12 jul 2019

Legis

En un dia de lluvia hice lustrar mis botas en la esquina de peatonal Florida y Mitre, justo en frente del Banco de Boston. En realidad la interseccion es triple, pues hay que sumarle la Avenida Roque Saenz Peña, also know as Diagonal Norte. Pocos saben que esta es una de las esquinas magicas de Buenos Aires. Magica en el mal sentido. Embrujada es una mejor expresion. Maldita, una mucho mejor. El mismisimo Banco de Boston pago las consecuencias de haber construido su casa central en esta esquina funesta. Primero, alla por el 27, el anarquista Di Giovanni les puso una bomba que casi les tira abajo el edificio. Fue tragedia tras tragedia hasta los cacerolazos del 2001, que dia tras dia asediaron las puertas hasta dejarlas con las marcas que todavia se pueden ver si uno mira bien. Finalmente en el 2004 fueron absorbidos por un banco Sudafricano que corrio igual suerte y termino absorbido por uno Chino. Los Chinos, es sabido, son enormemente supersticiosos. El mismisimo logotipo del Banco es un Lu, un simbolo magico de prosperidad. No contento con estos, los chinos camuflaron leones de Fu repartidos en todo el edificio segun las reglas del Feng Shui. Asi y todo, la maldad de la esquina permanece y permanecera.
Todo esto lo sabe don Alvaro, el lustrador de Zapatos que yace en la esquina desde tiempos inmemoriales. No me voy a andar con vueltas ni peripecias, ni a contarles toda una historia para despues cerrar con un supuesto final impactante que a las claras resulta arquetipico. Don Alvaro es el diablo. Y no digo un diablo, es decir, un demonio menor o mayor. Me refiero al diablo mismo, al jeque en persona. Y tampoco digo que el Diablo se haga pasar por un tal Alvaro, sino que se llama Alvaro de verdad. Esto supo muy bien el desafortunado martinista Cazotte. Lo que no esta del todo claro - yo al menos no lo se - es si la esquina es maligna porque el diablo lustra zapatos ahi o si Alvaro eligio la esquina precisamente por ser maligna. De todos modos no es relevante.
Lo que si es relevante es que Alvaro es el mejor lustrabotas de todo el microcentro porteño. Y hay quien dice que es el mejor de Buenos Aires, que es lo mismo que decir que es el mejor de Argentina, de America y probablemente del mundo entero. Si uno sabe que es el diablo en persona, entonces no sorprende tanto su pericia. Pero si no sabe, entonces es motivo facil para sacar a relucir el consabido orgullo criollo. Alvaro le ha lustrado las botas a personajes insignes: Lugones, Borges, Bioy Casares.
Cuando uno se va a lustrar los zapatos a su puestito, recibe siempre un Legis a cambio. ¿A cambio de que? A cambio de una porcion del alma. Alvaro, que vive en la cupula del edificio del banco, las guarda en frascos con aceite. Un frasco por alma. Va metiendo pedacitos hasta que el alma esta entera. A veces logra juntar un alma entera, pero la mayoria de las veces no. Principalmente, porque el porcentaje que uno entrega del alma a cambio de una lustrada de zapatos y un legis suele ser casi siempre muy pequeño. Claro que esto depende, como todo, del valor del alma del cliente. Asi, un Borges o un Goethe podria haberse ido a lustrar los zapatos tres veces por dia durante toda su vida adulta sin llegar a entregar la mitad de su alma. En cambio, al supervisor de call center o al vigilante facistoide le alcanza para dos o tres lustradas, maximo. Digo le alcanza porque cuando uno entrega toda el alma naturalmente se muere. No se puede vender el alma y seguir viviendo, por mas que algunos digan lo contario. Los seres "desalmados" son en realidad seres con un alma de porqueria, o con muy poca alma. Pero siempre tienen algo. De todos modos, a Alvaro no le importa si junta el alma entera o no. Los pedazos en aceite le vienen de maravilla. En aceite o en vinagre, el diablo las usa como acompañamiento para el vino de la tarde. Compra medio kilo de pan en la panaderia "La Piedad" (tiene un gran sentido del humor) y los remoja en los frascos. Como si comiera anchoas o pickles. 

File:Banco de Boston 1924 cúpula.JPG
Cupula del Bank Boston, Hogar de Alvaro de Maravillas, alla por los años 20

Pero mas importante que los caprichos pequeñoburgueses (es sabido que el diablo es desde siempre partidario de la burguesia) de Alvaro en materia gastronomica o de las equivalencias entre el valor alma y el valor peso es el hecho de que por cada lustrada uno recibe un legis.
Legis. Legis legis legis. Legis y esto y legis aquello y legis lo otro pero, ¿que es un legis? La unica forma de saberlo es habiendose lustrado los zapatos con Alvaro. Un legis es el conocimiento de algo que quizas no podria saberse de otro modo. Este conocimiento lo otorga don Alvaro de muchas formas. A veces se lo cuenta al cliente directamente. A veces narra una historia o suelta un sermon. Otras veces son conocimientos directos, verdaderas precogniciones. Otras veces, alucinaciones auditivas o visiones propias de los profetas biblicos. Lo importante es que un Legis es un conocimiento, de algun tipo, sobre algo. Mas importante es que este conocimiento es completamente aleatorio. Puede uno enterarse de cosas completamente superfluas e inutiles como puede enterarse de verdaderas verdades universales. Ya puede ser un importantisimo conocimiento practico que lo volveria a uno millonario o desataria la quinta revolucion industrial como una maxima moral de la que podria surgir una nueva humanidad. Dicen que esto depende tambien de la cuantia del alma con el cual se compren. Almas valiosas recibirian Legis de gran calidad (Vuelvo aqui a Pensar en Borges, que recibio de un Legis la ubicacion del Aleph y la del Zahir, o en Cortazar, que recibio de un Legis la continuidad de la galeria Guemes con la galerie Vivienne) mientras que almas mediocres o claramente inferiores recibirian Legis ridiculos o inservibles: el color de la pared interna de la casa de mengano. La contraseña de mail de la hija de la verdulera. La ubicacion de un paraguas abandonado en Sebastopol, cosas asi...
Quien les habla se ha lustrado los zapatos con don Alvaro exactamente media docena de veces, por lo cual he recibido hasta ahora seis Legis completamente distintos. Termino la historia con su ennumeracion:
1) El color de la bombacha de Rita, la chica que me gustaba en quinto de primaria. Violeta opaco. Un Legis bastante inutil, cuando no perturbador. Metodo de transferencia: vision en tiempo real.
2) La ubicacion de "el ombligo del mundo". El ombligo del mundo es el centro mismo del universo, el cual queda ubicado justo en el centro de una mesa de madera en un recreo al costado del Rio Lujan. Si uno se para en esta mesa y pronuncia "la palabra" (una frase magica que lamentablemente desconozco) entonces es instantaneamente transportado ante Dios. Metodo de transferencia: Sueño.
3) La cantidad exacta de baldosas del patio interno del colegio San Jose de Valladolid: 719. Metodo: precognicion.
4) El dia exacto de la muerte de una tal Mei HuanXtzeng, miembro futuro del Kuomitang: 16 de Abril de 2046 a las tres y treinta y cinco de la tarde con doce segundos. Metodo: precognicion. si algun dia me entero de quien es esta Mei, no dudare en notificarla.
5) Nombre y apellido de uno de mis grandes amores. Resulto que se trataba de mi novia actual, por lo que no aprendi gran cosa. 
6) Aspecto exacto y sensacion en mano de una piedra marciana que se encuentra cerca de la cima del Monte Olimpo.
Y eso es todo. Supongo que mi alma no debe valer gran cosa. Por otro lado, no tengo quejas en cuanto al estado de mis zapatos: Brillan como joyas. 

2 comentarios:

Jora dijo...

Es tentador ir a lustrarme los zapatos (si los tuviese) mezcla de cholulo y de ver si recibo un legis bien piola. Es como un azar para uno que no es conocedor de los misterios, una obviedad para el Diablo... Digo, saber el legis que a uno le toca. Le puede tocar a uno una sapiencia maravillosa o una mediocre, o una mas o menos, o una que parezca una cagada pero bien usada resulto provechosa... Pero lo turbio en todo esto es que uno podría medirse a si mismo según sus legis, y ese es un riesgo que no sé si tomar, más por que al fin y al cabo no soy yo quien valúa mi alma.

Al menos, por más intrascendentes que te parezcan algunos de tus legis. (el color de la bombacha en cierta edad pudo haber tenido un valor muy diferente) Ya tenés seis lustradas, seis fragmentos de alma entregados, y seguís vivo. Aunque es obvio pero, de todos modos, bien vale el alegrón de confirmar tener un alma más valiosa que la de un supervisor de call center o de un vigilante fascistoide!

Sebastian P. dijo...

Bien, pero nada de eso es seguro. Para empezar, estas suponiendo varias cosas. Quizas basado en el texto, que tambien supone muchas cosas (que no son ciertas). La mas importante de estas es que uno recibe un legis de calidad (o no) segun el valor del alma. Esto es algo que bien quisiera el narrador, pero la realidad es que no hay manera de estar seguros de ello. En realidad el Legis es mas bien aleatorio, azarozo y para nada meritocratico. La segunda cosa que supones (pero esto es ya error tuyo) es que podemos medir el peso o la calidad del alma por la calidad o cantidad de los Legis recibidos. Esto es falso. Primero por lo que dije antes. Pero tambien por esto: supongamos que es cierto que las buenas almas reciben buenos legis. Es decir, legis que a cambio requieren una buena porcion de alma. No me voy a meter con la contradiccion de "como un alma inmaterial va a tener pedazos", pero asi y todo, suponiendo que los tenga y que el alma sea de calidad, ¿como podriamos saber que porcentaje de alma hemos entregado por cada legis? Es mas: ¿como saber que cada legis corresponde a una misma proporcion de alma?
Tampoco estoy seguro de que don Alvaro sea quien valua el alma. Si asi fuera habria un problema, porque le estaria cobrando diferentes tarifas a diferentes clientes, basandose en la calidad del alma, que es algo innato. O sea, ademas de diablo, seria clasista, por no decir racista. Espiritualmente racista.
Hay una segunda teoria (no mucho mas alentadora) que dice que la naturaleza del Legis no depende tanto del alma como de los zapatos (tipo, corte, precio, valor estetico de acuerdo a la moda, valor de conjunto en relacion al resto de la vestimenta) o al estado de las medias. Tambien puede ser que el Diablo haga alguna evaluacion de otro tipo, algun sondeo intelectual, politico o antropologico.