9 may 2019

Mala Calificacion

Pedro compro un lavarropas.

Cuando llego a buscarlo a la casa de Selva, la señora que lo vendia, el lavarropas estaba ya embalado y listo para llevar. A Pedro le parecio que Selva era muy amable por tomarse la molestia. Tambien le preocupaba que le añadiese un cargo extra por el embalaje. Por suerte, esto no ocurrió, y un feliz Pedro se llevo el flamante lavarropa igual a nuevo.

Habia sido una operacion brillante por su parte. Una verdadera ganga. Hay que saber aprovechar las oportunidades.

Imaginen el tamaño de su sorpresa cuando descubrió que adentro del lavarropas había una cabeza humana recién cortada. La cabeza era de un hombre barbudo. Tenia la boca un poco abierta y los ojos entrecerrados. Estaba casi en el fondo del tambor, un poco ladeada. Al verla, Pedro tuvo la impresion de estar viendo la cabeza de un astronauta dentro de una capsula espacial o de un traje lunar. 

Bueno, en realidad la cabeza no estaba recien cortada... Es decir, no lo se. Pedro... ¡bah, no hay tal Pedro! Yo fui el que encontró la cabeza. Se me dificulta narrar esto en tercera persona. Lo que quería decir es que no se con certeza si esta recién cortada. Al menos lo parece. ¿que como lo se? Bueno, porque esta... ¿fresca? Si, esa es la mejor palabra que se me ocurre. "Sangrante" podría ser otra. Todavía no coagulo. Es increible. Voy a mirarla un rato hasta que decida que hacer...

Es inaudito que no me haya dado cuenta. Es decir, que Pedro no se haya dado cuenta. Miren que hay que ser imbécil. Le dije a ese imbécil de Pedro que revisara bien todo antes de pagar. Y el retrasado va y me trae una cabeza decapitada adentro del lavarropas. ¿Al menos estará bien lavada? ¡ja ja ja!
Perdon... el chiste estaba cantado y ademas estoy un poco nervioso... es decir... ¿que voy a hacer ahora?

Mi primer impulso fue llamarlo a Pedro y decirle que venga. Cuando venga voy a romperle todos los huesos que tenga sanos. Eso como primera medida. Pero no. Mejor no. Voy a llamarlo y decirle que no venga, que despues le explico. Obviamente no le voy a explicar nada. Antes que nada, una cerveza. Voy a sentarme un rato...

Uff, así esta mejor. Saque el lavarropas al patio. La cabeza sigue adentro. Me da mucho asco sacarla y ademas no se me ocurre un lugar mejor donde ponerla. El lavarropas parece bastante hermético. Es un equipo fantastico, una compra solida. Ademas si la cabeza empieza a oler siempre puedo pegarle una lavadita ja ja ja...

¿podria llamarla a Selva? Por supuesto que no. Va a negarlo todo. ¿que le voy a decir? "Muy bueno el producto pero, ¿puedo devolverle la cabeza que se olvido adentro?". Ridiculo. Me imagino la respuesta: "señor, la persona que usted mando reviso antes de pagar. Lo dice la publicacion: lo lleva como esta". Y tendria razon. O mas facil: "¿señor, una cabeza? ¿que cabeza? Usted debe de estar drogado. Si me vuelve a llamar le mando a la policia". Cantado. Selva no se va a hacer cargo de nada. Pero bueno. Al menos voy a darle cero estrellas por la venta. Eso seguro. Veamos... "Vendedor poco serio. El producto funciona pero es totalmente distinto de lo esperado. No volveria a comprar". Muy bien. Ahora clic y click, send. Hecho. La proxima vez lo va a pensar dos veces. ¡Es la ultima vez que compro algo por Internet!



2 comentarios:

Jora dijo...

Me pregunto si hay un cuerpo trozado y repartido en diferentes productos, como una pierna en un horno, un brazo dentro de un peluche, un torax no sé donde va a meter un torax... ¿En una heladera? Me imagino que talvez la señora Selva en su perfíl de usuaria de la plataforma de compra-venta on-line, tendría una queja de un vendedor al que le compró unas cierras que quiso devolverle días después todas sucias de sangre, que la señora era una desprolija y desubicada...

Anónimo dijo...

Esto paso en la realidad pero en vez de una cabeza habia un gato vivo. Lo gracioso es que el comprador quiso de devolverle a la Señora el gato, pero esta se hacia la boluda. el tipo entonces la escracho en las redes sociales y entonces la señora si quizo, tal vez para aparentar, que le devuelva el gato. Pero ahora el comprador, convencido de lo poco conveniente que era para el pobre gato volver con su ex dueña, se nego a devolverselo. Y entonces la señora, que le habia encajado al gato en el lavarropas para sacarselo de encima, lo termino denunciando para que se lo devuelva
Claro que, si pueden meter un gato, tambien podrian meter la cabeza de un ser humano... reflexion que motivo el cuento.