Buscabamos el principio unico, por que era lo simple y era lo obvio. Habiamos visto al mundo y no lo entendiamos. ¿Por que un perro podia moverse y un arbol no? ¿Que era lo que tenia el perro adentro que le permitia moverse? ¿Por que las cosas cambiaban y no se quedaban igual? ¿Por que las personas tenian que morirse? ¿Donde estan las cosas que ya pasaron, y donde las cosas que van a venir? Solo veiamos a los perros correr y a los arboles estarse quietos, al sol moverse de este a oeste, pese que nos decian que, contra lo que veian nuestros ojos, estaba siempre quieto, y a la tierra estarse quieta, pese a que nos aseguraban que se movia. Empezamos a preguntarles a esos que siempre tenian poco tiempo, a esos que siempre estaban muy apurados, pues pensamos que quien esta tan ocupado debe sin duda tener estas cosas muy claras. Les pedimos entonces, acerca de estos y de otros porqueses, una respuesta clara, y nos dijieron que habia un Dios, y que las respuestas las tenia, el muy mezquino, todas el.
Dejamos entonces en paz a los perros, a los arboles y a las mariposas y comenzamos a buscar a este Dios debajo de cada piedra, dentro de cada charco, entre los animales y aun entre las personas que hablaban de el, puesto que las habia muchas. Estas personas nos dijieron que no, que era inutil buscar a Dios en este mundo (recien ahi nos enteramos, boquiabiertos, de que habia otros mundos, ¿donde?), que Dios estaba en este mundo como los fabricantes estaban en las cosas que fabricaban, que los perros y las mariposas tenian algo asi como la firma de dios. Pese a que examinamos al perro de arriba a abajo, no encontramos dicha firma, asi que volvimos a preguntarles, a decirles que queriamos preguntarle al Dios mismo, al Dios que estaba en el otro mundo, todas nuestras dudas, y que como se iba para alla. Entonces nos dijieron que era imposible ir alla, pero que ese Dios siempre escuchaba, y que lo mismo daba estar aca que alla, por que podiamos preguntarle. Nos parecio entonces de muy mal gusto que si podia escucharnos, hubiese hecho el tonto dejandonos preguntarle a los arboles cuando podia habernos respondido desde un principio. Pero entonces nos enseñaron que habia modos de preguntarle, "oraciones" les llamaban a esos modos. Empezamos a vociferar a oracionadas todas nuestras preguntas, pero Dios no tenia al parecer tan buenos oidos como decian tenia, por que paso todo el verano y jamas le oimos una palabra. Nos dijieron que habia que esperar, y entonces nos cansamos y comenzamos a buscar nuevamente.
Una de las cosas que nos habian dicho era que Dios, muchisimo mas que en la naturaleza, estaba, por ridiculo que nos pareciese, en un libro. Recorrimos, ilusionados, pagina por pagina, pero solo encontramos lo mismo que en otros libros: letras y espacios. Lo unico que el libro tenia de diferente eran bordes dorados. Se nos ocurrio que a lo mejor Dios estaba en los bordes dorados, pero nos retaron cuando les comentamos esto. Como no se nos ocurria que mas buscar, volvimos a las cosas de siempre, y partimos duraznos al medio, abrimos nueces por la mitad, y sacamos a las plantas de la raiz, pero vimos que todas las cosas estaban hechas de cosas distintas. Medimos y pesamos todo lo que estaba al alcanze, pero tampoco descubrimos ninguna medida ni ningun peso en comun.
Nos encontramos nuevamente, con mas urgencia que antes, solos frente a la inmensidad de un mundo que era indiferente a sus propios misterios, y nos dimos cuenta que todo lo que habiamos aprendido era nuestra propia ignorancia, y que nuestra ignorancia era el saber todo lo que nos faltaba saber. ¿Como es qule habia cosas? ¿Como era que habia muchas cosas? ¿De donde habian salido, y por que eran en vez de no ser? No podia ser que en realidad no sean (y vimos entonces algo tan simple que nos hizo sentarnos), y que todas las cosas tenian en comun que eran, que existian. Y entonces, o podian estar ahi desde siempre, o podian venir de otras cosas que ya eran, y como nosotros no habiamos estado siempre, y como nuestro cachorro tampoco, pues nos acordamos de una epoca en que no estaba, entonces todas las cosas debian venir de otras cosas que ya eran. Si las cosas son, entonces siempre tuvo que haber habido algo que era. Eso que era no solo nos garantizaba que las cosas son, sino que nos garantizaba, como una fuete de energia perpetua, que las cosas sigan siendo, que las cosas no dejen de nacer.
Ahi fue que intuimos lo que antes habiamos intuido de una manera mucho mas inconsciente: Que tenia que haber un principio uno, unico y permanente detras de la variedad cambiante. Pero, ¿como es que hacia, por que es que hacia, y para que es que hacia todo lo que hacia, ese principio? ¿No podia mejor haberse quedado como estaba? ¿Que necesidad tenia de las casas y de las lineas telefonicas, y de los chicos que hacen muchas preguntas?
Las matematicas, nos decian, siempre tenian razon. Si bien no eran Dios, eran muy parecidas, por que lo que decian los numeros nunca se equivocaban. Uno mas uno siempre era dos, y no importaba en que planeta o en que idioma o a que edad o en que pais se lo sumara, de una manera increible para nosotros, siempre que uno sumara uno mas uno, daba dos. Nos parecio que algo de verdad debia haber en todo esto, y nos dimos cuenta de que las matematicas dicen que si hay 2, debe necesariamente antes haber habido un uno, y que si hay un 14, debe haber antes un 13, y asi, pasando por el 9, el 4, el 2 y el 1. No pudimos contar la cantidad de cosas que habia en el mundo, pero contamos, por ahi nos falto algo, las cosas que habia en el cuarto, y contamos 210. Despues vimos que no importaba, que cualquier numero de cosas pedia que hubiera un uno, y entonces vimos que toda cosa era tambien UNA cosa. Ahi vimos eso que nos habian explicado, la firma del fabricante, que estaba en todas las cosas, era su ser uno, que probaba que si eran hechas, eran hechas por algo que era tambien uno, o que bien eran una parte de algo que en algun momento fue uno. Entonces llegamos a la primera dualidad, a la primera encrucijada de nuestra busqueda: Si el principio seguia siendo ahora uno, las cosas no podian ser porciones del principio, por que si cada cosa tenia una parte de lo uno, entonces eso uno es ahora muchos. Si el principio seguia siendo uno, entonces las cosas no podian tener, pese a ser unas, una parte del principio. Tenian que ser creadas de otro lado.. ¿Pero de donde? Si en el principio, todo era ese principio, y fuera de el no habia nada, entonces no podia haber otra cosa fuera de lo uno de donde hacer las cosas. Pues si hubiese otra cosa, habria dos unos, y ya habria un dos. Pero ese dos pide un uno anterior, por lo que no puede haber dos cosas al principio, sino una sola, y fuera de esa nada. Nos fue claro que en donde nada hay, nada puede haber, salvo que sea puesto ahi por otra cosa. Entonces, dejamos de lado que las cosas sean creadas, no solo por esto sino por que si fueran creadas, seria imposible conocer el principio que esta fuera del mundo.
Nos apoyamos en la idea de que el principio esta en todas las cosas, por que cada cosa es una cosa, y el principio es uno. Se nos ocurrio entonces que cada cosa es una precisamente por tener una parte del principio uno. El problema con esto era principalmente que el principio, que antes era uno, es ahora multiple y repartido en las cosas, y por lo tanto no puede ya ser principio. La unica manera de llegar al dos es por la particion de lo uno, puesto que como vimos, a un uno originario no hay nada que se le pueda sumar.
Pero, ¿Como es posible partir un principio unico? y, ¿como puede ser que las cosas sean multiples por tener una parte de la unidad?. Llegados a este punto, nos volvio a asaltar la tentacion de volver a los templos en donde se nos decia estaba el Dios de las respuestas, pero preferimos prolongarnos en la continuidad de la busqueda del principio a renunciar a ella por las mudas respuestas de algun Dios desinteresado.
1 comentario:
...Por lo que seríamos fracciones, jaja!
Es razonable la hipótesis de que de haber sido el universo creado por un dios, este se convirtió en el universo, por lo que actualmente no hay dios.
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