7 jul 2017

Cajas Chinas

"¡Oh brillante princesa! ¿por qué dejar esa ventana abierta a la noche?" 

Edgar Allan Poe


Te siento respirar
lejos de tu lugar
hoy tuve un sueño con vos
que locos eramos los dos
en los buenos tiempos

Charly Garcia



- Que raro vos conectada a esta hora - dijo Sebastian.
- ¿que tiene de raro? - dijo ella.
- Que generalmente, la gente a esta hora duerme - le respondio Sebastian.
- ¿y quien te dice que yo no duermo? - tecleo ella, misteriosa e innacesible.
- La unica forma es que seas una bloggera sonambula - le respondio, Ironico.
- Soy una viajera insomne - disparo ella oracularmente. - ¿y vos?
- ¿y yo que? - pregunto Sebastian.
- Generalmente a a esta hora la gente duerme - devolvio ella.
- ¿y quien te dice que yo soy gente? - le dijo Sebastian, sonriendo desde la oscuridad, apoyando la barbilla en una mano. Bien podia escribir con una mano.
- ¿y que sos entonces? - le pregunto ella, escribiendo con las dos manos.
- Soy la sombra del viajero - dijo Sebastian, y del otro lado ella sonrio.
- Soy el sueño que sueña el sueño de alguien - dijo Sebastian, y ella carcajeo en la oscuridad, rompiendo un silencio de relojes que hacian tictactictactictac.
- Soy un personaje de la bloggera insomne - dijo Sebastian, por tercera vez. Ella dejo de sonreir y al tiempo que alargaba los largos y palidos dedos hacia la taza de cafe, dio unos reflexivos golpeteos sobre la mesa con los dedos de la otra mano.
- Es muy posible que lo seas - le confeso.
- Si es asi, deberias saber como me llamo - la desafio Sebastian.
- Tu verdadero nombre es Kubla Khan - arriesgo ella.
- Solo existes en el sueño del conejo - volvio a arriesgar ella.
- Tu numero es 1797 - sentencio ella, por vez tercera.
- Arriesgasteis demasiado - dijo Kubla Khan. Y luego dijo: Yo conozco tu nombre: Christabell.
Ella inicio el gesto, casi automatico, de pasarse la mano por el pelo. Guardo silencio.
- Tu apodo es "la durmiente" - le escribio Kubla Khan. Y espero.
En la oscuridad de su cuarto, Christabell cambio su pelo de negro a rubio, luego a plateado, luego a gris ceniza, luego nuevamente a negro. Tarareo una cancioncita, como meditando la proxima movida del juego. Entonces escribio.
- ¿mi numero? - dijo.
- 1831 - respondio Kubla Khan. Pero lo dijo de este modo:


1
8
3
1
- ¿no te parece que mi apodo es una ridiculez? - le pregunto ella.
- Completamente ridiculo para un vampiro - dijo el, puesto que los vampiros jamas duermen. Al pensar en la palabra "vampiro", Kubla Khan se llevo instintivamente la mano a su dorada Cimitarra. Las estrellas brillaban sobre el plateado cielo de Xanadu, que era el centro del mundo. Pero en algun sitio del basto universo, la bloggera insomne, el vampiro Christabell, existia de un modo amenazante.
- Solamente quiero sentarme en mi sillon y sufrir los problemas ajenos - Dijo entonces ella - No quiero involucrarme.
- Una vez que se pulsa el boton de "Start", el motor se pone en marcha y los atomos giran, de una vez y para siempre - se lamento Kubla Khan.
- Entonces se pierde el inicio, el momento de inicio y hasta el boton de "Start" - completo Christabell.
- Y despues no se puede dormir... -se lamento Christabell- Pero vos, ¿por que no dormis?
- No duermo porque estoy demasiado cansado, cansado hasta de mis sueños - respondio Kubla Khan.
- Me gustaria dejar de ser - dijo entonces Christabell. Y luego se sorprendio de haberlo dicho. Hacia mucho frio en el castillo. El viento gelido se colaba por las derruidas paredes de la torre. Lo unico bueno de esa torre era la excelente cobertura de señal.
La declaracion provoco sorpresa y estupor en el incredulo Kubla Khan, que medito un rato antes de volver a escribirle.
- Toda cosa que cambia deja de ser lo que era antes - dijo Kubla Khan, con obvia intencion de ayudarla.
- Ya se - comprendio ella - Invirtamos los papeles entonces: yo soy una creacion de la sombra del viajero.
- Lucia Febrero - dijo Kubla Khan.
- La novia olvidada - suspiro Lucia, perdiendose entre contemplaciones celestes.
- el compas cosmico, la plomada universal, el gran metro - recito un emocionado Kubla Khan.
- Mi cara es el orden geometrico de la creacion. - Dijo Lucia
- Mi cuerpo es el anhelo de absoluto - volvio a decir Lucia.
- Mi belleza es la cara sensible del ser - Dijo nuevamente Lucia, y sintio clavar un clavo bien remachado.
- El sentido de tu vida es purgar a la creacion de la anticreacion - continuo Kubla Khan.
- Recuperar el equilibrio, mueran los Peronistas, Mueran los Radicales - Exclamo Lucia.
- ¡Mueran todos! - Bramo Kubla Khan, y desenvainando la Cimitarra, dio un par de sablazos al aire.
- Soy increible para los ciegos y evidente para los hijos de la luz - dijo Lucia.
- Reconstruir las bases de la sociedad dinamitando las casas de los ricos - continuaba un euforico Kubla Khan.
- En algun mundo, en alguna ciudad, en algun barrio, en alguna calle, tras alguna puerta, en algun cuartito, esta la verdad - precognizo Lucia.
- La superioridad moral del guerrillero se encarna en lo certero de sus balaceras - rabiaba Kubla Khan, poseido por las Erineas.
- Solo los elegidos llegan al final del sagrado alambique - dijo Lucia.
El guerrillero urbano difiere radicalmente de los delincuentes. El delincuente se beneficia personalmente de sus acciones y ataca indiscriminadamente a los explotados y a los explotadores - dijo el.
- El amor es una bandada de palomas - dijo Lucia, resplandeciente como una salamandra.
- El revolucionario es un enemigo implacable de este mundo. Si continua viviendo, es para destruirlo. - dijo Verjovenski
- La voluntad es un fiero Leon - dijo Lucia.
- Su meta es una sola: la destruccion segura de este sistema asqueroso - dijo Verjovenski
- La eternidad es asomar la cabeza por encima del alambrado - Dijo Lucia, guiñandole un ojo a Verjovenski. Ahora estaban en un tunel y como frente a frente. Verjovenski podia ver a la chica pelirroja en el centro de una habitacion que era el centro de un laberinto, y Lucia podia ver las pupilas negras y delirantes de un estudiante en una mugrosa buhardilla de Moscu.
- Todo lo que obstruye la revolucion es criminal - dijo el, y se levanto de su silla.
- No es posible ni la creacion ni la destruccion, el cambio oculta la verdadera permanencia de los elementos - le retruco ella, casi dormida.
Verjovenski iba a dar un segundo paso al frente cuando una repentina baja en el servicio de internet por cable coaxil lo expulso violentamente del tunel en donde compartia espacio y tiempo con Lucia, la bloggera insomne. 
Algo desilusionado, Sebastian se incorporo en su silla. El te ya estaba frio. El sol, palido y como haciendo esfuerzo, le llegaba desde la ventana desde un cielo nublado. Sebastian suspiro y espero: la conexion regresaria de un momento a otro.

2 comentarios:

Jora dijo...

¡Gloria por estas conversaciones cuasi oníricas en las noches! Mejor aun cuando son rematadas por amaneceres nublados, tristes cuando son calladas por el servicio de internet que nos arroja al piso de la realidad atando a nuestros tobillos una gran roca.

Sebastian P. dijo...

:B