10 abr 2019

Noctambulo

Miro esta ciudad. Es enorme y oscura. Esta noche titila como inundada por mil luciernagas. Del mismo modo en que ahora miro la ciudad hace tiempo, muchos años, siglos tal vez, mire un mar. La vision de la ciudad me recuerda al mar. El mismo silencio, la misma oscuridad, la misma sensacion de vacio.
Ahora, como en ese entonces, estoy solo. Tambien estaba solo antes y durante el interin. Siempre estuve solo. Mi vida se compone de estos largos periodos de nada que culminan siempre en el mar o en la ciudad desierta. Primero odiaba mi soledad. Con los años he aprendido a amarla. Ahora la busco como a mi unica compañera. Por eso prefiero la noche.
Por las noches el mundo recupera su verdadera naturaleza. El sol solo lo enloquece todo. La gente se ciega con la luz. Quizas sea que el sol es una fuente de energia, no lo se. El mundo enloquecido del sol y los ruidos pertenece solo a los durmientes. Yo, que soy despierto, dejo que ellos sueñen durante sus dias. He vivido demasiado. Soy lo suficientemente fuerte como para regalarles el dia. La noche siempre sera mia. Por otro lado, el dia me cierra el apetito.
Ver tanta gente corriendo, vendiendo y comprando, yendo o volviendo de tantos sitios... Siempre tantos y tan juntos, asquerosamente pegados unos a otros como larvas o gusanos, apestando, siempre apestandolo todo con su hedor. No hay ninguna diferencia entre una calle centrica a las doce del mediodia y las representaciones medievales del infierno. De solo pensar en ello se me cierra completamente el apetito. En cambio, ¡que distinta es la noche! ¡La noche es suave, es fresca! ¿acaso no es un placer inmenso recorrer, escuchando el rebote de mis propios pasos, la misma vereda que apenas diez o doce horas antes estaba atestada de gente? Sin calor, sin ruido, sin andar chocando a los demas. La vacuidad del espacio me genera la ilusion de ser el dueño de esas veredas, de esas calles, de sus edificios. Y por supuesto que lo soy, al menos en cierto modo.
Claro que la noche no es absoluta. Hay seres que, como yo, la recorren. No he visto hasta el dia de hoy ninguno que sea de mi misma clase, pero por supuesto que los hay parecidos. Y tambien los hay diferentes. Sobre todos estos seres se puede hacer una clasificacion bastante simple. Yo los divido entre los cazadores y los que van a ser cazados. Si bien me interesan ambos, me enfoco principalmente en los segundos. Y aqui tengo que hacer un alto o, mejor dicho, una aclaración.
En el folklore popular se suele creer que los de mi clase cazamos por hambre, es decir, por necesidad. Eso es falso. O al menos lo es en mi caso. Puede ser que otros, mas desdichados, esten atormentados por una maldicion que los lleva a buscar la sangre como las polillas buscan la luz que las termina quemando. Estos, aunque cazadores circunstanciales, terminan a la larga por ser ellos mismos atrapados y decapitados... o estaqueados... o incinerados. Lo que convenga. Yo estoy muy tranquilo en lo que a mi respecta. A mi nunca podran atraparme. ¿por que? Facil. Yo cazo por puro aburrimiento, por diversion. Mi caza es deportiva. No necesito alimentarme y, por consiguiente, no necesito matar a mis presas. Ojo, a veces lo hago de todos modos. Pero es solo para divertirme. Los que son esclavos de alguna necesidad siempre se encontraran, a la larga, con alguien que se aproveche de su esclavitud. ¿no cazan los cocodrilos a las orillas de los lagos? Pero yo nunca voy al lago mas que como cocodrilo.
Evito siempre las teatralidades, los baños de sangre. Basta una placentera puñalada en un pulmon o un corte limpio en la yugular. O un tiro. ¿no podria usar mis garras y colmillos? Por supuesto, ¿pero con que sentido? No me divierte hacer sufrir a mis presas, sino cazarlas. Atraerlas, despistarlas, ir acorralandolas poco a poco, con estrategia o por mera fuerza bruta. Las cazo de muchas maneras. En bares, discotecas, en albergues o en la calle misma. Creo que en la calle misma es mi favorita. Tambien lo hago en los campos y carreteras, pero sin duda soy un enamorado de las ciudades. De todos modos, no soy tan peligroso como parezco. Soy solamente un ser muy viejo y muy aburrido. Ladro mas de lo que muerdo. La mayoria de las veces la presa ni se entera de que esta siendo cazada. Este es otro juego que me gusta jugar, el del acecho. Perseguir y acorralar sin ser siquiera notado. Muchas veces tengo que aguantar la risa. He logrado verdaderas proezas. Sinceramente cada vez se me da mejor lo del acecho. Tal vez en un futuro me dedique integramente a ello.
Otro de mis juegos preferidos es el inverso: el de atraer, el de hacerme perseguir. Tomo entonces una forma apetecible, de hombre o de mujer, y me pongo al alcance. Siempre me he considerado un seductor. La seduccion ha sido lo que mas me ha enseñado sobre la naturaleza humana. Yo, que en otro tiempo fui un hombre, descubri felizmente que, ahora que no lo soy, no estoy sin embargo tan lejos del resto. Porque incluso las presas, si se las coloca en la piel del cazador, se adaptan rapida y maravillosamente al papel. Esto me ayuda a no sentirme tan mal cuando soy yo el que caza. Al final de cuentas todo ser humano es un asesino, un cazador en potencia.
Me gusta fingir indefeccion, mostrarme asustado y confundido. O inocente. Es una delicia ir adoptando posturas segun el tren de pensamiento de mi perseguidor. Porque de algun modo sigue siendo una caceria, pero al revez. Cuando cazo conduzco a mis presas adonde quiero haciendo que me obedezcan. Cuando seduzco, las llevo adonde quiero obedeciendoles. Es casi como dejar que se atrapen a si mismos. Yo solo tengo que mirar y decir "si", "no" y "por favor".
A veces juego a la Esfinge. Me paro, por ejemplo, en la puerta de la casa de alguien. Y cuando quiere entrar o salir le hago una pregunta y solo una. Si responden bien, me retiro. A veces hasta les doy un premio: un consejo sabio, una moneda de oro, informacion valiosa. Si contestan mal... bueno, ya se imaginan. Aunque a veces también me doy aires de magnanimo, de Cesar Romano. Entonces los amonesto, los sermoneo. Les doy una severa admonicion y me retiro sintiendome sabio y benevolo. A veces la malicia me gana a las pocas cuadras y vuelvo para entrar por la ventana y darles el susto de sus vidas, tal vez el ultimo susto.
Otras veces tengo momentos de una extraña lucidez. Entiendo que todos estos juegos y iresvenires no llevan absolutamente a ningun sitio. Que todo es esteril, que solo me escapo del tiempo; Sin necesidad de hacerlo, para mayor verguenza mia. Se que es muy poco probable que muera alguna vez y, sin embargo, le temo terriblemente a la muerte. Por eso coqueteo tanto con ella, siempre poniendo, por supuesto, algún intermediario entre nosotros. Es sabido que la muerte siempre tiene hambre.
La unica esperanza que tengo, si quiero librarme de este aburrimiento, de este tedio mortal que tanto me obliga a divertirme, es que algun dia me encuentre un cazador de mayor talla, de mayor talento, de mayor jerarquia que la mia. He recorrido ciudades, montañas, mares y desiertos buscando a este cazador. No pierdo las esperanzas de hallarlo tarde o temprano. Despues de todo, el mundo es finito y el tiempo eterno. Mientras tanto miro las luces de la ciudad y espero a que aparezca la proxima presa.

2 comentarios:

Jora dijo...

Uno de los mejores relatos de vampiros que he leído. Aunque debo admitir que eso se debe en parte a la sobrepoblación de relatos de mierda de vampiros...

Aunque no sé si es exactamente un vampiro, vendría a ser algo más evolucionado o anterior, como un "sangre pura". Un poco me recuerda a Tsukihime, en donde hay vampiros puros que no necesitan alimentarse (aunque les gusta hacerlo igualmente) y los vampiros ordinarios que son bestias.

La idea del poder sobre el humano común es uno de los tópicos del vampiro. Aunque hay otros interesantes. Yo tengo la teoría de que el gusto a los vampiros está en que plantean una excusa para que el "humano común" (abrazado) pueda romper el código moral humano. El vampiro tiene poder, pero se ve obligado a vivir en la oscuridad y a matar o dañar para existir. Eso justifica que sea un villano, se puede admitir, a veces, la inmoralidad para sobrevivir.
Aunque no es el caso de tu personaje que plantea otra visión, la de escupirle en la cara a la humanidad que todos somos animales y asesinos. Me gusta el concepto.

Otro tópico interesante que se da en algunos vampiros, generalmente bien escritos. Nada de Underworld y Blade... Es la nostalgia "tanguera" de la vida perdida, de una eternidad en épocas incorrectas. No sé si hay, o por qué mierda no hay, un fucking tango sobre vampiros, sería genial.

Sebastian P. dijo...

Bueno, cuando escribi este andaba leyendo muchos relatos de vampiros, desde Le Fanu para adelante, y si, me molestaban un poco la repeticion de los detalles iconicos. Siempre que voy a tu casa te quiero pedir prestado esa coleccion de relatos vampiricos que tenes. Husmeando sobre relatos de vampiros fue que llegue a "Die Spinne" y tambien a otros cuentos de ciencia ficcion. Habia uno de unas sensuales vampiresas-flor en un planeta vegetal que era muy interesante porque mezclaba el vampirismo clasico (del cual las sirenas son un tipo, quizas el mas antiguo) con ciertos mecanismos del reino vegetal para atraer insectos.
Justamente la nocion de "pureza" (no de sangre sino literaria) fue importante a la hora de escribir el cuento. Siempre pense que si hubiera alguna creatura inmortal que depreda seres humanos, los detalles serian siempre posteriores al ser mismo, muchos de ellos parte del folklore local y por lo tanto añadidos. Fuera de estos detalles solo quedarian la actitud depredadora y, si el organismo tiene conciencia y memoria, cierto hastio por la existencia.
Un ser asi tiene que haber olvidado los origenes de su existencia. Si tiene una naturaleza muy fuerte, termina por adoptar una ideologia acorde con esa naturaleza. fijate que en ningun momento hable de "vampiro", sino de "caza" o "alimentarse". En todo momento lo pense como un depredador, como un gato antediluviano que simplemente cazase y cazase. De ahi tambien el nombre del cuento. Las reflexiones sobre el cazador y la presa son en parte deudoras de los capitulos de "Viaje a Itxlan" que hablan de la Caza de poder.