20 jun 2025

La Hora Señalada

"Hay muchos otros nombres que no deberian ser escritos. No estoy completamente seguro de cual es el orden y hasta que yo no vea el orden de sus letras, su surgimiento y su rango, no los escribire; Porque puedo cometer errores ya sea de pensamiento o en papel."

El Sendero de la Mano Izquierda, Hermanos Jacob e Isaac ha-Kohen, 1265


Dado que Hashem habia creado al Hombre insuflando aliento en una forma el barro, el Rabbi utilizo el mismo material para construir el cuerpo. En construirlo habia tardado años con todos sus meses y cada uno de sus dias. No recordaba en que momento lo habia terminado, o si es que lo habia terminado realmente porque, le parecia, ninguna obra se terminaba nunca realmente. Todo estaba hecho y todo estaba tambien por hacerse. La obra, asi llamaba El Rabbi al Cuerpo, se hallaba entonces desde hacia quien sabe cuanto en un habitaculo oculto en el sotano de la sinagoga.

La Sinagoga, Atemporal. Ciertos mitos antiguos narraban que los dioses habian creado primero un espacio primigenio, una casa, un templo, y a partir de ese templo, como una piedra fundacional, habian construido luego la casa del universo. A partir de la tienda que contenia el arca se habia desplegado el enorme manto celestial cubierto de estrellas, y bajo ese manto todo lo demas. ¿Cuando, quien, habia levantado piedra sobre piedra para construir la sinagoga? Ya estaba alli, tan borrosa y difusa como la propia memoria del Rabbi. 

Su pasado habia desaparecido hace años. Se habia esfumado como la forma original de las piedras que componian el campanario y el resto del edificio. ¿cuando, en que lejana juventud, habia llegado a esa aldea perdida, a ese pueblo oculto entre colinas, siempre brumoso, siempre ahogado en la neblina? ¿de que anchos mares o caudalosos rios habia llegado? ¿en que puertos habia descansado, que lejanas tierras habia conocido? ¿cuantos amores habia sufrido? ¿que valiosos amigos habia perdido en el camino? El viejo Rabbi no podia recordarlo. Todo ello se hallaba perdido, oculto tras una bruma tan impenetrable como aquella que cubria las casas y a veces amenazaba con descender y abrazarlo todo con su gelido soplo. 

Siempre habia estado alli, si. El, el pueblo y la sinagoga se anudaban hacia el pasado como si fueran una misma cosa. La rutina, el rezo y el estudio de las diversas ciencias lo habian ocupado desde que era quien era. Quizas Hashem lo habia creado exactamente asi, tal como era ahora mismo. Sin pasado, sin infancia. Al Rabbi le gustaba adornar su condicion con estas reflexiones. Reia para si y el eco de su risa iba y venia por todo el Heikal. 

En algun momento, es cierto, habia terminado la obra, el cascaron. Y al terminarla habia pensado que tenia que esperar. Pero ¿que era lo que habia decidido esperar? Una voz que era y no era su voz, y que parecia salir desde detras de su cabeza respondio por el: עֵת. Esperaba el tiempo señalado. Los dedos de su mente hurgaron en unos papiros inasibles. Su voz musito. Todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del sol tiene su hora. Y la hora habia llegado.

Asi como El habia inspirado la chispa divina en Adam, asi el Rabbi debia insuflar tambien la chispa divina en el cuerpo. Asi y solo asi terminaria su obra. Luego descansaria. 

Cada ente tiene su propia naturaleza. Y en la naturaleza de cada cosa esta lo que puede hacer y lo que no. ¿podria el Rabbi, siendo su vida como habia sido y siendo su naturaleza como era, comunicarle la chispa divina a aquel cuerpo de barro? Mientras bajaba las escaleras recordo a Aristoteles: oudèn dídōsin ho mē ékhei.

Segun el Libro de la Formación el embrion era siempre una sombra de su maestro. La chispa que iniciaba el fuego de la vida era solo suficiente para comunicarle movimiento y obediencia. No llegaba nunca a ser fuego, ni a arder con suficiencia. El embrion permanecia siempre en un estado mecanico. Por eso el Rabbi habia construido el cuerpo para que sea robusto y poderoso. Si no valia por su inteligencia, que valiera entonces por su fuerza. Fuerza y Obediencia, ¿acaso no eran tambien, o habian sido, antes, en sus años de juventud, sus dos principales virtudes? Asi habia sido, pensaba sonriente, antes de que el paso tirano del tiempo lo fuera desgastando. Ahora ya casi habia llegado al final de sus dias, y debia asegurarse que alguien o algo continuara con la proteccion de la sinagoga. 

Paso a paso, sin apurarse ni retrasarse, llego al habitaculo y, tras manipular habilmente un mecanismo oculto, accedio al acotado recinto. El gigante de barro lo miraba de frente desde sus cuencas vacias. El Rabbi recordaba exactamente las palabras indicadas. las letras estaban trazadas en el lugar indicado, y solo solo faltaba agregar la Aleph al principio, y pronunciar el sagrado y secreto nombre de Hashem. La temblorosa mano del Rabbi trazo la letra y su boca quizo pronunciar el nombre pero, aunque lo sabia o creia saberlo, nada salio de su boca. Del nombre solo le quedaba una oscura sensacion. Lo sabia, lo habia sabido, habia creido saberlo, pero acababa de escaparsele. ¿se le habia ido al limbo, como su pasado, como todo lo demas? Una oscura sensaccion de horror lo invadio entonces. Quizo gritar, quizo proferir sonido, pero nada salia de su boca. Su garganta estaba cerrada. Las palabras, si alguna vez estuvieron, habian huido para siempre. Y entonces comprendio.

oudèn dídōsin ho mē ékhei.

Alguien, otro -¿Hashem? ¿ese que habia venido en barco, que habia atracado en puertos? - era el que habia dado la orden. Y El, mero eslabon de ese otro, era la pieza que aquella mano habia movido quien sabe hace cuanto. Toda su vida, su naturaleza misma habia consistido en acatar la orden. La tarea, por supuesto, habia sido imposible desde un principio. Si hubiera tenido inteligencia suficiente, El Rabbi se habria reido con la paradoja de una regresion causal infinita. Solo dios, despues de todo, puede crear como se debe. Pero de aquella chispa ya casi nada quedaba. 

oudèn dídōsin ho mē ékhei.

Sintiendo que la oscuridad lo ganaba del todo, supo lo que tenia que hacer. Llevandose la mano a la frente, el Rabbi aparto sus polvorientos mechones y recorrio, riendo con una mueca muda, las tres letras de la verdad que llevaba en la frente. Mecanicamente borro la primera y volvio al polvo.

7 jun 2025

Hipermercado

 Las gondolas se extienden hasta los cuatro costados. Voy empujando el carrito de manera despreocupada, con una mano. Con la otra mano me rasco la cabeza mientras miro a ambos costados buscando algo. No recuerdo que vine a comprar, pero tengo la fuerte conviccion de que lo reconocere apenas lo vea. Dado que ya estoy aqui, solo me queda guiarme por la intuicion. Odio los supermercados y las grandes tiendas en general, lo cual significa que si he decidido venir a este, es porque sin dudas debo de necesitar mucho eso que ahora no recuerdo que necesito. Tengo la sensacion de que ya llevo un buen tiempo dando vueltas entre las gondolas, asi que comienzo a sentirme naturalmente nervioso. Como les dije, odio los supermercados. Mi resistencia a ellos es limitada, y mi irritacion es directamente proporcional a la cantidad de tiempo que paso en ellos. Debo encontrar lo que necesito y salir de aqui cuanto antes.

Pero, ¿que necesito? Es increible que no lo sepa. A veces me pasan esas cosas. Por ejemplo, encontrarme revisando un cajon de mi escritorio para caer en la cuenta de que no se lo que estoy buscando; o estar tocandole timbre a una persona que necesitaba ver por un asunto urgente, asunto urgente del cual no tengo ni idea cuando esa persona me abre sonriente la puerta y me invita a pasar. O estar semanas o meses enteros ahorrando dinero para algun capricho o necesidad que luego magicamente se esfuma de mis consideraciones, quedando el dinero en el chanchito o en la cuenta bancaria de forma indefinida. Una vez escuche que las ardillas y otros roedores similares se pasan toda la primavera y el otoño almacenando frutos secos en un hueco para poder sobrevivir al iniverno, pero luego olvidan donde esta su alijo secreto, y deben salir a buscar otro. Normalmente terminan encontrandolo, porque el bosque esta lleno de ardillas. Asi yo tambien muchas veces terminaba reencontrandome con eso que buscaba en el cajon o en un amigo por medios oblicuos, retomando una conversacion en la que me hallaba completamente perdido o encontrandome el objeto dentro del bolsillo de un sobretodo. 

Por eso ahora, aunque me hallaba algo nervioso, no me hallaba del todo intranquilo mientras fingia revisar un aparador repleto de cajas con tornillos de todo tipo. Tornillos de bronce, de acero, de zinc, de aleaciones extrañas. Tor, planos, estrella, phillips, triangulares, cabeza plana, cabeza redonda, para madera, para metal, para concreto, para revestimiento, blindados, anti oxidantes. La gondola tenia decenas o quizas cientos de cajas con tornillos. En cada gondola, habia una foto impresa sobre el fondo blanco con el tornillo en cuestion, su medida y su nombre tecnico o cientifico o como sea la forma seria de llamar a los tornillos. Solo ahi cai en la cuenta de que ningun producto tenia precio. No lo tenian los tornillos de este pasillo , pero tampoco habia visto precio en las sillas de jardineria del pasillo anterior, ni en los libros de cocina del anterior, ni en el pasillo de Langostas y otros crustaceos congelados. Era extraño, sin dudas, pero no era lo unico extraño. Algo mas extraño era sin duda el orden en el que se agrupaban los articulos o, mas bien, su absoluta falta de orden. Caminaba y caminaba pero no lograba ubicarme. Ya podia estar en un pasillo de tornillos, que el siguiente era de articulos para bebes, y el proximo era de productos quimicos para la eliminacion de cucarachas, y el proximo de vestidos de casamiento, pulcramente colocados sobre maniquies y delicadamente arreglados como para un desfile o una exposicion artistica. Esto me desconcertaba bastante. Tanto que por un buen tiempo me olvide del producto que en cuestion buscaba - no necesitaba pensar en ello, como buena ardilla seguia creyendo que me toparia con el - y comence a intentar adivinar el orden de aquella inmensa jugueteria cosmica o ferreteria demasiado amplia o farmacia multirrubro o alocado supermercado, que parecia ordenado por una inteligencia superior, siguiendo un orden categorial que mi cerebro sencillamente no podia entender, o tal vez ordenado por una raza alienigena que era tan divergente que sus cateogrias, aunque simples, iban mas alla de mi refinada pero limitada logica. Quizas fuera que no habia ningun orden en absoluto, y los productos se colocaran por orden de llegada, lo que, claro, es cierto orden de algun tipo. 

Tras un buen rato - ¿una hora, dos, tres? - perdi toda esperanza de poder encontrar algun orden entre los productos de los pasillos. Y es que, mientras mas avanzaba, mas caotico parecia volverse todo. Ahora los productos ni siquiera respetaban el orden del pasillo. En un mismo pasillo podia encontrar juntas galletitas de avena de diferentes tipos (de pistachos, chocolates, frutales, dieteticas) al lado de todo un surtido de desodorantes, cañerias de pvc para instalaciones de agua corriente, o cualquier otra cosa. Tengo que admitir que ahora si estaba perdiendo los nervios. No solo se me dificultaria mucho mas recordar aquello que fui a buscar sino que, cuando lo encontrara, tendria serios problemas en encontrar las cajas y la puerta de salida.

¿puerta de salida? ¿puerta de entrada? ¿es que acaso habia entrado por algun sitio? No lo recordaba. No podia recordar nada de ese dia. Supuse haber entrado, porque ¿de que otro modo podia estar alli si no fuese habiendo entrado por la, imagino, amplia puerta automatica de vidrio? ¿como habria llegado hasta alli mas que manejando desde mi casa, recorriendo algun tramo de autopista y estacionando mi coche, si es que lo tenia, en algun amplio estacionamiento? Asi era como uno entraba y salia de tales lugares, y aunque no podia asegurar logicamente que el presente debiera de parecerse en todos los sentidos al pasado, lo cierto es que estaba atado por el habito a semejantes razonamientos y, del mismo modo, ahora no me quedaba mas remedio que seguir adelante... o hacia atras, o hacia izquierda o derecha. Tras varias horas mas de empujar el changuito, me di cuenta que las mismas direcciones cardinales habian dejado de tener sentido. Ante mi se abria un mar al parecer inextinguible de objetos. A la derecha no era a la derecha porque no habia a la izquierda nada definido de lo cual estar a la derecha. Las coordenadas eran meros puntos referenciales que siempre usaba para encontrar las cosas. Por ejemplo, el control remoto del DVD estaba bajo la television, o las pantuflas, debajo de mi cama o, mis lentes, sobre la mesita de luz. Esto tenia sentido solo en un mundo funcional. Definitivamente no lo tenia donde me hallaba. 

El lugar debia de ser obscenamente grande porque, ahora que lo pienso, no me habia topado con nadie en todo mi recorrido. ¿es que en realidad era tan grande, o era que habia concurrido un dia domingo, un feriado, o a altas horas de la madrugada? Era imposible saberlo. No habia llevado conmigo mi reloj o mi celular, y no tenia idea de que hora o que dia podia ser. Lo mismo podia ser navidad de 2002 que un irrelevante 17 de Agosto de 2080. Y por la iluminacion monotona de los pasillos, tan artificial como la de una sala de espera de hospital, lo mismo podian ser las tres de la tarde que las tres de la mañana. Y respecto a año 2080, bien podia ser posible porque cada vez habia mas objetos en las gondolas que no reconocia en absoluto. Extraños objetos tecnologicos con forma de dodecaedro, metalicos y con cada cara fuertemente sellada a la siguiente. Habia analizado uno por casi una hora entera y no habia conseguido encenderlo o comprender para que demonios servia. En cierto momento logre que emitiera un par de pitidos extraños, no supe si de advertencia o indicando alguna activacion. Al final termine tomandole cariño al artefacto y, aunque no era lo que buscaba, lo coloque en el changuito. De momento lo adoptaria como a una mascota y, si al final de la compra aun se mantenia interesante, me lo llevaria como un gusto, como uno de esos caprichos que uno se da a veces de puro gusto, de mero consumismo.

No se hace cuanto tiempo estoy aqui, pero los productos y la calidad del servicio han empezado a menguar. Hace ya varias horas que los pasillos se aparecen cada vez con menos productos, a medio llenar, o con productos rotos, viejos o vencidos. Muchos contienen antiguedades u objetos que tal vez atrevidamente me atrevo a catalogar de basura. Sospecho que me hallo en la periferia del hipermercado, en las zonas a las que pocos clientes llegan, y que por lo tanto los repositores (a los cuales por cierto tampoco he visto, deben de ser muy eficientes en su trabajo) prestarian un interes menor. Volver por donde habia venido no tenia sentido alguno, solo me llevaria a desperdiciar tiempo. Y ademas, como ya dije, eso de volver, e incluso de avanzar, no tenia ya sentido alguno. Estaba seguro de que si intentaba volver al pasillo anterior, donde habia una serie de motores de lancha oxidados y a medio desarmar, me encontraria con un pasillo totalmente diferente, repleto de latas de duraznos en conserva, todos vencidos en el año 2018. Aunque ya nada tenia sentido, tenia que continuar moviendome, aunque no fuera por pura inercia. Aunque no fuera mas que para perderme cada vez mas en circulos mas amplios, mas extensos, encontrandome cada vez con pasillos mas vacios, con puras estructuras de aluminio. Pasillos totalmente vacios que se extenderian infinitamente, albergando espacio para nueva mercaderia. En algun momento tendria por fuerza que detenerme. El carrito comenzaba a pesarme y mis pies ya me dolian de forma marcada. Me detendria y me acostaria en algun escaparate vacio, jugando yo tambien a ser un producto mas, en la espera de algun comprador que viniera expresamente con el deseo de llevarme. 

Pero aun no. 


6 jun 2025

Taxi

 Cierro los ojos. Nada. Oscuridad. Algunas ideas me vienen a la mente y aparecen algunas manchas, borrones que intentar tomar alguna forma. No permito que se forme nada. Los aparto inmediatamente. Nada, o mas bien solo oscuridad. Pasa el tiempo, no se exactamente cuanto, pero me doy cuenta de he abierto los ojos. Oscuridad, si, pero mas tenue. Un fondo negro claro se distingue sobre un fondo oscuro. El techo. Estoy boca arriba. Me giro hacia el costado y miro el reloj despertador. Tres y cuarto de la madrugada. De costado me cuesta dormir, asi que me vuelvo a girar para quedar boca arriba. El techo. Ni una mosca zumbando, ni el tic tac del reloj que no hace tictac porque es electronico. Aparto el pensamiento del reloj y vuelvo a cerrar los ojos. Oscuridad. Nada. Pasa el tiempo.

Abro los ojos y veo mis rodillas. Mis rodillas y mis manos sobre mis rodillas. Ha succedido. Estoy dentro. Por el momento solo me concentro en mirarme el dorso de las manos. Me concentro en mis nudillos, que tienen una forma puntiaguda, mas bien huesuda. Aprecio las venas que son visibles a simple vista, como si fueran demasiado grandes para mis manos secas y nudosas. Analizo calmadamente las arrugas que se forman en la union de las falanges. Manos. Cinco dedos cada una, tres falanges cada dedo. Abro y cierro las manos, y al hacerlo no puedo evitar levantarlas un poco de mis rodillas. Noto que llevo puesto un pantalon de franela gris. Me urge saber que zapatos llevo, que llevo puesto en general. No se por que, pero me parece tremendamente importante. Mirando los mis muñecas descubro los puños de lo que parece ser un saco de paño gris. Reconozco de inmediato el patron de la tela. Es un saco italiano de segunda mano que compre en el barrio de once hace una decada. Debajo asoma una camisa de un color que podria ser lila, azul, verde o gris. Esta bastante oscuro como para poder asegurarme. Me arriego. Me inclino hacia adelante para ver el resto del pantalon de franela gris y, a su termino, unos tobillos y unos hermosos zapatos marron oscuro, tan pulidos que parecen viejos, o tan viejos que parecen pulidos. Gozosamente muevo los dedos de los pies, subo y bajo las puntas de mis pies, taconeo disimuladamente y descubro que hay un tapete bajo mis pies. Entonces levanto la cabeza y miro a mi derecha. Una ventanilla. Un paisaje desolado que corre de izquierda a derecha como en una pelicula. Silencio absoluto, como si no existiera el aire para trasladar sonido alguno. Reconozco que estoy en un coche y, para ser mas precisos, en un Taxi.

Viajo solo. Una pared de vidrio me separa de la parte delantera, donde alguien conduce el coche. Lleva una visera negra. Pienso que es anacronico, pienso que los taxistas ya no llevan ni boina ni gorra de visera. Pienso que solo los marinos y los conductores de limusina usan esos sombreros.

- Que anacronico - digo en voz alta o mas bien intento decir. Modulo pero no sale sonido alguno de mi boca. Como si no tuviera cuerdas vocales o como si estas no tuvieran un medio en el que vibrar. Pienso entonces en que es una suerte que el sueño sea incompleto, porque he recordado que no debo hablarle al chofer bajo ninguna circunstancia. Me mantengo quieto y espero que el sueño termine, ya que he roto la regla. El camino oscuro transcurre por una nada desertica. No se si nieve, piedra o tierra, pero una extension plana y oscura se extiende a lo lejos. Pasan los segundos y nada. No vuelvo a ver el despertador, no vuelvo a ver la pared de mi cuarto o el techo. Sigo dentro. Al darme cuenta que sigo dentro me entra un terror panico que solo disipar apretando los puños y enfocando mi vista en la linea del horizonte.

Es inutil esperar el sol, este mundo no se rige por las reglas de la fisica. No hay sol alguno, y es dubitable que exista tambien la carretera, el camino y el taxi mismo. Del conductor no estoy tan seguro de poder decir que no existe. No es solo que lo vea, fijo, como un maniqui, ocupando el asiento del conductor y sincronizando sus brazos con el movimiento del volante. Eso podria hacerlo un muñeco, un androide o una ilusion. Es que siento su presencia. Es amenazante y se que me vigila. De algun modo lo se. En este rato que llevo aqui he comprendido dos cosas: estoy recluido en el espacio de atras tanto como el conductor esta recluido en el espacio de adelante. La pared de vidrio que nos separa es lo que no le permite entrar. Debo mantener altas las ventanillas en todo momento. Reviso sus ventanillas y veo que tambien estan altas. El conductor podria bajar sus ventanillas pero no las mias, pienso. Para que haya un puente cada uno debe abrir sus puertas. Algo me dice que nada bueno pasaria si eso que ahora siento como un leon enjaulado cruza adonde estoy, asi que decido una nueva regla: no abrir puertas o ventanillas bajo ninguna circunstancia. Salvo una: bajar del auto. Pero para bajar del auto hace falta llegar a algun sitio. Bajar del auto en movimiento es algo que no debe hacerse bajo ninguna circunstancia. La nuca del conductor es fornida. Parece un soldado o un boxeador. lleva el pelo corto, casi rapado. Su tono de piel y demas rasgos son imposibles de adivinar. Su cara, en el caso de que la tenga, es un misterio total. 

Para poder subir al taxi por primera vez hay que seguir una serie de pasos. Un ritual, por asi decirlo. Hay que irse a dormir cierto dia a cierta hora, en cierto sitio, y pensando tambien ciertas cosas. La hora es importante. Entres las tres y las cuatro de la mañana. Esa es la bandera, es decir, el horario en el que el taxi pasa por nuestro plano. Esto, segun me conto el pasajero que ahora persigo, no cambia sin importar el pais o la epoca del año. Especulo si esta regularidad del Taxi tiene algo que ver con la fisica o mas bien con la geologia, como si fuese una especie de fenomeno fisico que en esa franja afecta a diferentes regiones, o si es tal vez algo que el taxi elige voluntariamente para poder levantar pasajeros de forma eficiente. Puede ser una tanto como la otra. El paisaje no se ha modificado nada tampoco esta vez.

Otra cosa importante es estar abierto. Estar abierto es lo mismo que tener el dinero para el pasaje. Estar abierto significa tener en la cabeza ciertas ideas en la hora de la bandera, y no tener otras, claro. Hay que saber mantener y desterrar pensamientos, y eso lleva tiempo y dedicacion. Fue lo mas dificil de todo el asunto. Luego esta el sitio en el que uno se va a dormir. En realidad, el sitio es lo de menos. Puede ser otro vehiculo, un baño, un cuarto de hotel o tu propia pieza. O una carpa en el medio del bosque. O una celda. Lo importante son dos cosas: estar solo y que el cuarto este a oscuras y en silencio. El taxi, por decirlo asi, es un animalejo huidizo que no gusta de acercarse a lugares demasiado concurridos. Es eso o es que no quiere testigos.

Una vez que uno sube, la verdad no hay mucho que que hacer. Se puede romper una regla y despertar, o bien se puede seguir viajando. ¿Viajando hacia donde, y para que? No lo se la verdad. Tengo muchas teorias, eso si. La ultima vez que hable con mi predecesor, por llamarlo asi, el se hallaba apenas devuelto de un viaje bastante largo. Se habia inducido un sueño con narcoticos que lo llevo a un coma de varias semanas. Me conto, bastante emocionado aunque intentara disimularlo en un halo de cansancio, que habia viajado por dias enteros en el taxi. Siempre en silencio, siempre observando al conductor o aburriendose con el paisaje. Tambien me comento que el paisaje, ese desierto nocturno de ilimitada extension, no habia cambiado en absoluto. El tambien habia sentido a cada instante la presencia amenazante del conductor. La sensacion era un poco como la de dormir justo al lado de la jaula de los leones. La idea de la separacion infranqueable no era tranquilizadora, o al menos no del todo. En esa ultima charla que tuvimos antes de que desapareciera hablamos de algo mas.

No, no hablamos, mas bien debo decir que habia algo mas. No se que era, tampoco estoy seguro de que el supiera que era. Tal vez solo lo intuia. Tal vez era solo una sensacion imposible de explicar. Tal vez era la sensacion de que llegaria pronto a destino. De que llegaria y que entonces se veria obligado a descensder. A bajar del taxi, quien sabe a donde y para que. Bajaria y tambien quizas bajaria el conductor, y entonces... ¿pero por que no me dijo nada si era eso? Quizas no fuera eso en absoluto, o quizas es que no queria alarmarme y por eso esperaba comprobarlo antes de decirmelo. No obstante, despues de tantos años hablandome del Taxi, tuvo que haber alguna razon por la cual me revelara, justo antes de desaparecer, las condiciones y pasos para abordarlo. Al recordar sus ojos en la cama del hospital, recien salido del coma, me parecio ver un pedido o una advertencia. Tal pedido solo podria haber sido que lo siguiera, que pasara lo que pasara lo buscara, fuera tras el, continuara su busqueda. Y la advertencia solo podria haber sido que no lo hiciera, que olvidara todas sus historias del taxi nocturno y siguiera con mi vida. Pero si uno quiere que el otro se olvide, no le da todas las herramientas para lo contrario. Asi que cada noche cierro los ojos y espero el taxi, espero el viaje silencioso y espero la presencia amenazante del conductor. Cada noche vigilo el hasta ahora monotono paisaje en la espera de algun cambio, de algun leve indicio de cercania de lo que sea, lo que sea que me indique que el momento se aproxima, de que finalmente el viaje se acabara. 

29 may 2025

La Restriccion

El auto avanzaba lentamente por el camino de tierra. A ambos lados del sendero, altos campos de teosinte ocultaban la pequeña polvareda que levantaba el vehiculo.

Maribel conducia sola. Le habian dado las instrucciones de como llegar hasta alli. Tales instrucciones no le habian salido baratas. Tampoco le saldria barato el procedimiento, por supuesto. Le habian explicado en que punto exacto tenia que comenzar a prestar atencion, mirando siempre al lado derecho de la antigua ruta provincial, para detectar un objeto que solo podia detectarse si se prestaba atencion. Del objeto en adelante, convenia bajar la velocidad, porque el sendero de tierra estaba practicamente oculto y habia que estar muy atento al camino. En fin, si llegaba al segundo objeto sin haber encontrado el desvio, podia retomar e intentarlo de vuelta. Maribel pensaba que no le habia hecho falta, que lo habia encontrado a la primera y que ahora avanzaba entre las altas Milpas de teosinto en primera, casi en punto muerto. El camino iba en una bajada ondulada pero persistente. Bien podria haber apagado el motor y dejar que el sedan se deslizara o mas bien rodara, dando tumbos, entre las piedras sueltas. Pero no lo hizo. La bajada podia acabarse o podia necesitar el motor por otras razones. Era la primera vez que se salia por fuera de los lineamientos. ¿y si la vigilaban? ¿y si la habian estado siguiendo? ¿Y si solo la estaban dejando llegar hasta alli para atraparla con las manos en la masa, a ella y a los reprogramadores? Maribel sabia - no habia noticias ni documentos oficiales pero la gente en general sabia - que la gente del ministerio no se andaba con miramientos a la hora de sacarle informacion a los que se salian de los lineamientos. Los lineamientos... eran sagrados. Eso se enseñaba en la escuela. Y los del ministerio mostraban el furor religioso que otros habian mostrado con sus propios lineamientos sagrados a lo largo de la historia. Y sin duda querrian saber mucho. Siempre querian saber. Querrian saber quien era, que hacia, que numero de integrado tenia, si estaba o no modificado. Para eso no habria muchos problemas. Les alcanzaba con que un tecnico leyera el integrado, y con que un programador del ministerio revisara el codigo en buscar de fallas en su integridad. Cosa de minutos o de horas, no lo sabia con exactitud. Pero cualquier averiguacion de antecedentes demoraba una noche detenido, no mas. Cuando alguien era detenido por mas tiempo era porque lo que querian saber no se encontraba almacenado en el integrado. Por ejemplo: quien le habia pasado la informacion acerca de los reprogramadores. Picana. ¿donde los habia conocido? Submarino. ¿con que otras personas habia escuchado lo que sabia? Hueso roto. ¿quien mas sabia?. Quemadura. ¿quien mas pensaba que podia saber?. Costilla fracturada. ¿a quien podia señalar, por donde seguir la cadena? sangrado interno. Oh si, querrian saber muchas cosas. Descubrir toda la cadena desde el inicio hasta el final. Ella solo seria otro eslabon, un cuerpo mas, un integrado del cual extraer la data. Sin escatimar esfuerzos, sin piedad. Maribel sabia que al principio, solo al principio, por principios, intentaria resistir. Intentaria no traicionar a los que le habian sacado un ojo de la cara con el pago por la informacion. Y sobre todo, no querria delatar a la amiga que le habia pasado, gratis y entre dos vasos de Ginebra (ilegal, por supuesto. Esa amiga tenia contactos para todo), sin cobrarle mas que el abrazo con el cual se despidieron ese dia, la informacion de como conseguir la informacion. Pero tambien sabia que ante el primer fogonazo de dolor insoportable, su boca gritaria sin control. Y cuando uno no tiene control es mas facil decir lo que no se quiere decir. 

Maribel trato de no pensar en ello. Mejor era tener el motor funcionando, manejar con cuidado y tener los ojos abiertos. Le quedaban dos, quizas tres horas de luz. Habria salido mas temprano si no hubiera tenido tantas dudas, penso. Dudas pero tambien la necesidad de no llamar la atencion. Habia dedicido salir junto con los que salian del turno matutino. Camuflarse en el ejercito de obreros que volvian a sus casas. Realizar la diaria ordalia de la autopista, solo que esta vez no saldria por la bajada habitual. Continuaria al mismo ritmo, manteniendo la cara de aburrida y los ojos muertos, hasta que dejara atras la zona centrica y luego la residencial. Le quedaban dos horas de sol. Tras ello tendria que manejar a oscuras o arriesgarse a prender las luces delanteras. ¿llegaria a tiempo? El camino entre las Milpas no podia durar eternamente. Llegaria. Siempre que le hubieran pasado bien el dato, claro. No confiaba en los vendedores de informacion pero confiaba en su amiga. ¿acaso no habia conseguido la ginebra? ¿acaso no tenia un libro de poemas de Safo? ¿acaso no le habia mostrado la cicatriz en el tobillo, como una prueba irrefutable de que era posible? Habia visto la cicatriz, por lo tanto el camino tenia que terminar en algun sitio.

Los integrados se colocaban entre las dos semanas y el año de vida. Se decia que no habia dos modelos iguales, pero aunque Maribel no tenia la menor idea sobre ingenieria o computacion, sabia que eso no podia ser mas que una de las tantas exageraciones del ministerio en materias de publicidad. Muy bien podia ser cierto que los modelos se irian actualizando con bastante regularidad. Pero suponer que cada uno de los setenta y dos millones de Argentinos tendrian un modelo personalizado de integrado, era sobreestimar las capacidades tecnicas del gobierno. Lo que si era cierto es que no se colocaban siempre en el mismo lugar. Esto variaba de persona a persona. Podia ser en el cerebro - el peor de los casos - o en el hombro; O en el pecho, o entre los homoplatos. En cualquier lado. Las manos y los pies eran los sitios menos comunes. Por los golpes o las posibles lesiones. Lesiones que muchas veces venian de parte del propio ministerio. Habia escuchado casos de gente que sufria castigos y en donde inexplicablemente se evitaban ciertas partes del cuerpo. Eso era una pista de que el integrado podia andar por ahi. Antes, haria unos veinte años, todavia se usaban scanners locales y uno podia saber donde tenia su integrado porque literalmente debia colocar esa parte en el lector de la policia o de cualquier funcionario. Luego paso que mucha gente comenzo a sufrir convenientes accidentes en el brazo o en la pierna donde tenian el integrado, y a desaparecer mas convenientemente antes de que le pudieran colocar uno nuevo. Entonces el gobierno paso a usar los scanners de onda, que tenian varias ventajas. La primera era que eran de cuerpo completo, y la segunda es que se podian usar a distancia. Los mas simples, que operaba la policia, tenian la forma de un megafono y un alcance de hasta cinco metros por tres de amplitud. Esto les permitia por ejemplo leer de un mismo disparo a seis o siete personas, lo cual era muy practico. Los de diez los tenian funcionarios de rango medio, aunque su estandarizacion para las fuerzas de seguridad eran solo cuestion de tiempo. Se rumoreaba que los altos mandos tenian Salas Scanners que podian leer a un barrio entero, o que el presidente tenia en la casa rosada un Scanner lo suficientemente fuerte como para leer a toda la ciudad o incluso alcanzar la perferia de los barrios de la provincia. Esto era sin dudas otra leyenda urbana, otra exageracion. No porque no se les hubiera pasado por la cabeza tal cosa a los del ministerio - sin dudas que estarian gustosos de tener semejante artilugio - sino porque de ser asi, no se tomarian la molestia de darle un scanner manual a cada agente y funcionario. 

Una vez colocado, el integrado acompañaba a su huesped durante toda su vida. Salvo que fallara, claro. Pero no era comun. Ocurria, pero la tasa era muy baja. Estaban diseñados para usar la bio electricidad del cuerpo, para adecuarse a los cambios fisicos, biologicos y de temperatura. Estaban diseñados para durar toda la vida y mas alla de la vida, incluso se podian hacer lecturas de cuerpos muertos en esas horas en que estos se descomponian. Mientras hubiera electricidad y movimiento, el integrado funcionba, y aun seguiria funcionando algunas horas o dias mas, hasta que se le agotaran los capacitores. Las revisiones medicas obligatorias eran semestrales. Suponia que era en ellas en donde se verificaba el estado de los integrados, sus funcionalidades y sus actualizaciones. Porque no solo era importante poder leerlos, sino tambien poder escribirlos. Esto es, poder cambiar lo que hacian y dejaban de hacer. Maribel sospechaba que todo el cuento de las revisiones medicas no era mas que una fachada para las revisiones tecnicas de los integrados. Prueba de esto eran las a veces inexplicables solicitudes (lease ordenes) de asistir a un centro medico para un "chequeo aleatorio". De aleatorios, nada. Cuando a una la llamaban asi era porque necesitaban cambiar algo o ajustar o precisar o depurar o comprobar. 

Y es que lo mas interesante de los integrados era lo que hacian y lo que no permitian hacer. Maribel no recordaba ya quien los habia inventado, si habia sido una sola persona o algun misterioso grupo de desarrollo. ¿se lo habia enseñado en la primaria, en la secundaria, en los estudios complementarios de vocacion? No lo recordaba. Creia que si, pero era posible que no. De todas formas, no se podia confiar en la educacion que brindaba el gobierno. Lo cierto es que hacia aproximadamente 80 años los integrados habian llegado con un nombre comercial mucho mas amigable, y se habian distribuido en la industria medica como una nueva panacea. Chips maravillosos que le permitian a uno controlar condiciones delicadas, como las cardiacas, las hepaticas, el nivel de azucar para los diabeticos y el de sal para los hipertensos. Controles en tiempo real que hacian sonar alarmas en los relojes inteligentes de los preocupados medicos. Sanidad los habia aceptado encantados, pues ya en ese momento el clima politico tendia fuertemente al totalitarismo. Todo avance de la tecnica en pos del control y la predictibilidad era aceptado con una sonrisa por los gobiernos de turno, en esa epoca en la que todavia habia gobiernos y El Gobierno con mayuscula. Una vez introducido, la evolucion del integrado se dio con la naturalidad tal que esperaria un escritor conspiranoico de ciencia ficcion: de predecir y enviar informacion pasaron a manejar ellos mismos la informacion que enviaban. Poco a poco se prescindia de los medicos. Los avances avasallantes en materia de inteligencia artificial hacia que la sociedad pegara saltos de gigante en materia social. Los integrados pasaron de enviar a analizar, de analizar a sugerir, a recomendar y finalmente a dictar las acciones a tomar. Prohibida la venta de productos azucarados a personas diabeticas. Prohibida la venta de cigarrilos a los que esperaban un pulmon. Finalmente, los integrados habian dejado de especializarse en lecturas y habian pasado a escribir sobre la biologia humana. En efecto, la logica dictaba que la mejor defensa era el ataque, y que la mejor prevencion era evitar la aparicion de los sintomas. ¿por que iban a prohibirle comprar cigarrilos a un fumador de habito adquirido, poniendo por delante muchas inertes discusiones eticas que al final se resolvian a palazo puro en las calles, por que iban a hacer tan groseramente evidente la dominacion cuando podian sencillamente programar al integrado para que, poco a poco y progresivamente, modificara la biologia de su huesped hasta hacerle intolerable el cigarrillo? Si creia que naturalmente no gustaba de fumar, no iria a comprar cigarrillos en primer lugar. La idea era sencilla  y perversa, y por eso fue que colo tan bien en los primeros años. Para cuando la sociedad se dio cuenta, ya era literalmente demasiado tarde. Eran segunda generacion de nacidos con integrados. 

Mientras manejaba Maribel sonrio al hacer la comparativa: el totalitarismo de antaño no tenia nada que ver con el actual, que no era totalitarismo en absoluto, sino mas bien un absolutismo: estaba tan presente en la habitacion que se habian olvidado de el. Elefante blanco. Un absolutismo muy parecido al de dios: presente en todos lados pero en ningun en particular. Luego no era raro que hubiera tantos ateos. Pero los ateos tambien tenian integrados, y por lo tanto su ateismo bien podia ser inducido o condicionado. ¿quien le podia asegurar que los integrados no intervenian tambien en las ideologias, en la memoria, en las creencias? Casi sin darse cuenta, dejo de ver las Milpas de teosinto. O mas bien, tanto se habia habituado a ellas que tuvo que parpadear dos o tres veces para constatar que el camino habia salido de entre el sembrado y que ahora avanzaba en linea recta hacia lo que parecia ser unos silos a unos cuantos kilometros. Se sento recta en el asiento e intento mirar para los cuatro costados, pero sobre todo hacia atras, para ver si la seguian. No se veia a nadie a kilometros a la deriva. Su coche parecia ser el unico en la region. Mirando la posicion del medio sol anaranjado, concluyo que le quedaba una hora de luz. Llegado a ese punto, decidio que llegaria fuera de noche o de dia o al dia siguiente. No encenderia los faroles, dormiria en el auto si era necesario. Si su destino quedaba mas alla de esos silos tendria que hacerlo. 

Los integrados podian condicionar una gran cantidad de aspectos del cuerpo y la mente humana. Por lo general, se hacia un estudio del individuo. Un estudio que comenzaba in utero, basandose en la informacion de los progenitores y sin dudas en informacion obtenida en los controles prenatales obligatorios, y en las revisiones medicas. El perfil incluia cuestiones genetica y epi geneticas. Los verdaderos basiliscos de Rokko que eran las Inteligencias Artificiales actuales, verdaderas ASI's de cuarta generacion, proyectaban un perfil de desarrollo para captar tendencias y, a partir de esa proyeccion, se suprimian condiciones y se limitaban otras. Se cortaban de tajo adicciones y se potenciaban otras, segun lo conveniente. Por ejemplo, no era conveniente que un individuo con proyeccion perfecta para soldado tuviese mareos en altura, por ejemplo. Habia condiciones que se limitaban en una gran cantidad de individuos: la tolerancia al dolor, por ejemplo, era exageradamente baja en grandes sectores marginales de la poblacion, pero sospechosamente alto en las castas hereditarias que formaban los cuerpos policiales. La cantidad de horas de sueño que los funcionarios parecian necesitar era siempre menor de las que necesitaba por ejemplo un trabajador productivo o administrativo. El gusto por ciertos alimentos y el disgusto por otros podian irse actualizando segun las capacidades productivas del pais. Esto era terriblemente conveniente, por supuesto. La capacidad reproductiva de enormes masas de individuos podian regularse clandestinamente mediante esos maravillosos addendums informaticos del tamaño de una aspirineta. 

Atraveso los silos y los galpones derruidos casi a paso de hombre, revisando minuciosamente los carteles y las fachadas en busca de la señal que deberia estar dibujada, pintada o señalizada de algun modo. La señal le marcaba que, fuera el lugar que fuese, ese era el lugar. Las edificaciones se agrupaban de tres o cuatro y se distanciaban por veinte o treinta metros.

A Maribel, igual que a su amiga, estos condicionamientos le producian un asco brutal. Muchas veces uno solo podia quedarse en la duda. ¿tal condicion, era propia y natural, o estaba determinada por el integrado? Muchas veces era imposible saberlo, pero otras veces uno podia darse cuenta circunstancialmente de estaba restringido o potenciado. Y cuando uno se daba cuenta, tenia que joderse. Protetar equivalia a un paralizador electrico y a largas horas de interrogatorio y reacondicionamiento. Proceso del cual uno por lo general salia peor de lo que entraba. Despues de esas ordalias a pocos les quedaban ganas de quejarse. La rabia de Maribel era instintiva y natural. Estaba segura de eso. Una caracteristica tan contraproducente para el gobierno no podia estar siendo potenciada. Joderse era la unica opcion legal permitida, pero no era la unica opcion sin mas. Quitarse el integrado estaba, salvo que uno se fuera a vivir al medio de la nada, fuera de la cuestion. El menor escaneo arrojaria la falta. Evitar los escaneos dentro del territorio nacional era poco menos que imposible. Habia habido casos de personas que habian sido descubiertas sin integrado por diez o siete o cinco años, pero lo cierto es que el lapso se reducia cada vez mas. Hacia unos meses los diarios hablaban de una chica supuestamente deaparecida que, luego se comprobo, se habia escapado de su casa. Los oficiales descubrieron que se habia extirpado el integrado dos semanas antes de ser encontrada. Luego los diarios no dijieron mas nada de la chica. ¿que opcion le quedaba? Si tenia contactos y el suficiente dinero, podia alterar la programacion del integrado. Los tipos de re programacion eran cuatro. La mas barata era la anulacion de reestricciones. Era la opcion mas barata y la que Maribel habia elegido. Luego, en orden ascendente, venia la anulacion de una potenciacion. Luego estaba agregar una reestriccion y, finalmente, agregar una potenciacion. Cada potenciacion o restriccion que se quitaba o agregaba tenia un costo unitario. De mas estaba decir que los costos eran altisimos. De haberselo podido permitir, Maribel se hubiera elegido quitarse todas las reestricciones, pero lamentablemente su economia de empleada administrativa le permitia solo quitarse una. Era una lastima. Una lastima pero no un impedimento. Aunque tuviera que comer puro arroz y agua los proximos seis o doce meses. Habia descubierto que tenia una restriccion y ahora se la tenia que quitar como que tenia nombre y apellido. Sentia una piedra en el zapato, una astilla entre los dedos, una piedra en el zapato. Sentia que le habian metido la mano en el bolsillo y mientras no se la quitara, mientras no recuperara lo que era suyo por herencia o por azar, no se quedaria tranquila.

Justo cuando penso que tendria que seguir por el camino hasta encontrar nuevas edificaciones, descubrio la señal en un galpon a su izquierda, casi justo antes de dejar el ultimo grupo de silotorres. Maribel detuvo el auto y se pregunto en donde obtendria ella su cicatriz. Penso que seria mejor en un lugar oculto, aunque esto seria un poco vergonzoso a la otra de mostrarsela a su amiga. Giro la llave y apago el motor. ¿y ahora? Esperaria a que saliera alguien. Espero por diez minutos, mirando furtivamente hacia los cuatro puntos cardinales, casi esperando ver un coche de policia en cualquier momento. Un coche de policia o alguna furgoneta sin patente. O algun laser apuntandola. O algun dron que insonoramente la sobrevolara de muy cerca. Pero no vio nada. No habia caso, ya habia llegado hasta ahi. Tenia la señal enfrente. Si habia que correr algun riesgo, ya lo habia corrido. Lo estaba corriendo y llegada a ese punto lo correria hasta el final. Salio del auto y encendio un cigarrillo. Se sento sobre el capo y espero otros diez minutos. Nada. Ni un alma. ¿tendria que acercarse ella? Parecia evidente que si. Todavia con el cigarrillo en la boca, comenzo a caminar hacia el galpon. Solo cuando estuvo frente al porton de chapa noto que, junto a este, disimulado y del mismo color terracota que la pared, habia un pequeño portero con un boton. Parecia viejo y en desuso, y si alguien lo viera de cerca apostaria a que era una reliquia de la edad de piedra. Pero Maribel sabia que funcionaba. Lo sabia porque habia visto la señal, porque habia venido manejando hasta ese lugar, y porque bien pensado no tenia sentido que un galpon cerealero tuviera un portero electrico. Dio una ultima y larga pitada a lo que le quedaba y tras escupir la colilla, pulso el boton. Un pequeño zumbido estatico y luego la sensacion de apertura, de vacio, de un espacio al otro lado de la linea. "Ahora alguien dira mi nombre y yo dire mi apellido" penso, porque esa era la seña acordada. Y efectivamente, una voz inexpresiva, seguramente una inteligencia artificial, pronuncio su nombre de pila. Maribel. Sin interrogacion, sin enfasis, sin expresividad. Como si dijiera "casa", "auto", "perro". Maribel volvio a sentir el vacio y se apresuro a decir su apellido. Entonces oyo otro sonido. Metalico, electrico, que reconocio al instante. Era el sonido de una cerradura destrabandose. Vio que el porton vibraba ligeramente y entonces supo lo que tenia que hacer: empujar. 

Camuflada entre la chapa del porton habia una puerta tipo escotilla, la cual se abrio ante la presion. Ante ella un pasillo que llevaba a una unica puerta. Miro una vez mas hacia atras, comprobando que efectivamente estaba sola, y entro. Cuando abrio la puerta, dos hombres la esperaban sentados ante una sencilla mesa de madera. Ambos sonreian. 

- Sientese por favor - la invito uno de ellos. El mas joven, penso Maribel, aunque en realidad no tenia manera de saber si era efectivamente el mas joven. Sin dudas lo parecia, pero las cirugias esteticas eran tan milagrosas como las inteligencias artificiales. Se acomodo en su silla. El otro, que parecia mas viejo pero no deberia superar los cuarenta años, tamborilleo ritmicamente sobre la mesa y comenzo a hablar.

- Segun el arreglo previo, una restriccion, ¿correcto?-. Maribel asintio.

- Muy bien. No se sorprenda de que estemos tan tranquilos. Tranquilicese usted tambien. Se que no es facil, pero creame. Tenemos scanners en un radio de treinta kilometros, y le aseguro que aqui no estamos mas que usted, nosotros y el resto de nuestro equipo. 

- Por supuesto - añadio el mas joven - sabemos que usted es usted precisamente porque ya esta escaneada.

- ¿entonces saben cuantas reestricciones tengo, cuantas potenciaciones, y en que cosa cada una? ¡Podrian decirmelo por favor! -. Maribel habia preguntado precipitadamente y bocajarro. Se detuvo, pero sabia cual era la respuesta.

- Sabemos que tiene reestricciones y potenciaciones como todo el mundo - volvio a decir el cuarenton - pero exactamente cuantas y de que tipo, no podemos saberlo por un escaneo directo. Para eso es que el equipo tecnico hace el procedimiento. Una vez hecho, claro que podran acceder a la totalidad de las lineas de comando de su integrado.

- O mas bien, podrian acceder- corrigio el joven.

- Eso mismo - dijo el otro volviendo tamborillear. Parecia contento - Eso quise decir. Podrian acceder a todas y cada una si usted hubiera pagado por que accedan a todas y a cada una. ¿estan encriptadas, sabe? cuesta un trabajo acceder y recodificar la linea.

- Ademas a usted no le haria ningun bien saber sus reestricciones y sus potenciaciones. Creame. Vivo de esto. Si usted supiera en que la frenan y en que la empujar, su conducta naturalmente cambiaria para intentar contrarrestarlo, ¿entiende?-.

- Su conducta cambiaria visiblemente en aspectos determinados, aspectos que sospechosamente coinciden con el codigo de su integrado. El integrado leeria esto, enviaria una señal a la central mas cercana y usted recibiria una intimacion para revision medica, ¿comprende? - La sonrisa del mas joven era perfecta, como si fuese una publicidad de pasta dental. Maribel sintio un escalofrio en la espalda y asintio con la cabeza.

- Entiendo a que se refiere, pero es mas fuerte que yo. Pero entiendo. Si saber que tengo una me ha traido hasta aqui, quien sabe que haria si supiera el resto...

- Y si calculara el costo de lo que supondria removerlas - dijo el joven

- Y si supiera que no le alcanzarian tres vidas para juntar el dinero - dijo el viejo.

Maribel intento detenerse en lo que queria decir, pero fue en vano. La rabia, tan natural como siempre, hizo que no pudiera refrenarse.

- Ustedes son unos cinicos hijos de puta - les dijo sonriendo - teniendo el poder de liberar completamente a la gente que acude a ustedes, gente como yo, gente que se lo juega todo, y ¿no son capaces de hacer el trabajo completo?

- Para liberar a la gente hay que dar un golpe de estado y cambiar las politicas - sentencio el cuarenton.

- Eso no es responsabilidad nuestra - dijo el joven - y ademas, usted no sabe nada sobre como funcionan los integrados, y va a seguir sin saber, asi que por favor si le parece, vayamos sencillamente a lo nuestro.

- Necesitamos saber en que consiste la reestriccion - dijo seriamente el cuarenton - Como le dije, estan codificadas, pero segun la naturaleza suelen tener algun nombre especifico. 

Maribel trago saliva y junto las manos sobre las rodillas. Sabia que llegaria ese momento. Lo habia pensado y repensado mil veces desde que habia tomado la decision. Habia decidido hablar y actuar como una automata, sin importarle lo que pensaran o dijieran las personas con las que se topara. Nunca antes los habia visto y, si todo salia bien, nunca mas los iba a volver a ver. Para lo que a ella consideraba, esos dos no eran diferentes a dos personas que se hubiera topado en la fila del supermercado o en una sala de espera. Fantasmas, maniquies, bultos. Pero aun asi... aun asi, habia cruzado tres palabras con cada uno y ahora se sentia incomoda. El que parecia mas viejo comenzo a tamborillar de vuelta.

- Y?

- Es sexual -. Maribel lo dijo con rabia y mirandolo a los ojos. Al cuarenton. Al joven de sonrisa odontologica preferia ni mirarlo. En ese momento los odio a los dos. Como si ellos tuvieran la culpa de lo que le pasaba. Odio al mundo en su totalidad en un odio que se extendia sin fronteras, frio como una tundra sin limites.

- Sea especifica, por favor. Considere que puede tener varias del mismo tipo, y nosotros necesitamos saber lo mas que podamos para informar al equipo tecnico-. Era el joven. Maribel lo miro a los ojos, furiosa, buscando algun dejo de ironia o de sarcasmo. Encontro una indiferencia que la desarmo totalmente. Ella no les importaba en lo mas minimo. El joven, que sin dudas debia ser mas viejo de lo que mostraba su cara, la miraba como si hubiera algo mas interesante justo detras de ella. No le interesaba ella ni sus problemas. Era otro procedimiento, otra interrogacion, otro cliente. Se alivio de comprobar que solo era un numero mas en alguna planilla clandestina. 

- Mis orgasmos. Solo puedo tener uno al mes. Uno. Siempre uno, ni mas ni menos que uno. En los ultimos 12 meses ¿saben cuantos tuve? Doce.

Ahora que habia empezado a hablar, Maribel se sentia en la tentacion de contarles todo. Toda su historia, como lo habia descubierto, a que edad, hace cuantos años que habia comprobado que era uno por mes y ni mas ni menos y siempre uno solo, como una ficha que le pagaran con el sueldo. Y como tenia que elegir cuidadosamente con quien lo gastaba y como lo gastaba, y las consecuencias y repercusiones que esa reduccion de sus culminaciones a un numero exacto y concreto habia tenido en su vida, pero se detuvo. El aburrimiento de los dos la detuvo de cometer lo que hubiera sido otra torpeza. Mejor era dejarlo asi, habia que avanzar lo mas rapido posible.

- Entonces, para ser claros, usted solamente puede llegar al climax una vez por mes, es decir, que deben pasar treinta dias aproximadamente para que pueda volver a pasar, ¿correcto?

- Correctisimo - dijo ella. - con un regularidad que espanta, amigo. 

- ¿esta segura no? -dijo el joven sonriente - Quiero decir, los tecnicos van a buscar esa restriccion y si resulta que no existe, y que es algo natural o psicologico suyo, no se le devuelve la plata y, a lo sumo, si usted nos da el verde ahora, le quitan la reestriccion que mas se le parezca, o una al azar.

- Y solo en ese caso se le dice cual - completo el cuarenton. - ¿entiende?

- No es algo natural -. les respondio Maribel - No siempre fue asi, y paso despues de cierta revision, ¿entienden? Y si, estoy segura. Realice todas las comprobaciones necesarias, si les interesa puedo entrar en detalles, pero espero que no haga falta.

- No hace falta - dijo el joven. - En todo caso, cuando termine el procedimiento, usted va a tener una cicatriz en el punto de acceso mas cercano al bicho, y de ahi si quiere puede intuir en donde esta alojado. Otra cosa: la reprogramacion es permanente, entiende. Perfecto, pero aunque entienda igual se lo explico. En este caso, usted va a pasar a operar naturalmente en lo que a sus orgasmos se refiere. Y el resultado, digamos, depende de usted, ¿comprende? Usted no tiene posibilidad de comprobarlo, ni nosotros de extenderle un certificado - volvio a mostrar la ironica sonrisa de propaganda - pero si resulta que pasa de tener una acabada a tener una y media o dos, pues eso es para lo que le da. No es que nosotros hayamos quitado a medias la reestriccion.

- Los comandos estan o no estan, no hay punto medio - sentencio el mas viejo - Usted deberia notar un cambio, pero ese cambio no siempre la puede dejar a gusto. Podria irse usted del defecto al exceso, pero eso ya es cosa suya.

- Nosotros no nos hacemos responsables, y en caso de que quiera de vuelta la reestriccion o de que quiera una potenciacion sobre el mismo aspecto, corre por cuenta nueva ¿estamos?-. Maribel sonrio porque recordo que agregar una potenciacion era la opcion mas cara. "Excelente vendedor", penso.

- Estamos.- les confirmo. - ¿algo mas?

- El procedimiento dura aproximadamente seis horas. Es el estandar para una reestriccion como la que usted tiene. Podria alargarse un poco o acortarse un poco dependiendo de cuestiones tecnicas que imagino no le importan. Lo que significa que usted va a pasar la noche aca. Antes de pasar, nos deja las llaves del auto. Va a quedar estacionado aca adentro por la noche. Mañana, cuando se levante y se le pase el efecto del sedante, desayuna y se retira. Va a encontrar el coche con la llave puesta.

- Y una vez que se va, se va - . dijo el joven - Se va para no volver salvo hasta tener una nueva cita acordada, ¿esta? Por eso es que cualquier cosa que quiera saber o le interese aclarar, le aconsejo que lo haga en esta entrevista. Mañana no va a encontrar a nadie cuando se levante.

- Tengo mil cosas para preguntarles pero ninguna que me sea imprescindible saber ahora mismo, asi que si les parece prefiero que empecemos. Maneje ocho horas para llegar aca, y mañana tengo turno vespertino en el trabajo, asi que preferiria avanzar cuanto antes.

- Muy bien - dijo el mas viejo.

- Asi me gusta - dijo el joven sonriente, y por primera vez a Maribel la sonrisa le parecio honesta.

- Pase por la puerta al fondo y espere - le dijo el viejo mientras le señalaba unica otra puerta que habia en el cuarto. Maribel dejo las llaves del coche sobre la mesa y por toda despedida les levanto la mano. Abrio la puerta y espero.

Al dia siguiente, mientras Manejaba de vuelta hacia la zona residencial, Maribel no podia evitar sonreir mientras pasaba su mano por una pequeña cicatriz en forma de luna a la altura de su cadera, justo por encima del muslo derecho. Le dolia un poco cuando rozaba contra el asiento, pero prefirio elegir tomar ese dolor como un signo positivo. Le gusto la ubicacion de la cicatriz. La cadera era algo que podia mostrar o esconder. Tendria que preguntarle a su amiga como remover los dos puntos de sutura, pero seguramente no seria dificil. 

- tendre que usar tiro alto y camisolas por un tiempo- se dijo para si misma, mientras recorria en silencio la autopista desierta. Sonrio y no paro de sonreir hasta que estaciono el auto en su domicilio. Siguio sonriendo mientras subia en ascensor y quizas tambien mientras se cambiaba para el trabajo. Su sonrisa se le antojo natural, no condicionada, suya. Suya como su rabia. Suya por fin despues de quien sabe cuanto.

27 may 2025

Nada ahi

No hay nada ahi, no hay nada ahi, no hay nada ahi. Me lo repito constantemente mientras aprieto con fuerza los ojos. La oscuridad del cuarto era casi total, pero me habia parecido ver algo en la esquina en donde las sombras se fundian en una mancha impenetrable. Algo me habia despertado de forma violenta. Una sensacion como de caida. Y ahi fue que lo vi, o me parecio verlo. Preferia pensar que no vi nada, por eso me gire como quien quiere volver a dormir. Y de hecho eso intente, pero desde el momento en que le di la espalda al rincon oscuro, la sensacion de que algo mas estaba en el cuarto conmigo no habia hecho mas que acrecentarse. Pero no podia ser que hubiera alguien ahi, o algo. Claramente no era nada. Solo habia tenido un mal sueño, una apnea, una de esas jugarretas que a mi cerebro cada tanto le gusta jugarme. No habia nada, nada en absoluto. Por eso lo mejor era no mirar, no dejarse tentar por la sensacion enloquecedora de que por cada segundo que pasaba, eso que no estaba se acercaba mas y mas, poco a poco, como una araña o una linea de sombra que iba devorando el cuarto.

No podia seguir asi toda la noche, asi que pense en prender la luz. Casi en completa inmovilidad, deslice la mano lentamente (si hubiera alguien, no era buena idea que me viese moverme de un modo que le hiciera sospechar que seguia despierto), rozando las sabanas, saliendo de ellas como una culebra o un caracol desorientado, hasta topar con la superficie lisa de la mesa de luz, ¿que es esto? son mis anteojos. ¿que es esto? el libro que leia antes de dormir, ¿que es esto? una taza de cafe vacia, y por fin la base del velador, pequeña antorcha de luz electrica que necesitaba con urgencia para constatar que efectivamente nada se me acercaba, nada habia en el cuarto. Sin desesperarme fui de la base al cable, y recorriendo el cable llegue al interruptor. 

Luz. pero una luz calida. Era una lampara de lectura, puta madre. Luz ambarina, calida, hermosa, pero reducida. Luz de fogata en vez de luz de sol. ¿El rincon sombrio? todavia a oscuras, pero no ya en la penumbra impenetrable, sino en una oscuridad gris y muerta. Dos paredes cortandose en angulo recto. Y nada mas. En efecto, ahi no habia nada. Mirandolo era obvio.

Obvio, si, ahora. Con la luz prendida. Y en este instante que miro, no hay nada. ¿pero antes? ¿hace unos minutos?. La ausencia de algo me hacia mas solida la certeza de la anterior presencia. Sentia como si me hubieran quitado de encima una pesada mochila, o como si unas manos duras y huesudas me hubieran soltado el cuello. Alivio, si. Pero si ahora siento ausencia ¿que sentia antes? ¿la puerta de mi habitacion estaba abierta? Siempre la cierro aunque viva solo. No me gusta dormir conectado a otras cosas, siquiera a otras partes de la casa. Dormir cerca de una puerta o una ventana me da escalofrios, por eso siempre la cierro. Y bien cerrada. Pero ahora solo esta entornada, o mejor dicho abierta, con el angulo justo para que algo muy estrecho pase. Una mano, un brazo. Una rata. Pero algo. Para que fuese nada tendria que estar la puerta cerrada. Y no esta. 

Asi que habia salido. Eso que no estaba en el cuarto habia salido y ahora estaba en otro lugar. Estaba afuera. Tuve el impulso de saltar de la cama y cerrar la puerta, pero me contuve. Ahora lo sentia del otro lado de la puerta, espiando. Quizas exactamente apoyado en la puerta, esperando mi reaccion, esperando a que me levante, a que abandone, ahora lo entiendo, el refugio seguro de la cama para caerme encima como una jauria de perros. No podia quedarme asi, pero tampoco podia volver a apagar la luz. Cerrar la puerta era un riesgo. Tenia que ser rapido, y no lo era. Y ademas me estaba meando, tenia que ir al baño con urgencia. Justo al baño, que quedaba a mitad del pasillo. El pasillo entre el baño y yo, y en el medio del pasillo seguramente algo mas.

Me sente en la cama sin dejar de mirar la puerta. ¿esa sombra que se veia detras era la sombra que siempre se veia detras de la puerta, o era una sombra que nunca antes habia visto? No soy bueno para recordar la forma de las sombras, asi que la duda me carcome. ¿es este silencio el silencio habitual de cuando no hay nada? ¿o es el silencio extraño de cuando puede haber algo? Tampoco lo se, todos los silencios me suenan identicos. Lentamente, me coloque las pantuflas. El frio del suelo sube incluso a travez de la goma aislante. Noto que he comenzado a temblar. Por el frio, me digo, por el frio. Dudo aun por algunos minutos que se me hacen eternos, pero finalmente me pongo de pie y abro la puerta. El resto de pobre luz ambarina escapa del cuarto como un riachuelo que se pierde en tierra seca. Nada, nada hasta donde alcanza la vista. Mas alla del pasillo, el pequeño living y la minuscula cocina. Y luego otro pasillo y la puerta que me separa de la casa mas grande que es el mundo. Por ahora, nada en el pasillo. Rapidamente camino y me meto en el baño. Mis ultimos movimientos fueron freneticos, cierro la puerta dando un portazo y coloco la traba. ¿por que tengo traba desde la parte de adentro del baño si vivo solo? Precisamente porque vivo solo, porque la mayor parte del tiempo no hay nadie mas que yo. Pero la mayor parte no es igual a todas las partes. Me siento en el inodoro.

Definitivamente estoy temblando. Una de las pantuflas se me ha salido del pie y ha quedado en el pasillo. O eso creo. En mi pie no esta, eso es seguro. ¿debo salir a buscarla o quitarme la otra? Opto por lo segundo, tendre que soportar el frio solo con las medias. ¿y ahora? ¿que hacer? Quisiera una cerveza de la cocina, pero una cosa es decirlo y otra es hacerlo. Soñar no cuesta nada o, mas bien, suele costar menos que correr el riesgo real. vuelvo a sentir la presencia de algo que no esta, estando detras de la puerta del baño. El seguro interno me deja tranquilo. Si intenta algo, la puerta crujira. ¡eh! ¿eso fue la puerta? crei oir un crujido leve. Y luego un cuchicheo. ¿lo oi o me parecio oirlo? Quizas siga algo dormido despues de todo, me digo mientras tiro de la cadena. 

Tengo que salir, no puedo pasar la noche en el baño. El problema es hacia adonde correr una vez quite la traba de la puerta. Eso puede no estar en mi habitacion, o no estar en la cocina, O puede no estar en ambos, lo cual significa que estaria, por descarte puro, en el pasillo, listo para abrazarme apenas salga... y sabe que tarde o temprano saldre. El baño es frio e incomodo, cada vez mas incomodo. Lamento no tener una bañera, lamento no tener una mullida alfombra de baño. Lamento muchas cosas ultimamente, pero sobre todo lamento haberme despertado en plena noche. Sin pensarlo mucho abro la puerta y corro hacia la cocina. Me corroen las ganas de mirar atras pero tengo terror de no mirar al frente. Usare los ojos para lo que tengo delante y los oidos para lo que tengo detras. Nada en el pasillo, nada en el living, nada en la cocina. Aqui no hay nada, me digo. Miro hacia mi pieza pero no la veo. La puerta entrecerrada muestra la habitacion a oscuras, tal cual la deje. Prendo la luz de la cocina y me rio de mi mismo. Una persona grande, ya entrada en edad, que ha leido a Hegel, persiguiendo sombras en una casa vacia en plena noche. Alguien tiene que reirse de eso, asi que me rio yo mientras me siento en la oscuridad del living, que es una oscuridad oblicua y a medias, protegida por la ahora si brillante luz electrica de la cocina. Una lamparita de luz fria de 18 Watts en forma de disco que se asemeja ahora a una plateada luna. Ya sentado, abro la cerveza que saque de la heladera. La presencia y tambien la ausencia de eso ha disminuido, tanto que ya casi me convenzo que eso no era otra cosa que una paranoia mia. Una mas de las tantas. Me olvido de ella mientras le doy sorbos a mi cerveza. 

La tranquilidad me dura poco. A medida que se acaba la cerveza, que el peso de la lata disminuye en mi mano, tambien disminuye mi confianza. Me desagrada profundamente la idea de volver a mi cuarto. Tengo que decir que me aterra. Me aterra como si supiera algo que no quiero, que rechazo saber. No puedo pasar la noche en el living o la cocina. Ni siquiera tengo un sillon para tirarme. Salir de la casa esta fuera de la discusion. Repaso mis cartas y me digo que mi unica opcion es volver al cuarto. Volver al cuarto y rezar porque no haya nada. 

Voy. Dejo la lata completamente vacia sobre la mesa. Como una señal, como un recuerdo de que estuve aqui este rato. Atravieso el pasillo lentamente, notando como se incrementa la oscuridad con cada paso que doy. Oigo una respiracion que es la mia propia, y me reprocho el hecho de tal vez estar camuflando alguna otra respiracion, algun otro sonido emitido por quien sabe que. Paso delante de la puerta cerrada del baño y me digo que no hay nada ahi. Abro la puerta y entro a mi cuarto o mas bien eso pensaba que haria pero me quedo congelado en el umbral de la puerta abierta. Estoy paralizado, una alarma muda grita en mi cabeza. Petrificado, rastrillo con la vista cada pulgada del cuarto. Sobre todo el rincon oscuro, que no se deja ver tras la impenetrable cortina de sombras. No puedo quedarme asi. Doy un paso y luego otro. Tecnicamente estoy adentro. ¿cierro o no cierro la puerta? Si cierro quedo encerrado, si no cierro, queda abierto para otros. Ya he llegado hasta aqui, algo me dice que no hay vuelta atras, asi que cierro. Silencio, vacio, oscuridad. ¿algo mas? espero ese pavoroso algo mas pero no pasa nada. Todavia con desconfianza, me acerco a la cama. Las sabanas ¿las habia dejado asi? ¿las habia movido tanto, tanto que casi tocan el suelo? Es cierto que suelo moverme mucho cuando duermo, y que esa noche habia sido mas inquieta que lo habitual, ¿pero habian quedado asi? Lo malo de vivir solo es que uno no tiene con quien comprobar estas cosas. Miro debajo de la cama y en el rincon sombrio. Miro la mesita de luz y el rincon sombrio. Se que esta ahi, en el rincon. Miro pero no veo nada, asi que me acuesto. Poco a poco, casi imperceptiblemente, me voy tapando, voy subiendo la sabana hasta encerrarme en ella como en un capullo, como una flor que florece en reversa. Florecer en reversa: Marchitarse, pienso como haciendo un crucigrama, y es lo ultimo que pienso antes de que me gane el sueño.

No me dura mucho, algo ha vuelto a despertarme. Un golpe. Siento el corazon que me galopa en el pecho. Un golpe, algo me ha dado un golpe. Me lo dio o me lo va a dar, lo se. Tengo que mirar el rincon sombrio... pero es muy tarde. Se que es muy tarde, que ya no esta en el rincon, que apenas levante la cabeza lo vere, que no llegare a encender de vuelta el velador. Me interceptara, me saltara encima apenas me mueva. Lo vere casi demasiado tarde. Siento su peso sobre la cama, su presencia mas opresiva que nunca reventando contra las paredes del cuarto. Su silencio es tan pesado que me revienta los timpanos. Quiero gritar pero no me sale. Solo puedo seguir asi, prolongando esto dentro de mi capullo de sabanas. Pero eso es paciente, sabe esperar. Ha estado esperando toda la noche, como un gato que juega con su presa. Siento que algo tira de las sabanas y sin querer abro los ojos, y ahi esta.


20 may 2025

La Solapa

Uh...uh...uh...
el canto de la paloma
anuncia que la solapa
viene bajando la loma
uh... uh... uh...
Toda vestida de blanco
se esconde en los matorrales
ganá la sombra ligera
en una de esas te sale.

Santos Tala


Cuando Martina no volvio a casa esa noche, Alejandra salio a buscarla. Fue e Hizo el camino desde la casa a la plaza donde supuestamente su hija le habia dicho, apenas hacia unas horas, ese mismo mediodia, que iba a ir a jugar con sus amigos. Llego a la plaza en cinco minutos, apenas algunas largas cuadras de tierra separaban la casa y la plaza. Con horror la encontro desierta. El propio horror la asusto. Estaba exagerando. Podia estar en la otra plazita, a veces iban de una a otra, pensaba mientras iba camino hacia alla y no habia tenido tiempo de tranquilizarse con esta idea cuando tambien la plazita estaba vacia. Sin Martina y sin ningun otro chico. Tenia sentido. Eran las nueve y media, casi las diez de la noche y todos los chicos del pueblo deberian estar en sus casas cenando con sus familias o a punto de. Volvio a su casa con la esperanza de encontrarla ya alli, riendose y comentando alguna diablura sobre como se habia escondido a proposito, sobre como la habia visto pasar ida y vuelta mientras se reia tapandose la boca. Las luces apagadas de la casa, la puerta cerrada tal como la habia dejado, le desvanecieron incluso esa esperanza.

Todavia tenia que revisar las casas de los demas chicos, pero la paranoia ya empezaba a ganarle. Habia algo en la soledad de la calle, algo en lo pesado del aire, que le traia oscuras premoniciones. ¿por que la habia dejado estar en la calle hasta tan tarde? ¿por que no la habia buscado antes? Pero no, se dijo mientras volvia a salir por la puerta, esta vez sin cerrarla. No, no habia que perder la cabeza. Era lo normal. Era verano y los dias eran larguisimos. Ya sin escuela, en ese periodo atemporal y extensissimo llamado "vacaciones" los chicos salian disparados despues de desayunar y volvian con los ultimos rayos de sol, algunos incluso despues. Y otros no volvian nunca mas, penso. Pero inmediatamente aparto con furia la idea. Tenia que dejarse de tonterias. 

Cuando llego a la casa de Esteban, la atendieron en la puerta. Alejandra se sorprendio de que Mariela, la madre de Esteban, no la invitara a pasar. Le dijo que Esteban ya se habia acostado. Alejandra le dijo sin rodeos que estaba buscando a Martina. Mariela dijo que la esperara, que si no se habia dormido  iba a ver si su hijo sabia algo. Lo dijo con desgano, casi por cortesia. ¿que iba a saber su nene de una nena que no esta, que no aparece? Volvio a los cinco minutos a decirle que no sabian nada, que cada uno habia vuelto de la plaza por su cuenta. Que Esteban se habia ido antes, y que por lo tanto siguiera buscando. 

Y en cada casa que fue le dijieron lo mismo o algo parecido: que no sabian, que Martina se habia quedado en la plaza hasta el final. Que cada chico se habia ido antes, y que entonces no sabian, no la podian ayudar. En ninguna casa habia estado mas de cinco minutos, en ninguna casa le habian ofrecido un vaso de agua, en ninguna casa la habian invitado a cruzar el umbral. 

Quizas fue por ese rechazo, por ese instintivo rechazo que habia sentido en sus vecinos que, cuando la vio a Emilia - la nena mas chica del grupo, de apenas 7 años, comiendo un helado sentada en la tranquera de su casa, empezo a correr y la agarro antes de que pudiera bajarse y entrar a la casa. Casi sin darse cuenta la atenazo por los hombros, ejerciendole inconcientemente una fuerza que le hizo a la pobre Emilia fruncir la boca en ese gesto tan caracteristico que precede al llanto.

- Calmate - dijo Alejandra mientras respiraba entrecortadamente, repentinamente presa de una furia que no sabia hacia quien dirigir. Ella tambien tenia que calmarse y pensar lo que iba a decir.

- Emilia - le dijo, mirandola a los ojos - Decime que le paso a Martu, decime que le paso. Porque algo paso y vos me vas a decir que, ¿no?-. Alejandra sabia que esa tactica funcionaba en los chicos. Cuando queria saber si Martina habia comido postre antes de cenar, nunca le preguntaba si habia comido o no, sino cuantas porciones. De alguna forma eso les facilitaba las cosas. Pero Emilia no decia nada.

- ¿Entonces? - Volvio a insistir - Emi, no me voy a enojar. Decime que paso. ¿donde esta Martina, fue a algun lado, la viste con alguien?

- Con una señora - dijo Emilia en un hilo de voz - Vino una señora y se la llevo. Una señora muy alta y con un vestido feo.- Alejandra sintio que los goznes que ataban al mundo a su velocidad habitual se habian roto de un estallido y que todas las cosas comenzaban a acelerarse, a girar vertiginosamente.

- ¿que vestido feo? ¿feo como?.- le insistio. Le costaba controlarse, estaba empezando a temblar. 

- Un vestido blanco lleno de tierra. Yo estaba con Esteban, el tambien la vio. Tenia un sombrero muy grande tambien, uno de... - Emilia no encontraba la palabra pero hizo un gesto ampliando los brazos. 

Quizo saber mas pero Emilia no sabia o no recordaba bien. Decia siempre lo mismo: una señora alta, muy alta, tan alta como alguien a caballo, con un vestido blanco muy sucio y un sombrero grande. Era una locura. No habia nadie asi en el pueblo. Nadie habia venido de afuera. No existian señoras de tres metros de altura. Volvio a la casa de Esteban pero no pudo conseguir mucho mas. El chico estaba dormido y no ya le habian dicho que no sabian nada. 

Unas horas mas tarde, los mismos chicos, acompañados de sus padres, serian llamados a declarar a la comisaria. Martina no habia vuelto a casa. No estaba ni en la plaza ni en la plazita ni en las cuadras aledañas, ni en las polvorientas carreteras, ni en las lomas circundantes, ni la habian visto en los campos. Ni gendarmeria habia visto ningun coche entrar o salir del pueblo durante la tarde del domingo. No estaba. Alejandra la habia buscado por todos lados, hasta el cansancio. Sentada en el banco de la sala de espera, si es que se podia llamar sala de espera a la sala de una comisaria de pueblo donde nunca nadie esperaba nada porque nunca nada pasaba, esperaba a que llegara el primer par de padres. Los habia citado a todos, a todos y a cada uno. Por primera vez se alegro de que su marido hubiera sido policia. De otra forma, penso, jamas la habrian tomado en serio al mencionar a la señora de vestido blanco. Sin embargo, tuvo que soportar todas las preguntas tontas de rutina. No, no estaba jugando en la calle. No, no estaba con una tia o con un hermano que no tenia. No, como se iba a escapar sola si tenia nueve años, casi diez ¿adonde carajos se iba a escapar? Los padres Emilia llegaron primeros. Analia, la madre, amago un intento de saludo pero un tiron casi imperceptible por parte del marido dejo el saludo en eso, en un amague. Pasaron de largo y se encararon directamente con el oficial tras el mostrador. Tras intercambiar unas palabras que basicamente explicaban o mas bien no explicaban la desaparicion de Martina, los hicieron pasar a un cuartito al fondo del pasillo. Ahora le van a tomar declaracion a Emi, penso Alejandra. Ahora va a contar lo de la señora de sombrero... y ella misma, cansadisima, realizo el mismo gesto con los brazos, el mismo que le habia visto hacer a Emilia. El sombrero y el vestido, y se la habia llevado. ¿a los gritos? ¿con una mordaza? ¿en una camioneta? ¿como carajos se la habia llevado esa gigante en vestido de novia? O por ahi no iba a declarar nada. Iba a decir que no sabia, se iba a poner a llorar y ahi se acabaria la cosa. Alejandra intento adivinar si habia sido una cosa o la otra cuando media hora mas tarde volvieron a pasar, Emi a upa de Analia y Analia escudada por la cintura por su marido. No pudo sacar nada en limpio. No le dirigieron ni una mirada. 

Mientras salian se cruzaron con Jazmin, la madre de Rosalia. Sola, sin marido. Igual que ella. La saludo y hubo algo de compasion en la mirada. Algo como "tranquila, ya va a aparecer" o quizas "son cosas que pasan". Una repeticion de lo anterior. Breve charla con el oficial de guardia y al cuartito del fondo. ¿cosas que pasan? No, esas cosas no pasaban, no podian estar pasando. Pero pasaban, estaban pasando. Tenia que dejar la negacion. A veces pasaban cosas que no pasaban siempre, cosas que no debian pasar nunca pero pasaban de todos modos. Recordo que cuando ella recien comenzaba a salir con Matias... ¿no habia tambien desaparecido un chico? Creyo recordar que si, pero habia sido hace tanto tiempo... y cuando era chica... ¿no habia tambien desaparecido un compañerito de la escuela? ¿o se habia mudado?

No Salgas a la siesta que te va a llevar la solapa.  La frase armada le sono en la cabeza con la inconfundible voz de su propia madre. El tono exacto admonicion, mezcla de chiste y amenaza, propia de un tiempo en que la siesta era algo sagrado que habia que respetar. (los padres de otra nena que no recordaba como se llamaba pero que la madre atendia en la merceria y el padre era un borracho entraron saludaron y pasaron al cuartito) ¿por que habia recordado a su madre justo en ese momento? ¿y por que esa admonicion estupida? Cuentos de pueblo, supersticiones que volvian. Tonterias como la llorona y la luz mala, explicaciones para lo inexplicable, malas explicaciones pero tambien buenas, tambien buenas porque echarle la culpa al duende de la siesta te salvaba de dar explicaciones cuando tu nena de 14 años desaparecia por dos dias y volvia al tercero haciendose o siendo una estupida y seis meses despues una barriga inexplicable, inexplicable porque la nena no tenia novio nunca habia tenido y entonces el duende de la siesta, la luz mala, mandinga o la solapa. Lo que habia detras era mucho mas horrible. No queria ni pensar lo que habia detras de los cuentos. Algo muchisimo peor, algo que no queria imaginar pero la imaginacion se le iba por todos los rincones, repasaba cada calle, peinaba cada esquina, cada arbol, cada pulgada cuadrada de tierra polvorienta, requisaba piedra sobre piedra cada puta casa de ese pueblo de mierda, de esa provincia de porqueria, de ese mundo asqueroso hasta encontrar a su hija, hasta encontrarla aunque tuviera que prender fuego todo lo demas. Los padres de Esteban habian llegado o mas bien se estaban Yendo. Esteban, Rosita, Elias, Mateo, Maira. Todos los nenes pero sobre todo las nenas empezaban a tener una misma cara. Una cara que era la ausencia de la cara que buscaba. 

El algun momento de la mañana alguien le acerco un cafe. Le dio dos sorbitos y lo apoyo en el piso. Se paro, camino unos pasos y volvio a sentarse. Como una automata, penso. Hecha de automatismos inutiles, penso. Automatismos, hacer cafe. Hacer la cama, apagar la tele que Martina dejo como siempre encendida. Todas conductas inservibles para situaciones asi. Se le acerco un oficial para decirle que ya habian declarado todos las familias correspondientes a los chicos que habian andado esa tarde por la plaza, y algunos que no habian andado tambien. Se habia corrido la voz. Varios padres de esos chicos que no habian estado se habian acercado a saludarla, habian intentado charlar con ella, aportar hipotesis o tranquilizadoras posibilidades. ¿lo habian hecho? eso queria creer. Su cabeza habia estado patrullando el pueblo toda la noche. No podia dejar de hacerlo. No podia pensar en otra cosa. No podia parar.

- Ya tomamos todas las declaraciones -. Volvio a decir el oficial. - Puede irse a su casa señora, aca no queda nada por hacer.- ¿nada por hacer? Alejandra lo miro confundida. Quiso gritarle que estaba todo por hacer, que si podia estar ahi alcanzando un cafe tambien podia estar buscando a su hija, pero se contuvo. Sabia que ya hecha la denuncia ahora tenia que dejar que los policias hagan lo suyo. Que no era mucho, por cierto. Que comparado con lo que ella necesitaba, no era nada. Si, estaba hecha la denuncia. ¿eso le servia de algo? Si, en ese momento o dentro de diez minutos o hace media hora alguien habria hecho una llamada o un par de clics y se habrian activado los protocolos de actuacion para niños desaparecidos del Ministerio Nacional. Si, se habria dado aviso a todos los organismos Pertinentes, Policia de Caminos, Gendarmeria, Prefectura, Policia provincial, Migraciones, Interpol, el putisimo FBI quizas y tambien por que no a los Avengers o a algun grupo de superheroes que de todos modos no hacian casi nunca un carajo cada uno por separado y todos juntos porque ¿cuantos nenes volvian a aparecer? Alejandra se levanto y comenzo el automatismo de volver a su casa. 

¿cuantos chicos volvian a aparecer? No tenia ese dato, nunca le habia interesado. ¿realmente habia desaparecido esa nena cuando ella era adolescente? ¿realmente se habia mudado su compañerito de primaria? Algo borroso le impedia recordarlo. En otro momento tal despiste la hubiera extrañado pero ahora una niebla le borroneaba absolutamente todo lo que no fuera lo inmediato y la atencion solo se fijaba en su celular y en el telefono de linea, a la espera de noticias que no queria pensar pero pensaba no llegarian ese dia. ¿que hacer, que hacer? ¿salir a pegar carteles? No tenia sentido. Mas bien era una estupidez. Todas las familias conocian a Martina y en el pueblo no habia mas que familias. Y si lo viera alguien sospechoso, seria justamente el que no acudiria. ¿Que haria, que haria de ahi en adelante? ¿que haria con todo el tiempo que ya se le venia encima? ¿mañana, pasado mañana, el resto de su vida? En algun momento se quedo dormida. Soño que se hundia en un pantano. Pataleaba y manoteaba intentando aferrarse a algo: una liana, una raiz. Algo. La respuesta le vino con el grito que ahogo cuando se desperto. De un salto se puso de pie y corrio escaleras arriba. Sin ver nada comenzo a abrir cajones. Uno y luego otro, tirando todo por el piso hasta encontrar lo que buscaba. Y lo que buscaba era una llave. Una llave que su marido solia tener y que era muy probable siguiera en alguno de los cajones que antes eran de el. Y efectivamente la llave de repuesto para la entrada trasera de la comisaria, entrada que se usaba para los dias francos o para cuando alguien se olvidaba algo, o para ciertos encuentros que su marido le contaba tenian oficales que estaban solteros y con mucho tiempo en comun para matar. Miro su reloj y constato que eran las dos de la mañana. Habia dormido un buen trecho. No sabia si por los nervios o como una prevision de su cuerpo. No sabia cuando seria la proxima vez que podria volver a dormir. Se cambio la remera lila que habia llevado los ultimos dos dias por una gris mas discreta y salio hacia la comisaria.

La calle que daba a la parte trasera de la comisaria (Que ocupaba media manzana o poco menos) estaba cobijada por una serie de alamos que daban sombra y que los oficiales aprovechaban para estacionar sus coches. A la sombra de estos arboles Alejandra avanzo pegada a la pared. No le importaba si la atrapaban intentando entrar. Podia decir que se olvido algo, y no estaria mintiendo. Podia decir no decir nada y empezar a gritar, a simular o realmente a sufrir una crisis nerviosa para lo cual no le faltaba mucho, quizas nada. No habia muchos policias en el pueblo, y en esa epoca varios se trasladaban por el verano a los partidos de la costa para hacer horas extras en algun sitio donde realmente los necesitaran, aunque no fuese mas que para cuidar que los adolescentes no se mataran entre si a la salida de los boliches. La noche anterior los habia tenido ocupados a todos y no seria raro que no hubiese nadie, quizas solo un desdichado oficial de guardia que sin dudas estaria durmiendo y, de estarlo, estaria haciendolo en el baño o en la mera recepcion, total cualquiera que llegara entenderia y lo despertaria sin problemas. Asi era el pueblo, penso, mientras comprobo que en todos esos años nadie se habia molestado en cambiar la cerradura, que abrio sin hacer ruido. Tampoco habia cambiado la disposicion de los cuartos. Si habia cambiado, noto algo preocupada, la tecnologia. La vieja maquina de escribir en la cual habia prestado declaracion la unica vez que habia entrado a la comisaria hacia mas de veinte años habia sido reemplazada por una computadora. Le parecio increible que la clave para loguearse estuviera pegada en una etiqueta en la base del equipo. La rotacion, penso. La rotacion y el pueblo, mala combinacion o mas bien buena combinacion, ahora solo habia que buscar las declaraciones. Necesitaba saber. Saber algo. Lo que fuera que hubieran contado Emilia y el resto de los chicos. Esteban, cualquiera de ellos, o sus padres. Le llevo un rato, pero no demasiado, encontrar los archivos que buscaba. ¿estarian ya rastrillando la zona los gendarmes? ¿estaria alguien revisando camaras de seguridad? ¿entrevistando posibles testigos? ¿habria alguien trabajando como trabajaba ella a esas horas de la noche?

Se freno a mitad de declaracion. Algo debia de estar mal. Pero no. Es decir, si y no. La declaracion de Rosita era la declaracion de Rosita y no otra cosa, pero ahi decia que a Martina se la habia llevado al vuelo un pajaro enorme, un halcon o un aguilucho dijo esa nena que tantas veces habia tomado la chocolatada en su cocina. No podia ser que mintiera, pero tampoco podia ser que dijiera la verdad.

¿Y Elias? Al parecer, el sospechoso era un viejo achacoso, barbudo, vestido de puro andrajo, con una bolsa de ropavejero. Habia metido a Martina dentro de la bolsa y todos habian salido corriendo. ¿habia mencionado algo Rosita de que salieron corriendo? No. Pero tampoco lo negaba. ¿Y Emilia? Se la habia llevado una señora alta muy alta, la habia cargado sobre los hombros y habia pegado dos saltos hasta desaparecer en en los campos. 

El resto dijo no haber visto nada, o al menos la mayoria. Maira dijo - pero Maira tenia 14 para quince y quien dice que no estaba inventando - que ella habia visto un duende de piel amarilla, de un color intenso como el bronce, ese que le decian que andaba buscando nenes a la hora de la siesta.

¿la hora de la siesta? No salgas a la hora de la siesta. Nuevamente la voz de su madre. ¿por que, por que no iba a salir? Intento recordarlo. Porque te lleva la solapa. La solapa, la pesadilla de la siesta. ¿como era? ¿se la habia descrito su madre? No tenia la menor idea. Era una estupidez. Esteban, Rosita, Elias, Mateo, Maira. Cada uno habia dicho cualquier cosa. No tenia sentido. No tenia sentido, si, pero algo se habia llevado a Martina despues de la hora de la siesta. Tras los pasos de un duende, o en las garras de un ave de rapiña, o en los brazos de una monstruosa novia gigante, o bajo el vestido negro de un cadaver, o dentro de la bolsa del ropavejero o en una bolsa de consorcio o ya hundida en una zanja con una mano apenas sobresaliendo fuera del nivel del agua o amordazada en el baul de un auto que a esas alturas podia estar en Cordoba en Buenos Aires en Chile en China en Jupiter o estacionado a dos cuadras de ahi mismo, muy cerca de un sotano donde... - tenia que parar de pensar asi, pero ya era demasiado tarde - o en un pozo, enterrada entre todos los chicos tras un accidente, o tal vez algo mas que un accidente, algo que hubieran confesado solo a sus padres, padres antes tan solicitos y amables pero ahora esquivos, o entre los matorrales adonde habia sido arrastrada por algo que ahora le parecia escuchar en el silencio de la noche, algo que cantaba como un pajaro, que arrullaba como una paloma, que parecia burlarse de ella y de su proxima locura. Alejandra odio aquel canto pero deseo que continuase, que aquel susurro dentro o fuera de su cabeza durase todo lo posible, que no la dejase de vuelta sola con sus pensamientos, con sus ideas, con las imagenes que ya se le venian encima para ya no volver a dejarla nunca. 


18 may 2025

La Perorata

Mientas Maria barria cansinamente Don Ernestro leia las noticias sentado en su poltrona. Antes de hablar, bajo los pies de la tarima que usaba para estirar las piernas.

- Maria ¿se considera usted buena?- le pregunto. Ella, siempre pragmatica, se detuvo para pensar antes de contestar. Era una costumbre que tenia desde chica, desde que iba al colegio: Pensar antes de hablar. Siempre pensaba antes de laevantar la mano para dar una respuesta, cuando el profesor le hacia, como ahora le hacia Don Ernesto, una pregunta. Llevaba tantos años acostumbrada a esta mecanica que su pausa para responder fue leve, tan leve que el movimiento de detenerse en su barrer se asemejo a una pausa ritmica en un vals, en esa especie de vals que  realizaba con la escoba por la sala.
- ¿Buena para que? -Quizo Saber ella. En efecto ¿buena para que? Maria, en su sabiduria o en su simnpleza, adoptaba sin saberlo una posicion utiliarista. Su tono era el mismo que Pilatos uso para responderle a jesus cuando afirmo ser la verdad.
¿Buena en que? ¿buena barriendo? ¿ buena cocinando? ¿buena jugando a las cartas? ¿buena eligiendo ropa? ¿buena en las matematicas? ¿buena con sus hijos? ¿con su marido? ¿buena en la cama? ¿buena alumna? ¿buena maestra?
¿BUENA PARA QUE?, estuvo a punto de repetir - pero no lo hizo, sino que continuo moviendo displicentemente la escoba.
Don Ernesto volvio a subir los pies a la tarima antes de responder.
- No buena para algo, sino buena. Simplemente buena.
- ¿Usted dice buena persona? Mire que preguntar esas cosas. Claro que soy buena persona, le dijo un poco ofendida. Mire que preguntar esas cosas, se repitio para si misma.
Don Ernesto penso que las acciones sin un sentido superior, sin un fin que las unificara y embelleciera no lo llevaba a uno a ningun lado, y asi se lo hizo saber a Maria con una frase que indicaba esto mismo.
- Si? Yo pienso que es precisamente el sentido sin practica lo que justamente no sirve para nada. Vease usted, sentado ahi, quizas con mucho sentido, pero sin moverse, salvo claro para subir y bajar los pies de la tarima. Yo, en cambio, quiizas sin un sentido demasiado complicado, me muevo constantemente. Eso que llama despectivamentge usted llama utilidad yo lo veo como un sentido que esta al alcance de la mano, al alcance de cualquiera. Adonque quiera que una vaya llega caminando. Solo pensando... bueno, ahi esta usted.
- Maria, sin dudas es usted filosofa. Don Ernesto eligio no reprimir la primera sonrisa honesta de aquel dia.
- ¿Filosofa? Eso no se ni lo que es. En todo caso, eso lo sera usted - le dijo con el tono de quien devuelve un insulto, medio en broma , medio en serio. Y con orgullo agrego, barriendo un poco mas fuerte - Yo soy empleada domestica.
- Si usted supiera, Maria - Ernesto empleaba ahora el tono paternal profesoral, una mezcla de afecto por su alumna y de orgullo del maestro - que los filosofos, los verdaderos filosofos, digo, tampoco sabian que diantres era la filosofia. La practicaban sin saberlo, casi como los cavernicolas practicaban el sexo
o nuestros hijos hoy juegan sus juegos sin tomar mucha conciencia de la diferencia entre juego y realidad. Jamas se les hubiera ocurrido llamarse a si mismo filosofos o separarse del resto de los hombres.  Pero bueno, no me ponga esa cara. Lo importante es que si usted no sabe que es la filosofia pero aun asi tiene tan buenas respuestas para la cuestion, entonces esta usted al nivel de una Diotima.
Don Ernesto dijo esto ultimo con la intencion de enojar un poquito mas a Maria. Viudo como estaba desde hacia casi una decada, sus rencillas con Maria eran de alguna forma el reemplazo de las aquellas otras que tenia en su epoca de casado. Pero Maria no contestaba, sino que seguia barriendo en silencio.
- Diotima es la mujer de Socrates - Mintio el. Sabia que la mencion de un marido era un anzuelo poderoso. Don Ernesto uso tiempo presente, apostando a que Maria no supiera absolutamente nada del Pensador Ateniense.
-  Y yo soy la mujer de Hernandez - respondio sin dejar de mover la escoba y mientras pasaba a la habitacion de al lado. A Don Ernesto la respuesta lo desilusiono un poco. Era una respuesta cerrada, que sonaba mas bien al clic que hacen los cerrojos cuando se les da la ultima vuelta de llave.
Era una respuesta dificil. Decidio entonces volver al principio.
- Al final no me dijo si es buena, Maria.
- Claro que soy buena persona, me lo dice mucha gente - dijo ella.
- Yo no le dije buena pesona, yo le dije buena.
- Las cosas o las personas son buenas o malas para algo, no buenas o malas - le respondio ella, con el tono que usaria para cortarle el rollo a un nene mitomano.
- Para saber si uno es bueno, primero tiene que saber lo que es el bien - Don Ernesto estaba listo para soltar una de sus inacabables peroratas filosoficas - Lo bueno es lo que nos hace felices, ¿no? Asi que podriamos decir que uno es bueno si busca ser feliz.
- Mas bien querra decir que uno es bueno si es feliz - le corrigio ella, acentuando fuertemente el "es" mientras daba un escobazo particularmente fuerte.
- No, no quise decir eso, sino que quise decir que busca serlo. Vealo de esta forma: La felicidad es un estado. Eso es algo que hay que comprender, que hay que aceptar. Yo lo comprendi de muy joven, intelectualmente hablando. Pero comprender algo es internalizarlo, hacerlo parte de uno mismo, vivirlo, y entonces le dire que es algo que comprendi hace muy poco, que me llevo comprender casi 40 años; Y viendola a usted tan trabajadora, tan aplicada, queria pagarle ademas de con su sueldo, con esta verdad tan interesante.
- Si quiere pagarme mas, pagueme mas - Le espeto ella socarronamente.
- Muy bien, Maria, muy bien. Veo que no ceja en su pragmatismo. Podria aumentarle el sueldo, pero eso no la haria necesariamente mas feliz.
- Sin duda que me haria mas feliz.
- Lo dudo. ¿como va a ser mas feliz, si no sabe lo que es la felicidad? - continuaba la perorata - Para ser bueno hay que buscar la felicidad, y para buscar la felicidad, precisamente no hay que ser feliz, porque nadie va a buscar aquello que ya tiene. Por ejemplo, yo no le buscaria charla si tuviera todavia a mi difunta Maria, ¿o acaso se cree que usted, la otra maria, esta aqui por una mera coincidencia? Hay un sentido incluso detras de las coincidencias. Si uno busca la felicidad, es porque esta triste. Entonces uno entiende que la tristeza, la felicidad y todas las otras formas en las que uno se siente a lo largo de la vida son sencillamente estados, formas pasajeras del alma y del cuerpo, y que precisamente la principal causa del mal, que es el contrario del bien, para que lo sepa, es precisamente no aceptar esto ultimo: que la felicidad es pasajera.
- En resumen, que ser bueno es ser un infeliz - se burlo ella. 
- Bueno, si y no. Yo le diria que un infeliz asegurado es precisamente aquel que busca ser feliz de una manera constante e ininiterrumpida.
- ¿Pero no es lo que todos buscamos? ¿no es lo que usted busca con esta charla, ser feliz?
- Feliz, si. Pero por el momento, Maria, por el momento. Yo quiero ser feliz ahora precisamente porque se que ahora, en unos minutos, cuando usted guarde sus cosas, se ponga su abrigo y se vaya a su casa, con su marido y sus hijos, y  yo me quede aqui con mis libros y nada mas, estare triste.
Si yo quisiera realmentre ser feliz permanentemente, si quisiera poseer la felicidad como quien posee dolares en la cuenta bancaria, entonces... entonces ahora mismo estaria amargado y no contento como estoy. Amargado por pensar en el futuro, ¿me entiende? Asi que, dado que las cosas son como son, ¿para que amargarse? No hace falta que me conteste, solo asienta con la cabeza o mas bien hare de cuenta que asiente, eso me permite a mi seguir hablando y pretendiendo que usted me escucha,  y a usted le permite seguir tranquila con sus cosas, siguiendome el juego pero sin tener que seguirme el hilo, ¿entiende? es ganar ganar. No deje de barrer ni abra asi los ojos, Maria,  que no puedo verla pero puedo imaginarla poniendo cara de situacion.
Pienselo. Es imposible. Se lo aseguro. Para empezar, mientras mas cosas tiene uno en la boveda de la felicidad, mas se preocupa. El rico nunca puede dormir tranquilo. Por eso, veami a mi lo bien que duermo. Mi jubilacion se va casi al instante, y precisamente por eso es que no tengo preocupaciones.
Para no tener preocupaciones hay que aceptar que la felicidad, al igual que la plata, Maria querida, va y viene. Y hay que aprender a vivir con esto: no se puede y por lo tanto no se debe querer ser feliz todo el tiempo. A veces uno esta contento, otras triste, otras enojado, otras amargado, y otras uno simplemente es una ensalada, una mixtura que no tiene ni idea. La felicidad sin mezclas, no adulterada, en estado puro, por asi decirlo, dura solo un instante. Es una Rara Avis. Usted sabe, es como el rayo de sol que entra por la ventana, como una bonita cancion que dura lo justo, como lo que dura la sensacion del primer bocado de algo que esta buenisimo, como la belleza que nos regala un perfil hasta que se mueve
y se rompe la ilusion optica. O a lo mejor dura dias, no lo se, la alegria de Racing Campeon, unas vacaciones en la playa, esa semana que el hijo o el amigo viene de visitas. Para los mas afortunados puede durar unas semanas, una temporada, pero no mas. Luego se corta la racha. Puede ser por cualquier cosa: desde una gripe a un cancer pancreatico, un disgusto con el vecino, un caño de agua que se rompe y le inunda a uno la casa, un libro que no podemos encontrar, un dinero con el que no contamos. Quien sabe.
Nada hay mas fragil que la propia felicidad. ¿sabe algo curioso Maria? muchas veces la felcidad se sabotea a si misma. La paranoia del campeon. De tanto ser feliz uno se hace conciente de que lo es, y entonces busca, como ya le dije, asegurarse ese estado. Uno esta, digamos, en un noviazgo perfecto e idilico y entonces ¡zas!, le pide casamiento. Ya esta, lo ha arruinado todo. ¿que necesidad habia de agregarle algo? Equipo que gana no se toca, Maria. Equipo que gana no se toca. Uno se casa y lo arruina todo. Por querer asegurar la partida la termina perdiendo. La felicidad no es segura. Se lo repito: Es una rara avis. Querer asegurarla la destruye.
Por eso la felicidad verdadera es mas bien buscar la felicidad, una disposicion constante de buscarla, sabiendo que habra momentos de coincidencia, Maria, momentos de coincidencia como este que tenemos ahora usted y yo y que esta condenado a terminar, al menos para mi; ¿O acaso no la escucho ya dejar la escoba? ¿o acaso ahora mismo no se esta sacando los guantes, no se esta desabrochando del delantal? Si, la oigo claramente. Siempre tuve buen oido. Y aun asi continúo hablandole ¿sabe por que? precisamente porque no me escucha,precisamente porque sigo buscando. Seguro ahora esta en el baño lavandose las manos, atandose el pelo o buscando algo en su cartera. ¿mandando un mensaje avisando que ya sale? ¿preguntando si compra algo en el super de camino a casa? No hace falta que me conteste, siga, siga con sus cosas. Mientras se pone ese abrigo tan lindo que tiene y que tan bien le queda, dejeme por favor redondear la idea.
Usted es buena si busca ser feliz, y busca ser feliz si busca momentos como este, y sobre todo, y esto es lo importante, si en su busqueda acepta no solo lo que desea encontrar sino tambien todo lo demas. Porque buscar es cosa de no encontrar setenta veces siete y de encontrar una vez cada tanto, cada muerte de obispo, por decirlo asi. Casi toda la busqueda se compone de un constente no encontrar, de una prolongada ausencia. Para llegar a ser feliz hay que estar dispuesto a atravesar dias y dias, meses, de no encontrarla. Un poco como el artista que para llegar a la Gioconda o al David se pasa años enteros realizando mamarrachos destinados al olvido... pero... ¡bueno, veo que se va!. ¿la veo la proxima semana? Hasta la proxima, Maria, saludos a su familia.
- Hasta la semana que viene, Don Ernesto - dijo ella devolviendole el saludo. Luiego abrio la puerta y salio.