23 may 2019

"Pues la fatalidad, de la que no podrá escapar, rige, y... ¿acaso no soy yo esa fatalidad?"

Hoffman


Estaba en el baño desde hacia un buen rato. Seguro iban a venir a buscarme en cualquier momento. Pero en cualquier momento no era "ahora mismo". Y ahora mismo era todo lo que me importaba. Ademas, aunque vinieran a buscarme, no había nada que hacer. Estaba cagando de una manera infernal. Pantagruelicamente. Me sentía alguna especie de gigante antediluviano. O alguna deidad cósmica en pleno proceso de creación. Eso mismo. Un dios creador. Nadie podía negar que en ese mismo momento, mientras me retorcía en el inodoro de aquel café, estaba creando un nuevo mundo. Bueno, al menos materialmente hablando. En ese preciso momento enfocaba toda la fuerza de mi estomago en la creación de una imponente cadena montañosa de un maravilloso color terracota.
Por lo general me gustan los baños. Para empezar son espacios cerrados y a mi me gusta estar solo. Los baños son casi una fortaleza que asegura nuestro sacrosanto derecho a estar solos. Puede ser que los baños generalmente huelan a mierda y a meo, pero al menos podemos respirar la mierda y el meo a nuestras anchas. La libertad es siempre fantástica. Incluso cuando huele mal. ¡mierda, sobre todo cuando huele mal! Artaud decía en "para acabar con el juicio de dios" que donde huele a mierda huele a ser. Yo estaba casi ahogado en el olor de mi propia mierda. Ergo yo era efectivamente un dios creador. Mientras tensaba todo mi cuerpo en una feroz contracción de esfinter se me vino a la mente, como un ladrillo, la estrofa completa. La escuche entre fogonazos, viendo manchas rojas, fuerte y clara como si salieran por un altoparlante:

Allí donde huele a mierda
Huele a ser.
El hombre muy buen habría podido no cagar
no abrir el bolsillo anal,
pero eligió cagar
como habría escogido vivir
en lugar de consentir vivir muerto

¿Estaba cantando? Si, cantaba. ¿que cantaba? Mierda, estaba demasiado ebrio o demasiado sobrio. No cantaba. Tarareaba. Es decir, la voz, mi voz, sonaba dentro de mi cabeza. También la música. Era casi lo mismo que cantar. Tarareaba See Emily Play . Lo hacia bastante bien, dando golpecitos con el pie que marcaban el ritmo de la batería. ¿como me había venido la cancion? Seguramente de las manchas rojas y verdes y de la sensación de que todo giraba lentamente. Mi mente se dividía en la clara conciencia de ser Dios en el baño y en una proyeccion (claramente dormitaba) del piso de abajo, donde estaban las meses y Diego y Joaquin y Tony y Jose y cuatro tazas de café que para ese entonces ya deberían estar muy cerca de estar vacías. Habia una quinta taza, la mía, que estaba prácticamente llena. Si es que ninguno se la había tomado. Estaba seguro de que se habían comido mis medialunas.
Me había metido al baño apenas llegados al bar. Rabiamos llegado al Bar después de hora y media de peregrinación Floresta - Chacarita. Habiamos empezado a caminar después de seis o siete horas de farra. Farra ininterrumpida, maravillosa Farra. Paris era una Fiesta, Hemingway Dixit. Pero Hemingway habia terminado en la escopeta y yo, al parecer, estaba a punto de terminar ahi de pleno ataque al higado. Recorde la segunda estrofa.

Pues para no hacer caca
habria tenido que consentir no ser
pero no pudo decidirse a perder el ser
es decir, a morir viviendo

De alguna manera cagar era vivir. Cagar, Crear, ¿no habia una relacion subterranea, espejada, oculta entre ambos fenomenos? ¿Deliraba, estaba sencillamente borrancho? ¿soñando? Ciertamente todas esas. Pero tambien mantenia un hilo de razonamiento, una fina linea luminosa de cordura. Un filo de pensamiento organizado que zigzagueaba entre el dolor y el mareo y la risa. Hacia un rato habia pensado que o era Dios o era simplemente un cagueta de bar de madrugada. Ahora entendia que podia ser las dos. No entendia como lo entendia, pero lo hacia de todos modos. El tiempo se habia detenido. Recite, apretando los dientes (en ese momento luchaba por expulsar un enorme sorete de mis intestinos) la tercera estrofa:

Hay en el Ser
Algo particularmente tentador para el hombre
y ese algo es precisamente
la Caca

¿Iba a vomitar? No me faltaban ganas. Sentía un universo contenido dentro mio. Algo en ebullición, una mezcla de materia y espíritu, de ideas y órganos mas lo que tenían adentro. Tenia que concentrarme, asirme a esa relación entre la muerte y la vida, entre la creación y la cagadera, entre la escatologia y la esjatologia, entre la felicidad y la fecalidad. Para empezar, sacarme los zapatos. ¡ah, esos condenados zapatos de mierda! Me sentía mucho mejor descalzo. Y también el saco. Habia que colgarlo bien porque el piso estaba asqueroso, prácticamente hediondo. Y podía ponerse peor. Terremotos, volcanes en erupción, imágenes de montañas, de desprendimientos, de bombardeos, de serpientes. Sin saco, sin zapatos. Estaba completamente doblado, con la cabeza casi pegada a las rodillas, convulsionandome mitad de risa mitad de puros espasmos.


El hombre siempre ha preferido la Carne
a la tierra de los huesos
No habia mas que tierra y bosques de Huesos
y tuvo que ganarse su carne

¿que estrofa era esa? Imposible saberlo. Podía ser tanto la cuarta como la primera o la decimonovena. Pero era tan cierta como la salida del sol. ¿tan cierta? muchísimo mas cierta. El sol podría dejar de salir que nosotros, o por lo menos yo, iba a seguir prefiriendo la carne y la mierda a la tierra de los huesos. ¿no era la carne precisamente vivir en el bosque de los huesos? Si, y ganarse la carne era ganarse el ataque al higado. Habia que ser miserable para ser feliz y viceversa. Subida y bajada, montaña rusa. Podía desmayarme ahi (de hecho roncaba o creía roncar) o podía bajar a tomar mi café frio (en cualquier momento me iban a venir a golpear la puerta, pero yo estaba a mil años luz del instante siguiente. De cualquier manera, ambas eran la vida. Yo hablaba constantemente de suicidarme. Lo habia pensado mas de una vez con seriedad. Y asi y todo seguia eligiendo la vida. Recite otra estrofa como un profeta, alzando el puño y mirando el verde desteñido de mis calzoncillos:

Le encontro gusto
Aprendio por si mismo
a hacer el bestia
y a comer rata
delicadamente

Exquisitamente expresado. O vivimos o perdemos la cabeza, o vivimos y perdemos la cabeza una vez cada tantos dias. ¿que decia despues? algo de escoger la propia mierda, la de adentro, la que generamos con nuestra propia vida, ¡oh, cuanta energia consumimos en la creacion!, por sobre lo infinito de afuera, interesante pero al fin de cuentas siempre ajeno, desinteresado, des-relacionado o al menos carente de esa relacion intestinal, de 12 metros, que teniamos con lo otro, con la caca. Expulsabamos el vacio generandolo. Necesitabamos... bueno, al menos yo necesitaba el vacio. Estar un poco mas vacio. Al menos los suficiente para poder pasar el cafe que me esperaba en la tasa.

Tire el boton y sali del receptaculo. Me moje la cara con el tenue hilo de agua que largaba la canilla. Listo. Como nuevo. El sabado habia pasado. Ya era domingo.

- Y el septimo dia completo dios la obra que habia hecho - dije - y reposo en el dia septimo... bla bla bla, bla ble bi.

Baje las escaleras y me sente entre el resto. Charlaban como extraterrestres. El sol de la mañana era hermoso y frio. Mi cafe estaba bastante caliente, por suerte. Un dia mas para vivir.

Nota: El ultimo parrafo se lee mejor con esto de fondo











17 may 2019

los falsos jardines


La tierra es de quien la trabaja (Emiliano Zapata)

Cinco o seis hombres bajaban y subian los cerros con palas al hombro. Todos tenian brazos y piernas fuertes, acostumbradas a las largas marchas bajo el sol de Veracruz. Todos tenian la piel oscura y curtoda por dias y dias de sol.

Tiene pinta de ser por aca - dijo Pedro, y tenia razon. Habia claros trazos de huellas de vehiculo. Dos camiones, penso Ramirez. Dos camiones y un jeep. Siguieron un poco mas y las huellas se hicieron mas duras. La tierra mostraba el dibujo claro de cuatro pares de ruedas.
Siguieron el rastro por casi tres kilometros. Iban en fila india. Ramirez adelante. Detras el resto. Pedro cerraba la marcha. La tierra era roja y dura. Ya la conocian. Iba a costar bastante rascarla. El rastro se detenia un poco mas adelante.

- Aca frenaron - dijo uno. Todos se detuvieron e imaginaron los camiones. Imaginaron el golpeteo de puertas metalicas, el descargue, el ruido de palas, el olor a cal.  Varios fumaron un cigarrillo, justo como ellos lo fumaban ahora. Entre los matorrales habia colillas de cigarrillo.

- Hace apenas unos dias... - dijo Pedro, y se detuvo para darle una honda calada a su cigarrillo. No tuvo ganas de volver a comenzar. Sencillamente largo el humo, confiado de que completara el sentido de la frase.

- Bueno muchachos - dijo tercio Ramirez - A laburar. Comenzaron a desplegarse en espiral. Algunos tanteaban el terreno con las botas, otros con las palas. Julio tenia un metodo peculiar: los llamaba, les hablaba. Era conocido entre los jornaleros por ser un rastreador infalible. Alguien habia notado que siempre murmuraba cuando buscaba, y el mismo les habia confesado que les hablaba.

- Amigo, diga si anda por aca. Vamos, compañero, hableme si anda por aqui. Dame una señal. Si me voy a dormir, muestrame en un sueño donde debo buscarte.

Mientras el resto trituraba la arena bajo las botas, Julio les hablaba con cariño, los sermoneaba y hasta les hacia chistes. Pero no era lo unico que hacia. Tambien se fijaba con especial atencion en las piedras y en las plantas. Generalmente solian cubrir los sitios con matorrales. Disfrazaban el terreno. Julio habia comprendido la estetica de los enterradores y muchas veces detectaba los falsos jardines, los matorrales artificiales. Una piedra demasiado casual, un arbol demasiado conveniente para encaramar un vigia. Donde la mayoria veia solo tierra, arena y verde, Julio encontraba relatos detallados. Sabia que cuando el pasto es amarillo algo se pudre debajo. Algunos incluso creian que era brujo, que hablaba con los muertos. El solamente se reia, sin desmentir o confirmar.

- ¿Y Julio, contestan? - le pregunto uno.
- Siempre dicen algo - respondio Julio. Entonces fue que noto el arbol. Algo del arbol. De algun modo inexplicable pero certero supo que de algun modo habian violentado la virginidad del orden natural. Si. Falsedad, composición, bolsas negras.

- Gonzalo, ahi - dijo Julio, llamando al que le habia hablado. Gonzalo silbo una tonadita y todos se acercaron. Ramirez observo la zona con ojos de aguila. Escupio y chasqueo con la lengua. Julio tenia razon, como siempre. Pero esta vez la composicion era enorme.

- ¿y jefe? - le pregunto Julio.
- Esta de la chingada - dijo Ramirez.

Se pusieron manos a la obra. Cavaban con fruicion, casi con fervor. Durante una hora o dos solamente se el sordo ruido de los palazos contra la tierra y las piedras. Hasta que en un momento aparecio la primera bolsa.

- Ya esta la primera - dijo el del hallazgo. Luego aparecieron muchas mas. Lo que antes habian sido personas ahora eran bultos en bolsas de plastico. Habian encontrado una fosa enorme. Ese dia desenterraron treinta y cinco bolsas, pero era evidente que habia muchisimas mas. Iban a necesitar mas gente. Posiblemente tambien un camion. Incluso podia que dos. Habia sido un hallazgo fantastico. Los cuerpos en bolsas se conservaban mejor que cuando los echaban directamente a la tierra unos sobre otros. Las bolsas se podian identificar. Algunos incluso tenian ropa. Esos se pagaban mucho mejor que los otros. Encontrar cuerpos enteros era lo que de mejor humor ponia a la cuadrilla. Habia dias en que solamente encontraban pequeños huesos. Los huesos se vendian por peso. Los llevaban en cubetas o en bolsas arpilleras. Los cuerpos, si seran muchos (y esta vez eran muchisimos, Ramirez calculaba que la fosa entera podia tener mas de cien cadaveres) iban en camion. De ahi en adelante se encargaban los forenses, esos seres mitad medicos mitad nigromantes. Ramirez no entendia como hacian para identificar al que fue Esteban Velazco a partir de un cachito de diente o de un pedacito de dedo. Julio, que solamente hacia el trabajo para darle de comer a Rosalia y a los chicos, ni siquiera se preguntaba semejantes estupideces.

La cuadrilla de Ramirez era bastante conocida en Coahuilla. Destacaba entre las otras por su buena suerte o su pericia. De las 504 fosas que se habian descubierto en Veracruz, la cuadrilla de Ramirez habia encontrado ocho. Nueve con esta ultima, que era la quinientos cinco. Muchas de las otras cuadrillas tenian entre sus filas a ex militares y policias. Otras a antropologos o forenses. Muchos de los miembros de las cuadrillas tenian miembros voluntarios. Muchos tenian familiares o amigos desaparecidos. El equipo de Ramirez era diferente. Eran todos jornaleros, obreros o campesinos. Cada uno habia pasado por los mil y un oficios que le corresponden al pobre. Habian sido peones, jornaleros golondrina, cuidadores de bueyes, marmoleros, serenos, jardineros, albañiles, dependientes de tienda de abarrotes. No tenian a nadie desaparecido porque basicamente casi no tenian a nadie. Rascaban la tierra por un sueldo o a comisiones. Como si fueran vendedores de autos o de seguros. Los principales pagadores eran las municipalidades en campaña o las mismas familias de los desparecidos, que hacian peñas y vendian cosas para llegar al precio de tal o cual cantidad de cuerpos. Los desenterradores, los buscamuertos, los vendehuesos. En los pueblos los conocian por muchisimos nombres. Algunos los admiraban por valientes, otros los odiaban por mercenarios, y unos terceros los temian por impios y les huian como la peste. Lo unico innegable era que la arqueologia es un negocio que por estas epocas va viento en popa.



13 may 2019

Nevada

Hubo una vez un pueblo donde comenzo a nevar. Nevo y nevo. Nevo durante dias sin parar. Poco a poco la nieve fue tapando las calles, las puertas, las ventanas, los buzones de correo, los carteles luminosos, los escaparates de los negocios, las huellas de aceite sobre el asfalto. Todo fue quedando blanco. Era como si una inmensa goma de borrar se posara poco a poco sobre las cosas. El enjambre de mariposas albinas desdibujaba todo dia tras dia; Hasta que un buen dia la gente ya no pudo salir. O tal vez fue que encontro la excusa perfecta para no hacerlo. Las calles, los parques, las rutas: Todo fue quedando desierto. Toda la vida humana se recluyo tras las rejas, tras las puertas, tras los nublados cristales. La gente vivia solo dentro de sus casas. Vivian de dos en dos y de cuatro en cuatro, y tambien los habia solitarios.
Paso un tiempo y la nieve, que no paraba, se acumulaba ya hasta en los techos de las casas. Muchas casas bajitas, de solo un piso, yacian ya casi completamente enterradas. La nieve sobre los tejados se acumulaba dia tras dia. Los tejados crujian cada dia con mayor insistencia, con mayor intensidad, y muchos se dieron cuenta de que mas temprano que tarde la presion haria colapsar las vigas y los techos. El entendimiento dio paso a la accion, y entonces los adultos comenzaron a cavar enormes madrigueras bajo las casas. Los que tenian sotanos corrian con ventaja, porque contaban ya de entrada con un nivel adicional. El resto tuvo que empezar desde el mismisimo piso de la sala o desde el baño, removiendo el desde siempre inutil bidet. Los adultos y los viejos de todas las familias pasaban dia tras dia diagramando y cavando. Cavaban tuneles, galerias, recamaras. Comenzaron a trasladar el mobiliario y los objetos de valor. Primero las sillas, luego las mesas, mas tarde las alfombras, luego los roperos llenos de ropa. Tambien trasladaron sus cocinas y heladeras aunque, claro, era obvio que no funcionarian sin instalaciones de luz y gas. Pronto las casas quedaron desiertas. Algunas familias se trasladaban enteramente bajo tierra y ya nadie volvia a verlas. No era de extrañar que continuaran cavando. Tarde o temprano las galerias de cada familia se conectaria con las del resto.

Un chico miraba por la ventana de la planta mas alta de la casa. El vidrio, completamente empañado, dejaba ver lo que parecia un dia soleado. Tan soleado como puede ser el mas frio de los dias de invierno, es decir, un dia con un sol palido y moribundo. Era una casa de tres pisos. El chico era el hijo menor de la familia. Era una de las ultimas familias de la superficie. Su padre, arquitecto en el mundo antes de la nieve, siempre había sido un perfeccionista. Queria cavar una madriguera ejemplar. Mas que un bunker, parecia que cavaba una inmensa camara mortuoria, una catacumba monumental. Se habia demorado en su obra mucho mas que sus vecinos. Con todo, ya habia terminado. Las ultimas dos semanas se las habian pasado bajando todos los muebles y objetos de valor. El descenso era inminente.
El chico se habia refugiado en la planta alta y casi no habia ayudado en nada. Se resistia a perder la ventana y el sol, el unico atisbo del mundo exterior. Quizas fuera una de las ultimas veces que podria ver el sol a traves de los cristales. Asi que miraba, miraba intentando captar todos los detalles. Entonces fue que diviso la ventana de la casa de enfrente. La ventisca la ocultaba casi siempre, pero ese dia podia verse casi con normalidad. El chico vio que en la ventana de la casa de enfrente se asomaba una cara. Era una chica. Tambien lo miraba. Tuvo entonces un impulso repentino. Escabullendose de sus familiares, el chico trepo por la chimenea. Si los calculos no le fallaban, podria deslizarse por la parte oeste de la casa, casi completamente cubierta por la nieve. Cuando salio comprobo que tenia razon. Le gusto sentir el aire y el frio. Los copos de nieves no eran ni radioactivos ni venenosos como le habian dicho sus padres. Ni siquiera pinchaba. Era suave, deliciosamente fria, casi imperceptible. El chico entonces de deslizo por la ladera oeste. La nieve habia formado una colina suave y poco ondulada que le permitio un facil descenso. Luego rodeo la casa. A la mitad de la calle la vio. Era la chica. El chico supo que ella habia tenido el mismo impulso: salir de su casa para ir a verlo. Ninguno sabia el nombre del otro. Se recordaban vagamente, de otro tiempo, de cuando las calles eran grises y calurosas. Casi no necesitaron de las palabras. Se entendieron instantaneamente.
En el mismisimo momento en que se encontraron a mitad de la calle sono un estruendo ensordecedor. Era como si cientos de bombas hubiesen caido sincronizadas al mismo tiempo: Todas las casas habian colapsado.
El chico y la chica escaparon a los bosques. Al poco tiempo se volvieron salvajes. Aprendieron a comunicarse con señas y miradas. Con el tiempo poblaron el bosque y la llanura de seres parecidos a ellos. Nunca mas recordaron nada de la nebulosa epoca del encierro en las casas pero, quizás obedeciendo a un oscuro instinto, le prohibieron a sus hijos acercarse a la entrada de las madrigueras.

9 may 2019

Mala Calificacion

Pedro compro un lavarropas.

Cuando llego a buscarlo a la casa de Selva, la señora que lo vendia, el lavarropas estaba ya embalado y listo para llevar. A Pedro le parecio que Selva era muy amable por tomarse la molestia. Tambien le preocupaba que le añadiese un cargo extra por el embalaje. Por suerte, esto no ocurrió, y un feliz Pedro se llevo el flamante lavarropa igual a nuevo.

Habia sido una operacion brillante por su parte. Una verdadera ganga. Hay que saber aprovechar las oportunidades.

Imaginen el tamaño de su sorpresa cuando descubrió que adentro del lavarropas había una cabeza humana recién cortada. La cabeza era de un hombre barbudo. Tenia la boca un poco abierta y los ojos entrecerrados. Estaba casi en el fondo del tambor, un poco ladeada. Al verla, Pedro tuvo la impresion de estar viendo la cabeza de un astronauta dentro de una capsula espacial o de un traje lunar. 

Bueno, en realidad la cabeza no estaba recien cortada... Es decir, no lo se. Pedro... ¡bah, no hay tal Pedro! Yo fui el que encontró la cabeza. Se me dificulta narrar esto en tercera persona. Lo que quería decir es que no se con certeza si esta recién cortada. Al menos lo parece. ¿que como lo se? Bueno, porque esta... ¿fresca? Si, esa es la mejor palabra que se me ocurre. "Sangrante" podría ser otra. Todavía no coagulo. Es increible. Voy a mirarla un rato hasta que decida que hacer...

Es inaudito que no me haya dado cuenta. Es decir, que Pedro no se haya dado cuenta. Miren que hay que ser imbécil. Le dije a ese imbécil de Pedro que revisara bien todo antes de pagar. Y el retrasado va y me trae una cabeza decapitada adentro del lavarropas. ¿Al menos estará bien lavada? ¡ja ja ja!
Perdon... el chiste estaba cantado y ademas estoy un poco nervioso... es decir... ¿que voy a hacer ahora?

Mi primer impulso fue llamarlo a Pedro y decirle que venga. Cuando venga voy a romperle todos los huesos que tenga sanos. Eso como primera medida. Pero no. Mejor no. Voy a llamarlo y decirle que no venga, que despues le explico. Obviamente no le voy a explicar nada. Antes que nada, una cerveza. Voy a sentarme un rato...

Uff, así esta mejor. Saque el lavarropas al patio. La cabeza sigue adentro. Me da mucho asco sacarla y ademas no se me ocurre un lugar mejor donde ponerla. El lavarropas parece bastante hermético. Es un equipo fantastico, una compra solida. Ademas si la cabeza empieza a oler siempre puedo pegarle una lavadita ja ja ja...

¿podria llamarla a Selva? Por supuesto que no. Va a negarlo todo. ¿que le voy a decir? "Muy bueno el producto pero, ¿puedo devolverle la cabeza que se olvido adentro?". Ridiculo. Me imagino la respuesta: "señor, la persona que usted mando reviso antes de pagar. Lo dice la publicacion: lo lleva como esta". Y tendria razon. O mas facil: "¿señor, una cabeza? ¿que cabeza? Usted debe de estar drogado. Si me vuelve a llamar le mando a la policia". Cantado. Selva no se va a hacer cargo de nada. Pero bueno. Al menos voy a darle cero estrellas por la venta. Eso seguro. Veamos... "Vendedor poco serio. El producto funciona pero es totalmente distinto de lo esperado. No volveria a comprar". Muy bien. Ahora clic y click, send. Hecho. La proxima vez lo va a pensar dos veces. ¡Es la ultima vez que compro algo por Internet!



El Tero

Comprar churros en Floresta es muy dificil. Yo vivo hace casi siete años en el barrio y todavia nunca pude comprar ni un misero churro. Es cierto que a mi me gusta dormir hasta tarde, y que muy pocas son las veces en las que me levanto con no solo la intencion, sino tambien con la preparacion tecnica necesaria: ropa puesta, dinero, zapatillas de running, cafe con leche o mate preparado. Si falta alguna de estas cosas los churros no son posibles o no son deseables. Y aun asi, disponiendo de todas ellas, no fui capaz de frenar al churrero.
Esto puede parecer sorprendente, pero se explica con facilidad si uno entiende que el churrero de Floresta no es de ninguna manera un churrero comun. Es un churrero magico.
Bueno, magico no. Porque magico es todo lo que tiene propiedades extraordinarias, sobrenaturales. Y el churrero no tiene ninguna habilidad sobrenatural, salvo la de ser inusualmente rapido en su bicicleta. En realidad nunca llegue a verlo, pero sospecho que debe repartir en una bicicleta de carreras. Mas que tener propiedades extraordinarias se podria decir que el churrero tiene un mal funcionamiento de una de sus propiedades ordinarias.
Lo que hace al churrero de Floresta un ente unico y diferente es que suena diferente. Generalmente y por leyes de la fisica, uno escucha los sonidos en el mismo instante que se producen. Es decir, no exactamente en el mismo instante, pero casi, porque la velocidad del sonido es bastante rapida. La diferencia es minima. Entonces, por ejemplo, si uno escucha que golpean la puerta puede estar seguro de que hay una mano golpeandola. Y si escucha la bocina del colectivo sabe o puede suponer con buen grado de certeza que el colectivo efectivamente esta pasando por donde suena la bocina. Esto no ocurre con el churrero. Es sabido que casi la unica forma de localizar y predecir al churrero es escuchando su particular ruidito. El sonidito es inconfundible y unico, una especie de chirrido o pitido que sale de un silbato o harmoniquita que el churrero va tocando mientras pedalea. Es un poco como la flauta del flautista de Hamelin, o como la flauta del Dios Pan. Tiene algo de tribal y hay quien dice que el pitido del churrero es la imitacion del canto de un antiguo pajaro que existia en los tiempos en que Buenos Aires estaba gobernada por Quilmes y Querandies.
Cuando uno escucha este ruido sabe que el churrero se acerca por la esquina. Lo optimo es estar listo y preparado desde las ocho de la mañana en adelante, porque es seguro que en algun momento antes de las nueve y media se va a escuchar el chirrido de la bici y el pitido de la harmoniquita. Apenas se lo escucha hay que salir a la puerta de calle con la billetera lista, porque el churrero ni espera ni da segundas oportunidades.

Pero, como dije, en Floresta la cosa es distinta, porque el pitido del churrero esta completamente desligado del churrero mismo. Entonces pasa que el cantito llega cinco minutos tarde y para cuando uno sale el churrero ya esta a tres cuadras. O tambien pasa que uno escucha el ruidito a las cinco de la mañana y si llega a salir va a ser solamente para darse cuenta de que la calle esta desierta y de que el churrero, este donde este, esta durmiendo el quinto sueño. Tambien ocurre que cuando el pitido se escucha en Carrasco y Rivadavia el churrero esta en realidad recorriendo Avellaneda. O que cuando el pitido se escucha a lo largo de Jonte el churrero esta buscando clientes en la plazita de Mercedes y Camarones.  Otras veces el sonido se las da de bromista o se empecina con alguna casa. Entonces se pone a sonar de forma continua en la puerta de tal o cual domicilio. Lo hace hasta hacer salir al molesto vecino, solo para rajarse apenas se abre la puerta. La unica forma de que el sonido deje de molestar es que, por pura casualidad, el churrero aparezca en esa cuadra. Entonces el sonido se escapa a veinte cuadras y el pobre churrero tiene que hacerle frente a los reclamos del airado vecino. Si el vecino justo quiere churros entonces hay final feliz.

El churrero de Floresta es un poco como Peter Pan. Peter habia perdido la sombra y tuvo que atraparla y cosersela a los talones. El Churrero perdio su sonido y nunca consiguio atraparlo. Claro que esto no es culpa del churrero. A una sombra se la puede ver cuando esta al sol, y si se la ve entonces se le puede echar mano. En cambio a un sonido es imposible escucharlo mientras este quieto. Y como cuando se mueve lo hace a 1235,52 kilometros por hora entonces es natural que el pobre churrero, que a lo sumo podra ir a 40 km/h con su bici llena de churros nunca pueda atrapar a su sonido. Es indudable que esto aumento la fama del churrero de un modo inversamente proporcional al de sus ventas, que cayeron en picada debido a lo dificil de dar con su silencioso transitar.

¿como fue que el churrero perdio su sonido? Sobre esto hay muchas teorias. La mas aceptada por los muchachos del barrio es que un dia el churrero se habra levantado mas temprano que su sonido. Es sabido que a los ruidos les gusta festejar hasta tarde y dormir hasta pasado el mediodia. Como tambien es sabido que los churreros son madrugadores, la discrepancia era cuestion de tiempo. Otros dicen que seria el ruido el que se levanto temprano y salio por cuenta propia, y que luego se perdio y ahora anda como un gato en celo por el barrio molestando a los vecinos.
Tambien hay quien dice que la pelea tuvo lugar por razones economicas. Al parecer el ruido habria pedido un aumento de sueldo que el churrero, explotador como todos los que tienen un pequeño emprendimiento, se nego terminantemente a dar.

- Creo que es justo que me pagues un poco mas por hora - habria dicho el ruido.
- No me parece - habria respondido el churrero.
- La cosa esta jodida, casi no llego a fin de mes - le habria llorado el ruido.
- Justamente por eso. ¿sabes lo que cuesta mantener la empresa? Tenemos que ajustarnos todos un pcoo el cinturon para seguir en marcha - se habria excusado el churrero.
Es sabido como terminan estas discusiones. El chirrido, de marcadas inclinaciones comunistas, habria acusado al churrero de ser un pequeñoburgues explotador, y el churrero, herido en su amor propio de honesto comerciante y generador de empleo, le habria respondido que si no le gustaba podia irse a tomar por culo, y que en una ciudad tan ruidosa como Buenos Aires iba a tardar lo que dura un pedo en contratar otro sonido para que lo anuncie. El churrero ignoraba que hoy en dia los ruidos estan fuertemente sindicalizados (porque a diferencia de otros sindicatos el de los ruidos sabe hacerse oir) y que pelearse con uno es pelearse con todos. Dado que es muy dificil dar con el churrero nadie le hizo todavia una entrevista para que de su version de los hechos.

Los apodos del churrero de Floresta son muchisimos. "churrero fantasma" y "churrero ninja" son dos de los mas conocidos. Hay tambien quien le dice "Churrero sombra" y tambien "churrero holograma". El sindicato de los Vientos se refiere a el como "churrero burgues". Tambien le dicen "el mimo" y "churrero de cine mudo". Yo lo apode "el tero", porque comparte con el ave la cualidad de tener el canto por un lado y la mercancia por el otro.

Como la inteligencia humana no es infinita pero si su ingenio, no paso mucho tiempo antes de que aparecieran cientificos y filosofos con formulas y sistemas para conseguir churros en Floresta. Una vez sucedio que el sonido se enamoro de otro sonido. Este otro sonido era el que sonaba cuando una pua raspaba cualquier Vinilo de Led Zeppelin. Entonces alguien hizo la sencilla conexion neuronal y expreso la maxima de que si uno queria churros lo unico que tenia que hacer era poner a Zeppelin a todo lo que daba un domingo a la mañana. Esto fue efectivo durante un tiempo, es decir, mientras duro el affaire entre el pitido y la musica. Cuando el romance, como no podia no ser, termino en ruptura y tragedia, el metodo paso a tener el efecto opuesto. 
Alguien podria decir, claro, que atraer el sonido del churrero no es atrer el churrero mismo sino todo lo contrario (y cierta escuela de sofistas proponia que habia que buscar al churrero justamente en los lugares mas silenciosos), pero lo cierto es que nuestro churrero es un hombre pragmatico que, tras verse ante el peligro de la bancarrota, aplico aquello de Mahoma y la montaña. Es decir, comenzo el mismo a perseguir a su sonido. Haciendo esto, todo el mundo sabia que la mejor forma de comer churros bañados era salir a la calle 15 o 20 minutos despues de escuchar el sonido. Asi y todo esto no era del todo preciso porque a veces las distancias eran muy grandes o el churrero pinchaba una rueda y no llegaba a tiempo. Cuando el churrero llevaba ya un tiempo siguiendo a su sonido aparecio una extraña escuela de Gnoseologia que postulaba que los sonidos son entidades sustanciales y que los objetos no producen sonidos, sino completamente al reves. Por suerte nadie los tomo en serio hasta ahora.

Que yo sepa hay, mas alla de todos estos charlatanes, solamente dos o tres personas en Floresta que son capaces de comprar churros. Lo consiguen como se consiguen todas las proezas: con un extraño talento innato. Como todos los genios, un poco saben y un poco no saben como lo logran. Simplemente se ponen a ello y al cabo de un rato se encuentran con el churrero como quien no quiere la cosa. Gracias a dios uno de esos sabios es amigo mio. Yo no deberia entonces tener ninguna preocupacion en lo que a churros se refiere. Pero (fijense ustedes si sera o no sera un jodido el Demiurgo) que mi amigo es un desastre con sus ciclos de sueño(1) y nunca o casi nunca esta despierto un domingo a la mañana, por lo cual yo sigo pasando mis domingos sin churros.

:C

 Nota 1: Tengo la sospecha de que asi como Peter Pan tiene desligada su sombra y el churrero su sonido, mi amigo tiene desligado su sueño, el cual va y viene a su antojo. Mi amigo no duerme entonces cuando quiere, sino cuando se encuentra al sueño.