A veces siento que caigo. Y entonces comienzo a caer. Caigo yo o se cae el mundo, asi es. Por ejemplo ahora, mirando por esta ventana, mirando la noche oscura, oyendo el falso silencio de la ciudad, tan roto y tan quebrado de luces y de ese leve rugido de ruedas sobre el asfalto, siento que todo cae. Obviamente que nada cae, solo es una sensacion. Pero ahi esta: desmoronamiento. Siento que algo en mi se desmorona, se hunde insalvablemente en un abismo de materia viscosa, se aleja. ¿Se aleja de donde, me diras? No lo se. De algo que tambien soy yo o es parte mia, y sin embargo permanece. Cierta clase de desdoblamiento. A veces soy yo, a veces es el mundo. Todo cae o yo caigo, pero lo que pasa siempre es la dicotomia, sentir el filo de un cuchillo en la planta de los pies, la falta de puntos cardinales, el horripilante cosquilleo en una parte inasible. ¿te imaginás? Sentir una picazon metafisica, inrrascable?
Por suerte, ese desgarramiento, ese chirrido, dura poco. Es como un estiron, como doblar una rama arqueando los brazos, esa sensacion de los musculos vibrando, una resistencia y la sensacion de que en cualquier momento nuestra propia fuerza quedara peligrosamente libre. Ese miedo. Ese o el instante de terror panico que tenemos al, que se yo, al errarle a una silla o al estar cayendo sin poder agarrarnos de nada, de nada solido. Por suerte dura poco.
Y entonces es como si el cerebro se reconstruyera, como si el alma penetrase de una dimension a otra, desde el agua al aire o viceversa; Y entonces ahi estoy, solo en el mundo o solo fuera del mundo, dependiendo de que sea lo que caiga.
Siempre estuve solo en esta especie de pecera, de habitacion oculta a la que se llega por una puerta trampa.
Mentira. No siempre estuve solo. A veces estaban las presencias. Las invasoras. Estatuas terribles y sublimes, relieves obsesionantes, cristalinas o petreas fijaciones que de cuando en cuando y porque si invadian la mas solitarias de las habitaciones de mi mente.
¿como, como es que hallaban la puerta? En la infinita galeria, en la eterna biblioteca, en el teatro infinito, en los pasadizos laberinticos del alma, como? ¿como es que hallaban la puerta? Pues la puerta es siempre cambiante, es distinta cada vez. Nunca se llega a la pecera por la misma ruta; Y cuantas veces yo, desesperado por el ansia de vacio, necesite una noche de insomnio para hallar la puerta. Y entonces como, de que manera logran escabullirse desde mi locura o desde mi odio o desde mi amor hasta el recondito santuario. ¿como? El como no lo se. ¿que por qué? Tal vez entiendo el porque: para atormentarme.
¿con que otro motivo podian entrar? A lo largo de mi vida han sido varias.
A veces son con esferas. burbujas brillantes u opacas, pero siempre vacias, flotando o mas bien fijas, como una hendidura en la pared. Pero no en una pared, si no mas bien... ¿pueden ustedes imaginarse una pared tridimensional? No me refiero a un cubo, a un cubo de materia. Sino a una pared, a todo lo liso y llano y craso y gris que representa la pared. ¿conocen el misterio de la pared? no es tanto la pared como el misterioso espacio que esta detras de ella. Mas alla de ella. ¿que hay, siempre, acechando detras de las paredes? Imaginense ustedes un espacio tridimensional, vagamente infinito, no tanto infinito como indeterminable, To Apeiron; Y dentro de ese espacio (que por mera obligacion categorica imagino como cubico) algo como una hendidura o una burbuja, de un material todavia mas inasible, mas negativo. Y dentro de esa separacion, de ese espacio dentro del no espacio, la presencia. La presencia como un numen. La presencia como un gas venenoso, como una de esas casitas de ensueño que fragilmente subsiste dentro de la bola de nieve; Como un barco embotellado.
Otras veces, las mas de las veces, son perfiles. Oscuros, sombreados perfiles en donde se ve una boca, un ojo, la perspectiva de media cara oculta en la sombra, siempre en la sombra. Parpadeos de un cuerpo o de una frase a medias. Acordes, cortes, resumenes.
Otras veces, las menos, aparecen como cinematica, como sueño. Oh, afortunado quien ve las presencias como sueños, como cinematicas. Es muy raro, muy raro y muy lindo verlas asi. Uno queda como prendado, como abandonado a la magia. Asi es como entran muchos tipos de locura. Asi entro, seguramente, aquella frase de Calderon de la Barca. Cuidado con las presencias: tienen sus propias puertas, y siempre es mejor que no las abran.
Nunca aparecen como ellas mismas, es decir, como sus catalizadoras. Sus catalizadoras son canciones, peleas, paisajes, complicados e irrepetibles estados de animo, personas. En mi caso, siempre son personas.
Hay presencias menores y mayores, y solo las mas grandes son capaces de llegar hasta la pecera. Verdaderos ectoplasmas, se presentan en el sueño o explotan en los recuerdos, en cualquier momento.
Las menores, en cambio, estan atadas a combinaciones especificas. No tienen voluntado propia, y mecanicamente aparecen si se las invoca. La invocacion no es mas que la repeticion de una serie de pasos. Brujeria basica: basta con recorrer cierto bar y escuchar cierta cancion, basta con cierta peculiar inclinacion de los rayos del ocaso, con cierto tono especial del amarillo o con ver una boca o unos ojos parecidos. Pueden ser estos o cualquier combinacion de las casi infinitas que puede ofrecer el universo sublunar. Lo importante es que estan confinadas siempre bajo llaves especificas, y si uno esta atento puede verse siempre libre de su influencia.
Las mayores, por desgracia, son otra cosa. Tienen una inercia, una orbita propia, algo que solo por transliteracion o por hipostasis se puede considerar una voluntad. O mas bien: su canal de vida depende de un rio. Un rio al cual no puedo ponerle dique. Son siempre un cabo suelto, siempre una gotera, siempre una lluvia en pleno verano, una tormenta de primavera.
En mi caso son dos. Nunca aparecen juntas, nunca estan bien definidas, nunca entiendo sus razones.
Solo se que a veces, a veces siento que todo cae.
Que cae el mundo o que caigo yo.
Y entonces encuentro la puerta, encuentro el pozo.
El pozo es una habitacion en la oscuridad de la oscuridad.
Que guarda siempre el vacio salvador, el vacio puro, el vacio limpido.
Cuadrado de purisima nada.
Que a veces esconde un perfil,
Esconde un rostro
Oculta un tiempo
y con el el universo que lo regia entonces
no deberia
no quiero que este ahi
Nadie deberia estar ahi
tan callada
y sola
tetricamente sola
con el silencio culpable de un lobo
¿esperando, acechando?
Pero está.
Esta y entonces terriblemente
enloquecedoramente, irremediablemente,
ya no estoy solo.
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