta de vidrio del edificio, cosa que llamaba la atencion del irritado portero (si lo habia) y si no la llamaba era cuestion de medio acostarte en los escalones para que el guardian nocturno supusiera lo peor y se apurara a dar las dos vueltas de llave para decirnos que ese no era lugar para andar haciendo eso, que habia otros lugares (habia la variante socarrona, la indignada,  la indiferente, la compasiva y asi etc) y que ergo y por favor y de lo contrario. Vos te dejabas llevar y sonreias tontamente (es la palabra perfecta), perfil de pajaro y ojos verdes o amarillentamente fosforescentes bajo la luz de los faroles y los porches solitarios, tan parecida a Helen Hunt como era posible parecerse sin serlo, porque eras demasiado alta o demasiado baja o demasiado natural y con pollera floreada en pleno invierno.
Ibamos como Fierro y la Cautiva, cruzando el desierto. Cruz habia muerto mucho tiempo atras y solo era cuestion de no cruzarse ningun indio.
- Las bolas las manejaba, aquel bruto con destreza, las recogia con presteza, y me las volvia a largar, dije naturalmente para mi mismo. Vos volvias al dialogo con ya no se que cosa, incoherencias de madrugada que tienen como principal objetivo seguir tirando del carretel de la propia conciencia, autofagocismo o autognosis, dialogo solo sustentable a base de puchos y alcohol o sencillamente algo que era como un murmullo de cansancio de piernas, el vagabundeo noctambulo del perro callejero, vos hablando de no se que cosa y yo empecinandome en contarte que esto yo lo estaria escribiendo seguramente al dia siguiente.
Era fatal, tarde o temprano debia, tenia que hablarte de mis cuentos. De mis cuentos o al menos de Literatura en general, de que esto yo (o Pedro Aznar) lo estaba tocando mañana y del enano cojitranco y el largo camino que, como en el que estabamos, tenia frente un gran porton que decia una palabra fastuosa como "instante" o "eternidad" pero que aqui, en nuestro camino, decia mas bien Aceite Marolio o tomates la Campagnuola. Vos me escuchabas callada desde hacia un rato mientras mordisqueabas una a una las obleas opera que magicamente habias sacado de tu cartera como si se tratase de un peine o un espejito. Yo tenia que hablarte de todas esas cosas, decirte que aunque te llamases de otro modo eras Jodie Foster o Helen Hunt y que habias sido tambien Luciana en un texto muy divertido y que me habia quedado fantastico, por supuesto que si y podias leerlo cuando se te diera la gana, si es que alguna vez leias algo, cosa que yo no podia saber porque al parecer ambos habiamos comenzado a existir hacia apenas unas horas, como sucede siempre en los sueños, base misma de toda numinosidad: la inocencia edenica, la primera vez que se renueva constantemente, con cada paso, con cada escaparate, con cada sensacion de tu cuerpo contra mi cintura, con cada sospecha de que no tenes la menor idea de adonde vamos.
Tal vez fue por eso que cuando repentinamente me detuve ante el farolito violaceo tuve que darte un pequeño tiron, algo que fue en realidad como afirmarte a mi repentina inercia. Pusistes una cara de estupida que fue inesperadamente genuina, y que solo duro un instante. Entonces me dijistes que no era necesario, que bien podiamos haber ido a tu casa, llamar un taxi e ir directamente a tu casa. Yo debo o tuve seguramente que sonreir. Mi sonrisa fue mas bien como un pataleo al aire, como errarle al pedal o a la soga o a la pelota de tenis que esperamos medio centimetro mas cerca o mas lejos. Uno da el raquetazo y siente el aire. Tira el gancho y siente el aire. Espera encontrar el escalon y en ese segundo en que siente el aire hay un brevisimo instante de terror panico. Pifia. Yo estaba ahi para salir de un determinado orden de las cosas, para salir fuera del tirabuzon de los espacios euclidianos y del tiempo secuencial, y despues de tantas cuadras y de tantos vodkas no tenia ya la cabeza para explicarte que ir a tu casa era como reingresar humillantemente en ese orden. Era " a casita ", era al otro dia preparar o tomar cafe. Mas valia intentar otra explicacion que de todos modos tampoco era falsa:
- Mira, estos hotelitos son cada tanto algo... como te dire, necesario. Primero esta el anonimato, ese estar envuelto en una ola de misterio y al mismo tiempo saberse completamente vulgar, pensar que uno no es mas que otro de los tantos que en ese momento y en igual y alucinante anonimato estara entrando o saliendo de piezas igualmente signos de interrogación con mujeres igualmente enigmaticas y anonimas, como una procesión o un ritual pagano de encapuchados en el bosque. Segundo, estaba la total falta de compromiso. Poder firmar el libro de entradas como Artur Rimbaud y Penny Lane, cosa que hariamos sin falta porque nunca dejo pasar esas oportunidades, y luego cosas como entrar a la habitacion haciendo un trencito o cantando a todas voces Remember when you are young, you shone like sun, o graznando como patos o cerdos, cerrar la puerta de un portazo o no cerrarla, pedir toallas y jabon o no pedirlas, esas cosas. Luego estaba la total impunidad, ser señor hasta el desayuno de la mañana siguiente que de todos modos no ibamos a tomar, poder gritar y gemir como los hominidos de los tiempos paleozoicos, golpeando las paredes y lanzando sonoros gritos de guerra, pedir no ser molestados o un llamado despertador a las 7 que de todos modos nadie iba a atender, y por ultimo la total irresponsabilidad de la que Andres le hababa a Francine, poder dejar todo revuelto, la cama patas para arriba, las frazadas y sabanas colgadas del ventilador, el baño con charcos enormes cual lagunas, los jabones y las toallas escondidas bajo el colchon o sobre el ropero, el preservativo sobre la mesa de luz; Convertir la habitacion en el caos primordial y luego salir saludando como quien va a comprar verduras para el puchero del domingo al mediodia, dos vueltas de llave y el enorme malestrom queda sellado para ser descubierto minutos u horas mas tarde por las soprendidas o no tan sorprendidas mucamas. Siempre me sorprendieron las mucamas de estos hoteles. Son seres silenciosos y casi invisibles, Elfos de la limpieza. En los hoteles es todo siempre como estar con Sofia Loren o Romi Schaider, es ser un apuesto doble agente de la guerra fria o, aun mucho mejor, como ser Raskolnikov o el hombre del subsuelo. Siempre prefiero los bien llamados Telos los dias de lluvia, pues la farsa Dostoievskiana me cuaja mas que la ilusion del american dream casablanquesco.
- De modo que por todo eso y tambien porque ya estas tiritando del frio que, como tu doctor y tu abogado, te recomiendo fervientemente que cruzemos esta puertita polarizada y agarremos un cuartucho miserable. No falla, palabra de scout insoportable.

Ya en la habitacion vos te sacabas las medias mientras yo seguia puteando bajito porque como podia ser que en ese bulo de morondanga no tuviesen siquiera un miserable Jose Cuervo, carajo. Gracias a dios la epifania de verte en pelotas (expresion equivoca) con solo el pelo tan rubio y Helen Hunt cayendote por el cuello y casi acariciandote las tetas me cambio el humor con una rapidez de chaman del clima, y entonces mientras me tiraba panza arriba en la cama (movimiento preventivo y unica forma para sacarme los zapatos que mas bien eran unas botas bajas sin irme de cara al piso) vos te sentabas y armabas un par de cigarrillos, creando un momento que era como una antesala de lo otro que ya estaba ocurriendo oblicuamente y en perspectiva, como las ratio seminalis de Agustin de Hipona; Y asi mientras luchaba con mis botas y vos con el cuadradito de marihuana tenia la sensacion de estar en un maravilloso ovillo atemporal, y me entraron unas ganas de reirme que solo pude desahogar, ya tambien en pelotas (expresion precisa), cuando terminaba el charuto y te contaba eso de que realmente fui boy scout de chico y de que era vox populi que si tres o mas scouts te encerraban en un mandala humano entonces morias instantaneamente y tu alma se destruia en algo como el limbo o el nirvana, y vos preguntabas si era algo como un hechizo, y yo te respondia que no tanto un hechizo como un bug o un cheat natural, un codigo oculto como son los arcoiris y las precogniciones, tan reales como inexplicables segun las nociones tradicionales y pequeñoburguesas de la realidad, siendo entonces esta nocioncita lo incorrecto y asi y asi y ect.
Por suerte vos terminaste el cigarrillo antes que yo y soltaste (no sin cierto fastidio me imagino, pavo, papagallo, hablando de boy scouts y de codigos que se yo que cuando yo aca, por favor) lo que ya venia atado y que se demoraba inutilmente por mi incomoda mania de hablar y hablar y hablar, elephant talk.

Es aqui donde hay que hacer un parate en el relato y destacar la inconmensurabilidad kunhiana entre cojer y escribir sobre ello, entre hacer el amor y narrarlo. Hay cierto puente de sombras, cierto camino de la serpiente libido que une el acto con el relato, que tal vez sea la misma correspondencia einai - noein -leguein que une la vida con el lenguaje, pero pese a este cable conector las dimensiones no son enteramente traducibles la una en la otra, y asi la narracion erotica e incluso la fria descripcion objetiva del manual sobre el apareamiento del homo sapiens sapiens embellece o enfeese o enputese pero siempre transforma y oculta o extrapola y por lo mismo de algun modo niega el ser y la accion. No hay mas manera de representar fielmente el hecho de que poco a poco me fueras recorriendo el cuello y luego el pecho y despues la poco peluda panza, que en mi persona no califica como "panza" de ningun modo, e incluso siquiera de barriga, pero tampoco de abdomen, y decir "bajo vientre" es casi una tomada de pelo para dar a entender que era el objeto de tus mordidas, lamidas y modos orales intermedios, zona mucho menos sensibles que la milenaria pija, pero mucho mas sensible que el pecho o los hombros, o mas bien con una sensibilidad diferente, algo asi como la diferencia entre un golpe en el musculo y otro en el hueso con terminacion nerviosa; Y entonces no hay mejor forma para describir una virtuosa lamida de pija que el conjunto de sensaciones, naturalmente intransferible y solo expresable por medio de la metafora, la analogia o la puesta en comun, que yo sentia mientras me dejaba ir en el colchon no demasiado comodo, hundiendo una mano en tu mata de pelo Hunt que ahora suelto era mas bien como mi imaginacion de Veronica Solbaken.
Habiendo aclarado estos apriori puedo sintetizar conque estuvimos un buen rato en esa posicion tan comoda, hasta que alguno de los dos considero que hacia falta dar vuelta la tortilla y que ahora era mi turno de hacerte saltar los tapones, cosa que hice con mi tan estudiado desenfreno vikingo o mas bien Zulu dada la pigmentacion. Como la sensibilidad que tenias en las tetas, mal llamados senos o lunas, era de media a alta, fue mucho mas facil y casi mecanico pasar del masajeo a la succion que seguramenta arrastra, segun Herr Doctor Freud, complejos de edipo y regresiones al utero, cosa que de todos modos no importa porque pocas sensaciones hay mas placidas que las de un pezon bailando cerca de la cara, como bien decia Portos, y mas si uno tiene piedra libre por en ambas tetas, cuello y espalda, como si uno no fuese a volver al utero en ese mismo instante o al menos a intentarlo a base de puros empujones con la pija - nautilus y la pija - excalibur, primero yo arriba hasta que la cama, de malisima integridad, comenzara a rechinar de modo tal que nos hiciese temer por la solidez de sus tornillos y tuercas. Vos entonces habias amagado con meter un dedo en donde no debias y aprovechando mi Epa! escapastes a la estocada y pasastes arriba con un salto audaz.Y Como una vez que el gigante cae es muy dificil que se levante, me aferre al mundo de Ariman y como Anteo me ancle a la tierra. El trote anterior se volvio galope desenfrenado, demostrando tanto mi torpeza como tu virtuosismo de Viper, de Cobra o de Naga, de plateado pejerrey que se sacudia ritmicamente, apretando rabiosamente los muslos y los ojos y la cara entera, como si hubiese una secreta conexion entre los mas diversos musculos.
 Pero todo eso seria cuando me cansase de esto otro, de este refraneleo y bisturbacion por ambos lados, de este operar una maquina mitad molusco mitad gallo de riña, maquina que para que funcione requeria que tu mano estrangulara y que mis manos retorcieran y que las bocas recortaran y entrechocaran como dos espadas en plena esgrima, diastole y sistole y demas metaforas poco apropiadas, pues tambien podria decir rayos y centellas.
Entonces, siglos, minutos u horas despues de todo esto, comenzastes a dejarte caer como de costado, salida elegante del baile, solicitud de tregua que de ningun modo queria ni podia darte, pasando a tumbarte con un gruñido sordo y a intentar roncamente llegar de una puta vez, de una vez por todas, a la roja caverna de las Madres, intento de salto hacia la inmortalidad que siempre acababa demasiado rapido en una ridicula caida post - eyaculatoria, en un darse de jeta contra el marmol de la conciencia, conciencia en la que me veia cayendo como una bolsa de papas pero asquerosamente bañado de sudor y de otros fluidos propios y ajenos no menos desagradable al tacto y el olfato, y en donde vos tambien te deslizabas hacia tu costado de la cama con el pelo helen hunt convertido en un trigal azotado por el Katrina, para buscar ridiculamente en tu bolso alguna cosa, tal vez autenticos cigarrillos.
No se por que, en ese momento (vos de te dejabas ir poco a poco al sueño, saciada y con cigarrillo en mano cual pelicula de Marlene Dietrich) te hable del Sueño. Tal vez haya sido justamente por eso, porque vos ibas como de ida para ese lado y contandotelo yo te pedia que me traigas respuestas, te encomendaba una tarea que mision imposible era un poroto.
 

8 nov 2014

Todo bien. Estaba todo bien, pero no era eso, definitivamente no era eso. Esto es como el ultimo estertor de algo, como un parco intento por describir una situacion: un ventilador prendido, un cuerno lleno de cerveza, yo sentado escribiendo, un mosquito que vuela. Todo bien. 
Todo esta bien, si, pero de todos modos esto es como el estertor final de algo, el tan esperado y tal vez temido estertor, el grito o exhalación agonica de una lucha o un juego o una espera, de un noseque. Hace tiempo que no esta bien que todo este bien o que siquiera se atreva a parecer estarlo. ¿Por que, por que escribirlo? ¿Por que no? Escribirlo hoy para borrarlo mañana. Tal vez sea que falta gente, que ahora parezca como que falta gente (¿pero quien?) y mañana o mas bien pasado, entre las calles o en el subte, me parecera que seguramente sobra muchisima gente y que no obstante sigue faltando gente, ¿pero quien?
Ya se, ya lo se. Hay que escribirlo como un intento desesperado para que no sea el estertor, para que el estertor final y agonico, suspiro seco que quiebra piedras, no se. No quiero, no te quiero, vil suspiro, no quiero que seas, ni que seas todo esto ni que seas en absoluto. No seas. No seas ni siquiera una sensacion, no seas estas letras, vade retro.
Pero... ¿que es lo que quiero exorcisar, me queres decir? ¿la realidad? ¿Acaso es la realidad? Pero eso es estupido, es ridiculo, es casi indignante. Si. Es la realidad: Hay que sacudirle el polvo, ser el tabano de este enorme mulo (¿o era burro?) llamado realidad, que no es otra cosa que esta mesa y estas sillas y este cuerno de cerveza que estan demasiado comodos con sus papeles, demasiado conformes y sonrientes como para no producirme una sospecha, una inquietud que si bien no es el estertor que parte los secos suelos del desierto, esta en relacion directa con el. Y la realidad tiene que ser un mulo, porque es siempre en esta epoca hay cruzas e hibridos, seres absolutamente transgenicos que no sospechan su ontologia de laboratorio, su psique de probeta anteriormente testeada en ratas y monos. 
Todo esta bien. ¿todo esta bien? Al menos todo esta. ¿Lobo esta? Lobo esta. And if Wolf is here then always cannot be alright, pero es mejor volver al español porque aunque el ingles sea mucho mejor para el rap y para las estructuras logicas tiene esa deficiencia del verbo To be para diferenciar la existencia abstracta de la existencia empirica reducida a un espacio - tiempo,  y entonces hay que destacar que el problema esta en que Lobo este y no en que sea, pues nuestra realidad es la del Estar. Cartesianamente, X e Y, insertos en coordenadas plagadas de Lupus, es decir de Homo Sapiens Sapiens que ya llevan la incomodidad a terrenos sociales, cientificos, religiosos y politicos, lo cual no es otra cosa que evitar el problema. Como dijo el Jujeño: "yo tengo un problema mio".
No esta todo bien.

3 nov 2014

El problema del Tiempo

Los empleados tienen una concepcion mensurable del dia. El dia empieza cuando se levantan de la cama y termina mas o menos despues del cafe que sigue a la cena. El problema radica en que hay veces en que el dia parece continuar por fuera de si mismo, como si fuese una media que pudiese darse vuelta una vez llegado a su limite, como una prolongacion de si misma, en forma de lapso temporal en el cual el empleado percibe no hay nada que hacer, decir e incluso pensar.
Cuando el empleado entra en estos lapsos de existencia por fuera del dia, siente un malestar inmediato, el cual intenta curar mirando aburridas peliculas en el living de su casa o sencillamente yendose a acostar sin sueño; No se les ocurre ni por un segundo que precisamente mas alla de ese umbral esta el magico mundo de las Sirenas, las cuales nadan siempre en el oceano de lo Indefinido, y que ni siquiera sospechan de la existencia de esa otra dimension en donde hay cosas tan inverosimile como Cumpleaños, Reuniones Semanales del Club de Leones o Cofee Breaks.