15 feb 2021

 Estaba en la parada del 34 waiting the bondi. Con el barbijo puesto y la mirada perdida en algun punto del suelo. Mi cerebro divagaba en el analisis que Hume hace del criterio racional para evaluar un milagro: la negacion del hecho debe ser mas milagrosa que el milagro mismo.

En eso siento una mano en el hombro. Una mano pequeña, que mi cerebro intuye tiene que pertenecer a una criatura. La mano me da dos o tres toquecitos, gesto universal de llamado de atencion.
Me giro y levanto la vista. Espero ver un nene o una nena, pero mi cerebro inmediatamente ajusta y calibra, y lo que tengo delante es una anciana.
Es bajita, no debe medir mas de uno cincuenta. Da la impresion de haberse encogido, de ser una version mas pequeña de si misma, una version concentrada, depurada, que a lo largo de su vida fue perdiendo sutilezas y vanidades. El eslabon interior de una muñeca rusa. Tiene ojos saltones y pequeños, que de algun modo me recuerdan a los las ardillas o a cualquier roedor pequeño y curioso. Las pupilas son muy oscuras. Me recuerda un poco a mi propia abuela. La expresion es leprechaunesca, y diria burlona, pero para esto seria necesario verle la boca y la anciana lleva barbijo.
¿que quiere? ¿dice algo? Creo notar que habla, pero o habla muy bajo o habla un lenguaje diferente. Su brazo apunta al cielo, en cierta direccion. Miro y comprendo. Comprendo inmediatamente.
¡el arcoiris, el arcoiris!
Eso es lo que murmura, eso queria comunicar la emocion que veo en sus ojos de ardilla. Muevo la cabeza, devuelvo la mirada. Gesto x gesto. Que comprenda que comprendo. Le digo alguna estupidez, como "no se ven muy seguido", cuando en realidad lo que quiero decirle es gracias. Gracias, porque no cualquiera comparte un arcoiris. No cualquier ser humano siente esa necesidad, tan natural para mi, de no poder pasar la felicidad a solas, de tener que transmitirla de algun modo.
Solo soy feliz, pero con el otro soy completamente feliz. La anciana lo entiende tan bien en su gesto como Aristoteles en su politica.
Balbuceamos alguna otra cosa, yo en español porteño y la muñeca en su ruso natal. Entendimiento mas alla del lenguaje tipico del momento complice.
Cuando subimos al 34 al menos le dejo el asiento. Cierto: en comparacion con un arcoiris un asiento no es nada.
Reflexion de san valentin que se escribe sola. Elija su metafora favorita: el amor es como la lluvia en febrero, el amor es como un arcoiris en un cielo tormentoso, el amor es querer compartir lo bueno con el otro. Porque si. A lo fito en dar es dar.
Pero sobre todo el amor es amor a la vida, es capacidad de maravillarse como un chico a los 70 años. 
Ver menos
Editar
Joaquin Armental, Ana Chazarreta y 2 personas más
1 vez compartido
Me gusta
Comentar
Compartir

Comentarios

No hay comentarios.: