16 abr 2018

Seisena

Seisena

Cada Sabado intentaba llegar primero. Por un lado era facil: Vivia a tres cuadras del Castillo*. Por el otro, era dificil: Sergio tambien vivia a tres cuadras. Y era mas madrugador que yo, y mas organizado. Siempre tenia el pelo mas corto y la camisa mas limpia. Los pantalones, siempre planchados. Un muñeco de torta, que carajos; Y los zapatos lustraditos lustraditos, como si tuviese un padre zapatero o un hermano lustrabotas. Pero no. El padre el almacenero. Un pelado gordinflon y fanfarron, con aires de gran señor, o al menos de señor moderado pero bien dueño de su propio negocio. Como si tener un almacen te ubicara por encima del ser humano de a pie. Un almacen. ¿que es un almacen? Un cubiculo lleno de paquetes de harina y yerba, de kilos y mas kilos de galletitas. Lo importante era que el almacen quedaba a tres cuadras del Castillo, y entonces Sergio podia llegar tan temprano como yo, y aun mas temprano.
Si: Mas temprano. Ese Sergio, dejenme decirles, era un imbecil. ¿pueden creer que hasta cuando iba de jeans los llevaba perfectamente planchados? Las camisas, por ejemplo, iban planchadas con una perfeccion geometrica, como si se las planchase una inteligencia artificial. El cuello almidonado, los puños cuadrados como si fuesen de carton Paspartu. De ahi fue que salio el apodo que usaba para Sergio en mi fuero interno: Paspartu. Me gustaba decirle asi. Sonaba a algo ridiculamente frances, de señorito. Y tambien a paspado. Un paspado frances, un francesito paspado, un Paspartu. ¿que clase de chico de 11 años se peina raya al costado, con gel? Uno de la especie de los Paspartu. Y Sergio, peinadito y arregladito como para casarse, estaba cada Sabado en la puerta del Castillo a las diez de la mañana, exacto como un reloj y molesto como el mal tiempo. Habia dias que incluso caia diez menos cuarto, el muy hijo de puta.
¿Y por que, pensaran ustedes, por que estaba siempre tan temprano? ¿que lo hacia llegar a las diez o a las diez menos cuarto cuando Akela, de rulos y con un eterno mate en la mano, no se dejaba ver la cara hasta eso de las diez y cuarto, digamos, cuando no a las diez y veinte? Y ni hablemos de Bagheera que, adecuadamente reencarnada en una suntuosa Tehuelche bolichera, no llegaba nunca antes de las 11 AM.
La respuesta es simple: Ser el primero. Sergio Federico Manelo, hijo de Manelo Padre, Baron del Almacen, tenia una tendencia compulsiva a ser siempre el primero en todo. Tipico complejo de hijo unico, de nene eternamente mimado. Culo veo, culo quiero. Siempre tenia que ser el primero en todo: El mas limpio, el mas obediente, el mas bueno, el que llega primero, el que tiene la mejor fiesta de cumpleaños, el que sale con la chica mas linda, el Lobo con mas insignias, el que dirige la mejor seisena de la manada.
A Sergio lo conocia desde el jardin de infantes. Lo conocia desde que ambos usabamos el guardapolvos a cuadritos azul y blanco. Siempre habia sido asi, engreido. Y yo siempre lo habia odiado por eso, silenciosa pero constantemente. Me irritaba esa ambición en un chico de mi edad. Me irritaba su peinado de estupidito, raya al medio. Por eso yo tambien llegaba temprano. Es decir, pura y esclusivamente para fastidiarlo, para hacerle la competencia. Digamos que, para tener once años, yo tambien era un chico bastante arrogante y pretencioso. Eso era, tal vez, lo unico que teniamos en comun. Eso y otra cosa. ¿Dije acaso que Sergio salia con la chica mas linda? Bueno... eso estaba por verse.
El resto, claro, era indiscutible: Era el lobo con mas condecoraciones de la manada. Era tambien el mas responsable, que era lo mismo que decir el mas obediente, el mejor visto. Era la mejor imitacion de un adulto, producida por un niño de once años que tenia claros indicios de psicopatia. ¿como puede ser que, de otro modo, un chico elija quedarse sentadito y calladito cuando puede hacer cualquier otra cosa? Educacion (buena) dirian algunos. Psicopatia, digo yo. En esa obedencia hay algo que no funciona bien, hay alguna descompostura, alguna cuerda rota, en fin.
Tambien era el mas limpio, el mas arreglado. Yo siempre fui bastante zaparrastroso: lo digo a mucha honra. Nadie en mi casa se iba a tomar el trabajo de plancharme un pantalon o una camisa. De hecho, usaba la camisa reglamentaria a duras penas. Casi podia decir que la odiaba. Sobre todo en verano. En verano, estar de jeans y de camisa manga larga me hacia sentir como si me hubieran encorsetado, aunque, como se imaginaran, jamas en mi vida habia usado un corset y por ende no tenia manera de saber lo que era estar encorsetado.
Respecto a las condecoraciones, tambien Sergio iba a la cabeza. No era que fuese particularmente habilidoso como era perseverante y obsequiso con los superiores. Practicamente podia llegar al borde del llanto si no le daban una insignia cuando pensaba que se la merecia. Akela era bastante parcial con chicos como Sergio o Florencia, es decir, con chicos pulcros y aplicados, prometedores candidatos a monaguillos y monjitas, o a dios sabe que aberracion de la naturaleza. Pero bueno, creo que yo tambien era bastante subjetivo, porque mientras a Sergio lo odiaba con conviccion, Florencia me era indiferente. Y eso que Florencia era tan competitiva y aplicada como Sergio. Me imagino que las otras chicas de la Manada la odiarian. ¿Dije que me lo imaginaba? Mas bien queria decir que las otras chicas la odiaban efectivamente. Yo podia percibir ese odio, esa hostilidad. Me imagino que era una cosa de bando, de equipo. Yo solo podia odiar a un igual, y ese igual era Sergio, un chico como yo al mismo tiempo que mi antitesis absoluta. Florencia tambien era mi antitesis, pero era una chica. Y a los once años ser chica era identico a ser de otro pais, que digo, de otro planeta. Yo no podia compararme con Florencia: era un ser demasiado extraño. No obstante, entendia que ella era tan repugnante para las demas chicas como Sergio lo era para mi... y solo para mi.
¿Pueden creer que un chico tan mañoso, lloron, consentido, manipulador y, en resumen, detestable, le caia bien a todos los chicos de la manada? Para mi, acostumbrado como estaba a considerar justa mi propia opinion, este hecho me hacia el efecto de una piedra en el zapato. ¿acaso nadie veia lo insoportable que era Paspartu? En ese momento no podia explicarmelo, pero siendo los grupos Scouts un semillero de futuros peleles de la iglesia catolica (nos hacian rezar antes de cada comida, incluso en las meriendas) o de retrogrados nacionalistas (cada sabado mete izar la bandera por la mañana y mete bajarla a media tarde) lo natural era que los chicos fuesen tambien una tanda de peleles en miniatura o de peleles en desarrollo. Lo cierto era que muchos de esos chicos estaban acostumbrados a obedecer ordenes. Tan cierto como que le tenian terror a los otros chicos. Es decir, a los chicos no obedientes, violentos, rebeldes, barbaros. Sergio, con su esforzada imitacion de joven-anciano, llenaba el arquetipo de adulto lo suficientemente bien para poder tener autoridad sobre la mayoria de chicos mas chicos, que iban desde los seis a los diez años, y que lamentablemente eran la mayoria en la Manada**. Vamos, que eramos un hatajo de ñoños, incluyendome. Pero yo era un ñoño en plan de dejar de serlo. Era un nene en plan de convertirme en adolescente, y para eso necesitaba la rebeldia. Necesitaba odiar o amar algo, o a alguien. Un amor o un enemigo o, mejor aun, un amor y un enemigo. Enemigo ya tenia, y andaba en planes para lo otro.
Econtrarlo (es decir, encontrarla) no fue dificil. La verdad es que no habia mucho para elegir. Siguiendo un principio propio del scoutismo, yo tambien distinguia a las mujeres en cuatro grupos o grandes categorias: nenas, chicas, pibas y señoras. Nenas eran las demasiado chicas, es decir, todas las que tenian menos de 10 años y medio. Pibas eran todas las mujeres jovenes, principalmente adolescentes de mas de 13 años. Señoras eran... bueno, Señoras. ¿hace falta explicarlo?. Lo importante era que tanto unas como otras estaban, fuese por exceso o por defecto, fuera de mi alcance o de mi interes. A lo unico que podia aspirar era a las chicas, y por chicas entendia a las de mi misma edad, de once o doce años. Y de estas habia mas bien pocas. Estaba Florencia, con sus anteojos y su pelo rubio ensortijado, que aunque era nada fea estaba descartada de antemano por las razones ya descriptas. Habia dos o tres esperpentos que constituian su guardia de honor, pero ademas de ser todas unas estiradas y unas aburridas, ninguna me atraia especialmente: una era demasiado enana, la otra demasiado larguirucha, y la tercera tenia un un grano insoportable en la mejilla derecha. No gracias. Y despues, punto y aparte, estaba Carla.
Carla, la mas nueva de las lobeznas. Carla, con su pelo castaño y sus jeans deslucidos. Carla, que se moria de ganas por probar los cigarrillos y por ponerse un arito en la nariz. Carla, hacia dos semanas que habia llegado y ya todos hablabamos de ella. Carla, toda una Bandarlog. Carla, por supuesto que Carla: No habia ni que pensarlo. Carla no solo era la chica mas linda de la manada sino que, de algun modo, era la unica chica. Lo supe instantaneamente, que ella tambien queria despertarse, que queria despegarse de las estupideces, de las cancioncitas y los rezos y de la bandera. Carla era mas pantera que la propia Bagheera. Lo supe e inmediatamente me gusto.
Desgraciadamente, nunca tuve mucha suerte que digamos. O eso pense esa vez. Tal vez fue la primera vez que pense que no tenia demasiada suerte. Carla era nueva. Habia que asignarle una seisena***. ¿a que seisena fue a parar? A la seisena Blanca. ¿quien era el seisenero de la Blanca? Adivinelo. Redoble de tambores. Sergio Manello, la puta que los pario a todos.
Aqui tengo que hacer un pequeño parentesis, y pasar a contarles la organizacion y division interna de la manada. Nosotros los lobos, bajo el mando de las generales Akela, la Loba Blanca, y Bagheera, la pantera negra, nos dividiamos en tres seisenas: La Seisena Azul, dirigida por la rubia Florencia Bianchi, de ojos tan azules como la seisena. La Seisena Blanca, el orgullo de la manada, integrada por los pazguatos mas obsequiosos y obedientes, toda una tropa de regaladores-de-manzanas-a-maestras, dirigida por Sergio Manello, preferido de Akela y succesor directo del legendario Hector el lobo Blanco, leyenda de la manada y ahora miembro de la rama Ranger. Y por ultimo, last but not least, la seisena gris, dirigida por Sebastian "El buho", para servirles.
La seisena azul se destacaba por su practicidad para las colectas y la organizacion en general. Estaba formada casi exclusivamente por chicas, es decir, por Florencia y las tres gorgonas mencionadas anteriormente. Completaban la seisena dos nenes mas chicos, que operaban de mandaderos y recaderos. La seisena Blanca se destacaba por todo lo demas: puntualidad, limpieza, buena conducta, capacidades tecnicas, insignias****, organizacion en los campamentos y, en fin, todo lo demas. Como dije, estaba integrada por imbeciles, todos hombres. Al menos, asi fue hasta la llegada de Carla.
La seisena gris, mi seisena, era imbatible en una cosa y solo en una cosa: en los juegos. Eramos especialistas en la victoria. La verdad nos tenian sin cuidado la organizacion, la ley, la respetuosidad a la bandera o cualquier otro tipo de honor. Lo nuestro era ganar en el futbol, ganar en el quemado, ganar en el reloj, ganar en la macha saltado.
Uno hubiese pensado que lo mas natural habría sido que Carla, una chica, fuese a integrar la Seisena Azul, junto a las otras. Pero, fuese porque esta ya estaba completa (tenia seis miembros) o fuese por el patente odio que le profesaban las azules, Carla fue a integrar las filas de los imbeciles. Recuerdo que me parecio una injusticia: Tanto la gris como la blanca tenian cinco miembros, fruto de dos deserciones recientes. Podria haber sido designada a cualquiera de las dos. Pero Akela la asigno sin dudar a la Seisena Blanca porque, claro, "tenia que aprender" y, por supuesto, ¿donde iba a aprender las idioteces de "la promesa", "la ley" y demas paparruchadas que en la unidad de Sergio? Si hubiera venido de entrada a mi Seisena, seguramente no habria aprendido nada de "vencerse a si mismo" o de "escuchar y obedecer", y mucho menos de "amar a dios y a la patria", Cruz Diablo.
Por suerte para mi, al cabo de pocos dias fue manifiesto que a Carla no le interesaba aprender nada de nada.


Sabado por la mañana. Bandera flameante, vasos de mate cocido. Un sabado esplendido. Sol y frio, mi clima favorito. Formamos filas. Akela dice, y nosotros repetimos, las maximas del libro de la ley:

El lobato y la lobezna:
   - Dicen la verdad.
   - Son alegres
   - Comparten las cosas
   - Escuchan, aprenden y ayudan
   - Cuidan la naturaleza
   - tiene ojos abiertos y oidos atentos.

En silencio y para sus adentros, el seisenero gris, el buho****** se rie de estas cosas. Pero por mas que me riera de ellas, al menos la ultima era cierta: Tenia los ojos y los oidos bien abiertos. Sobre todo los ojos. Los ojos del Buho estaban fijamente enfocados en la cuarta figura de la primera fila, contando desde la bandera. Una figura de Jeans y pelo castaño.

Sabado por la tarde. Vamos a jugar al quemado. Mis lobos grises***** están ansiosos por arrojar pelotazos. Yo mismo estoy ansioso. Mi mano derecha tiene las coordenadas de la cabeza de Sergio. Las pelotas del quemado, unas esferas a rayas verdes y naranjas, son verdaderas armas mortales. En mi seisena hay un tal Franco. Franco es un uruguayo rubio como un labrador y tonto como una mula, pero tiene un tiro de gancho que es el terror de la manada. Tan terrible es su tiro que Akela le prohibio tirar de gancho en los quemados. Por suerte, Franco sabe que en el juego de hoy puede hacer una excepcion. Hoy Akela no vino, y su seisenero le da permiso para tirar. Oh si, vaya que le da permiso. Tiene todo el permiso del mundo.
Blancos contra Grises. Las azules no juegan. Ella masca un chicle. Carla, la hermosisima loba-Bandarlog, cambio sus jeans habituales por unos pantalones de gimnasia verdes a tiras blancas. En los pies, unas zapatillas de lona. Tiene las uñas cortas y pintadas de un rosa violaceo. Se atiza el pelo, aburrida. La miro y pienso que yo tambien, que yo tambien soy un Bandarlog, y que mi verdadera seisena no es la gris ni la blanca, sino la naranja, el color por antonomasia de los pueblos sin leyes, de los que viven en lo profundo de la ciudad dorada. Tanto soy un Bandarlog que el lema de mi Seisena es "siempre libres", lema que me costo muchisimo que me aceptaran, y por muchisimo me refiero a toda una sarta de mentiras encadenadas, a toda una telaraña que asocia falazmente la libertad a la justicia y al orden y, dios mio, quien sabe a cuantas cosas mas. Para que noten el contraste, la seisena de Paspartu tenia como lema: "Siempre Mejor". ¿Se puede ser acaso mas chupacirios*7?
Bagheera dice que la vida de un lobato es puro juego. Mientras los acribillamos a pelotazos, siento que no puedo estar mas de acuerdo. Mis subordinados no disparan al azar. Siguen un plan preconcebido. Primero quemar a los idiotas menores, es decir, a todos menos a Sergio. Naturalmente que a Carla no se le dispara. Somos excelente tiradores. Yo mismo, ademas, soy un esquivador nato. Manello nota algo. Veo que la tiene conmigo, me tira a matar cada vez que agarra la pelota. Pero no hay nada que hacer: sus tiros son fuertes pero predecibles. Pasan todos de largo. Pese a todo, perdemos dos hombres. Tres contra dos. Tres grises contra dos Blancos. Mas bien contra uno. Carla sonrie. Sonrie desde hace un rato. Sonrie con una sonrisa ancha y picara. No sabe bien que, pero nota que pasa algo. Minimamente, debe notar que no le disparamos. Sonrie y nos mira, uno por uno. Cuando me toca el turno, le devuelvo la sonrisa y me agacho, justo a tiempo para esquivar un bolazo. Sonrie y sonrio. Codigo morse. Bip-bip. Si, Carlita, el plan es todo mio. Punto linea punto punto. Sergio tira de nuevo y nos quema otro miembro. Entonces lo codeo a Franco. "Tiras vos, Secret Weapon", le digo. Aunque eso mas bien lo pienso. De decirle, le digo algo como "hacelo mierda", y entonces Franco tira, dispara, Franco-tirador, saca un bolazo increible, algo digno de beisbol. La pelota vuela como si le hubiese pegado Roberto Carlos; Describle el espacio con una comba hermosa y le rompe los riñones a Sergio. El golpe suena fantastico, como si le hubiesen dado con un guante de box o como si le hubiesen largado una bolsa de cemento.  Sergio va al piso hecho ovillo y Carla tiene sus preciosos ojos de aceituna como dos platos playos. Bien, Franco, muy bien. Realmente te ganaste la subseiseneria.
- Bagheera, Franco tiro de gancho - le digo a Bagheera. Lo mira a Franco, entre divertida y enojada. Es fantastica esta Bagheera, pienso. Ella sonrie y le dice a Franco - Salis. Franco hace una malisima imitacion de la decepcion, y casi se le escapa la sonrisa complice. Mision cumplida, soldado labrador. Puede descansar.
La pelota en poder de los blancos. Pero blancos, lo que se dice blancos, no hay ninguno. Lo que tengo enfrente es una autentica naranja. Tiene la pelota entre las manos. Me mira. Agachado, espero el tiro. Sabe que no tiene chances. Bah, no se si lo sabe. Yo lo se. Sigue sin tirar.

- ¿vas a tirar? - le digo.
- No se - me responde - ¿vas a dejar que te queme?.
- De ninguna manera - le respondo - Tengo un invicto que defender.
- Es una lastima, porque te voy a quemar te dejes o no te dejes - me dice ella, amenazante. Se lleva la pelota a la mano derecha y se agacha un poco. El brazo izquierdo adelante, como apuntando. Carla tuerce la cintura, aprieta ferozmente el abdomen. La postura es inconfundible.
- ¿me vas a tirar de gancho? - le pregunto, tan maravillado como incredulo.
- ¿no acaban de tirar ustedes? - me responde.
- Si tiras quedas descalificada - le digo para presionarla.
- ¿te vas a quejar con Bagheera? - me dice cambiando la voz. Esa voz se la conozco. Es la que usa para remedar a las azules. Por alguna razon, me gusta que la use conmigo. Me atrae esa agresividad. Sonrio y abro los brazos en cruz.
- Tira - le digo.
- ¿seguro? - me porfia ella y, manteniendo la posicion, se acerca unos pasos mas.
- Tira de donde quieras - le digo agrandandome - Me tengo tanta confianza que te permito un tiro gancho - y esto ultimo lo digo en voz alta, para que Bagheera lo escuche. No puedo verla, pero se que debe haber sonreido. Carla se acerca aun un poco mas. Va a tirar lo mas cerca que pueda. Yo tambien me adelanto un poco, solo un poco. dos pasos nada mas. Sigo con los brazos abieros.
- Carla, ¿estas segura de que me vas a dar? - le pregunto, usando la misma voz en sorna.
- Muy segura - responde.
- ¿segura segura segura?
- Segurisima.
- ¿Tanto como para apostar algo?-. Ya esta, habia hecho la jugada.
- Tanto como para apostar algo - asegura Carla. Veo que piensa algo. Reflexiona. Entonces me dice -¿que apostas?. Ya tengo la respuesta preparada de antemano.
- Si erras, desde el sabado que viene te pasas a la seisena gris.
- Y si te doy, tambien me voy a la gris - me retruca Carla - pero si te doy, ademas de irme yo a la gris, vos te venis a la Blanca... ¿hecho?
Este ultimo "hecho" lo dice seria, ya sin sonrisas. Yo separo un poco los pies, flexiono las rodillas, bajo un poco los brazos. La miro a los ojos. Apunta a mi estomago. Puede tirar en cualquier momento.
- ¿Hecho? - vuelve a preguntarme.
- Hecho - le respondo. Pero casi no puedo responderle, porque en el mismo momento en que estoy cerrando los dientes para hacer la ch, el pelotazo sale como un misil teledirigido. Alcanzo a escuchar un gritito, un sonido bajo pero estridente, que parece marcarle el camino a la bala. En una centesima de segundo, me dejo caer al suelo de rodillas, como un limbista. La pelota pasa zumbando justo por encima de mi nariz.
Arrodillado y con la espalda contra el piso, miro a Carla desde abajo. Su pecho, ya incipiente, sube y baja con rapidez. Tiene varios mechones de pelo en la cara. La miro. No puedo dejar de mirarla. Estoy yo ahi, y ella es el mundo. El mundo sonrie y yo le guiño un ojo.
Los lobos grises habían ganado otra partida.
(T.B.C)

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*Nota: El "Castillo" era mi forma mental para referirme a la escuela privada Florentino Ameghino, la cual constaba de varios edificios de ladrillo rojo, que mas bien seguian un modelo de prision a lo Jeremy Bentham. La escuela ocupaba una manzana entera, y tenia un enorme patio de deportes, de baldosas blancas. Tenia tambien un considerabe arenero y un patio trasero, de tierra, mas parecido a un baldio a que a un jardin. Todo el complejo estaba rodeado por una enorme pared gris de casi dos metros y medio de altura. Tanto el color de la pared, un gris desteñido por las lluvias, como el rustico revoque de la misma, le daban toda la apariencia de ser la muralla exterior de un Castillo. De ahi el mote.
** En las jerarquias Scouts, las ordenes o "ramas" se dividen segun la edad. La rama de los lobos va desde los 7 años a los 11 años. Sergio, Florencia y yo eramos tres de los mas grandes de la rama. Tambien Carla.
*** Dentro de la rama Manada, se forma una seisena cada seis personas. La seisena sigue la logica de la unidad militar: tiene un comandante, el seisenero, y un subcomandante, el subseisenero. Para inculcar "la responsabilidad y la autogestion" (no tanto como la obediencia y la cadena de mando) cada seisena tiene cierta autonomia, si bien todas responden a los guias de la manada (en mi caso Akela y Bagheera). Asi es que el seisenero elige el color de la seisena, el diseño de la bandera, la cancion oficial y alguna que otra paparruchada mas. Cada Seisena tiene tambien un lema o frase, elegida por el Seisenero.
**** Llegado el punto, vale aclarar que las insignias son el equivalente a una condecoracion militar. En la Rama Manada, se entrega una insignia cada vez que se acredita que un miembro adquirio una habilidad comprobable, como aprender a nada, saber hacer nudos, saber tocar un instrumento, saber dar ordenes y obedecerlas, etcétera etcétera. Muchas veces se ganan en competencias y una camisa con muchas insignias era motivo de respeto y envidia entre los lobos.
***** Siempre pense que la designacion de los colores de nuestras seisenas no podia ser mas oportuno. Sergio, la inmaculada seisena Blanca. Yo, siempre un poco peor, la gris, porque el gris es como un blanco con defectos de fabricacion. Lo cierto es que fue cuestion de suerte que Sergio heredara la seisena blanca y yo la Gris. Mientras el habia llegado a base de "merito", yo me habia hecho con el lugar por puro descarte, o sea, porque era uno de los mas grandes y experimentados, amen que tambien de los mas despreocupados y descreidos del sistema Scout. Por supuesto que ni Akela ni Bagheera sospechaban esto ultimo.
****** El apodo de "Buho" me fue puesto, a modo de chanza, por el ya mencionado "Hector". Este imbecil pensaba (y no se engañaba) que ser una leyenda de un grupo de zoquetes pseudocristianos le daba el derecho de ponerle apodos a todos los nuevos. Mi melena negra y desordenada y los anteojos tirando a culo de botella me ganaron el mote de Buho. Lo que seguramente no sabia el imbecil es que los buhos son parientes nocturnos de las aguilas; Es decir, un ave rapaz, un cazador de ratas.
*7 "Siempre Mejor" es el lema de la rama Manada de Scouts de Argentina. Sergio sencillamente tomo el lema general como lema de su unidad. ¿no es esta la operacion basica de subordinacion? Sergio debe ser, hoy dia, como minimo, un almacenero modelo.





2 comentarios:

Udjat dijo...

Relato bastante divertido. Me gusta mucho como relatas a Sergio, casi que uno se lo puede figurar. Ahora, tenes un tema con las mujeres. No sólo escribis siempre de mujeres que te gustan al mejor estilo cantante de baladas, sino que además siempre destacas lo mismo de ellas: los ojos, el pelo, la cintura, la sonrisa. Será que son los rasgos que mas te atraen, seguramente, ya te conozco lo suficiente para saberlo.
Parece mas divertido de lo que pensaba ser scout, ojalá hubiese ido a mas de dos o tres reuniones cuando intentaron que entre. Sólo recuerdo dos cosas de mi experiencia: Una, que cuando llegué y dije mi nombre me dijeron muy estupidamente "ah, antes teniamos una que se llamaba Cielo y ahora vos Celeste" (que me importa, pensé). Dos, que el primer dia vi a una chica de mi grupo mostrando su habilidad que era patinar. No hubo mas experiencias. Maldita infancia.
En fin, me encantó.

Sebastian P. dijo...

Aclara eso de "Cantante de Baladas" por favor