26 abr 2017

Un fracaso tras otro (Genesis 6, I - VII)

Cuando la decima generacion de Adan poblaba la tierra, la poblacion era considerable.
El hombre, surgido originariamente de una sola pareja habitante del paraiso, se habia reproducido en el mundo como una plaga, arruinando completamente todo. El paraiso original se habia perdido, y las generaciones siguientes se habian asegurado por reemplazar aquel por los mil paraisos artificiales, maravillas del mundo terrestre, las cuales conocemos muy bien. Baste decir que todos nuestros viejos problemas estaban ya presentes en esos tiempos, eso si, como flagrante novedad.
Arriba, muy arriba, desde su tertulia cosmica, Dios miraba la obra, aburrido y colerico. Habia recortado los sueldos, prohibido el paraiso, lanzado maldiciones y admoniciones durante varias generaciones, se habia enojado, perdonado y enojado de vuelta. Incluso les habia acortado significativamente la vida, con la esperanza de que valoraran mas la propia vida, y con ello las vidas de los demas, pero nada funcionaba. Mas bien parecia que todo lo contrario. Con vidas mas jovenes, los seres humanos se descarrilaban, mas rapido que nunca, hacia el hedonismo o hacia el aun no inventado nihilismo.
Los Angeles, es sabido, tienen un delicado sentido estetico. Cuando se creo el paraiso, con Adan y Eva incluidos, habian estado contentos de tener, tras siglos de ver la misma jeta, algo distinto que mirar. Adan, con su ancha espalda y gallardo porte, y Eva, con sus delicadas curvas y resplandecientes ojos, eran un espectaculo inocente y variopinto. Mas de uno se habia saltado la eterna misa para ir a espiarlos un ratito al Eden.
Pero ahora... ahora estaban contentos de poderle ver la jeta a Dios de forma ininterrumpida. Ni el mas insensible o compasivo de ellos se animaba a darle un vistazo, si quiera de reojo, al monton de tierra en donde vivia el hombre. Los mas sensibles tenian que andar con la nariz tapada, porque de la tierra salian todo tipo de pedos espirituales que mejor no oler nada.
Varios de estos angeles, cuando se juntaban entre ellos, habian considerado seriamente ir y presentarle al troesma alguna queja. No podia ser que hubiera que tolerar a unos vecinos tan ruidosos, sucios y maleducados. Despues de todo, ellos eran algo asi como la planta alta.
Fue asi que, gracias al libre albedrio, locura universal de las criaturas, que un grupo de angeles fueron un dia a golpearle el porton a tata dios.
- ¿Que anda pasando? - les dijo Dios, que no se esperaba visitas.
- Mire Dios - dijo uno de los angeles, dando un paso al frente - espero que no lo tome a mal pero... ¡sus creaturas sublunares son un lio, que quiere que le diga!
- Si si - lo apoyo otro angel, mas petiso pero con cara de inteligente - resumiendo: su obra es un desastre.
- y si tampoco lo toma a mal - dijo un tercero, flaco pero de mirada decidida - yo creo que se le fue de las manos el hormigero universal.
Dios los escucho uno atras del otro. Cuando los angeles se callaron, Dios guardo silencio. Cruzando los brazos detras de la espalda, les pregunto, circunspecto:
- ¿Ustedes que proponen, Caballeros?
La pregunta los agarro desprevenidos. Su pensamiento habia llegado hasta presentar una queja. A ninguno se le habia ocurrido que Dios, tan autosuficiente como era, les iba a pedir consejo. Fue entonces que el Angel flacucho, que no por nada tenia cara de emprendedor, dio un paso al frente.
- Mire, si a usted le parece bien, a mi se me ocurre una idea. Esta gente sublunar hace quilombo todo el dia. Yo no estoy seguro de que tengan claras las reglas del edificio. Usted, que no por nada es el que sabe, nos confecciona a mi y a los compañeros una lista, un manifiesto, si quiere. Nosotros bajamos para enseñarles el manifiesto, y de paso le hacemos una auditoria, para saber a ciencia cierta que tan jodida anda la cosa abajo.
- ¿y despues? - Dijo Dios.
- Despues nos quedamos una temporada con ellos, como tutores, y les enseñamos a vivir como la gente. - propuso el angel flacucho.
-¿ y si siguen como ahora? - les pregunto Dios.
- Si siguen como hasta ahora, y con su permiso, los desalojamos a patadas de la existencia, y nos quedamos habitando la tierra nosotros. - dijo el mismo angel.
- Porque alguien tiene que glorificar su nombre como dios manda - acoto el angel petiso.
Los angeles guardaron silencio, y Dios reflexiono.
- Bueno - les dijo al fin - en un rato viene alguno a buscar la lista y se me van los tres para abajo a implementar el proyecto este.
A la semana, los 3 angeles habian descendido a la tierra. Completamente incorporeos, bajaron en un bosque virgen, a cientos de kilometros de la ciudad mas cercana. Se juntaron en asamblea y decidieron que antes de divulgar el manifiesto de tata dios, tenian que hacer la auditoria para ver que tan jodida estaba la cosa. Hicieron lo siguiente. Fueron hasta una transitada carretera que comunicaba dos importantes ciudades comerciales. Ahi crearon un automata con la forma de una bella mujer, a la cual dejaron durmiendo en el camino. Luego cada uno de los angeles se transformo en una joya de inmenso tamaño y descomunal valor. Uno se transformo en un diamante, otro en un Rubi y el tercero en un Zafiro.
Pasaron varias caravanas. La primera vio a la mujer ya las joyas, y tomo el zafiro. La segunda vio a la mujer y a las joyas, y tomo el Rubi. La tercera paso y vio a la mujer y a la joya, y tomo el diamante. Luego pasaron varias caravanas, pero ninguna se detuvo a ayudar al automata desmayado. Los angeles tomaron nota de aquello. Cuando cayo la noche, el automata se desvanecio.
Cada caravana fue a una ciudad distinta. A lo largo de varias semanas, los angeles vieron como las joyas en las que se transmutaron fueron robadas por ladrones, revendidas por codiciosos mercaderes, usadas para pagar orgias y festines, puestas de garantia para acceder a beneficios.
A los 30 dias exactos, los angeles decidieron que la humanidad estaba incurablemente corrupta pero que, de todos modos, debian cumplir con su promesa de intentar reformarla. Fue asi que para esto decidieron tomar forma humana, y transmutaron entonces su naturaleza angelica e incorporea en la escencia hylemorfica de los hombres. Adquirieron asi un alma y un cuerpo sensible. El Diamante se transformo en un apuesto muchacho. El Zafiro en un venerable anciano, y el Rubi en una simpatica doncella. Y asi los tres comenzaron a predicar la palabra de Dios en diversas ciudades. Y durante años enseñaron a los hombres los secretos del cielo y de la tierra. Sin embargo, mas temprano que tarde los angeles se dieron cuenta de una cosa: habian subestimado la naturaleza humana. En efecto, los angeles habian comenzado a notar que, cuanto mas tiempo residian en un cuerpo material, mas suceptible se hacia su alma ante las tentaciones propias de la materia. Asi fue que uno a uno comenzaron a corromperse.
El primero fue el muchacho, cediendo a los deseos lascivos que sentia por las hermosas hijas de Eva. El mismo camino siguio la muchacha con los hijos de Adan, e incluso en anciano termino revolcandose con rameras. Seducidos como estaban por la naturaleza terrenal, intentaron recuperar sus formas angelicas, pero ya era tarde, se hallaban ya demasiado encadenados a la tierra.
Cuando los angeles se dieron cuenta de la prision en que se habian encerrado, sintieron verguenza unos de otros y dejaron de verse y de hablarse. Ahora que eran impuros, no podian soportar nada que les recordase a Dios. Asi se volcaron a una vida totalmente disoluta, dejando de predicar de la noche a la mañana. Victimas de un orgullo nunca sentido, se degradaron con una rapidez pasmosa, pasando de yacer con el otro sexo a yacer con el mismo, y tambien con bestias de varios tipos. Fue con estas bestias que engendrarían temibles portentos y monstruos, que mas tarde llenarian las leyendas de los paganos.
Inventaron tambien todo tipo de artes abominables para resaltar y diversificar el vicio: la cocina y la cosmetica, las drogas y las danzas, la forja de puñales y de conjuros magicos.
Cuando ya su depravacion era demasiado grande para poder vivir entre los hombres, y estos comenzaron a expulsarlos de las ciudades, se dirigieron en pos de los demonios.
Vagaron por desiertos y aridos yermos, durmieron en viejas cuevas y en templos derruidos, y finalmente fueron a parar a las costas del mar rojo, donde se revolcaron por cientos de dias con los abominables demonios Agrat, Naama y Lilike. De estas aprendieron las artes oscuras, y practicaron el canibalismo. Y fue con estos demonios que engendraron a los terribles Nephilim, gigantes inmortales.
Pasado un tiempo, vio tata dios lo que habian hecho. Colerico por no haber bajado el mismo, apreto el boton rojo, y le aplico al mundo un necesitado formateo.
El pobre Dios no sabia que no ganaba nada con ello, que dentro de un par de siglos iba a estar de vuelta en las mismas...
Era un fracaso tras otro.





1 comentario:

Jora dijo...

Ese Yavé siempre fue un mal padre, se le descarriaron todos los hijos.
Hace años, cuando estaba en la secundaria, o sea como 15 años atrás... Se me había antojado escribir una novela breve que trate de un drama familiar, un padre rigido y sin pedagogía, un hermano sumiso y perfeccionista de esos que consiguen una beca deportiva, otro muy pulcro y ordenado, y uno rebelde ansioso de libertad.
En aquél entonces no la hice por que no tenía material. Es que me refería al drama de la familia angélica. La idea era que la historia del hombre era accesoria, algo así como un hoby que tenía el padre Yavé. La cosa iba de las relaciones entre los ángeles.
Desde ese entonces estuve interesado en los mitos judíos pre-génesis... Y no había podido encontrar nada que no sea de editorial Kier.