11 jul 2018

Urraca

- Tengo hambre, preparame algo - dijistes. Eran las tres de la mañana.
Hasta tu embarazo, Luana, habias sido siempre flaquisima, un palo de escoba. Entrada en el cuarto mes, comias de todo a cualquier hora.
Primero habian sido antojos ocasionales, normales. Un chololate, Una porcion de lemon Pie, Frutillas con Crema. Despues la inclusion de los postres obligatorios luego de cada comida. Un dia te encontre a la madrugada comiendo fideos frios de la olla.
- ¿que haces? - te dije con sorna. La situacion me parecia entonces divertida.
- Tengo hambre - dijiste- Tengo un hambre de puta madre.
 ¿fue esa noche que empezo con sus habitos de depredador nocturno? ¿o ya venia de antes? Lo cierto es que desde esa noche empece a sentirte cuando te levantabas. Si lo hacias desde antes, tenias cuidado de no dejarte oir.
En muchas culturas la ingestion de tierra o arcilla se usa por sus supuestas propiedades medicinales. ¿pense en esto, de alguna forma subrepticia, oscura y velada, el dia que vi revuelta la tierra de las macetas? Imposible saberlo. "fue un gato, que gato de mierda el del vecino", debo haber pensado.
- Lu, las Azaleas estan destrozadas - te dije. Temia tu reaccion. Estabas muy emocional, amabas esas Azaleas Japonesas. Me extraño tu silencio.
- Fue el gato del vecino - me senti obligado a aclararte, como si temiese que de algun modo pensaras que fuese mi culpa, que la culpa la tenia yo.
- Que lastima - dijiste.
El gato del vecino iba a atacar succesivamente todas las macetas de la entrada. ¿era el gato del vecino el que se robaba los lapices y las lapiceras, Luana? ¿o eras vos? No empece a sospechar que eras vos hasta mas adelante. Todavia no sospechaba cuando fuimos a la feria de colectividades. ¿te acordas?
Recuerdo que cuando te conoci casi no comias en la calle.
- ¿Estas segura que queres comer eso? Ya es como el sexto plato que compras. Te va a caer mal
- Tengo hambre, ¿que queres que haga? Yo te voy a decir cuando ya este llena.
Comias y comias. No habia manera de mantener la heladera. Era llegar del trabajo para salir a comprar una caja de hamburguesas, medio kilo de cuernitos de grasa, facturas; de pedir comida china o una pizza atras de otra. Ibas engordando de a poco, casi imperceptiblemente pero sin parar, de una manera fatidica. Te comenzaron a cambiar los rasgos. Esos rasgos asiaticos, mongoloides que tenias, cruza de india tehuelche con conquistador español, se empezaron a llenar, a redondear. Tenias la piel un poco mas blanca, hasta el olor te habia cambiado.
- Es normal por el embarazo - decias, y yo te creia, tenia que creerte. Que tenia que pensar, si no, ¿que atravesabas una metamorfosis a lo Gregorio Samsa? Y sin embargo ese dia en la feria, cuando recorrias los puestos uno por uno como una muerta de hambre, tendria que haberme dado cuenta.
Eso y las desapariciones: lapices, clips, lapiceras, tapas de gaseosa, el gato del vecino que un dia aparecio atropellado y que volvia desde el mas alla para retomar sus ofensivas contra las macetas, tuvieran flores o estuvieran vacias, cajitas de productos que vos decias haber tirado pero yo nunca veia en el tacho, tu inusual y novedosa pasion por "tomar mate sola". Dos y hasta tres paquetes de yerba por semana. Pero, ¿como me iba a dar cuenta? todas esas cosas buscaban diferentes explicaciones, plausibles, anodinas y dentro de lo cotidiano. Remitirlas todas a una unica causa me obligaba a dar un paso hacia la dimension de lo horrible, de eso que tan pocas veces llega a nuestras vidas pero que cuando llega lo negamos; Lo negamos hasta que nos cae encima, hasta que alguna noche nos agarra del cuello mientras dormimos.
Fue unas semanas antes de que tuvieras. Fue de madrugada. Te habias levantado. Tenias una panza enorme, estabas henchida pero seguias levantandote a acribillar fetas de jamos o paquetes enteros de Criollitas. Yo te escuchaba triturar desde la cama, entre preocupado y fascinado. Cuando volvias a la cama no querias saber nada. Pero ese dia escuche otra cosa. Despues de la cocina fuiste al baño. ¿pensabas que dormia? Fuiste al baño y te escuche las arcadas, violentas, guturales, como ronquidos que te salian directamente del estomago. ¿a que me recordaron? Al ruido de los cerdos. ¿como se llama el ruido de los cerdos?
Pense que te sentias mal. Despues de todo estabas en las ultimas semanas. Entre al baño y te vi doblada, hecha ovillo. El jabon estaba en el piso, o lo que quedaba de el. Tenia una enorme mordida. El suelo del baño era una hecatombe de vomitos. Ahi estaba todo lo que habias comido en el dia: cubitos de papa de la tortilla, lonjas de jamon, una pasta negra imposible de identificar, migas de las cerealitas, bollitos de papel, clips, el pedazo de jabon casi sin digerir, pedazos de carton con aluminio del pure de tomate y tambien el pure de tomate.

1 comentario:

Unknown dijo...

Inevitable la comparación con La Nona. No tengo mucho que decir mas que el hecho de que me causó gracia la progresión rápida y voraz de ese embarazo, y que me gustó la transición de algo lindo a casi una escena de terror. Estoy segura que de actuarse este escrito, generaría terror. Me gustaría que tuviera un final, porque parece como que se quedó a la mitad.