26 mar 2013

¿que es esta mesa?

¿que es esta mesa que ahora percibo?. Dejemos de lado todo: Lo que nos pueden enseñar la fisica, la quimica, la matematica, la materia como compuesta de atomos y estos a su vez de particulas subatomicas, ect, y en general dejemos de lado tambien cualquier otra teoria cientifica o filosofica, y atengamonos a lo que se nos da tal como se nos da en la intuicion. Doy vueltas alrededor de la mesa, cambio mi posicion en el espacio; la percibo de lejos, o de cerca; observo su tapa o la miro desde abajo. El color de la mesa se muestra a traves de diversos matices, y lo mismo con su peso o el sonido que produce al golpearla. Su rigidez o estrechez, dependiendo de que parte agarre.
Facilmente se comprende que la mesa no puede darse sino siempre en cierta perspectiva: no puedo ver, al mismo tiempo, la tapa de la mesa y su interior. Si cambio de posicion y observo un lado, los otros ya no me son visibles, ya no me estan dados. Entiendemos entonces que a la percepcion de las cosas le corresponde siempre, de forma inherente, cierta inadecuacion, por que una cosa, como esta mesa, puede darse solo por un lado. Toda cosa se da en meros modos de aparecer, y siempre pueden darse nuevos lados. Los lados que pueden darse, potencialmente, son infinitos. La serie de percepciones, lados, escorzos es infinita e inagotable, carece de termino. Queda entonces siempre en la cosa un reducto, un horizonte de indeterminacion determinable (mediante nuevas percepciones). Por mucho que avancemos en la experiencia de una cosa, jamas podremos agotar la serie.
El sentido de lo que llamamos "cosa", es cierta serie infinita de percepciones dominadas por una unidad de sentido. La cosa que llamo "esta mesa" no es sino la serie innumerable  de aspectos que ella puede ofrecer en las succesivas series de percepciones que tenga.
Esta inadecuacion de la que hablamos antes no denuncia ni señala ningun defecto o limitacion por parte del sujeto, ninguna incapacidad suya para alcanzar la totalidad, sino que se refiere a una caracteristica esencial de la cosa misma. La necesidad de infinitud por parte de la cosa, es esencial. Por que la cosa es asi.
La filosofia ha solido sostener que todos los aspectos o cualidades de las cosas no constituyen su ser esencial, la cosa verdadera, sino que por detras de todos ellas, puras apariencias, se esconderia la verdadera cosa, la verdadera realidad, habria algun reducto metafisico, solo accesible al alma, a la razon, a los elegidos de dios, al espiritu, dependiendo de la escuela filosofica.
Si impugnamos esta vision metafisica, las cosas recuperan su condicion de manifestaciones, de Phainomenos, de fenomenos originales. Lo que se manifiesta, se manifiesta como realmente es, sin degradaciones, sin velos, sin reducciones por parte del sujeto, siempre que este se mantenga dentro de los limites justos de lo que percibe, en tanto lo percibe, del modo preciso en que lo percibe. No hay otra cosa mas que las representaciones o fenomenos de las cosas. La percepcion es la captacion de la cosa misma. Que esta percepcion sea realizada por un sujeto que posee una mente o psique, no autoriza a reducir todo fenomeno a un fenomeno psiquico o psicologico. Dado que no hay mas que los fenomenos, es absurdo distinguir entre la cosa en la psique y la cosa real. Es ademas imposible realizar la distincion, pues la presentacion de la cosa en la psique es la cosa misma, y la cosa misma es la representacion de la cosa en la psique. Aquellos aspectos y visiones de la cosa son la cosa misma, y no algo distinto o fuera de ella. La cosa material es la unidad de una multiplicidad de percepciones ininterrumpidas y coherentes. Entonces, cuando digo "esta mesa", hago referencia a la totalidad englobada por la unidad de sentido que emana naturalmente de la multiplicidad de percepciones que tengo de la mesa, pero teniendo claro que esa totalidad no se me da nunca en cuanto absoluto, nunca toda junta como totalidad, y que siempre hay una parte infinita de esta totalidad que queda como indeterminada determinable. La inadecuacion asegura que la esencia o totalidad de la cosa se nos escape.
Segun todo esto, nos es claro entonces que la cosa material no posee un caracter de ser absoluto, y como tal no posee una existencia necesaria. Puesto que toda cosa esta constituida por una serie infinita de aspectos, y cada uno depende de la existencia de la totalidad, la cual siempre permanece oculta o ambigua, nunca dada totalmente, entonces la cosa solo valdra como existente mientras las percepciones que se tengan de ellas sean coherentes. Y como siempre es posible que la serie de percepciones sea interrumpida o se vuelva incoherente, toda cosa material es por esencia contingente, y tiene una existencia solo presumida.



4 comentarios:

Jora dijo...

¡Jajajaja! Me encantó, casi me convences de que no tiene por qué existir nada de lo perceptible.
Es cierto que preferimos retener lo coherente y desechar lo que no lo es, aunque en algunos es al revez y le dan más sentido a lo que no es coherente justamente por ello. Una costumbre común es enseguida buscar explicaciones metafísicas que en realidad no hacen más corromper las experiencias que parecen incoherentes...

Diría que ciertas experiencias son demasiado solidas como para ponerlas en duda, y dije sólidas por que se me vino a la mente una mesa sólida, de roble quizás, de esas que tienen los señores feudales vikingos... Y luego está esa cosa de las percepciones de los demás seres con voluntad, que tienen diferentes puntos de vista, pero que aun así la gran mayoría guardan similares percepciones para con, por ejemplo, el peso y firmeza de la mesa vikinga. A menos que incluyamos a los demás sujetos dentro de los fenómenos que percibimos que, aunque técnicamente son fenómenos, ya estaríamos restandole importancia a sus voluntades.

Sebastian P. dijo...

Vos encaras en asunto desde una perspectiva psicologista, pero no se trata solo de coherencia e incoherencia desde un sentido afectivo, cultural o psicologico. Se trata de que la unidad de un objeto jamas la percibimos como una totalidad. Nunca vemos la mesa ni la sentimos en toda su totalidad, sino siempre desde una perspectiva. La unidad de sentido que abstraemos de la multiplicidad de percepciones que tenemos de una cosa, no tiene por que estar necesariamente en la cosa misma, sino que es una objetivacion de algo mas, de algo no percibido, sino puesto, agregado por el sujeto que percibe. No es que esa mesa no exista, sino que no tiene por que existir como un objeto.
Tu mesa de roble de señor feudal no es diferente a un espejismo. No podes ver la mesa en si, sino que ves cierta forma con cierto color desde cierto angulo. Si la vez de abajo, cambia. Si la vez de lejos, cambia. Si no la podes ver pero solo la tocas, cambia. La unidad de sentido no emana necesariamente de las multiples percepciones de la mesa, sino que es puesta por el sujeto.
Y el hecho de que todos los seres con voluntad y razon tengan similares opiniones respecto de la mesa y de los demas objetos, bien puede deberse a que la objetividad no esta en las cosas, sino en el sujeto, en el sujeto kantianamente entendido. Pasa aqui lo que pasa con las cualidades, pero escencialmente. Todas las personas coinciden con que el fuego es caliente, pero eso no se debe a que realmente lo sea, sino a que todos los sujetos poseen igual resistencia termica. El calor no existe en si, es una sensacion. Lo mismo pasa con la objetividad de los entes.

Jora dijo...

Entiendo... Pero si la objetividad está en el sujeto, es por que hay cierta similitud entre los mismos. Una serie de caracteres que nos hace simejantes, comprendidos dentro de un género o especie, o a lo sumo condicionados por la misma realidad.

Lo que sí es cierto, definitivamente, es que el concepto de mesa está en nuestra mente (metaforicamente hablando), pero son la misma clase de fenómenos para lo mayoría y percibidos de forma similar.

Anónimo dijo...

Te faltó poner la fuente:

https://blogcslp.files.wordpress.com/2018/04/principios-de-filosofc3ada-adolfo-carpio.pdf

Pág: 363.