3 oct 2015

Taco

Me duele todo. Mi cuerpo es como un mecanismo de relojeria con arena adentro.
Tengo una botella vacia de cerveza de cada lado, como pilares de un templo, como misiles nucleares, como senos erectos con sus erectos pezones de vidrio.
En el medio estoy yo, no tan vacio como las botellas pero no lo suficientemente lleno como para estar durmiendo pesadamente, con el conformismo ontologico que da la Weltanschaung de la clase media.
Escucho a Fito Paez, a Charly Garcia, a Spinetta. Me resisto a dormirme, me resisto a los nudos de mi espalda y al peso de mis parpados, y escribo.
Escribo freneticamente. Acabo de escribir un cuento que creo exelente y un microrrelato que al menos no causa arcadas, y ahora escribo esto, autorreferencial podria decir, pura mierda seguramente.
Me resisto porque creo que mas alla de mi cuerpo y de su cansancio y de las horas y de los compromisos esta el deseo. Eros no tiene forma, edad ni sexo. El deseo esta por detras y por delante de lo deseado.
Lo deseado no son los objetos, los objetos son la muerte.
El deseo es el deseo mismo, deseo de lo deseado, norte de la brujula de los individuos no completamente pacificados.
Es de noche, o eso parece. La noche de la ciudad no es verdadera noche. La luz no se cierra nunca.
Sin oscuridad no hay noche, sin noche no hay estrellas. ¿Que es la noche de la ciudad? Lo mismo que la vida de la ciudad: un succedaneo farmaceutico de la verdadera vida, de la verdadera noche.
Tengo una zapatilla puesta y el otro pie descalzo. Es como estar a caballo entre el frio y el calor, entre el conformismo y la miseria. La miseria es un conformismo con buena fama.
Tengo muchos fragmentos de textos dando vuelta en la cabeza.
Quiero tener suficiente inteligencia como para comenzar a perderla.
Tengo media botella de cerveza negra. Durara lo que dure este texto o viceversa.
Este texto no tiene sentido. El sentido es lo que ocurre cuando el yo mira por la mira telescopica de la inteligencia. Parte del Yo, se proyecta en las cosas o en las acciones. Teleologia basica.
El deseo no parte del yo racional: Lo trasciende.
Este texto se origina en el deseo de este texto, no en su sentido.
El tiempo es una mentira, la continuidad es pura ficcion. Desde el ultimo punto y aparte hasta esta letra que lees han pasados dos horas, me saque ya el otro zapato con su media, fui al baño a cagar y termine lo que quedaba de la cerveza.
Este texto es un taco que hecho en la puerta de la locura, para que no se cierre, precisamente porque amenaza sombriamente con cerrarse.

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