Resulta que soñaba. Aun soñaba pero ya cierta parte mia se hallaba despierta o intentando despertarse, como si la inteligencia fuese algun trozo de cristal que quiere arrancarse a si misma de una materia humeda y viscosa, de un engrudo primigenio o mierda antediluviana, si tal cosa es posible. Soñaba con la pieza, pero eso solo duro un segundo. En cuanto me percate de estar soñando la pieza se disolvio involuntariamente y tras un instante de negrura abri los ojos.
Senti algo en la cara, sobre los ojos, y maquinalmente lo aparte con la mano, suave pero rapido, como si se tratara de un bicho fragil pero mortalmente peligroso. Una araña, fue lo primero que pense.
Junto con el hombro de Lorena volvieron a mi toda una serie de hechos debilmente encadenados, mas o menos sueltos. Era un hombro realmente hermoso, emergiendo como emergia de un cuello un poco corto. Toda Lorena era menuda y olivacea, casi cetrina. El pelo le caia muy negro sobre la nuca y seguramente tambien sobre mi cara, como arañas.
Sin miedo, puesto que roncaba tranquilamente, le pase un dedo por el hombro. Siempre me maravillo de la regularidad termica del contacto humano. Los cuerpos son verdaderos radiadores, muy parejos, siempre y cuando no halla hematomas, cortes, quemaduras o infecciones. En fin, que no resisti la tentacion de extender mi caricia por toda la espalda y tambien mas halla. Entonces escuche ruidos de lo que, sin dudas, deberia ser la cocina de donde fuese que estuviese.
Me levante en silencio, cuidando de no despertar a mi compañera, y poniendome el pantalon (oportunamente colgado de una butaca) inspeccione el cuarto. Era sin dudas el cuarto de una mujer. Una preocupacion menos. Estaba alegremente desordenado y le faltaba limpieza de dos semanas, signos todos muy positivos. Yo siempre juzgo las piezas ajenas por comparacion con mi propia pieza. A mayor contraste, mas positivo es el veredicto. Esta pieza era exelente: No habia ni alfombra ni plantas, y muchisimo menos hubiera soñado con ver alguna cortina o siquiera una mesita de luz propiamente dicha. ¿Era acaso la pieza de Lorena? ¿O Acaso estabamos en lo de quien sea que estuviese trajinando con tazas y pavas (porque eso que silbaba definitivamente una pava) en la cocina? No habia modo de saberlo. Lorena dormida era francamente hermosa y no tenia las minimas ganas de despertarla. De hecho, mi idea era salir de ahi lo mas rapido posible, antes que hirviese el agua.
En la cocina estaba Sonia, practicamente desnuda, o mas bien desnuda pero con una bata raida, sacada sin dudas del placard de la dueña de casa.
- Como les gusta dormir- Dijo Sonia mientras ponia unos cachos de pan sobre una tostadora.
- A mi, bastante- le dije. - ¿que queda?
- Vodka, dos botellas - dijo, y me las señalo. Estaban en un rincon, cerca de la puerta. - Te las pusimos ahi ayer apenas entramos- me dijo como explicandome, y luego agrego sonriente
- Teniamos miedo de que les dieras mas prioridad a ellas que a nosotras.
Cambie una sonrisa por otra y sin decir nada mas me fui derecho hacia la puerta y agarre una botella.
- Me llevo una y te dejo otra, una para todos
- y todas para uno - interrumpio. - ¿te vas?
- Si, se me hace tarde para unas cosas- menti. Y agregue - ademas tengo que justificar con Dolly lo de anoche, de alguna manera.
- Te perdes los huevos revueltos, tonto.
- Son casi imposibles de rechazar, ¿no?
- Famosos en mas de ocho estados, lo sabes muy bien.
- Ya me los haras probar alguna otra vez - le dije agarrando el picaporte.
- Tambien te perdes otras cosas - dijo Sonia. Sonaba indiferente. Falsamente indifente, sonaba. Intencionadamente falsamente indiferente, sonaba. Los rulos castaños le tapaban el perfil, pero instintivamente supe que sonreia. Me gustaba ese jueguito estupido. El jueguito estupido me habia hecho quedarme anoche mas de la cuenta, me habia sacado de la fiesta con ella y me habia metido, varias botellas despues, en ese departamento. No tenia la menor idea concreta de que asi fuese, pero era la explicacion mas logica. El mismo jueguito estupido me instaba ahora a quedarme, ¿pero quedarme para que? Abri la puerta y sali.
La calle estaba desierta. El barrio parecia Agronomia, Urquiza, Coglhan o alguno de esos barrios de viejos. Lorena vivia en Montes y, ergo, la casa era de Sonia. Asi de facil. Un misterio menos. Y ahi estaba, estacionado, el fiat Palio. La fiesta habia sido en... ¿Donde? En algun lugar del Bajo, era seguro. San Telmo, la Boca, no mucho mas alla. Todo cerraba redondo. Me puse a andar entonces, un poco sin rumbo. Aun tenia en la mano la botella.
Habia pasado, pense. La linea trangredida y el transgresor el dia despues. ¿Donde estaba, entonces, aquel sentimiento de haber transgredido, aquella marca supuestamente inborrable que deja el crimen en el cuerpo o en el alma? ¿Habia realmente pasado? ¿Que prueba tenia de ello? ¿Los comentarios burlones de Sonia? ¿La tranquilidad de Lorena durmiendo como quien dice aqui no ha pasado nada? Al final de cuentas, la unica evidencia de que la noche anterior yo habia estado en el departamento de Sonia y no en la fiesta o en una comisaria o en cualquier otro lugar de Buenos Aires con exepcion de mi propio cuarto matrimonial en donde seguramente Dolly Te y Perez Galdos o Balzac hasta las dos de la mañana era esa botella de Vodka.
Al fin de cuentas la transgresion no habia valido para nada, absolutamente para nada.