18 jul 2012

Kalokagathia

Ante todo, sinceridad. Mientras la belleza siga viendose como un bien material, como un bien tangible, como un capital con el que se puede especular y al que se puede medir, pesar y tasar, entonces estamos a un paso de ponerle precio y a dos pasos de ser compradores. Mientras la belleza siga siendo un capital, seguira habiendo prostitutas y clientes. Hay que escuchar en este asunto, quizas nuevamente, una vez mas (hasta que nos entre) la voz de Platon. Yo no se si realmente la belleza es un puente mistico hacia un ente supereminente, Dios o el Bien, pero si se que ante su consideracion opuesta (la actual, terriblemente materialista, tirana, de consumidor) es preferible a la adoracion de la belleza que a su compraventa. Hay que comprender que la belleza es un estado final, y que nace tanto de la armonia como de la salud. La belleza es algo tanto corporal como espiritual, su maxima expresion, su corona, ambiguamente apreciable, nunca hace ni la salud ni la felicidad, sino que es su resultado. Por si misma es inutil, y si esta llena de poder y puede grandes cosas no es por si, sino por todo lo que suponemos detras suyo o a su alrededor.
¿por que ante todo sinceridad?, por que si nuestra idea de belleza esta mas cerca de los estandartes modernos de la misma, es decir, de la forzada figura esbelta y esqueletica, insultante para un Leonardo o un Rafael, y hasta para los mas etereos Boticellis, y hasta para un Klimt. A mi me gustaria la claridad de un Leonardo, los angulos de Klimt, el eterno femenino del simbolismo de Moreau, lo terrible de su esfinge, o la belleza ideal de las ninfas de Waterhouse, pero nunca como modelo, nunca como estatua, sino como corona de lo muy natural, de lo muy corporal, de lo muy palpable. Decia que, si nuestra idea de la belleza se apega no a esto sino al materialismo escultorico del mercado (que no quiere la belleza sino la insatisfaccion de la belleza, pero eso ya es otra cosa) no podemos entonces pretender de los demas lo que nosotros mismos no creemos. La belleza solo puede ser aseverada cuando se encuentra cultivada, ¡no forzada!. ¿Cual es la diferencia? Lo cultivado nace desde dentro, segun nuestra propia creacion, que si, toma cosas de fuera, pero jamas las asimila como ellas son sino que las digiere, las transforma, las asimila, lo que quiere decir que las adapta y las hace a su medida, o de lo contrario las rechaza. El cultivar nace siempre de una accion creadora interior, propia de uno, original, obedece una direccion personalisima e inimitable, como cada arbol es inimitable en su direccion y en la orientacion de sus ramas. En cambio, lo forzado es algo que es dominado por las sucesivas formas que se le imponen de fuera, asi como una roca es escupulpida a golpe pelado, adopta la forma que su golpeador quiere. Esto no seria tan malo si la moda o el mercado fuesen algo asi como un escultor, preocupado por nuestra belleza, asi como el medico es un escultor preocupado por nuestra salud (digo el medico ideal) o un maestro de piano se interesa por nuestra perfeccion en tocar el piano. Pero el mercado, que nos impone la belleza, no lo hace ni por nuestro bien ni por el bien de la belleza misma, y ni siquiera es un mercado, sino que son muchos, cambiantes y enfrentados, y cada uno con el solo objetivo de enriquecerse. Tratemos de bosquejarnos como seria nuestra belleza entonces. Usemos una alegoria, la alegoria de la piedra, la cual estoy por inventar.
Pensemos en una piedra blanca, salina, redondeada, un poco sucia, una roca natural en el medio de un monte. Somos la piedra. Piensen ahora que, desesperados, llegasen un grupo de diferentes escultores de las mas diversas lenguas y ciudades, cada uno por su lado, y descubrieran que la piedra que somos no es roca salina sino oro. Cada escultor entonces comienza a dar golpes en cierto lado de la piedra, todos a la vez, todos convencidos de que la forma mas bonita es tal o cual, uno un caballo, otro un tornillo, otro la venus de milo, otro un lince, otro una carreta. Todos se estorban entre si, golpeando a la piedra con cinceles y martillos por todos lados, y recogiendo todos los pedazos de oro que caen al suelo. Al caer la noche, los codiciosos pero ya cansados y afiebrados escultores se retiran, cargando cada uno una bolsa con pepitas de oro. ¿Que ha sido ahora de la piedra? ¿Cual es su forma? ¿Cual es su belleza? ¿que criterio, que orden obedece?
Tal es el resultado que la belleza moderna tiene sobre los hombres y las mujeres, a un nivel corporal, pero tambien a uno intelectual, puesto que estos planos no estan separados sino que el segundo es la maxima y mas sutil expresion de la primera. La separacion es mas que nada dognatica, y en la realidad impera la relacion entre dos partes que solo son partes logicamentes, una en la naturaleza.
Cuerpos cuasi torturados y envenenados y mentes en un estado analogicamente similar es lo que logra quien se deja cincelar por las exigencias de la belleza moderna, impuesta por un cambalache de mercaderes que con el pretexto de mejorar lo que solo nosotros podriamos mejorar, busca llenar sus bolsas.
Nadie que sea idiota puede ser bello. La ignorancia afea tanto como un tercer ojo en la mejilla derecha. La vulgaridad, como pensaban los griegos, es la corrupcion del alma, es el alma que pierde la armonia, el equilibrio, y todo mal fisico es la expresion, la consecuencia, el efecto, de un mal espiritual o intelectual del individuo. Por eso, en esta epoca de supermodelos, de quirofanos, de ilusion digital, abundan como su gran reverso (y como su gran resultado y a su vez condicion necesaria) abundan tambien las bulimicas, los injertos de gente operada, los paranoicos, los adictos a todo tipo de drogas, los enfernos de gimnasio, los fanaticos de las dietas y el culto al cuerpo, los violadores y las prostitutas, todo un enjambre de seres raquiticos o irrisoriamente obesos que intentan amoldarse a los brillantes y perfectos arquetipos de figuras elficas, delgadisimas a la vez que llenas de curvas (un horror para la antropometrica y la biologia) atemporales, tan libres de gestios o arrugas como de personalidad, algo que es puro liso como el plastico del que estan compuestos. Verlos en una carrera tal me produce gracia.
Belleza tiene todo lo que crece, todo lo que genera, todo lo que reluce sin encandilar. No se puede pensar la belleza sin las sombras.

2 comentarios:

Jora dijo...

No sé qué agregar a ésta publicación, diría lo mismo que vos pero con otras palabras y desde otra perspectiva.
Como dijo Bruce Lee hablando sobre las artes marciales. Muchas agregan arcilla a la escultura haciéndola más deforma, en lugar de sacar lo que estorba. En este caso lo que estorba es la moda, jaja! El mercado genera una interacción entre carteles, sujetos vacíos que reproducen o reflejan corporaciones y doctrinas. Belleza también está en ser un ser único y personal, emanando la personalidad en lugar de deformarla. Ya, estoy diciendo lo mismo con otras palabras…

Sebastian P. dijo...

me alegro que halla consenso en este tema.