8 dic 2020

No me canse de jugar. Punto. La hoja contiene solamente aquella frase. ¿deberia continuar? Todo, absolutamente todo lo que quiero decir esta noche esta maravillosa y milagrosamente contenido dentro de esta frase. Estoy yo, estas vos, estan todos los sitios y las personas que pasaron por ellos. Y todas esas cosas de las que naturalmente no guardamos ningun recuerdo en absoluto. Cosas que son como fragmentos de hilo en los bolsillos, como cenizas abajo de la mesa. Todas aquellas cosas que se acumulan en los rincones oscuros, poco explorados, dificiles de accesar. 

Mantengo la punta de la pluma sobre el punto de la oracion. Posible punto final. Soy nervioso, lo se. La punta de la pluma tiembla. Los espacios vacios de la hoja presionan como una muchedumbre; Todo el espacio se agita como una turba. La presion que mi mano aplica sobre la pluma va volviendo al punto mas y mas oscuro, furiosamente negro tinta, cada vez con mas contraste, cada vez mas recalcitrante. Comprendo que no puedo seguir asi, que pronto la tinta disolvera - sin piedad, la tinta nunca la tuvo - la blanca celulosa y entonces habre hecho un imperdonable agujero en la hoja. 

No quiero atravesar la pagina. Me rehuso a apuñalarla. ¿que puedo hacer, sin embargo? Tampoco quiero destruir la perfeccion de la primera frase que sola, unica, sostiene todo el significado como si fuese Atlas.  

Cedo. Con una mueca horrenda escribo: No me canse del mar.

Tiempo perdido. ahora las frases van a salir una atras de otra.

No me canse de la noche. Tan amplia, tan amplia. Un espacio que se extiende. Sin paredes, sin geografia exactamente delimitada. Una cascada. ¿como cansarse?  Una playa sin orillas. Sonido por todas partes. Camino, camino, sigo caminando. 

Llego. Generalmente tarde, pero llego. Me gusta que todo este en silencio. Me gusta llegar ver mis cosas. Mis juguetes, por decirlo asi. 

¿de donde vino eso? Lo del mar y lo de la noche estaba muy bien. En cierto modo era todavia verdadero. Emanaciones correctas de la primera frase. Plotino mismo no tendria nada que objetarle. Lo demas son intentos vagos. Malas descripciones del espacio vacio que rodea a las primeras tres frases que - ahora que las veo bien - tranquilamente podrian empezar y terminar un poema. Y seria uno bastante aceptable. Deberia borrar todo lo que sigue. ¿deberia? 

Me preocupa sobre todo lo de los juguetes. Los espacios vacios no aportan nada pero tampoco molestan. Pueden soportarse. ¿que aportaba la molesta niebla de "el examen"? Absolutamente nada. Todo podria haber transcurrido sin ella pero, mas importante, todo transcurre con ella. Es decir, que no impide que pase nada de lo que debia pasar. El parrafo - todavia no terminado - de los juguetes me parece artificial, inutil, absolutamente no requerido por nadie. 

¿de donde salio eso de los juguetes? Detras de la oracion hay un frasasaseo inconciente, una cadena de palabras que tiene el deseo de ser razonamiento sin llegar a serlo. El razonamiento de fondo seria que la vida es pasar de un juguete a otro, de una jugueteria a la otra porque, despues de todo, ¿hacemos otra cosa que jugar? Nuestros chiches nos rodean a diestra y siniestra. Chiches animados y no tan animados. Todo chiche. Chiche el auto, Chiche la casa, Chiche el proyecto o el informe o el reporte o las cosas del ropero. 

Despues de esta parrafada inmunda levanto la cabeza y veo a mi gato recostado en el marco de la ventana. Me gustaria escribir algo sobre el. Es por lejos el juguete mas hermoso que tengo. Es completamente negro y, recostado como esta, resulta practicamente invisible. La noche esta justo al filo de la ventana. A nada de tragarselo por completo. Lo haria si no fuese por el mosquitero y por la bombita electrica del cuarto, que mantiene - si bien que a duras penas - a raya a la oscuridad. 

Deberia parar. El texto - el intento de texto - esta completamente arruinado. Ya no tiene caso arreglar lo de los juguetes, o pretender que la parrafada vuelva a su estado de brillante aforismo o de gracil poema, de haiku adolescente. Texto corto... reflexion... alguna especie de prosa rara... que se yo... tendria sentido si estuviese en la contratapa de algun cuaderno viejo. Una nota al pie, o un capitulo prescindible de Rayuela. Una Coda. ¿podria acaso guardarlo para coda de algun texto futuro? Podria. Siempre y cuando no escriba nada mas, siempre y cuando no continue agregando palabras, siempre y cuando detenga a tiempo la metastasis literaria, la incesante produccion de petroleo en forma de oraciones y signos de puntuacion. 

Y... no obstante, siento que el texto necesita un cierre. No puedo dejarlo asi. Paso mi mirada por los siete renglones (bastante mal aprovechados, podria haberlo escrito en tres) y siento que, efectivamente, debo decir algo mas. Pero no quiero decir nada. Recurro entonces, harto, al viejo recurso de la circularidad. Escribo de vuelta:

No me canse de jugar.

Y punto final. 

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