1 feb 2013

La concepción de Dionisos en la juventud de Nietzsche o " Dioniso como teoría Estética"




En un principio Nietzsche penso lo dionisiaco en la esfera de lo estetico. Sin embargo, esta oposición es en realidad una dualidad instintiva, es decir, tanto lo apolineo como lo dionisiaco son dos fuerzas presentes en la naturaleza. En un principio se podria definir a lo Apolineo como el principio de individuacion y a lo dionisiaco como una regresion hacia el uno primordial.

1- Necesidad de Entender a Apolo para Entender a Dioniso.

Intro a la seccion: Necesidad reciproca de conocer a Apolo para entender a su hermano, al menos y sobre todo en esta fase inicial de la concepción que Nietzsche tiene de Dioniso como una de las dos potencias artisticas.

En Nietzsche se da la primera concepción de lo Dionisiaco en la juventud. Esta concepción se da en un primer momento como la oposición entre Dionisos y Apolo. Lo dionisiaco es entendido primeramente como un complemento de lo Apolíneo. La pareja Apolo – Dionisos se da en arte en la oposición que realiza Nietzsche entre las artes plásticas dominadas por Apolo y la musica, esencialmente Dionisiaca. Así, las artes plásticas estarían bajo el signo de la forma y la musica, según nos dice “el dios venidero”, como la ruptura de la dicotomia Forma-contenido en donde la forma es el contenido presentado. De este modo la musica es el arte no representativo (y por esto el arte dionisiaco) per exellence.
Primeramente lo dionisiaco es presentado por Nietzsche como el sentimiento de terror, de aturdimiento, de extasis, que brota cuando algo, sea el azar o sea su versión divina reprensada por Tyche, rompe la continuidad y el sosiego que nos brinda la apariencia mesurada de Apolo. Estos arrebatos de sentimientos Dionisiacos son el resultado de un huracán de vida ascendente. Retengamos ya desde este momento la idea de Dioniso como un momento culminante de fuerza vital. Este tema será retomado por el filosofo de Rocken en su etapa de madurez, desde una perspectiva ya mas fisiologica y no tan estetica. Pero ya se sospecha desde el origen de la tragedia la concepción del fenomeno dionisiaco como un florecimiento desmedido de fuerza vital. En este arrebato el principio de individuacion de cada ser se desdibuja, deja de ser, firme y definido en sus contornos para volverse gaseoso, difuminado, o bien liquido y fluido. Caen asi las barreras sociales y las distinciones de raza y clase. En el furor dionisiaco el hombre alcanza en el hecho (mejor dicho, encarna) el impulso que antes solamente expresaba a travez del velo suavizante de la mirada Apolinea.  No hay contemplación pasiva sino una vivencia inmediata e ininterrumpida que no deja un apice de espacio para la autoevaluación, pues la apariencia implica siempre un aprioristico reconocernos en cuanto aparentes, y para ello debe haber en nosotros un observador y un observado. El hombre ya no se siente ni observado por dios ni observador de dios, sino que esta por vez primera en union con ese dios, en juego con una divinidad que solo puede ser sentida entonces no como algo exterior sino como una extrañeza inmanente en el hombre.

Apolo es el deseo primordial de la apariencia, la apetencia de la forma librada de la contradicción del sufrimiento eterno existente el la sabiduria dionisiaca. La bella apariencia llega a su punto maximo en la supuesta ingenuidad en el arte heleno.
En esta primera concepción de lo dionisiaco se da claramente una necesidad reciproca: El mundo del sufrimiento es necesario para que Apolo lanze sobre los aterrados griegos su vision purgadora, liberadora. La antitesis Apolo-Dioniso es el nucleo sobre el cual gira el pensamiento Nietzschiano en su juventud. Estos hermanos están en una constante lucha que genera un devenir de creaciones y estilos artisticos, respuestas y desafíos que entre ellos se lanzan, y mediante este combate sin tregua avanza el arte y el mundo. La opocision es causa de una poderosa tensión. Nietzsche ve sana esta rivalidad pues es por sobre todo fructificante que hace crecer y desarrollarse a ambas partes, para concluir en la forma artistica superior en donde ambos dioses se dan por fin la mano, aunque sea temporalmente: La tragedia.
Claves Apolineas: Arte figurativo, Dorico, Bella Apariencia. Analogia del sueño, Mesura, Sosiego, Ojo solar, calma, mediania, musica Pictorica.
Claves Dionisiacas: Arte musical no figurativo, como presentacion directa de la voluntad Schopenahueriana. Extasis, Frenesi. Olvido de si mismo, transgresion de los limites del individuo: Desindiualizacion. Analogia de lo Embriaguez, El hombre como artista de si mismo: El hombre como artista y obra de arte a la vez.

2 - DIONISOS Y LA MUSICA

Lo dionisiaco es sentido aquí como un movimiento hacia la unidad primordial, digamos un movimiento “retrogrado”, pero solo en el sentido de que lo primordial es anterior a la formación de la conciencia
En los griegos el Dioniso Salvaje proveniente de Asia choca con la resplandeciente luz de la conciencia (autoconciencia) Apolinea. Este choque produce una abertura nacida del desgarramiento del ser individual que atisba por vez primera el abismo que lo separa de la naturaleza. Este sentir nace de la música dionisiaca (Pagina 39 del origen de la tragedia)
El sueño Apolineo del Olimpo Victorioso no es mas que una creación abstracta favorable a la vida y generada por el encuentro de los helenos con la espantosa sabiduria del dios de los Bosques.
La musica es lo tipicamente Dionisiaco. Nietzsche presenta la idea de que el estado de animo musical es el nucleo originario del arte, el cual luego produce una descarga de imágenes apolineas en forma de Poesia. Así, la musica no solo antecede al lenguaje: Lo configura. El lenguaje y el concepto, es decir, la imagen, es lo Apolineo por excelencia. De esta manera podemos decir que lo Dionisiaco antecede a lo Apolineo, siendo lo primero la fuerza, la energia fundamental existente en el mundo y lo segundo la forma, las multiples configuraciones que adopta esta fuerza para conformar un mundo de objetos.
Un ejemplo de esto es la cancion popular. En ella ve Nietzsche una representación Apolinea asentada sobre un fondo dionisiaco. Aquí ya no hay una representación apolinea cerrada en si misma, existiendo solo en el reino abstracto de la apariencia, sino como una representación que es una consecuencia, un reflujo de lo dionisiaco. La relación de necesidad antes enunciada se manifiesta como el juego entre estos dos instintos fundamentales, que tiene como resultado la creación de productos artisticos no solo apolineos o dionisiacos, sino productos apolineo-dionisiacos de los cuales la tragedia es su mas perfecta expresión. Así, la sublimidad y la excelencia de las representaciones Apolineas es directamente proporcional a la fuerza y al frenesi con que se presente su hermano Dioniso. Mientras mas amenazador y desafiante se aparezca el Dios Tebano, con mas majestad y autoridad se alzara también su hermano en Delfos.

3- EL PROFUNDO FATALISMO HELENO

Refutacion de que los helenos eran un pueblo de la Sofrosine
El pesimismo de los primeros helenos se halla expresado en los mitemas de gran contenido tragico (mitemas=cadenas o series de mitos) solo pudo ser superado sin caer en la aniquilación y el suicidio (es decir en el nihilismo activo) mediante el velo y la influencia apolinea: este velo es llamado religión solar u Olimpo, y es un producto artistico. Gracias a el fue tolerada la existencia al lado de tal espantosa sabiduria silenica. Este Arte-Religión es complemento y divinizacion de la vida. El fatalismo produjo entonces, como consecuencia, una Teodicea (O.T – P 42). La concepción de lo dionisiaco como una sobreabundancia de vida es necesaria para la superacion del fatalismo. Un deseo de la mas extrema violencia, un enorme deseo de vivir, tuvo que ser promovido para superar el primitivo horror ante la existencia. Cita de la pagina 45, dice Nietzsche en O.T: “Lo uno primordial, en cuanto agobiado por eternos sufrimientos y lleno de contradicciones irreductibles, tiene necesidad, para su perpetua liberacion, a la vez, de la vision exaltada de la alegria de la apariencia”.

4 – DIONISOS Y LA TRAGEDIA

El trabajo no podrá, por su duracion y naturaleza, mas que intentar mostrar la naturaleza dionisiaca, sin poder referir esta misma naturaleza en todas sus apariciones e influencias. Por esto mismo no ahondaremos en el fenomeno de la Tragedia en si, sino solo en lo que este fenomeno permite clarificar lo dionisaco. Así, al hablar de la tragedia atica nos referiremos a ella en cuanto influenciada por la presencia de Dionisos.


Es necesario detenerse en la tragedia atica como un resultado de estas dos fuerzas en conflicto, pues evadir el tema del origen de este genero artistico seria dejar incompleto e inacabado la teoria estetica del joven Nietzsche.
La tragedia tiene sus orígenes en los ditirambos, en los coros a Dionisos. Dionisos se halla en el origen mismo de la tragedia. En los coros dionisiacos el publico se halla entregado, gracias al enorme poder de la musica, al frenesi dionisiaco. En la tragedia, tanto el coro como el publico (que no es otra cosa que otro coro, un gran coro) están ambos fuera de si, volviendose seguidores de su dios, extaticos. El coro se ve a si mismo en las figuras en escena. Se identifica con ellas, y es que lo que sucede en escena no es otra cosa que una vision del coro. El coro, extasiado, sobrecargado de extasis dionisaco, produce una vision apolinea en imágenes descriptivas de ese sentir: Eso es la puesta en escena, la cual esta entonces subordinada a la musica. La musica como expresión directa del componente dionisiaco. Los miembros del coro ya no son un grupo de ciudadanos individuales, regidos por una moral y una etica civil, separados en clases y rangos, sino que ahora se han olvidado de si mismos, ahora son satiros en furor béquico. Esta transformación que tiene lugar mediante el olvido de si mismo, culmina con la máxima ilusión de que el coreuta y el expectador no solo se reconocen a si mismo en escena, sino que son ellos mismos Edipo y Orestes. Este es el nucleo del arte Tragico.
Así, la tragedia no seria otra cosa sino un coro dionisiaco que se descarga constantemente en visiones, que florece en escenas apolineas. Por esto mismo Nietzsche afirma sin reservas que la musica, el arte de Dionisos, es el alma y el corazon de la tragedia. 

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