-Si esa puta me engaña, la matare como a un perro -le dije a Hork, que me escuchaba con su habitual cara de perro cansino y estupido-. ¿Entiendes, Hork? ¡Como a un perro! Evidentemente Hork no entendia, pero su cerebro mitad hojalata mitad transistor hacia su mejor esfuerzo. Su mejor esfuerzo era tragicomico, era un chiste. -Dame otra cerveza, idiota -le ordene. Un tintineo de luces que me recordaron a las ridiculas maquinas tragamonedas fue su unica respuesta. Si Hork tuviese sensibilidad alguna para los golpes, seguramente le hubiera propinado un buen corto al estomago en ese momento, pero no la tenia. Eso era lo malo de los robots.
Sali del Salem's pasadas las cuatro. La calle era una inmundicia, como siempre. No importaba cuantos alfajorcitos metalicos soltaran las municipalidades, la calle era siempre un asco. Imaginen una asquerosa cinta de asfalto plagada de envases plasticos, tornillos, repuestos electronicos, cadaveres de robots, y cada tanto tambien algun otro tipo de cadaver mucho mas apestoso. Ahora multipliquenlo por cien, doscientos, por trescientas mil copias identicas entrecruzandose entre si en un pandemonium de cables, beeps y chirridos grasientos. ¿lo tienen? Perfecto estupidos: Eso se llama civilizacion, se llama ciudad. Antes algunos le decian "ciencia" o "futuro", e incluso habia algunos idiotas, pelmazos redomados sin duda, que llamaban a esta mierda ciencia ficcion. Nosotros los hombres de ahora (es decir, los pocos que quedamos, hombres de verdad, cien por ciento carne de nuestra puta madre, sin injertos de lata o cyborgizaciones) somos mucho mas realistas y ya no hablamos de ciencia ficcion sino de asqueroso monton de basura o, mas simple, realidad.
Segui caminando y, ¡voila! me llego ese inmundo hedor del que les hablo. Con suerte seria un gato muerto. Con un poco mas de suerte seria algun tipo o alguna zorra. Un idiota o una zorra menos significa mas aire para el que les habla. Por mas aire valia la pena soportar el hedor de lo putrefacto. Aunque pensandolo bien, las zorras no me caian tan mal. De cierto modo eran mi unico prospecto, lo unico que podia ponderarme como un objetivo para el dia siguiente. ¿que otra cosa podia proponerse un hombre de nuestra epoca? Aqui uno elige: O el idiotismo o la miseria. El idiotismo eran los cocteles sinteticos y la casi perpetua conexion al mundo virtual. Freirse lenta e irreversiblemente el cerebro. No gracias. Si habia que freirlo, prefiero hacerlo a conciencia. Por eso elijo la miseria, es decir, los callejones, la cerveza y las zorras. Las zorras son el santo grial de la miseria. Asi era en la querida y podrida tierra desde que las maquinas y los automatas tomaron el mando.
Tengo entendido que estos males no son un invento de mi epoca. Es decir, que los humanos del antiguo regimen eran ya y cada vez mas proclives a esos dos males: La idiotizacion y la miseria. No por nada el mundo esta tan plagado de bares, y tengo entendido que la conexion a la red existia ya desde antes del cambio. Eso prueba que la creatividad sigue siendo una porqueria fundamentalmente humana. Los robots no pintan, no escriben, no componen, ergo no inventan nada. El desastre actual es solo el resultado de una cuenta. Pura magnificacion, dos por dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho, y un robot con programacion mierdosa hecha por humanos es un robot mierdoso con consecuencias cubicamente mierdosas. Los genios de la ciencia ficcion (tambien se llamaban a si mismo "cientificos", sea lo que sea esto) no consideraron la terrible cachetada que se avecinaba a su cara bien afeitada: La inteligencia artificial no implantaria un gobierno racional. La inteligencia artificial, creada por y por ende con patrones humanos, no limpiaria la mierda: La llevaria a nuevos niveles, a niveles inimaginados... no, incalculables por el hombre de entonces.
Hubo algunos imbeciles que, un poco mas precavidos, previeron esta posibilidad tan solo en su imaginacion. Eran algunos artistas, escritores y demas canalla imaginativa. Ninguno lo planteo como un problema real, y conforme la ciencia avanzaba por un lado, los escritorsuchos se cirscuncscribian a la ficcion. Debieron ser bastante idiotas para no atar los cabos tan simples: Si la lucha por el poder era constitutiva de la inteligencia humana, una inteligencia desarrollada segun patrones humanos llegaria inexorablemente, por derecha o por izquierda, a las mismas podridas conclusiones. Ya dios guerreaba en su cielo de pacotilla, ya los hombres guerrearon en su charco de lodo, luego los robots guerrearan sobre las planchas de cemento. La suya es, por cierto, una guerra mucho mas inteligente y silenciosa. Una guerra preventiva y de acciones tan enormes como indirectas. Globales. Lo cierto es que sin premeditacion no se hubiese podido, a base de pestes biologicas y economicas, reducir la humanidad al puñado de miles que hoy habitan, por decirlo de algun modo, las "zonas seguras".
Las zonas seguras son alrededor de una treintena. Mas alla de ellas, impera el control y la disciplina binaria de los automatas. No tengo idea, ni quiero tenerla, de que diablos estaran haciendo las maquinas con el planeta. No lo se pero tengo algunas ideas: Cada año hace mas calor y las explosiones remotas se escuchan a diario. Si tuviera que apostar mis creditos a ello, diria que las muy putas estan esperando a que nos extingamos por cuenta propia. La destruccion de la poca habitabilidad de la tierra es solo un empujoncito. Ninguna ayuda viene mal, ¿cierto? De todos modos, las cosas no pueden ser peores que en los tiempos en donde los hombres aun decidian las cosas. Por ahora nos quedan las zorras, los callejones y las cervezas servidas por automatas idiotas con olor a aceite de motor. No sera el paraiso pero es algo.
Sin parar de caminar decidi salir un poco del melodrama, dejarme de estupideces e ir a buscar por ahi una buena zorra, de tetas grandes y un culo de proporciones macedonicas. Siempre preferia a las jovenes al natural, pero estaba suficientemente ebrio para no ponerle peros al asunto. Ademas, encontrar algo que no tenga implantes a esa hora de la noche era mas dificil que hallar un arbol.
Como me habia gastado hasta el ultimo puto credito en las cervezas y gin's baratos que Hork servia por veinte centimos la taza, no tenia otra opcion que caminar. El itinerario nada feliz me dejaba solo una opcion: Fenny's. Era el unico lugar en donde Liza podia andar a estas horas, y Liza era la unica zorra con la cual podia prescindir de creditos. Al menos todavia tenia cigarrillos, tres o cuatro. Casi llegando a Fenny's me detuve en la esquina a encender el dichoso cigarrillo. Mientras intentaba que el chispero funcionase, heche un par de miradas al intenterior del local: Evidentemente cerrado. . Los muchachos habian cerrado temprano esa noche, lo cual significaba que no habia muchas chances de ver a Liza esa noche. Seguramente andaria por el Meinhon o por el Crawnbeerry's. Ya podia imaginarmela con esas maravillosas tetas al aire, girando estupidamente sobre algun caño. La perspectiva era prometedora, pero no tanto como para obligarme a caminar las sesenta o setenta cuadras que me separaban de ambos locales. Con el cigarrillo en la boca solte una sonora maledicencia al aire. Esta no era mi noche, ni mi semana, ni mi mes, ni me año, ni mi vida, como dijo el Poeta.
Esa noche era una jodida porqueria. Conclusion irrefutable A lo lejos sea oyeron entonces las sirenas de los tanques patrulla. "Problemas para algun estupido", pense mientras me ponia en marcha. Siempre, siempre podia ser peor.
Treinta cuadriculas de cuatrocientos metros cuadrados de pura mierda acementada separaban el infecto inodoro cubicular en donde vivo del gran monton de mierda del bar de Fenny's. Los transportes no existian en ese culo del infierno que era la zona segura doce, y entonces habia que caminar. Caminar, la forma mas antigua de locomocion, si descontamos el repto de los reptiles y el mero arrastrarse idiota de los caracoles y de ciertas mujerzuelas. Habian pasado tres guerras mundiales, cientos de profetas religiosos, millones de charlatanes orales y escritos (estos ultimos habian sido los peores), miles y miles de presidentes, ministros, inventores. ¿y para que? Para que ahora uno tuviese que caminar, en pleno siglo de la robotica, cuarenta manzanas hacia su cubiculo.
De hecho, si lo pensaba con logica (aunque esa palabra carecia en estas epocas casi completamente de sentido) ¿para que demonios volvia de todos modos? No tenia ganas de ver la cara de Zara, siempre palida y como salida de una congeladora, tan aburridamente cargada de reproches, pastillas y quien sabe de cuantas insatisfacciones y sueños arruinados, todos por supuesto culpa de quien aqui les habla. Alguno de esos dias la echaria a patadas de mi cubiculo. Si, ¡a las patadas limpias, a los limpidos patadones con esa puta frigida! Y ultimamente estaba menos puta y mas frigida que nunca. Estaba seguro de que me ponia los cuernos hasta el tercer piso. Solo era cuestion, por pura modorra, de atraparla con las manos en la maza y, con lo estupida que era, no pasaria mucho tiempo. Hasta entonces, y probablemente esta noche era parte del "hasta entonces", deberia soportar todas las quejas y reproches tipicos de la puta frigida. ¿Soportar eso, yo, luego de caminar como una mula con este maldito calor industrial? No señor. El mundo seria un gran culo y yo un prodigioso monton de estiercol, pero estaba todavia lo suficientemente cuerdo como para saber lo que era bueno para mi; Y a esa hora, lo bueno era otra taza de cerveza de vente centimos. El problema era, ¿cuando no?, que no tenia creditos. Nada de nada, ni siquiera esos veinte centimos. -Eso es lo malo de esta maldita epoca -murmure rabiosamente mientras caminaba-. Uno antes podia, si era un hombre, hacerse de un cuchillo o una pistola y ¡Zas!, conseguir lo que necesitaba, ya fuese dinero, armas, respeto o cerveza. Ahora a uno le insertan un jodido chip en el culo y listo, queda jodido por toda la eternidad en lo concerniente a la dignidad y a las finanzas. Obligado como un chino a trabajar para esas porquerías mecanicas, para esas moles a base de tuercas y tornillos.
A la mitad del recorrido torci por la calle 17. La diagonal me ahorraba al menos dos calles. Todo ahorro es importante. No habia hecho ni dos calles por la diagonal cuando vi las luces de una vivienda. Eso si que era raro. De todos modos, nunca me hubiera detuvido si no fuese por la rubia que casi estupidamente posaba en un farol a la luz de las lamparillas. Era una imagen de ensueño o, mas bien, de pesadilla, carnavalesca. Al acercarme a ella la mire con cuidado: ¡estaba buenisima! Un culo bien macizo que casi no entraba en la minifalda de cuero y unas piernas que no terminaban nunca de bajar hasta los tacones. Tenia ademas, como toda rubia nocturna, un descomunal par de tetas artificiales que parecian estranguladas por un corset dos talles menores. "¿ey nena, no necesitan algo de ayuda esas lolas? Yo creo que se atascaron ahi dentro" Pense para mis adentros. Me detuve junto a ella y vi que me miraba como quien estudia un mapa. Repentinamente no me senti tan ebrio.
-¿necesita ayuda señor? -me dijo con picardia- ¿acaso esta perdido?
-Necesito alguien que me lleve a casa, nena -respondi.
- Yo puedo llevarte a otro lado si queres. Puedo llevarte a varios, lindo- me dijo mientras se ajustaba aun mas el corset. Ese escote eran los montes urales de la region doce.
-¿como te llamas? -le pregunte mientras le miraba descaradamente las tetas.
-Pam- Respondió. Definitivamente era una Pam, el nombre le quedaba a las mil maravillas, pero decirselo era estupido. La estaba mirando como un idiota. Era mejor ir al grano.
-¿cuanto por el sacudon, Pam?
-Trescientos - dijo Pam. Era demasiado.
-Pam -le dije con una sonrisa autenticamente cinica- no pagaria trescientos creditos ni por todas las lolitas de Nabokov - Naturalmente, Pam no entendio la referencia literaria, asi que tuve que precisar- Con ese dinero puedo emborracharme tres meses seguidos, Pam.
-Pues ve a emborracharte entonces - dijo Pam dandome la espalda o, mas bien, un culazo infernal. Asi que no era del todo estupida, pense. Al menos sabia promocionar bien la mercaderia. Normalmente me hubiera ido cagando leches de alli, ¡pero tendrian que haber visto ustedes ese culo! Era como un canto de serafines embutido en cuero. Definitivamente tenia que hacer lo posible por juntarlo con mi propio embutido.
- Escucha Pam - le dije - no es que crea que no lo vales pero, nena, ¿no crees que es un poquito, solo un poquito excesivo?
He ahi que intentaba regatearle el precio a una prostituta en una diagonal, hecho ya de por si estupido y grotescto, sobre todo cuando uno no tiene un solo credito, ni siquiera uno. Yo parecia haberme olvidado de esto ultimo, o tal vez esperaba que Pam, en un acto de supremo altruismo, accediese a dejarme martillarle el culo absolutamente gratis.
-Un precio es un precio - enuncio Pam, creyendo tal vez en lo irrebatible de las tautologias. Para rematar, agrego: Si te parece, bien. Si no te parece, puedes seguir para donde ibas.
-Pam, se ve que no tienes una buena noche -prosegui- yo creo que te lo pasarias muy bien conmigo si cedes un poco. Ten compasion de los pobres, belleza.-habia que intentarlo por todos los medios: halagos, clase, racionalismo, lastima.
-Estaba fantastica hasta que apareciste, viejo -dijo Pam luego de dar un largo suspiro. Luego me encaro de frente y comenzo a tocarse disimuladamente las tetas- Mira, viejo: lo que ves es lo que hay, ni mas ni menos. Y lo que ves -susurro abriendo el corset y liberando esas dos tempestades de carne siliconada- vale trescientos, ni mas ni menos.
El argumento de Pam, como el de Frine, era irrebatible. Las palabras siempre dan lugar a duda o refutacion, las tetas nunca. Solo cabia una cosa por hacer.
- Pam, preciosa-le dije- tengo una mejor idea.
-¿de que se trata? -dijo Pam, que acaso imaginaba el llamado a algun amigo o el pago con objetos de valor.
-Simplemente lo siguiente: voy a darte por culo aqui mismo.
-No tengo problemas con ello... -tercio Pam- siempre que tengas los trescientos aqui y ahora.
Aquella era sin dudas una zorra avara y dura tanto como yo era un perdedor inutil. Nada fuera de lo comun, todo estaba muy bien en el mejor de los mundos posibles. Estaba exhausto, harto. Suspire.
- No tengo los creditos, Pam-le dije, ya resignado a mi suerte asquerosa. Pam parecio advertir algo de sinceridad en mis palabras, pues note cierta consternacion en su mirada. Tal vez el milagro fuese posible, o tal vez sacaria un arma y me dispararia tres veces. Tal vez yo era un idiota. Todo era posible. Pam me miro unos segundos y luego hablo.
- Y bien... -dijo con una voz distinta- ¿entonces cuantos creditos tienes?
Era idiota ponerse nuevamente a negociar un precio que de todos modos no podia pagar. Si debia ocurrir el milagro, habia que seguir hasta el fondo.
- No tengo ni siquiera un credito, Pam -le dije, y luego agregue- Aqui. No tengo ningun credito aqui y ahora, como tu bien dices. Claro que mañana, luego de pasar por algun centro remunerativo, la cosa seria muy distinta, Pam. Si accedes, mañana podria venir aqui y pagarte por lo de hoy, incluso con intereses. Tu solo pide. -ya esta, lo habia dicho. Acababa de proponer algo indeciblemente estupido, incluso para una callejera.
-¿acaso quieres pagarme a credito? -me pregunto la estupefacta Pam. Yo asenti.
- Viejo, ¿crees acaso que soy una estupida, que mierdas te has creido? -No habia milagro. Ahora no solo era un perdedor, sino tambien un idiota. Vi que la cara de Pam se inflamaba, que el pelo se le erizaba como a un gato. Solo podia hacer una cosa antes del tipico estallido de la puta ofendida: Irme de alli.
Mientras me alejaba de la diagonal podia oir aun los gritos enfurecidos de Pam, llamandome "viejo pervertido", "maldito perdedor", "pedazo de basura quebrada", "porqueria inmunda" y todo tipo de gorgorismos de la real academia Prostibular. Era cosa de no creer. Puedes hacerles lo que se te ocurra, cualquier cosa que se te venga a la mente e involucre penes, agujeros y extremidades. Puedes ir borracho, sintetizado, cargado de explosivos y armas; puedes estar bajo pedido de captura, e incluso se te puede ir la mano con las nalgadas y cachetazos. Todo, todo mientras pagues. Mientras tengas creditos, nada ofende su orgullo de zorra. Como toda mercancia, su principal orgullo consiste en venderse lo mas caro posible. Si no pudieran venderse, seguramente se tirarian al acantilado mas cercano.
Llegue a mi bloque de cubiculos, despues de dar varias vueltas y rodeos inutiles, casi con el alba. Subi los seis pisos por las escaleras. El elevador habia dejado de funcionar hace años. Nunca entendi como las maquinas o lo humanos no habian inventado cosas que se reparasen solas. Todo se rompia constantemente y era un fastidio estar atando todo con alambre cual Argentino. Pero los slogans de los automatas nos decian que "todo ahorro es importante" y que "remendarlo es mejor que tirarlo". Los malditos, los jodidos campeones de la aburrida sustentabilidad, de la prision absolutamente recursiva. Al llegar a la puerta de mi cubiculo note que esta estaba entornada.
-Esa zorra estupida- maldije para mis adentros. Esa noche iba a darle una buena, iba a darle una buena por mas que fuese una cubetera. Pam me habia dejado como un termostato en Ecuador. Empuje la puerta y entre. No valia la pena cerrarla, nadie iba a robarle a un miserable.
Entonces note dos cosas poco habituales en mi cubiculo: primero, habia una botella de Vodka importado sobre la mesa del cuchitril que teniamos por comedor. Segundo, se escuchaban sendos gemidos provenientes de mi dormitorio.
-Bueno -me dije para mis adentros- tardo menos de lo pensado. Agarre la botella de Vodka, y cuidandome de no hacer ruido, le uno, dos, tres tragos largos. Podria entrar en este momento y matarla a golpes con esta misma botellita, pense. Pero no, no. Habia que ser prolijo, tomarme mi tiempo. Dejando la botella sobre la mesa, tome una silla y la pegue a la mesada de la cocina. Me subi a ella y, haciendo un esfuerzo monumental de equibrio debido a mi estado, saque del estante mas alto una lata redonda y oxidada. En su interior estaba mi vieja Bersa 22 automatica, y dos cajas de balas. No necesitaba dos cajas. Una seria mas que suficiente. Baje de la silla y aguce el oído: Los gemidos continuaban ininterrumpidamente. Joder, ese tipo era muy bueno, mucho mejor que yo. Tal vez usaria las dos cajas de balas despues de todo. Luego de cargar el arma, entre tranquilamente a mi dormitorio. Al verme, Zara lanzo un grito y arrojo una sabana sobre el otro. Fue rapida, pero no lo suficiente como para no reconocerlo.
-Hola Zara -dije tranquilamente. Zara luchaba por ponerse el sosten. Parecia confundida.
-Veo que te lo pasabas de maravilla - dije.
-¿que haces aqui a estas horas? -pregunto ella estupidamente.
-Es mi casa, puta estupida -respondi tranquilamente- Ahora, si hicieras el favor de destapar a tu amiguito.
-¡Baja un poco los humor, cabron! - estallo Zara- ¿que te has creido? Yo se de donde venis, borracho inmundo. ¡No tenes derecho a reclamarme nada, nada! -. Esto sin duda iba a ponerse cada vez mejor. Levante entonces el arma, que hasta ese momento habia ocultado bajo el cinturon.
-Derecho, tal vez no lo tenga, -dije- aunque de todos modos no me interesa. Es cuestion de poder y voluntad, preciosa. Tengo inmensas ganas de pegarte un tiro y, vaya casualidad, se da el hecho de que felizmente tengo un arma en la mano.
Zara palidecio. Obviamente no era estupida, o no tanto para creer que yo sacase el arma del tarro solo por teatro. En un intento por parecerme mas madura o arrepentida, se puso una bata de seda. Tuvo un efecto inverso.
-Linda bata -dije- es la primera vez que la veo.
-Si... es un regalo - dijo ella con voz de arrepentida.
-No importa. Yendo a otro tema, ¿por que usas sabanas con esta cosa?
Zara guardaba silencio obstinadamente. El buen humor que lo ridiculo del caso me habia dado comenzo a disiparse rapidamente. Tome las sabanas que cubrian al otro y de un tiron lo deje con el culo al aire... o con lo que sea que tuviese en lugar de culo.
-Un robot -exclame friamente- esto es digno de ti, Zara. Casi deberia aplaudirte por lo robotico de tu solucion: A puta frigida, amante a transistores. Es perfecto.
Como Zara guardaba silencio me diverti humillandola durante un rato. Su mutismo era olimpico, y sin embargo note que sus ojos comenzaron a brillar con el brillo peculiar de la furia. A cada insulto o figura ironica su rostro iba adoptando una faz amenazante y como de dragon, y sus manos se crisparon en un par de puños lividos. Estaba mas horrible que de costumbre. Por fin exploto.
-Burlate todo lo que quieras, imbecil -me dijo con una voz gelida- burlate y reite todo lo que quieras, pero esta licuadora, esta tostadora, este pedazo de hojalata es mucho mejor que vos. ¡me ha dado una noche como no he tenido en años! ¿entiendes? ¡en años, borracho asqueroso, mujeriego de porqueria! ¡años!
- Te felicito -le respondi- Supongo que entonces habras programado perfectamente la rutina de este microondas -para darle mas dramatismo a la escena, dispare dos veces contra el robot. Una lluvia de chispas y de luces fue la unica respuesta. Comenzo entonces a soltar toda una serie de pitidos y beeps que seguramente indicaban errores y daños para algun reparador invisible. Odiaba los pitidos, asi que volvi a dispararle, Los pitidos disminuyeron un poco.
-No hace falta programarlos, imbecil -me dijo Zara sonriendo- tienen una funcion de aprendizaje rapido.
-Y quieres decirme, zorra robofilica, por amor de dios que significa eso en palabras normales.
-Significa - dijo ella- que esta maquina es capaz de hacer algo que tu no has podido en todos estos años: notar que partes y posiciones son las que mas me excitan, y luego repetirlas y combinarlas hasta el hartazgo. Toma nota de eso, estupido: ¡las maquinas lo hacen mejor!
Asi que las maquinas lo hacen mejor. Nada mal, pense. Toda una frase de cabecera. Era cuestion de tiempo para que los magnates de la publicidad incluyeran esa frase en la propaganda habitual. Despues de todo, tenia sentido: los robots no tienen esperma, ergo no embarazan mujeres. Si no hay embarazo no hay cria, y si no hay cria los humanos se extinguen. Mire detenidamente al amante robotico. Parecia un maniqui, algo construido de metal, cuero y gomaespuma. Completamente imperfecto. Si, imperfecto e inagotable. Casi un hombre, pense. Salvo por lo de inagotable. Era cuestion de tiempo para que las maquinas lanzaran al mercado todo tipo de amantes androides, mitad humanos mitad metal. Era divertido pensar las posibilidades: Amantes con la cara de Bob Dylan o de Micky Rourke, con el fisico de Stallone y la cara de James Dean. Y por el otro lado: el fisico de Ava Gardner y la cara de Romi Schnaider. No estaba nada mal. Si salia algo asi, correria a comprar una. Por otro lado, esa porqueria que estaba sobre la cama comenzaba a emitir pitidos nuevamente, y Zara emitia tambien sus pitidos - insulto y sus pitidos- reproche. Era demasiado, casi parecia que yo no estaba al mando de la situacion. Me basto con apuntarle a la cabeza para que los pitidos de Zara cesaran. Ahora solo faltaba el robot.
-Tienen el procesador en la cabeza -dijo Zara leyendome la mente- los hacen asi por antropometrica.
-Gracias, linda -le dije cinicamente, dandole un sendo cuetazo al robot en la cabeza. Los pitidos cesaron- espero sea igual contigo. No quiero desperdiciar balas.
-Oh Green -dijo Zara, sollozando- Vamos, es una maquina, tecnicamente no cuenta como infidelidad.
-Tecnicamaente es identico a masturbarse con algun objeto, ¿cierto?
-Exacto - me respondio Zara, que obviamene no comprendio el sarcasmo- Y nadie en su sano juicio mataria a su chica por masturbarse, ¿verdad que tengo razon?
-Claro que tienes razon, conejito - le dije sonriente- tu razonamiento es robotica y binariamente perfecto, Cogito ergo Sum. Pero mucho me temo que has errado en tus premisas.
- ¿que? dejate de bromas, Green. Baja el arma, no entiendo nada de lo que dices.
- No esperaba menos de ti, Zara. Entender nunca fue tu fuerte - le dije, y acto seguido le pegue dos tiros en el pecho. Zara se tambaleo hacia atras y, luego de rebotar artisticamente contra la pared, cayo sentada, y eso fue todo. Espere unos minutos y nada: Estaba muerta. Fue casi decepcionante, pues yo esperaba que, de un momento a otro, comenzase a soltar pitidos y codigos de reparacion. Estuve sentado en la cama un buen rato, estudiando las particularidades del amante robot agonizante.
Luego de tirar el arma sobre la cama, donde el cadaver del robot yacia mas caliente que el de Zara, me dirigi al comedor y tomando a la pasada la botella de Vodka, todavia bastante llena, me dirigi hacia la puerta. Ya eran mas de las ocho. El Fenny's deberia abriria de un momento a otro. Todo iba de maravilla en el mejor de los mundos posibles.
1 comentario:
Como te dije, buenísimo!
Demasiado misógino y grosero para un "ATP"... Pero a la mierda con ello!
Además, una entretenida ironía crítica del positivismo de algunas ficciones... Definitivamente, nunca hay que desarrollar la inteligencia artificial...
Publicar un comentario