29 may 2018

La Guerra



No estoy muy seguro, pero creo que la paz siempre ha sido un sueño. Algo como la inmortalidad, la omnipresencia o la omnisciencia. Es decir, estados teoricos que son la mera negacion de estados verdaderamente reales. Piensenlo bien. No hay inmortalidad sino muerte. No hay eternidad sino tiempo. No hay alma inmaterial sino cuerpo material. ¿Alma? Mas bien visceras y fluidos. Dios es de algun modo la negacion teorica del hombre. Mejor dicho: la suma de las cualidades y facultades que hacen a Dios son la negacion conceptual, una por una, de las cualidades y facultades que hacen al hombre real, de carne y hueso, por decirlo asi.
De este mismo modo creo, aunque no este del todo seguro, en que la paz es una imaginacion mia, surgida del simple pero perverso acto mental de la inversion. Los hechos que me llevan a creer que la paz es imaginaria son dos: Primero, que no puedo imaginar la paz como otra cosa que el cese de la guerra. Segundo: Que siempre hemos estado en guerra. Siempre, o al menos hasta donde puedo recordar. Fijense que estas dos razones aplicarian para otros casos. Solemos decir, por ejemplo, que el negro es el opuesto del blanco. Y sin embargo, nadie que solo hubiera visto el negro podria imaginar el color blanco por mera "inversion". Para decir que son opuestos tenemos que haber concebido anteriormente ambos colores. Si no percibimos ambos, no podemos "deducir" uno del otro.
Pero pese a que la siento como eterna, no obstante se que la guerra comenzo en un momento dado.

- Hice mate - habia dicho Coneja, tan hermosa con su pelo pseudoenrulado, con esos tirabuzones anarquicos que los afeminados enemigos de la entropia definen como Bucles. ¿Bucles? les diria yo. Bucles tienen las paradojas temporales y los errores en programacion. Los tirabuzones de Coneja eran verdaderos ensortijados capilares, desfachatadas imitaciones de la cabellera de Medusa.
Yo tenia, como siempre, una mano en el raton de mi laptop y la otra en una lata de Schneider. Era como tener en cada mano un succedaneo de ala, un ala inutil que servia solo para levantar viento. Nunca para volar.
- Estoy tomando cerveza - dije yo. Coneja hizo un mohin, como si tuviera cinco años. Sus pupilas tambien hicieron algo como un mohin. ¿que nombre le habia puesto al movimiento sin movimiento que hacian las pupilas de Coneja? Bueno, no le habia puesto ningun nombre. Pero si le hubiese puesto, seria "Enfoque". Los ojos de Coneja, algo miopes, hacian algo asi como el movimiento que hace el lente de una camara para ajustar la realidad a sus capacidades. Mas que un movimiento de traslacion o de rotacion, el prodigio cinetico que realizaban sus pupilas marrones era el de un subibaja de intensidad, como la llama de un fuego o el fulgor solar detras de una nube, o (pero no tan asi) el leve parpaedo que hace una lamparita, muy de vez en cuando. Aunque tambien podria haber sido el secreto temblar del agua de un pozo o una laguna en una noche sin luna.
- ¿no tomas mate entonces? - habia dicho Coneja, de vuelta, con su mohin medio en broma y medio en serio, y con sus tirabuzones callendole a los costados como en un cuadro de algun prerrafaelista. Pero alto. Stop. Borraria los ultimos dos parrafos, pero ustedes acaban de leerlos y, como ya saben, es imposible borrar la memoria como no sea con electrochoques. Dije, ahi arribita, que Coneja hizo un mohin "como si tuviera cinco años". Bien: esto no es cierto. Esta mal. Es Erroneo; O No. No es tanto que es erroneo como que no es claro. Coneja no lo hizo como si tuviera cinco años sino que, mas bien, dejo salir a la nena de cinco años para que haga el mohin. Coneja tiene una nena de cinco años, otra de dieciciete, otra de diecinueve, una de veintitres y otra de treinta. Las va dejando salir segun gusto y conveniencia, asi como deja salir al gato cuando se le ocurre o deja todo tirado cuando le aburre el juego. Su personalidad es el constante tirabuzon (de vuelta esa palabra) de estas chicas que se van superponiendo unas a otras como las hormigas queriendo entrar al hormiguero un dia de tormenta. Coneja, como diria el viejo Estagirita, se dice de muchas maneras.
- Puedo tomar las dos cosas - le respondi. La Coneja de 19 años, esa que conoci hace casi diez en Plaza Italia, sonrio. La sonrisa de coneja era siempre esa sonrisa, la de los diecinueve. Sus ojos eran los de los veintitres, a veces los de los treinta (los malos dias, esos dias en que Coneja toda se apagaba como una vela contra el viento, dias en donde se deslucia de tal manera que a uno le entraba miedo de que, de un momento a otro, cesase de existir asi, sin aviso, como una melodia o un fosforo que se apaga. ¡Puf! Un viento fuerte, un ruido brusco, y chau Coneja). El resto de sus partes mutaba segun clima y alimentacion, como es natural con todos los animalitos lindos y peludos, epitetos ambos que eran propios de Coneja; Porque ademas de la melena de espirales que la hacia tan hermosa, era bastante peluda en general, brazos y piernas.
La mano de Coneja me alcanzo el mate con su acostumbrada torpeza. Yo estire el brazo y la mano izquierda para agarrarlo. Doble gesto tantas veces repetido, casi automatico. La mano de Coneja, uñas largas, palma casi demasiado chica para sostener el mate. La calabazita verde llena de yerba se inclina peligrosamente hacia un lado.
- Cuidado, lo vas a tirar - me dice la caradura, cuando justamente se le estaba por caer cuando se lo saque de la mano. Chupo por la bombilla.
- Esta horrible - le digo - esta frio y desabrido.
Coneja me mira entre incredula e indignada. Es la cebadora oficial, la unica cebadora. No puede tolerar una hostilidad de ese tipo. Peligra su reputacion. Me responde que me vaya al cuerno o algo asi. Resultado de la negociacion: Coneja siguio tomando mates sola y yo segui con mi cerveza "alemana" producida y envasada en partido de Zarate.
Insignificante como fue, creo que este incidente fue el comienzo de la guerra. Y si. La vida tiene esas cosas. No todas las grandes guerras empiezan con el rapto de una Helena o con el asesinato de un Archiduque. Parafraseando de vuelta al filosofo, a veces los pequeños errores se vuelven verdaderas catastrofes. De cualquier modo, es una cosa muy dificil encontrar la causa primera de algo. No digamos ya del mundo, lo cual es manifiestamente imposible, sino de un simple hecho, de un beso o de una tostada con manteca. No nos detenemos, como es obvio, en las causas naturales o siquiera en las mecanicas. Vamos hasta las causas psicologicas, espirituales, hereditarias incluso, de un hecho. ¿Puede considerarse a los Galeses que fundaron Trelew como un eslabon de la cadena causal de los guantes de lana que llevo puestos mientras escribo esto? ¿o acaso hay acaso que ir mas atras, a los primeros pioneros que trajeron las ovejas de Inglaterra? ¿y estos pioneros? ¿cuanto tiene que ver el Calvinismo con mis guantes? De algun modo, querer ir hasta el final en la causalidad del mas nimio de los objetos o del mas intrascendente de los actos nos lleva a estudiar a los grandes metafisicos y a toda su aburrida jeringoza teleologica. ¿a que viene todo esto? ¿como se relaciona con la guerra, con Coneja y con el mate torcido? Bueno, es que si lo pienso en este topico, la guerra podria haber comenzado mucho antes. Tal vez desde el dia mismo en que nos mudamos a la casa de Chivilcoy. Tal vez desde la primera vez que nos acostamos, en un hotel de la Plata. Tal vez desde el momento mismo que la vi, a la Coneja de 19 años, bajo la luz filtrada de los grandes arboles de Palermo, en lo que recuerdo como un dia lluvioso y gris. Ese dia capte inmediatamente todos los rasgos caracteristicos de Coneja: los luminosos y los oscuros. Luminosos eran sus ojos y su sonrisa a prueba de todo. Y por a prueba de todo me refiero incluso a mis desvarios de ese dia sobre Castaneda, sobre el capitulo once de las confesiones Agustinianas y quien sabe sobre que cientos de otras cosas, todas malabares que me servian para poner un poco de distancia entre sus manos (una de las cuales me habia aferrado sin remisiones) y las mias. Coneja habia contraatacado con el silencio casi de forma instintiva, como si de algun modo supiese que es precisamente el silencio lo que pierde a los hombres, sobre todo si estan ante una chica que los mira y los mira y los mira. Naturalmente que fue fatal. Terminamos entre los arboles del parque tres de Febrero.
Incluso uno podria irse mas atras, retrotraerse a los hechos que nos llevaron a conocernos ese dia, o a conocer a los hechos y personas que nos llevarian a los hechos que nos llevaron a conocernos, y asi ir en una dialectica del sentido que desembocaria en nuestros sendos nacimientos, para luego pasar al campo de esas disciplinas o pseudociencias conocidas como Filosofia y Religion.
Para ponernos de acuerdo al mismo tiempo que nos consideramos realistas, pongamos como fecha tentativa del comienzo de la guerra el dia mismo en que decidimos, impulsados cada cual por una infinita cadena de hechos pasados, a mudarnos a la casa de Chivilcoy. Fundar una casa es como fundar una ciudad. Lo dice, de vuelta, Aristoteles en su Economia. De hecho, "Eco" viene de Oikos, que en griego antiguo significa Casa. Para que haya una guerra tiene que haber dos naciones, dos casas. Nosotros fundamos solo una, y entonces se desato la guerra civil.
La fundacion de la republica fue sencilla. Aplastamos las ruinas de la republica anterior. En esto seguimos, paso a paso, el manual de todos los grandes fundadores de naciones, desde Pericles hasta Lenin. Fue necesario cambiar la historia, borrar las huellas del pasado, creernos ambos la pretendida mentira de que empezabamos desde cero. ¡desde cero! ¿como podiamos empezar de cero cuando cada cual tenia una eternidad a las espaldas? En un universo eternamente determinado por sus antecedentes, los comienzos son imposibles. O mas bien, solo son posibles cuando hay amor de por medio; Amor, es decir, una ilusion tal que nos embobara de tal forma con el arbol que, si bien el bosque se veia, nadie le prestaba atencion.
Entonces fue coser y cantar. O mejor dicho, pintar y barrer. Correr y serrar. Pulir y fregar. Dele quete dele quete dele. Una conflagracion final a lo Anaximandro. Completa compresion para una completa expansion. Diastole (sacar muebles viejos, libros viejos, pintura vieja) y sistole (mudarse pintar limpiar etc) Estuvimos listos en algo mas de dos meses. O mejor dicho, lo que estaba listo era el territorio, la cancha.
Si, habiamos limpiado la cancha, preparado el terreno, sembrado el campo. Del viejo caos surgio un nuevo orden, una disposicion incompleta de muebles y libros, de colores y formas. Dispusimos el tiempo para disponer del espacio para disponer del tiempo futuro. Y claro que a su vez ese tiempo futuro seria un nuevo configurar y re-configurar el espacio, es decir la pintura de las paredes el polvo del suelo el orden alfabetico o historico o racial o estetico de los libros en la biblioteca o de los discos en en anaquel, o bien cualquier otra cosa, como por ejemplo los cubiertos en el cajon o las sabanas en la cama. De manera que la fundacion de la republica fue tan solo el primer desorden; Y tambien el primer orden, o al menos el primer  y ultimo simulacro de tal cosa. La guerra como mera posibilidad era, considerandolo desde la perspectiva del dios eterno en un mundo material finito, algo que tenia que ocurrir casi forzosamente; Era algo que venia casi exigido por esa constante mancha saltada que el tiempo jugaba con el espacio y el espacio con el tiempo. Llegaria algun momento en que el espacio requeriria de mas tiempo o, por el contrario, podria pasar que el tiempo no estuviera dispuesto para las necesidades del espacio, y entonces estallaria el conflicto.
¿Fue entonces que Coneja no pudo o no quiso utilizar algunos segundos para enderezar ese mate, ese mate torcido que de alguna manera fue, mas que una ofrenda o una invitacion, una declaracion de guerra, como si consigo mismo el mate hubiera torcido toda la realidad?
- Esta Horrible - le habia dicho. Y luego algo de que frio y de que desabrido. Coneja me habia mirado mal y me habia respondido.
- Es el primero - me dijo por toda explicacion. ¿el primero de que? , pense.
- Deja, no quiero mas - dije yo.
- No te cebo mas mates - Dijo Coneja, corriendo para su lado de la mesa toda la parafernalia del equipo de mate. Entonces me di cuenta de que la mesa, como tantos otros espacios de la casa, estaba dividida. El lado derecho, con mi laptop, mi mouse, mi silla cerca de la ventana, era indudablemente mio. El lado izquierdo (por decirlo de algun modo, puesto que la mesa era Camelotianamente redonda), con las cosas del mate, ropa, libros y otra laptop, era indudablemente suyo. Esta division, este trazado de fronteras, de trincheras, se habia difuminado por todos los cuartos de la casa, salvo la cocina y el baño. El comedor, el living y la pieza estaban subsumidas en un aparente caos que era, no obstante, ilusion y efecto de un orden mas profundo y complicado, como el que resultaria de la observacion de una partida de Ajedrez o de una trabada partida de damas chinas. Cada cuarto era un tablero, y cada objeto, prenda o mueble eran piezas estrategicamente dispuestas por Coneja y por mi para marcar las consiguientes divisiones y subdivisiones del territorio. Era como si cada espacio tuviese una banderita que dijiese: "territorio de Coneja" o "territorio mio". Con un orden geopolitico tan complejo e inestable, el estallido era, como dije arriba, cuestion de tiempo mas que de suerte.
No recuerdo si incluso antes de lo del mate ya habian comenzado las incursiones. Succede muchas veces que las cosas empiezan a ocurrir antes de que seamos conscientes de ellas. Pasa con las goteras, con los terremotos, con todo tipo de estafas. Tambien con el odio y con el amor. Es casi como dormirse. ¿cuando es que nos quedamos dormidos? Cuando nos damos cuenta, ya estamos durmiendo. Mutatis Mutandis.
La guerra habia comenzado antes de la guerra. Solapadamente o fingiendo inocencia, tanto Coneja como yo habiamos comenzado con las ofensivas. Pequeñas escaramuzas estrategicas en el territorio del otro. Intrusiones en la parte enemiga. Asi, Coneja iba y metia un tapado rojo hermosisimo en mi parte del ropero, o bien desplegaba bases militares a base de colgar camperas en todas las sillas, o bien encendiendo o apagando luces de manera que parecian seguir un codigo tan natural para ella como desconocido para mi. Yo, como era claro, no me quedaba atras. Y entonces invadia progresivamente las bibliotecas y los anaqueles de discos, en donde mis libros de filosofia y mis discos de Genesis realizaban verdaderos holocaustos contra los libros de reparaciones y astrologia o los discos de Tango que Coneja guardaba con una devocion casi religiosa, tanto mas sorprendente cuando jamas, que yo supiese, habia escuchado uno solo de esos discos o leido o siquiera abierto por accidente algun libro de plomeria o de administracion en Excell. Estas acciones que aun estaban dentro del marco politico de la racionalidad siguieron incrementandose tanto en numero como en amplitud.
Un dia, al llegar de la calle (volvia siempre con el ocaso) note varios muebles cambiados de lugar. No era solo un movimiento de rotacion, como los que Coneja, verdadera Astrologa de interiores, realizaba cada tantos meses como obedeciendo al cambio de estacion. Habia pasado muebles que eran del territorio pieza al territorio living, y muebles que eran del territorio living al territorio comedor. Afectado por su ofensiva inesperada, me retire directamente al dormitorio. Mientras, acostado en la cama, fingia dormirme, pensaba un contraataque. Llego al dia siguiente. Aprovechando la ventaja tactica que me daba levantarme siempre dos o tres horas antes (Puesto que Coneja era, como buena roedora, un animal mullidito de habitos nocturnos) retire todas las bombitas electricas de la casa.
Tal como me lo esperaba, la contaofensiva de Coneja no se hizo esperar: comenzo a usar la mesa como cajon de los cubiertos, esparciendolos en separadores. Yo entonces decidi trasladar el lavarropas al living, lo cual solo genero que Coneja reemplazara el relleno de todas las almohadas y almoadones por una mezcla de arena y canto rodado. La magnitud de las ofensivas y contraofensivas escalaba dia tras dia, como un viento que agita y agita las olas, primero pequeñas pero luego crecientes y al final gigantes, de una tormenta en alta mar. Y el amasijo que eramos Coneja y yo se tambaleaba, se zarandeaba, se sacudia como un barquito endeble pero tenaz, siempre perdiendo marineros y siempre a punto de perder el mastil, de desarmarse para hundirse, para hundirse por fin y de una buena vez, pero que en cambio y como no queriendo ceder a la tentacion (siempre demasiado facil) del descanso o de la muerte, se agarraba de los cuatro costados, de los pelos o de las paredes para seguir castigandose y siendo castigado.
Llego un momento en que la casa, que algun dia fue la republica, adquirio la forma de un verdadero campo de batalla, de un campo de trincheras. Asi, mi cuartel general estaba en el comedor, donde me habia armado una torreta a base de bibliotecas y discos de vinilo. Como Coneja habia reclamado el dormitorio como su bastion inexpugnable, me habia montado una tienda de campaña en el sillon, que aunque algo destartalado por su propia guerra contra nuestro obeso gato negro, todavia se las arreglaba bastante bien como cama de plaza y media.
Como la guerra se prolongaba indefinidamente (ambos soportabamos estoicamente los contratiempos y privaciones de todo evento belico) los ataques pasaron a otro nivel, a un nivel tactico, diria. Como siempre, Coneja fue la que tomo la iniciativa. Un dia, mientras estaba en el sillon escuchando un disco, note con horror que la señal wi-fi habia desaparecido. Ante mis puteadas en voz alta, Coneja contesto con una malefica carcajada desde la pieza, como un dragon que se sabe inexpugnable en su cueva. Estaba bueno. Si Coneja aprovechaba su ventaja geografica, yo iba a explotar el diferencial de mi fuerza fisica. Eso significaba correr el pesadisimo anaquel que contenia mis discos, y dejarlo cruzando la puerta del dormitorio. Lamentablemente, el bloqueo no era 100% efectivo. Coneja aun podia salir por la puertaventana que daba al pasillo, aunque para hacerlo tenia que pasar sobre las piedras-caca del gatobeso, teniendo cuidado de no llevarse puesta la bicicleta, lo cual debido a sus considerables tetas (de las cuales podria decir una o dos cosas mas) y a lo adorablemente torpe que era muchas veces no conseguia.
Si Coneja utilizaba la artilleria pesada de bolas de media o misiles de zapatillas y zapatos, yo coontratacaba con un Blitzkrieg psicologico de rock progresivo a las cuatro de la mañana. Claro que nada mejor para despertar al furia del Dragon que sacandolo de su sueño, y entonces Coneja dejaba de cocinar o de barrer durante semanas enteras, cosa que tambien hacia en tiempos de paz por pura dejadez o bohemia. Yo puedo presionar con mis armas nucleares, dejando de ir a trabajar durante varios dias y no tirando la cadena, o emborrachandome una noche tras otra. Coneja puede tomar medidas drasticas como imponer un orden siniestro en las bibliotecas (Poner a Nietzsche al lado de Coelho, a Descartes al lado de Breton), o paseandose desnuda como una ninfa tras las barricadas, para refugiarse inmediatamente ante mi menor intento de acercamiento.
Las negociaciones de paz se dan cada tanto. Como se imaginaran, son desastrozas. Se celebran en la pieza, territorio de Coneja. Hay tanto para hacer, tanto para ordenar, tanto para organizar, que rapidamente terminamos en conflicto. Estas peleas son siempre violentas. Ella se abalanza sobre mi o yo sobre ella, y giramos como un ovillo de manos y piernas. Siempre termino sin ropa antes que Coneja. Ella es renuente a desnudarse. Sabe que un cuerpo desnudo es casi siempre la ultima carta, y espera el momento justo para jugarla. Es una reconciliacion de los cuerpos, es decir, una reconciliacion que lleva en si misma las causas de la proxima guerra. Practicamente nos arreglamos para pelearnos, nos peleamos para arreglarnos.
Como se lee en 1984: La guerra es la Paz.

21 may 2018

Subasta

La musica se escuchaba desde la calle. En la puerta de madera pintada de blanco colgaba una colorida corona de papel mache. "Feliz cumpleaños Lore" decia un cartelito de letras multicolores de gomaeva, justo encima de la corona.
La fiestita habia transcurrido maravillosamente. Habia habido sanguchitos de miga, musica, juegos varios, muchisimos invitados. Lore la habia estaba pasando fantastico. Cuando yo entre estaban cortando la torta. Aunque las luces estaban a medias, vi algunas caras conocidas. Timidamente salude con la mano derecha. En la izquierda, bajo el hombro, llevaba un pequeño regalo para la cumpleañera. Una silueta salio desde atras de una columna y con un gesto comedido me insto a que le entregue el regalo.
- Los guardamos en la pieza - me dijo. -los vamos a abrir todos al final - agrego, guiñandome un ojo.
Le entregue el regalo y aprovechando ambas manos libres me puse a dar palmas al son del "Que los cumplas feliz"

Que los cumplas feliz
Que los cumplas feliz
Que los cumplas Lorena
Que los cumplas feliz

Aplausos, pataleos, gritos, serpentinas y silbidos varios. Lorena cumplia doce años. ¿o eran once? ¿o trece? La verdad, me habia enterado de la fiesta a ultima hora, y los detalles me habian llegado por mail hacia apenas una hora. Por suerte para mi, soy una persona bastante previsora: Siempre tengo al menos tres o cuatro regalos de naturaleza universal.
Encendieron las luces. Volvi a mirar en torno y me di cuenta de que la sala estaba bastante llena. Como dije, podia reconocer a algunos colegas, viejos compañeros de andanzas. El tipo que habia recibido mi regalo (bajito, pantalon de vestir negro, camisa azul y saco a tono) se abrio paso y fue directamente a abrazar a la festejada. Claramente es el padre, pense. Mirandolo bien, era obvio. Lorena tenia los mismos ojos grises y ya se insinuaban algunas facciones. Teniendo eso en cuenta y, por pura combinatoria, reconoci a la probable madre en una joven pelirroja de ojos marrones que sombriamente se paseaba entre los invitados sirviendo gaseosas y cervezas. 
De repente, volvio la musica, como un estallido o como un corte a comerciales. Los chicos, arremolinados alrededor de la mesa rectangular donde estaba la torta, salieron dispersados hacia los cuatro costados como una bandada de palomas. Llevaban encima pedazos de torta o platos con papas fritas y chizitos. Como si obedecieran una orden telepatica, se juntaron en una habitacion aledaña. Luego de sacarse algunas fotos con su padre y su madre (que efectivamente era la joven pelirroja) Lorena corrio a reunirse con los demas. Cuando los chicos salieron, algunos invitados encendieron cigarrillos. 
Esos invitados, los que fumaban, tenian unas caras horrendas. Parecian ratones y murcielagos. O lechuzas. Me imagine que yo, con me deslustrado traje marron, tambien deberia parecer una laucha o una mosca. 
- ¿ya todos me dieron sus regalos? - dijo el padre, frotandose las manos. 
Todos asentimos con un movimiento de cabeza aterradoramente parecido; Como si fuesemos zombis, automatas o miembros de una horrible secta. Asi que si, todos le habiamos dado ya los regalitos. Tenia la sensacion de que apenas los chicos habian salido del cuarto, la luminosidad y hasta la vida se habian ido con ellos al otro cuarto. Este cuarto, el nuestro, el de los adultos recibidores de regalos y el de los adultos regaladores, se me antojaba como un viejo cuadro, polvoriento y ajado. Varios de esos adultos (basicamente todos mis "camaradas") apestaban ligeramente a alcochol. Parecian salidos todos de una juerga. Era como si una distension espacio temporal hubiese creado una puerta que comunicara la antesala de un prostibulo o el baño de un Pub con la fiesta de cumpleaños de una nena. Me dio gracia que los padres no parecieran notar la intrusion; Que los intrusos se sintieran tan comodos, tambien. Yo era el unico que tenia la clara sensacion de estar de mas. Solo mi regalo, correctamente entregado al llegar, me daba la presencia de animo para quedarme. Todos tenian ya su porcion de torta, y yo queria la mia.
Todos fumamos un rato en silencio. El padre se nos acerco entonces y nos dijo que apenas en unos minutos ibamos a abrir los regalos. 
- ¿Van a llamar a la chica? - pregunto uno de los murcielagos.
- Si - dijo el padre - Lo mejor va a ser que decida Lore.
Yo segui fumando tranquilamente mientras el obsequioso padre continuaba diciendo esto y aquello al resto de las alimañas congregadas alrededor de la mesa de tortas y snacks. La madre habia desaparecido. Luego de un rato, el padre volvio a aparecer. Llevaba a Lorena de la mano. Entre confundida y molesta, la nena miraba hacia atras, al cuarto contiguo, donde sus amigos continuaban con la fiesta gritando y revoleandose cosas.
- Lore, ahora vamos a abrir los regalos, ¿si? - le dijo el Padre. Todos pasamos al cuarto contiguo, que no era otro que la pieza de los padres. Ya ahi mismo, como si se tratase de revisar un inventario o de hacer un recuento de votos, pasamos a abrir los regalos.
Los paquetes estaban, en su mayoria, sobre la cama matrimonial. Algunos estaban en el suelo, y dos estaban sobre una silla. Cada regalo tenia, pegado sobre el papel de envolver De alguna manera, todos esos bienes empaquetados me sugerian la figura de una ofrenda. Habia paquetes considerables, y note que varios de los roedores que me acompañaban estaban bastante confiados. Uno a uno, Lorena fue abriendo sus regalos. Los abria lentamente, con un ciudado que parecia estudidado y bien aprendido. Disfrutaba con cada cinta que desataba, con cada papel celofan que rasgaba. Entendia o parecia entender que un regalo, una vez abierto, dejaba de ser un regalo para convertirse en un objeto, en una cosa definida: Un Cello o una Tablet, un cuento o unas entradas para el Parque de la Costa, pero siempre un bien definido, perdiendo asi el componente emocionante y misterioso que tenia el regalo, verdadera caja de posibilidades en donde la suerte del gato de Schrodinger todavia no estaba hechada. Expectantes, los roedores la observaban refugiados desde sus nubes de humo de cigarrillo. Era como presenciar un interrogatorio, como estar en una camara Gesell. La habitacion no tenia paredes ni muros, pero dentro de poco la realidad comenzaria a tener barrotes, al menos para uno de nosotros. Los ratones lo sabian, ¿lo sabia acaso Lorena, mientras abria sus regalos? A medida que reaccionaba ante los vestidos y las muñecas, ¿notaria que con cada regalo que abria cerraba, poco a poco, su propia suerte? Mirandola asi, en sus ultimos momentos, senti un poco de lastima. No habia forma de que, una vez abierta la caja, el gato estuviese vivo. Lo unico que se sabria, regalo mas regalo menos, era que rata lo habia matado.
Lorena evaluaba cada bien recibido. Sus reacciones eran espontaneas y, por lo general, inapelables como el dictado de un juez, como correspondia a una nena de su edad. Sus muecas, mas que sus expresiones (nos dimos cuenta que, fuese por instinto o por naturaleza, era una nena bastante callada) nos revelaban si la ofrenda era del agrado de la festejada. Abria un regalo, lo sopesaba en su ser interno y luego emitia el dictamen, para inmediatamente pasar al siguiente. Daba la impresion de una administrativa o de una cajera de supermercado.Solo en dos o tres oportunidades parecio volver a considerar su opinion.    Casi no hablaba. Pero su cara y sobre todo sus ojos decian "esto me gusta", "Esto no", "este aprueba, este otro no tanto". Y nosotros, la corte de los ratones y las culebras, el jurado de topos y murcielagos, el coro de los regalantes, nos ibamos haciendo una idea de la escala de valores de nuestra sacerdotisa. Hubo varios que, al ver la reaccion hacia su regalo, tuvieron el impulso de irse. Dos o tres de hecho lo hicieron. El resto, como un mal perdedor o un hincha aficionado, esperaba el pitazo final para retirarse del estadio. Otros, entre los que me contaba, lo esperabamos por lo contrario, es decir, porque creiamos que teniamos varias posibilidades de ganar. De alguna manera, era una loteria. Todos habiamos comprado nuestro carton y teniamos el derecho de estar ahi, al menos hasta que Lorena tomase su desicion. Fueron momentos de tension e inquietud. Los cigarrillos se estaban acabando y varios roedores marcaban el paso con impaciencia. Escuche alguna que otra puteada por lo bajo. Los que creian que ya no tenian chances habian ido saliendo, finalmente y de uno en uno, al comedor. Ahi se dedicaban, ahora si como verdaderos roedores, a comer y tomar todo lo posible. En la habitacion quedabamos aproximadamente una decena de personas, sin contar al padre ni a la hija. Lorena habia abierto ya todos los regalos y, como si estuviese realizando una segunda entrevista entre finalistas, se habia rodeado de tres o cuatro, a los cuales miraba con aire pensativo.
- ¿cual es el que mas te gusta? - le pregunto el padre. Lorena levanto la vista, miro los objetos que tenia enfrente y sin dudarlo señalo.
- Este - dijo, y uno de todos nosotros esbozo una sonrisa ganadora.
Luego el resto salimos afuera. Todos menos uno. Yo sali directamente a buscar mi abrigo, que habia quedado colgado sobre una silla que hacia de improvisado perchero. La mayoria de los perdedores se congregaba en pequeños circulos para comentar lo ajustada de eleccion, lo injusto del resultado o para convencerse de lo fea y maleducada que era la nena esa. Por mi parte, no me gustaban esos inutiles intercambios sociales entre alimañas. Sobre todo si era entre perdedores. No me gustaban los cumpleaños, nunca me habia gustado mucho la gente. Mientras me ponia mi saco, vi que debajo de una de las sillas dormitaba un enorme y hermoso gato gris. Hecho ovillo en si mismo, ajeno a todo el trajin de la fiesta. Todos estabamos tan indiferentes como aquel gato. Ninguno disfrutaba de su maravillosa autosuficiencia. Las ratas siempre andan buscando carroña para comer. Molesto por la derrota, fastidiado ante la idea de tener que emprender el camino de vuelta con las manos vacias, mire hacia la pieza donde estaban los regalos destripados. Habian cerrado la puerta, pero esta habia quedado entreabierta. Vi al ganador hablando con el padre de Lorena. Hablaban los tres. Podia imaginarme la conversacion. El raton (ahora convertido en gato) diria poco o casi nada. Ejerciendo su soberano derecho de comprador, le dejaria al padre las terribles y embarazosas explicaciones. El padre, bien o mal, hablaria mucho o poco. Dependia de la preparacion, de cuanto hubiera anticipado el tema o de la penetracion intelectual de su hija. Por el aura de inteligencia que despedian los ojos de Lore, yo mas bien crei que seria una explicacion corta. Despues de todo, con el tiempo los hechos irian hablando mejor que cualquier explicacion.
- Feliz cumpleaños- dije en voz baja y con bastante sorna.
Antes de salir no me olvide de pegarle al estupido gato un merecido puntapie. 

14 may 2018

La Evangelista

No entiendo - dijo el chico.
- ¿que cosa?.
La vista del chico estaba fija en sus zapatos negros y deslustrados. Su sombra caia directamente sobre el pequeño puestito de revistas "la atalaya". No hacia ni frio ni calor, y el chico penso que la vestimenta de la ella era, pese a todo, bastante calurosa y bastante fea. La comparo con la suya propia y automaticamente lo invadio una sensacion como de felicidad.
- No entiendo por que esta usted aca parada - le disparo el, a quemarropa y cerrando los puños.
- ¿que queres decir? - pregunto ella.
- Eso, ¿por que estas vos aca parada? - volvio a decir el,  arrogandose el derecho al tuteo - ¿te pagan algo? ¿recibis una comision por cada revista que alguien se lleva del puesto?
- No - dijo ella - no recibo un peso. Es voluntario.
- Si - dijo el, intentando ser paciente - Es voluntario, ya lo se. Pero sigo sin entender. ¿por que es voluntario? Es decir, entiendo por que estoy yo aca, por ejemplo. ¿Ves este maletin? - dijo el levantando en la mano una valija de cuero sintetico -Bueno, esta lleno de catalogos de producto: afeitadoras, depiladoras, secadoras de pelo, cepillos de dientes, licuadoras, freidoras, y todo de esa guisa. No te das una idea la cantidad de porquerias que vendemos. Yo entro a una serie de locales que pueden llegar a comprar uno o varios de los productos de mi empresa y, por cada unidad vendida recibo una comision. Esas comisiones, todas juntas, me sirven a mi para pagar la luz, el gas, el alquiler, para comer y, de ahi en adelante, para todo lo que se me ocurra si es que me sobra algo. Resumiendo, que yo estoy aca porque necesito estarlo, es decir, porque necesito comer, dormir abajo de un techo, taparme cuando hace frio y tener este par de zapatos para no andar descalzo por la vida. Yo tambien podria decir que lo mio es voluntario, porque nadie me obliga a trabajar de esto o aquello. Tambien podria decir que nadie me obliga a trabajar en absoluto. Claro que no estaria contando con mi propio ser. Uno se obliga constantemente a muchas cosas. Casi que cada cual es la policia de si mismo.
El chico hizo una pausa y se rasco la cabeza. Le parecio que no habia expresado claramente sus ideas. Ella lo miraba sin decir nada, como esperando que continue. Su silencio lo irrito.
- En resumen, que yo hago lo que hago para ganar algo, dinero o lo que sea, pero vos decis que no ganas un peso por estar aca. Por eso no entiendo - le dijo casi sin respirar.
- Asi lo manda Dios - dijo ella por toda respuesta. No lo dijo con una sonrisa. Tampoco con fastidio. De cualquiera manera, era algo obvio.
- ¿ah si? - se mofo el - ¿ donde o cuando fue que lo dijo? Yo lo lo escuche.
- Te he puesto por luz ante las naciones a fin de que lleves mi salvacion hasta los confines de la tierra - dijo ella con la misma voz neutra, y agrego, casi desafiante: Hechos trece cuarentaysiete. Ahi lo dijo. Quien tenga oidos, oiga.
"Hechos", penso el chico. Un nombre demasiado conveniente para un versiculo que no era verificable.
- Vayan por todo el mundo y anuncien la buena nueva a todas las criaturas - volvio a arremeter ella, como dando un oral de sexto grado. - Eso esta en Marcos.
- Aunque yo haya dicho el mismo dios, sigo sin ver que ganas VOS al obedecerlo. Tambien podrias obedecer, no te lo tomes a mal, al presidente o al diablo. Si elegis obedecerlo a EL es porque de alguna manera te conviene, porque de alguna manera crees que es lo mejor, ¿no? o al menos mejor hacerlo que no hacerlo.
- No todo tiene que ver con lo que le convenga a uno - dijo ella. Saco entonces de su bolso un pequeño libro azul de tapa de cuerina sintetica. En la tapa habia grabada un esbozo de torre medieval. Ella lo abrio casi al final y a los pocos segundos le indico con el dedo una parte subrayada:
- Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mi mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el señor jesus, que es dar testimonio del evangelio de la gracia de dios... - leyo el. Otra vez el libro de los "Hechos". Ella se ajusto las gafas y se lo quedo viendo, como intentando adivinar si el habia comprendido.
Pero el no habia comprendido nada. Toda la charla se le antojaba estupida. Se habia frenado por algun instinto oscuro y ridiculo. Estaba llegando tarde a la reunion, a una reunion a la que de todos modos no tenia ganas de ir. Podia pasar de la estupida reunion. En eso pensaba cuando le habia llamado la atencion la horrible combinacion de prendas de ella. Y ahora tenia que soportar esa mirada bizca que venia desde atras de los vidrios sucios. Era bajita. Del norte. Fija que Jujeña o Chaqueña o Salteña. Parece un topo, penso el. No tiene mas de veinticinco años pero parece de treinta y cinco. Lo que puede el mal gusto.
Mientras pensaba esto metia las manos en los bolsillos del ambo. Era un ambo gris precioso, cortado a medida. Asi, con las manos adentro, sentia estar escudado, cerrado hermeticamente en una coraza de realismo, de pragmatismo, de un inatacable sentido utilitarista de la realidad. Feliz como estaba, golpeo un par de veces el suelo con los talones. El ruido del cuero contra las baldosas producia un sonido cloqueante, similar al delicioso sonido de los tacones femeninos chocando contra un suelo de baldosas. Golpeo ritmicamente el suelo un par de veces, como si fuese un gaucho o un bailarin de flamenco. ¡Olé!
- Si no me equivoco, decis que mas importante que hacer lo que a uno le conviene es entregar la vida a una causa mas noble, mas superior, por decirlo de algun modo, ¿no?.
Ella asintio.
- Pero si la vida, por si misma, no vale nada, no veo razon para que haya que hacer algo, y menos algo que no te trae ningun beneficio. Yo creo que si buscas una causa superior es porque pensas que la vida vale no algo, sino mucho; pensas que vale demasiado como para andarse en chirolas. Y eso me lleva a pensar que lo que vos queres ganar es algo que esta mas alla de los bienes materiales.
- El Evangelio es el poder de Dios para la salvacion de todos los que creen - dijo ella. - los que creen son salvos. Lo que no...
- Entonces crees en El para ser salvo, para salvarte - dijo el chico.
- Creo en Dios y en Jesus porque son nuestros salvadores - dijo ella.
El asintio con la cabeza, como satisfecho. Recordo que alguna vez, en algun sitio, habia leido la conversacion entre Jesus y el procurador de Judea, Poncio Pilatos. La charla le habia parecido estupida. Es decir, habia sido la charla de un ocupado hombre de mundo, lleno de responsabilidades, con un vagabundo errante y erratico que era mitad loco y mitad aprovechado.
- Entiendo - dijo el. - Pero sigo sin entender: ¿por que estas aca repartiendo estos libritos?
- Yo creo en Dios y Dios manda a los suyos a predicar la palabra, su palabra. Obedezco a Dios porque se que Es bueno, no porque me convenga.
- Pero creer en el te lleva a la salvacion - sentencio el - esa es una ventaja innegable: no hay cuenta bancaria que pueda comprar la diferencia entre el cielo y el inferno. Siempre he pensado que, si tuviese la certeza de que Dios existe, me dedicaria en cuerpo y alma a cumplir, para salvarme, todos y cada uno de los preceptos biblicos.
Como ella no dijo nada, el chico continuo. Se estaba divirtiendo enormemente.
- Dijiste que El manda a los suyos... entonces, supongo que vos que consideras una de los suyos, ¿no?
- Si - dijo ella. - Yo soy Cristiana, acepte a Jesus y por eso soy salva.
- Ahi esta - dijo el - Ya sos salva, ¿ves? Lo que yo no entiendo es, siendo que vos ya estas salvada, que interes podes tener en salvarme a mi. Entiendo que quisieras salvar a tu hermana o a tu mama o a tu novio o a tu hijo. Eso lo entiendo: la perspectiva del infierno no es nada linda. Pero, ¿por que querrias salvar a cualquier hijo de vecino que, como yo, no te significa nada?
A ella lo irrito la persistencia del chico. Podia agarrar una publicacion de la Atalaya o no agarrarla. Eran gratuitas. Hablaban de la salvacion. ¿por que la molestaba con todas esas preguntas? Estaba a punto de ponerse de mal humor cuando escucho en su cabeza las palabras de su ministro, que la habia entrenado para predicar: "Esten siempre preparados para responder a todo el que pida razon de la esperanza que hay en ustedes". Eso le habia dicho el ministro. Pedro 3:15.
- La Fe no es para salvarse a uno mismo - le explico ella, con paciencia adquirida a lo largo de todo el seminario para predicadores de "La Atalaya". - La salvacion es el premio que El nos otorga a los que, para salvar a otros, abandonamos los caminos del mundo y predicamos los de Dios. A nosotros la Fe nos llego por la palabra. Eso paso porque otros predicaron. En la palabra esta el mensaje de Cristo, para lo que el vino a la tierra. ¿entendes? Conseguir mas creyentes redunda en Mayor Gloria para El. Es al mismo tiempo una manera de agradecerle, de obedecerle y de seguir sus enseñanzas.
- Yo creo que mas bien redunda en mayor gloria para la iglesia de dios; Iglesia que si bien tiene la cabeza en las nubes, tiene los pies y los bolsillos bien asentados de este lado del rio. Yo puedo creerte - continuo El - que tengas motivaciones espirituales a largo plazo, por decirlo asi. Ir al cielo, evitar el infierno. Seria algo asi como el principio de supervivencia elevado a un plano metafisico, puramente espiritual. Pero de ahi a pensar que podes regir toda tu vida por esos principios... ademas... decime, ¿vos harias voluntariamente algo que atentara contra tu posibilidad de salvacion?
- Claro que no - dijo ella con indignacion.
- Y decime, ¿harias algo que pudiese condenar a un tercero? A mi, por ejemplo.
- Tampoco. Nosotros predicamos justamente para Salvar. Dios quiere que todos sean salvos. El resto depende de ustedes.
El chico saco las manos de su comodo y abrigado ambo. Se sono los nudillos. En su cabeza tenia, muy de fondo, el fraseo de Citara que Harrison hacia en Norwegian Wood.
- Supongo que sabras - le dijo el, mirandola fijamente, queriendo traspasar el vidrio sucio de los anteojos de ella, y clavarse como dos agujas, una en cada pupila oscura y chicata - que en el Apocalipsis de San Juan se habla de un numero finito de salvos. Es un dato que muchos creyentes no saben o fingen no saber. Pero yo lo conozco. Los salvos son 144.000. Ciento cuarenta y cuatro mil justos. Ni uno mas, ni uno menos, ¿entendes?
Ella Asintio. El continuo:
- Aca no hay interpretacion alegorica. Es un numero arabigo, la cifra es exacta. Juan no dice "mas o menos 150 mil", dice "144.000", como si los hubiese contado varias veces. Si te das cuenta, es un numero bastante chico para los 107.000 millones de personas que, aproximadamente, hay nacido en planeta en los 165 mil años que se estima tenemos de haber aparecido. Pensalo. Se salvaria el 0,001% aproximadamente, si no es menos. Imaginate que en las cientos de miles de generaciones que hubo desde el primer hombre, Adan ponele, hasta hoy en dia, que somos 6700 millones, es muy probable que ese cupo de 144.000 se haya llenado con creces. Alcanzaria con que se salve 1 persona por año para que ese numero se hubiese llenado. De hecho, haciendo calculos, deberia salvarse 0,8 personas, o sea que habria que creer que dios permitio generaciones enteras solo para tener bien lleno el boliche de su primo el cornudo de abajo.
- No tiene sentido lo que decis - se defendio ella, algo apabullada por esa rafaga de frias estadisticas - Dios nos da la libertad, cada uno decide si puede salvarse o si no.
- Espera, no lo estas pensando bien - continuo el - Tenes que pensarlo en terminos de vacantes, de disponibilidad. Si aceptas que, como dice la Biblia, los salvos son 144.000, entonces tenes que pensar en, digamos, y perdoname lo burdo de la alegoria (pero es para que lo entiendas, penso), en una sala de cine. Pensa en una sala de cine o en un teatro con ciento cuarenta y cuatro mil butacas. El teatro celestial. Ese teatro abrio sus puertas hace ciente sesenta y cinco mil años. No es solo cuestion de ser bueno, es cuestion tambien de no llegar tarde. Por mas meritos que uno haga para poder pagar la entrada, por mas bien que uno se vista, no sirve de nada si uno llega cinco minutos antes de que arranque la pelicula, y la pelicula es el apocalipsis. Ustedes siempre predican que estamos en los ultimos tiempos y que por eso hay mas necesidad de salvarse. Puede ser. Pero eso tambien significa que tenemos muchas menos chances de hacerlo. A estas alturas el boliche celestial debe estar completamente lleno. Ademas, ¿sabes otra cosa?
- ¿Que otra cosa? - pregunto ella, reflexionando.
- Suponete que no se hayan acabado todavia los asientos. El genero humano es tan malvado que no seria imposible que aun queden algunos asientos, ¿no? (ella no pudo evitar sonreir. Ademas, habia que creer que Dios siempre reservaba un par de asientos para los suyos) Ademas - continuo el - seria logico pensar que cuando el teatro este lleno, comience la funcion. Nunca empiezan hasta que tiene "full capacity", ¿no? Si todavia no arranco la hecatombe es porque todavia falta llegar gente. Pero entonces, si lo pensas bien, salvandote o salvandome a mi estas condenando a millones.
- ¿como? ¿que decis? ¿como voy a condenar a alguien? Estas diciendo barbaridades - dijo la Evangelista, entre sorprendida y enojada.
- Pero claro - dijo el - eso es porque no pensas las cosas desde una perspectiva global. Yo, que estoy acostumbrado a hacer negocios, pienso siempre las cosas desde una perspectiva mas global, como si las mirara desde un helicoptero. Quedan pocos lugares en el cielo, o quedan muchos. De cualquier manera, cada vacantes es como la vacante de una posicion laboral, ¿no? Cuando a uno lo seleccionan en una entrevista lo primero que suele sentir es la alegria por ser elegido. Nunca o casi nunca realiza que, para que lo tomen a uno, tienen que no tomar al resto. De la misma manera, salvarme a mi condena indirectamente al resto. Esto seria en algun punto perdonable por eso que te dije del instinto de supervivencia. Que los demas se vayan al infierno es horrible, pero mejor ellos que yo, ¿no? jeje. Tambien es perdonable, aunque en menor grado, condenar a millones para salvar a mamita o a papito o al maridito o al hermanito, pero condenar a miles de millones para salvar a un desconocido que ni chicha ni limonada es, a mis ojos, un acto de un egoismo y de una crueldad inimaginables. Esto, por supuesto, no es tanto culpa tuya como lo es culpa de Dios, que pone butacas limitadas en el cielo mientras que hace un infierno que o bien es infinito o bien es al menos grande como un Woodstock de proporciones cosmicas. Y encima que pone butacas limitadas, manda a los que ya tienen asiento (o eso creen) a revender las butacas faltantes. Pensandolo asi hay que pensar que tu dios es un mafioso o un barrabrava.
- Estas diciendo cualquier cosa - le increpo ella, que ya habia perdido la paciencia - Antes de afirmar cosas asi sobre Dios tenes que estudiar la biblia entera y con contexto.
- Decime donde me equivoco, vos que la estudiastes - la desafió el chico, al tiempo que volvia a agarrar su maletin. La chica entrecerro los ojos y apreto los labios. detras de toda la piel y la carne de las mandibulas, tenia los dientes apretados en una mordida increiblemente pareja. Su cerebro busco con la presicion de un bisturi. Echo un soplido por la nariz y dijo:
- No den lo santo a los perros, ni tiren las perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen y se vuelvan y los despedacen - dijo ella. El contesto con una honesta y casi infantil carcajada, tan espontanea como la tos del que se atraganta.
Si, si - dijo el chico, aun entre risas - muy cierto. Me habia olvidado que Jesus tambien predicaba esa actitud contra los tercos y los rebeldes... Pero supongo que me queres decir que no me vas a explicar nada. Yo creo que en realidad no tenes muchas perlas que tirarme, y que las verdaderas perlas no pueden ser pisoteadas por los chanchos ni aunque se las tires en la cara... pero pensa que no dejando que me salves te estoy haciendo un favor. Rechazando mi butaca aumento las posibilidades de que vos obtengas la tuya. Al fin y al cabo, ustedes los justos no podrian dormir tranquilos sin nosotros los pecadores.