15 oct 2014

Desfile

Uno empieza a ver un desfile de modelos y primero piensa "que buenas que estan estas minas" (mas que nada con las primeras tres o cuatro), pero a medida que la cosa continua, uno empieza a ver que definitivament algo no anda bien. Al principio es dificil darse cuenta de QUE es lo que no esta bien, hasta que uno siente algo parecido a lo que siente al ver pasar cosas por una banda de produccion o de ver pasar un autito por el scalectrix... repeticion, si... intercambio, las modelos se intercambian una por otra, y entonces descubris que son todas sospechosamente parecidas: los gestos, las sonrisas sobre todo, todas  tienen la misma sonrisa de anuncio de supermercado, una sonrisa que subsiste a los cuerpos, y entonces ves que todas tienen tambien un unico cuerpo, con medidas casi identicas, gestos y formas identicas, identicas formas de caminar, identica vacuidad en la mirada, todo un aire como fresco, liviano y despreocupado de absolutamente todo.
Son todas identicas, y ahi mismo uno empieza a sentir un horror vago, como un asco, como si en vez de estar viendo mujeres uno estuviera siendo engañado por un genio maligno (pero cual?) y lo que desfilaran fueran cucarachas o sopas instantaneas... ¿de donde vendra ese horror?
Es cuestion de seguir mirando la segunda o la tercera tanda de pasarelliadas, en donde las modelos ya se repiten, para darte cuenta que el horror no viene de la repetitiva variacion de un arquetipo psicofisico impreso sobre cada ser con la brutalidad de un molde industrial que corta y golpea los cuerpos y machaca y exprime los cerebros, hasta dejar a cualquier mujer, fuese como fuese en su fuero interno, como un calco de la version photoshopeada de cindy crawford o pamela anderson, no; El horror viene de el vago darse cuenta (vago al principio, pero el horror aumenta proporcionalmente con la lucidez) de que no hay repeticion porque no hay en realidad alguna variacion entre ellas, y que mientras a uno le mienten que esta viendo varias minas (ya una rubia, ya una pelirroja alta y desdeñosa, ya una morocha esqueletica como un cogote de pollo) en realidad lo que uno ve es a la misma mujer, ausente y espectral, que, autentico substrato aristotelico, persiste como una percha ontologica detras de los cuerpos potencialmente putrefactos de todas las chicas que caminan sobre la pasarela - banda mecanica de los cuerpos como las vacas caminan por el matadero.
Cuando uno se da cuenta que son todas la misma, se da cuenta tambien de que no son ninguna en absoluto (ya lo dijo el Flaco Spinetta, "ella es tan clara que ya no es ninguna") y que esa belleza que uno admira es en el fondo morbidamente horrida, como estar enamorado de un vaso de plastico o de una muñeca de trapo, como creer que la belleza esta en la estadistica o la pureza en los shampoos y productos para los ojos y los labios, como si lo que uno llama bello, la apariencia sensible del Bien decia Platon, pudiese estar en los vomitos y en las dietas, en los esfuerzos gastados en gimnasios, en los millones publicitarios, en las grasas y aceites fabricados de petroleo y demas materiales toxicos, que estas y casi todas las chicas se untan con una ignorancia indigesta en la cara y las axilas, en los ojos y los labios, y que este meter la cara en el basurero y el cuerpo en el matadero sea considerado bello e intente atraernos (¡y que de hecho lo consiga casi siempre!) lo que vuelve al horror en un asco directo, en una nausea que lo hace a uno sentirse sucio y descolocado, dentro de algo que es la realidad pero deformada, como si, sin previo aviso, la geometria de los cuerpos solidos se inflara en alguno de los costados del plano, desdibujando todo como si fuese un dibujo en un globo que se infla.

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