9 may 2019

El Tero

Comprar churros en Floresta es muy dificil. Yo vivo hace casi siete años en el barrio y todavia nunca pude comprar ni un misero churro. Es cierto que a mi me gusta dormir hasta tarde, y que muy pocas son las veces en las que me levanto con no solo la intencion, sino tambien con la preparacion tecnica necesaria: ropa puesta, dinero, zapatillas de running, cafe con leche o mate preparado. Si falta alguna de estas cosas los churros no son posibles o no son deseables. Y aun asi, disponiendo de todas ellas, no fui capaz de frenar al churrero.
Esto puede parecer sorprendente, pero se explica con facilidad si uno entiende que el churrero de Floresta no es de ninguna manera un churrero comun. Es un churrero magico.
Bueno, magico no. Porque magico es todo lo que tiene propiedades extraordinarias, sobrenaturales. Y el churrero no tiene ninguna habilidad sobrenatural, salvo la de ser inusualmente rapido en su bicicleta. En realidad nunca llegue a verlo, pero sospecho que debe repartir en una bicicleta de carreras. Mas que tener propiedades extraordinarias se podria decir que el churrero tiene un mal funcionamiento de una de sus propiedades ordinarias.
Lo que hace al churrero de Floresta un ente unico y diferente es que suena diferente. Generalmente y por leyes de la fisica, uno escucha los sonidos en el mismo instante que se producen. Es decir, no exactamente en el mismo instante, pero casi, porque la velocidad del sonido es bastante rapida. La diferencia es minima. Entonces, por ejemplo, si uno escucha que golpean la puerta puede estar seguro de que hay una mano golpeandola. Y si escucha la bocina del colectivo sabe o puede suponer con buen grado de certeza que el colectivo efectivamente esta pasando por donde suena la bocina. Esto no ocurre con el churrero. Es sabido que casi la unica forma de localizar y predecir al churrero es escuchando su particular ruidito. El sonidito es inconfundible y unico, una especie de chirrido o pitido que sale de un silbato o harmoniquita que el churrero va tocando mientras pedalea. Es un poco como la flauta del flautista de Hamelin, o como la flauta del Dios Pan. Tiene algo de tribal y hay quien dice que el pitido del churrero es la imitacion del canto de un antiguo pajaro que existia en los tiempos en que Buenos Aires estaba gobernada por Quilmes y Querandies.
Cuando uno escucha este ruido sabe que el churrero se acerca por la esquina. Lo optimo es estar listo y preparado desde las ocho de la mañana en adelante, porque es seguro que en algun momento antes de las nueve y media se va a escuchar el chirrido de la bici y el pitido de la harmoniquita. Apenas se lo escucha hay que salir a la puerta de calle con la billetera lista, porque el churrero ni espera ni da segundas oportunidades.

Pero, como dije, en Floresta la cosa es distinta, porque el pitido del churrero esta completamente desligado del churrero mismo. Entonces pasa que el cantito llega cinco minutos tarde y para cuando uno sale el churrero ya esta a tres cuadras. O tambien pasa que uno escucha el ruidito a las cinco de la mañana y si llega a salir va a ser solamente para darse cuenta de que la calle esta desierta y de que el churrero, este donde este, esta durmiendo el quinto sueño. Tambien ocurre que cuando el pitido se escucha en Carrasco y Rivadavia el churrero esta en realidad recorriendo Avellaneda. O que cuando el pitido se escucha a lo largo de Jonte el churrero esta buscando clientes en la plazita de Mercedes y Camarones.  Otras veces el sonido se las da de bromista o se empecina con alguna casa. Entonces se pone a sonar de forma continua en la puerta de tal o cual domicilio. Lo hace hasta hacer salir al molesto vecino, solo para rajarse apenas se abre la puerta. La unica forma de que el sonido deje de molestar es que, por pura casualidad, el churrero aparezca en esa cuadra. Entonces el sonido se escapa a veinte cuadras y el pobre churrero tiene que hacerle frente a los reclamos del airado vecino. Si el vecino justo quiere churros entonces hay final feliz.

El churrero de Floresta es un poco como Peter Pan. Peter habia perdido la sombra y tuvo que atraparla y cosersela a los talones. El Churrero perdio su sonido y nunca consiguio atraparlo. Claro que esto no es culpa del churrero. A una sombra se la puede ver cuando esta al sol, y si se la ve entonces se le puede echar mano. En cambio a un sonido es imposible escucharlo mientras este quieto. Y como cuando se mueve lo hace a 1235,52 kilometros por hora entonces es natural que el pobre churrero, que a lo sumo podra ir a 40 km/h con su bici llena de churros nunca pueda atrapar a su sonido. Es indudable que esto aumento la fama del churrero de un modo inversamente proporcional al de sus ventas, que cayeron en picada debido a lo dificil de dar con su silencioso transitar.

¿como fue que el churrero perdio su sonido? Sobre esto hay muchas teorias. La mas aceptada por los muchachos del barrio es que un dia el churrero se habra levantado mas temprano que su sonido. Es sabido que a los ruidos les gusta festejar hasta tarde y dormir hasta pasado el mediodia. Como tambien es sabido que los churreros son madrugadores, la discrepancia era cuestion de tiempo. Otros dicen que seria el ruido el que se levanto temprano y salio por cuenta propia, y que luego se perdio y ahora anda como un gato en celo por el barrio molestando a los vecinos.
Tambien hay quien dice que la pelea tuvo lugar por razones economicas. Al parecer el ruido habria pedido un aumento de sueldo que el churrero, explotador como todos los que tienen un pequeño emprendimiento, se nego terminantemente a dar.

- Creo que es justo que me pagues un poco mas por hora - habria dicho el ruido.
- No me parece - habria respondido el churrero.
- La cosa esta jodida, casi no llego a fin de mes - le habria llorado el ruido.
- Justamente por eso. ¿sabes lo que cuesta mantener la empresa? Tenemos que ajustarnos todos un pcoo el cinturon para seguir en marcha - se habria excusado el churrero.
Es sabido como terminan estas discusiones. El chirrido, de marcadas inclinaciones comunistas, habria acusado al churrero de ser un pequeñoburgues explotador, y el churrero, herido en su amor propio de honesto comerciante y generador de empleo, le habria respondido que si no le gustaba podia irse a tomar por culo, y que en una ciudad tan ruidosa como Buenos Aires iba a tardar lo que dura un pedo en contratar otro sonido para que lo anuncie. El churrero ignoraba que hoy en dia los ruidos estan fuertemente sindicalizados (porque a diferencia de otros sindicatos el de los ruidos sabe hacerse oir) y que pelearse con uno es pelearse con todos. Dado que es muy dificil dar con el churrero nadie le hizo todavia una entrevista para que de su version de los hechos.

Los apodos del churrero de Floresta son muchisimos. "churrero fantasma" y "churrero ninja" son dos de los mas conocidos. Hay tambien quien le dice "Churrero sombra" y tambien "churrero holograma". El sindicato de los Vientos se refiere a el como "churrero burgues". Tambien le dicen "el mimo" y "churrero de cine mudo". Yo lo apode "el tero", porque comparte con el ave la cualidad de tener el canto por un lado y la mercancia por el otro.

Como la inteligencia humana no es infinita pero si su ingenio, no paso mucho tiempo antes de que aparecieran cientificos y filosofos con formulas y sistemas para conseguir churros en Floresta. Una vez sucedio que el sonido se enamoro de otro sonido. Este otro sonido era el que sonaba cuando una pua raspaba cualquier Vinilo de Led Zeppelin. Entonces alguien hizo la sencilla conexion neuronal y expreso la maxima de que si uno queria churros lo unico que tenia que hacer era poner a Zeppelin a todo lo que daba un domingo a la mañana. Esto fue efectivo durante un tiempo, es decir, mientras duro el affaire entre el pitido y la musica. Cuando el romance, como no podia no ser, termino en ruptura y tragedia, el metodo paso a tener el efecto opuesto. 
Alguien podria decir, claro, que atraer el sonido del churrero no es atrer el churrero mismo sino todo lo contrario (y cierta escuela de sofistas proponia que habia que buscar al churrero justamente en los lugares mas silenciosos), pero lo cierto es que nuestro churrero es un hombre pragmatico que, tras verse ante el peligro de la bancarrota, aplico aquello de Mahoma y la montaña. Es decir, comenzo el mismo a perseguir a su sonido. Haciendo esto, todo el mundo sabia que la mejor forma de comer churros bañados era salir a la calle 15 o 20 minutos despues de escuchar el sonido. Asi y todo esto no era del todo preciso porque a veces las distancias eran muy grandes o el churrero pinchaba una rueda y no llegaba a tiempo. Cuando el churrero llevaba ya un tiempo siguiendo a su sonido aparecio una extraña escuela de Gnoseologia que postulaba que los sonidos son entidades sustanciales y que los objetos no producen sonidos, sino completamente al reves. Por suerte nadie los tomo en serio hasta ahora.

Que yo sepa hay, mas alla de todos estos charlatanes, solamente dos o tres personas en Floresta que son capaces de comprar churros. Lo consiguen como se consiguen todas las proezas: con un extraño talento innato. Como todos los genios, un poco saben y un poco no saben como lo logran. Simplemente se ponen a ello y al cabo de un rato se encuentran con el churrero como quien no quiere la cosa. Gracias a dios uno de esos sabios es amigo mio. Yo no deberia entonces tener ninguna preocupacion en lo que a churros se refiere. Pero (fijense ustedes si sera o no sera un jodido el Demiurgo) que mi amigo es un desastre con sus ciclos de sueño(1) y nunca o casi nunca esta despierto un domingo a la mañana, por lo cual yo sigo pasando mis domingos sin churros.

:C

 Nota 1: Tengo la sospecha de que asi como Peter Pan tiene desligada su sombra y el churrero su sonido, mi amigo tiene desligado su sueño, el cual va y viene a su antojo. Mi amigo no duerme entonces cuando quiere, sino cuando se encuentra al sueño.

2 comentarios:

Jora dijo...

¡Es muy bueno! Y es la típica fabula de la edad de oro de las fábulas, pero en la edad moderna. Demasiado animista para ser dolinesca, y yo diría que un poco al estilo de Maria Helena Walsh.

Con respecto al sueño desfasado, yo diría que definitivamente es un sueño subversivo hacia el orden establecido del reloj y el almanaque...

Por otro lado... Al menos acá en Floresta, los churreros dificilmente usan armónica, ésta es generalmente del afilador. El afilador es un personaje mítico de mi infancia que hoy rara vez aparece. Aunque, creo haberlo visto hace unos meses y fue casi una alucinación.

Por cierto. He escuchado que hay gente que acampa en las esquinas como esos movimientos de jipis arodarores de los ovnis, esperando colectivamente o en solitario, a la espera de que pase el churrero...

Anónimo dijo...


claras influencias dolinescas. escribiria mas pero estoy en una mala posicion