Disfacialidad

 Una cara linda es una cara expresiva. Hay caras que son muy simetricas y espejadas pero que parecen haber venido con un defecto de fabrica. Vienen descompuestas, como si tuvieran un fatal defecto de fabrica que no les permite traducir bien los impulsos que vienen desde lo que algunos juran que es el alma y otros perjuran que es el sistema nervioso. La cara es un vehiculo que sirve para llevarle las emociones al otro. Una cara muerta nunca es linda. Hay caras muy atractivas que son atractivas precisamente porque evocan la muerte - ¿acaso Rimbaud no le compuso un poema al cadaver de una judia?. Caras que miramos como miramos al vacio, con un romanticismo suicida.

Por eso todo organo de la cara es doble, capta a la vez que transmite, y por eso los ojos, que son los que visiblemente mas permiten diferenciar algo vivo de algo muerto, han recibido desde siempre tanto epiteto en todo poemario y cancionero que se precie, desde los boleros de luis miguel hasta el cantar de los cantares, tus ojos esto o aquello bla bla bla los ojos de mi amada.
Una cara fea es siempre mas enigmatica que una cara linda, porque mientras que la linda es siempre clara a la hora de expresar lo que siente, la cara fea, es decir, la cara disfuncional, siempre nos deja una duda, es como un telefono descompuesto: el mensaje original queda siempre puesto en duda. Creo que tener una cara sospechosa es algo tragico. Algo similar a la maldicion que Apolo le echa a Cassandra: saber el futuro pero que nadie le crea. Sentir algo pero que nadie se fie realmente por no saber reproducirlo. Dicen que no sentir amor es tragico, pero imaginen sentirlo y que cuando intentamos expresarlo en una mirada nuestr@ amad@ nos pregunte si nos duele la panza o si nos olvidamos algo en casa. Seria Tragicomico. Me ha pasado muchas veces. Que me digan "¿por que me miras asi?" ¿que podria decirles? ¿que igual que a cassandra, una deidad vengativa me maldijo con esta cara? Una cosa es ser faceticamente disfuncional y otra es ademas ser un pelotudo. Lo mejor que uno puede hacer es vigilar constantemente, cual peter pan vigilaba su sombra, la cara propia y tambien las ajenas. La propia para que no se nos escape, por omision, ninguna nota de la sinfonia emotiva. Jeremy Bentaham sabe que la vigilancia es fundamental para el buen comportamiento y esto no excluye a las caras; Y las ajenas para aprender de ellas. Hay caras que son hermosas precisamente porque ejecutan muy bien. Musculan con maestria cada emocion que les aflora. Caras que son como los dedos de las bailarinas de ballet: fuertes y graciles al mismo tiempo. Caras con muchisima tonalidad, con muchisimo registro, que abarcan todo el espectro, musculo a musculo uno puede ver emanar tanto la mas verde y nefasta envidia como sorprenderse con una expresion de la mas blanca y purisima inocencia. Caras asi uno no se cansa de mirarlas nunca, porque las emociones son muy variadas y ninguna situacion es memorable si no hay una o varias caras que transmitan la emocion que se vive. Vean por ejemplo fotos de la gente que miraba desde la tribuna el tanto final de Jordan contra los Utah Jazz, o la gente que se ve de fondo en una boda, o fotos de gente durante una guerra o un bombardeo. Si uno elimina las caras de esas fotos se perderia el registro de las pasiones que se vivian. Algo asi como libros sin caracteres, sin palabras. Pero tambien hay que vigilar las caras ajenas para cubrirnos contra las imperfecciones de la propia cara. Cosa que a mi me viene bastante bien. Confiar y esperar los errores del otro, como el conde de Montecristo. Asi, podriamos objetarle a un amigo que, si bien nuestra cara fallo al expresar emocion al oir su epica de como mando a cagar a ese compañero de oficina insoportable, pues tambien su cara no estuvo lo que se dice del todo fina al expresarle indignacion al verdulero cuando le dijo que nuevamente habia subido la cebolla. Que el grado de torcedura de su boca estaria correcto para una cebolla a doscientos pesos o como mucho, a doscientos cincuenta, pero que una cebolla a trescientos pesos claramente indigna para lograr un angulo un poco mayor de torcedura, y que entonces nadie es perfecto y para caras perfectas estan solo algunos elegidos como Isabelle Adjani.