Un subito impulso la desperto del ensueño en que la sostenian las gotas de lluvia golpeando contra las tejas. Algo que fue como un rayo en la mitad de la noche. Entonces, todo su cuerpo se tenso y, como si hibiese recibido una descarga electrica, su espina dorsal se enderezo casi violentamente. Con la mirada todavia perdida se dirigio hacia la puerta y dio dos vueltas a la llave que la separaba de la lluvia, del viento y de algo que necesitaba en esos momentos para seguir respirando. Nadia recien entonces se dispuso a salir. Sin ninguna razon en particular. Solamente las nubes grises, peligrosamente bajas y sin embargo atravesadas por rayos de el sol que se resistia estoicamente a desaparecer. Despues de todo, no se habia vestido en vano, aunque en el momento de vestirse, no tenia idea de para que lo hacia. Miro el paraguero de lata que siempre, tanto en verano como en invierno, permanecia a la derecha de la puerta de enntrada. Su mano se dirigio automaticamente al paraguas largo de simil madera. Pero al instante se detuvo en seco. Su mano, que se habia deslizado junto con todo su brazo en un movimiento serpenteante hacia el mango del paraguas, quedo suspendida en el aire. La hasta entonces ausente mirada de Nadia cobro un peso inusitado. Sus pupilas ambaroverdosas parecian siempre un poco dilatadas, pero se ajustaban en momentos de concentracion o en arranques de furia o miedo. "El paraguas de Maria Luisa" penso casi con rechazo. Nadia no llamaba jamas "mama" a Maria Luisa. Es una costumbre, una defensa casi ontologica que habia tomado desde pequeña. Permanecio mirando el paraguas por un tiempo que indefinido. Un paraguas simil madera con varillas de policarbonato y cubierta de nylon o plastico trasparente. Ese paraguas era uno mas de los objetos que desataban en ella una sensacion de amor-odio. Le gustaba la sensacion de poder mirar por sobre su cabeza y la libertad de lo trasparente. Pero odiaba su procedencia, odiaba la cadena que unia ese objeto con un ser nefasto e inaguantable como Maria Luisa. Todo su rostro tomo una actitud dura, y sus ojos adquirieron una expresion torva solo por unos segundos. Luego su boca, que se hallaba contraida por un gesto serio, se dilato en una amplia sonrisa dirigida a la nada. Tomo entonces el otro paraguas. Su mano, larga y hermosa, se aferro con fuerza al mango de cuero cosido del otro paraguas. Nadia lo retiro del paraguero, y luego se quedo mirando, casi con lastima, al paraguas de Maria Luisa. Con lastima, con la misma lastima que reflejaria si mirase a la Maria Luisa, a Maria Luisa en persona.Y esa persona, esa figura, Nadia sentia que era traida en ese mismo momento, como si el paraguas fuese un vortice y del otro lado estuviese su dueña, arrastrada en presencia y espiritu primero, pero luego tambien en carne, grasa, huesos y musculos, y estuviese por salir, por materializarse groseramente de algun punto del paraguas.
Una rafaga de viento y lluvia la mojo entonces de las rodillas para abajo, y el frio cosquilleo logro romper el maligno hechizo del paraguas trasparente. Entonces, Nadia salio y cerro tras de si la puerta de calle, desplegando a un tiempo el pulcro y señorial paraguas negro con mango de cuero y terminaciones de aluminio. Sintio entonces la sobriedad del mundo real, lo resbaloso de la vereda mojada y el picor de la hojarasca y la mugre que el viento arremolinado le echaba en la cara. Siguio caminando y tal vez penso que mejor hubiese sido salir con el piloto marron y no con la blusa blanca y la pollera de jean, y que definitivamente mejor con las botas de cuero altas que con las sandalias laqueadas, pero siguio caminando. De ninguna manera podia volver, y para esto habia dos razones: No era ya la misma Nadia de hace unos minutos y ademas, el paraguas de Maria Luisa.
1 comentario:
Dado que me he extraviado en mi tiempo y que tengo que madrugar (si, claro, madrugar), es que solo diré lo siguiente...
¡Esto texto es muy personal! (personal tuyo) Y ya sé que todos lo son, pero este en particular lo es, al menos personal en relación al concepto de persona. Mientras que otros texto pueden ser mas intimos que personales...
Saludos, y si los dioses me increpan, puede que comente algo más en otro momento.
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