27 mar 2012

Terribilis ut Castrorum acies Ordinata

En un campo de plata, bajo un cielo oscuro
Una verdad se cierne desde el abismo
como una nube, con ojos despaciosos
me alcanza tu mirada

Amorosa, malvada, mirada de muchacha
oscuros dragones acechan
desde los abismos de tu mirada de doncella
Hermosa y terrible,
como un ejercito dispuesto para el combate

Fuente de Pegae, atestada de culebras y Enigmas
Selva virgen, monte verde y oscuro
Fuente indomable, vehiculo del demonio
piel del demonio, ¡demonio mismo!

¿No chispean tus ojos como un tropel de demonios?
¿Que votos podrian mantenerse, hermosa fiera,
ante tu sublime cuerpo de pantera?
Sabiduria me faltaria para ser Edipo
y caeria dos veces antes que ninguna

En tu Abismo... Meretriz de Babilonia,
sin dudas, ¡terrible! ¡impenitente criatura!
Nada sublimado, nada cobardemente inmaculado
¡nada divino, nada celestial!
¡Fuera de mi toda esa paqueteria!

Fuera las velas y los inciensos:
queremos la libertad,
la fresca y silenciosa libertad de las tinieblas.
¡Como nos amparan las sombras y los silencios!
Nuestra felicidad es la de la luna.

Y en lo indeterminado, 
Ser indomitos.
Todo baile y todo juego
Todo herejia y hoguera a fin de cuentas
Todo carne y todo mundo, ¡Fuera el espiritu!
La risa malvada y la inocencia en el deseo
y la destruccion del arrepentimiento.

Por que las visceras quieren desobedecer
quieren ser tentadas por todos los demonios
quieren incluso hundirse... ¡Destruirse!
¿Pero que entienden de estas palabras esos
 que ya no tienen ni inocencia en el deseo
 ni maldad en la mirada?

De todas las bestias, yo no tolero a los cerdos.
No soporto la maquina sobre el cuerpo
ni el servilismo de los vulgares
que hacen superfluo lo hondo
y vulgar lo superfluo,
podrido lo inocente
y perverso lo podrido.

¿Adonde se fue nuestra fiesta?
¿Donde han ido los rios sinuosos de la vida?
¿No queremos siempre nuevos Bacanales,
 Nuevas y mas hermosas Saturnalias?

Nuestra felicidad tiene mucho de cancion
mucho de impertinencia, mucho de risa
y tambien de Fatum y de prodigioso Reencuentro.
¿No queremos siempre llegar,
llegar como un tropel de demonios,
mas desbocados, mas terribles,
mas ruidosos cada vez?

¿No es esa, Amada, Amadisima Deidad,
nuestra vida y nuestro deseo de felicidad?