28 jun 2019

Aprendiz de Brujo

Los cálculos, los había revisado al menos veinte veces. Los resultados coincidían una y otra vez, con exactitud. Si pero ¿ y las cartas? También. Lo había repetido con varios métodos y siempre salia la misma tirada. La disposición de los arcanos variaba, por supuesto, pero de un modo tal que el mensaje venia a ser exactamente el mismo. Como si usase diferentes recetas para obtener el mismo resultado. Como si usara varias palabras para expresar exactamente el mismo concepto. Y, mas precisamente, como si utilizara diferentes mapas para llegar al mismo sitio desde diferentes caminos.

Y no eran solo los cálculos y las cartas. También estaban las  manos. Las manos eran también mapas que le marcaban el rumbo. Las formas entrecruzadas de la tercera y la séptima, correctamente interpretadas y sumadas al arco extraño de la segunda y la quinta, le arrojaban que el espacio y el tiempo eran propicios a un acontecimiento importante, a un hecho crucial en su vida.

Un experto en  solo alguna de las disciplinas que dominaba (y eran muchas) no habría podido ver el cuadro completo. Es cierto que algunas ciencias, mas universales que otras (como el Tarot o la Oniromancia) daban una visión mas amplia, mientras que las demás solamente indicaban partes o cuestiones del asunto. Las manos, por ejemplo, le habían señalado esos días como cruciales. Pero, ¿cruciales para que, en que sentido? Aquí se acababan las posibilidades del experto unidireccional. Era necesaria una sabiduría universal, es decir, compleja, múltiple:  manejar todas las disciplinas, conocerlas en detalle, para poder relacionarlas y entender el complejo mensaje. Aplicando sobre los pasajes del Apocalipsis ciertas claves del Numerorum Mysteria de Pietro Bongo fue que había descubierto el "donde", es decir, las coordenadas exactas. La ubicación misma reforzó su sentido de que el mensaje de las manos, las cartas y los cálculos estaba especialmente dirigido hacia el, pues el acontecimiento ocurriría en el almacén que quedaba, créanlo los escépticos, justo enfrente de su casa.

El viejo Schliemann había hallado Troya en Hisarlik siguiendo las claves (ocultas y no tan ocultas) contenidas en los libros de Homero, el genial poeta ciego. ¿Por que el no podía hacer lo mismo indagando en los libros de otro poeta, también genial, también ciego? Todo había empezado el mismisimo dia que, sentado en la chocolateria La Giralda, habia empezado (y terminado esa misma tarde) a leer "El Aleph". En esa epoca todavia desperdiciaba su tiempo estudiando Literatura Argentina como parte de su eterna licenciatura en Letras.

¿de que manera, mediante que método que lo había notado? Habia pasado tanto tiempo desde la revelacion de esa tarde que ahora no podía decirlo con seguridad. Quizas fue gradualmente, cuento a cuento. O quizás (esto le gustaba pensarlo) había sido en un fogonazo revelador de subita comprension. Un instante de explosiva claridad similar a la manzana de Newton o al Eureka de Arquimedes. ¿que es lo que habia descubierto? Sencillamente que "El Aleph" no era un libro de cuentos, es decir, una coleccion de historias que, aunque en algunos casos posiblemente solidarias, son autonomas y autoconclusivas. El Aleph no era una coleccion: Era una Novela. Una novela de tesis o, si se queria, un tratado. Una novela de aprendizaje, un mapa del Grial.

Bueno, en realidad no se mencionaba grial alguno. "El Grial" habia sido un termino que habia acuñado el mismo. Un guiño literario tal vez, pero de todos modos muy adecuado porque, ¿acaso era el grial mismo un grial? ¿era la piedra filosofal una piedra? ¿realmente era oro el oro de los alquimistas? Simbolos, metaforas, alegorias. Todos los misterios se expresaban en el lenguaje de la poesia, que siempre es claro para quienes tienen la luz pero oscuro para los que estan en tinieblas. ¿Que era lo que buscaban Arturo y Percival? No era imposible que fuese lo mismo que buscaba el. Despues de todo, ese tipo de milagros sobrevivia a traves de las epocas, eternamente. Un objeto infinito deberia de recorrer, en un planeta finito, infinitamente todos los lugares posibles. Dicho de otro modo: Era imposible que el Grial no hubiese estado ya casi infinitas veces en todos los sitios posibles. Era solo cuestion de saber donde estaba en cada momento... siempre y cuando se tratase de un objeto, por supuesto. Porque tambien podia ser una situacion: un entrecruzamiento de planetas, un dibujo en el cielo, una melodia en particular, la conjuncion de ciertas piedras, una tormenta. Y por supuesto que tambien podia ser una persona o un animal o un coral. Y mismo si era un objeto, no habia por que suponer que fuese un objeto particularmente importante. No tenia por que se la espada del Dios Martes que encontro Atila o el Caliz de San Jose de Arimatea. Quizas fuese una pequeña piedra perdida en la campiña de Bologna, o un cigarrillo tirado entre las calles de Shangai. ¿Acaso el Zahir no estaba en una moneda de 20 centavos? ¿Acaso el Aleph no estuvo, aunque sea un tiempo, en cierta escalera de cierto sotano porteño?

Por supuesto, todas estas eran especulaciones que el habia rumiado muchas veces, tal vez incluso las habia rumiado todas aquella misma tarde en La Giralda. Ahora ya podia descartarlas: Estaba un paso mas alla. Sabia que El Grial no era ni persona ni objeto ni situacion ni lugar: era todas ellas a la vez o por separado. Fuese lo que fuese, pasaba de una cosa a la otra de manera indistinta, fluida, incomprensible, indetenible. Era como un brillo que tanto estaba aqui como alla. Borges habia dado muchisimas pistas. El Zahir era una palabra arabe para "notorio" o "destacable", e incluso dice que "En tal sentido, es uno de los noventa y nueve nombres de Dios". Esto era claramente una metafora. Dios no tiene ni un nombre ni noventa y nueve. Si tiene un numero de nombres, es decir de atributos, este numero es infinito. Siguiendo la doctrina del gran Spinoza, ¿no podria pensarse que no son dos sino tres los atributos de Dios que podemos percibir, y de los cuales consta el Universo? Uno seria materia, otro seria la forma. La tercera, sea lo que sea, la cual podiamos identificar por una fascinacion o notoriedad inexplicable, era El Grial. Ahora comprendia que intentar explicar el grial seria como intentar explicar las nociones de forma o materia sin ayuda de ejemplos concretos. Pero mientras que estabamos rodeados de materia y de forma, el grial era esquivo de un modo tan fuerte como era concentrado su efecto.

Una moneda de 20 centavos en Buenos Aires, un tigre en Guzerat en el siglo XVIII, un astrolabio en Persia, una brújula en el siglo XIX, una veta en el mármol de un pilar en la aljama de Córdoba, el fondo de un pozo en Tetuán. Borges comenzaba su cuento con esta lista de objetos. Todos habian sido, en algun momento, de algun modo, por algun tiempo, El Zahir. ¿Como explicar la contradiccion entre la naturaleza divina del Grial y su aparicion discontinua en el espacio tiempo historico? El habia encontrado la respuesta en el estudio de la obra de Platon y de los filosofos posteriores que siguieron su ejemplo. Era la misma naturaleza material (espacio - temporal) de nuestro mundo lo que obligaba a las ideas perfectas a fragmentarse en unidades imperfectas pero complementarias. Del mismo modo que la luz debe reflejarse y descomponerse para permitirnos ver las cosas, asi tambien las revelaciones deben irse construyendo con la tediosa acumulacion de objetos, lugares, personas, situaciones, narraciones. Si, tambien narraciones. Ahora comprendia porque Borges jamas habia escrito novelas. El cuento era la unidad perfecta para expresar la fragmentacion del uno en sus diferentes configuraciones. La continuidad y el sentido general no podia ser brindada, regalada. Y justamente eso mismo era lo que hacia la novela.

Esa tarde comprendio el sentido general de la obra de Borges. Comprendio la enorme metafora que representaban sus cuentos. Comprendio que "la biblioteca de Babel" era metafora de metafora. Los distintos cuentos trataban todos de la naturaleza del Grial (Aleph, Zahir, La escritura de Dios, Averroes, Asterion) o de arquetipos de buscadores del Grial (El muerto, Emma Zunz, el Inmortal, Los Teologos). Habia varios elementos que se repetian hasta el hartazgo, en enigma y en espejo: el laberinto, el punto central, la ubicuidad, la inmortalidad y la venganza. Los primeros podia entenderlos como propios de la naturaleza del Grial encarnado o personificado. Pero, ¿que pasaba con la venganza? Era el unico punto que seguia manteniendose oscuro para el. Pero tenia una teoria: el Grial, fuese lo que fuese, podia usarse como un arma. Podia usarse para la Venganza. ¿Tenia el alguien de quien vengarse, alguien con quien hacer justicia? Por supuesto que lo tenia.

Entonces se decidio. Desde esa tarde se metio de lleno en las ciencias ocultas. Estudio durante años. Cabalistica, Numerologia, cualquier tipo de mancia o magia interpretativa. Capnomancia, Piroscopia, Hidromancia. Habia leido todo tipo de libros sobre el tema: desde los tipicos tratados comerciales de la Editorial Kier hasta los diccionarios de Colin de Plancy y la Divinatione Madre de la Supersticio, de Cicerón. Habia aprendido a encontrar un sentido en todas las cosas. Podia entender el vuelo de los pajaros y las entrañas de los animales. Podia leer tanto la borra del cafe como la forma de una nube. Encontraba intrincados sentidos Litomancicos en la posicion de las cosas y interconectaba mensajes ocultos en todos las obras de literatura que tenian cierta antiguedad o prestigio. Sabia que si habia descubierto la existencia del Grial, tarde o temprano lo encontraria, y que nada puede ser en el pensamiento del hombre sin que pueda realizarse en el mundo material.

Y asi fue. Poco a poco fue recibiendo las señales. Las primeras espaciadas por años. Luego fueron intervalos de meses. En el ultimo mes, los ciclos se habian acortado hasta casi desparecer. Tenia la sensacion de que todas las señales volvian juntas, clarificadas, potenciadas. Sentia que el tiempo mismo se aceleraba, que un velado ballet cosmico se acercaba a su gran final, que los astros de su existencia confluian en un punto unico e irrepetible, en un Kairos que tanto podia aprovechar como dejar pasar. Si fallaba, podria intentarlo de vuelta en esta vida o en las proximas. De lo que estaba seguro es de que era un buscador, un Parsifal moderno. Quien sabe, tal vez fuese el mismo Parsifal de la leyenda. Habia recibido la ultima señal en un sueño, esa misma madrugada. Ahora lo sabia: el Grial era ahora un objeto. Seguiria siendolo por un tiempo, al menos hasta el dia siguiente. ¿Donde estaba? Estaba en el almacen de enfrente de su casa. ¿cuando? Ahora mismo. Todo esto ya casi lo sabia antes. Pero ahora tambien sabia que era.

Se vistio sin prisa y bajo las escaleras. Recorrio el pasillo mirando el cielo aun encapotado por las lluvias de la mañana. Abrio la puerta y salio a la vereda. Miro al almacen, justo frente a su casa, solamente separado por la calle. Habia dos o tres personas comprando. Cruzo y entro.

El almacenero vio, mientras cortaba queso bien finito en la fiambrera, como aquel chico, que era cliente suyo y vecino del barrio, se metia inescrupulosamente una lata de atun en el bolsillo de la campera. Disimulo el asombro. No era la primera vez que alguien intentaba robarle mercaderia en las narices. Como si nada hubiera pasado el almacenero continuo atendiendo, uno a uno, a los clientes. Dejaria al ladron para lo ultimo.

Cuando le llego el turno, el chico eligio dos o tres cosas sin relacion aparente. El almacenero se dio cuenta de que parecia muy seguro. ¿acaso creia que podia robarle en su propio negocio? Ademas de almacenero, el almacenero era tambien administrador de empresas. Tenia el almacen hacia casi 20 años. Era conocido en el barrio. No iba a dejar que le birlaran mercaderia, ni aunque fuese una lata de atun.

El muchacho pago sus cosas e hizo el ademan de retirarse. El almacenero lo llamo por su nombre. El muchacho se detuvo, se dio vuelta, lo miro como diciendole: ¿en que te puedo ayudar?

- Y decime - dijo el Almacenero - ¿la lata de atun me la pensas pagar? -. El muchacho no se inmuto. Tranquilamente reviso en la bolsa de compras.

- No compre ninguna lata de atun - dijo.

- Por supuesto que no - dijo el Almacenero - Yo digo la que te metiste en la campera-. El muchacho lo miro sin expresion. No parecia nervioso ni avergonzado. A lo mejor le importa un pito si lo atrapo o no, penso el Almacenero.

- Pero si no tengo ninguna campera - dijo el muchacho. Y es cierto, no la tenia. El almacenero, evidentemente confundido, volvio a mirar al muchacho y pestañeo. Iba de remera. Una remera de greenpeace. Pero hace un minuto... no, hace apenas unos segundos llevaba puesto un campero verde. Era imposible que se la hubiese sacado porque, ¿donde estaba? ademas no habia dejado de mirarlo y no recordaba haberlo visto siquiera sacarse las manos de los bolsillos, salvo para pagar. Aun las llevaba en los bolsillos. ¿habria alucinado? Una parte de su cerebro le decia que asi era, que asi tenia que ser, que las camperas no aparecian y desaparecian por arte de magia. Otra parte, sin embargo, le gritaba con una voz muda y desesperada que pese a todo el chico habia entrado usando una campera y que se habia encanutado una lata de atun en el bolsillo derecho de esta.

- Cuando entraste, llevabas campera - dijo el Almacenero, mas queriendo convencerse que queriendo convencer al muchacho.

- Pero si ni siquiera entre - dijo el muchacho.

- ¿sos tonto? - dijo el Almacenero - Si me acabas de comprar... - Pero era cierto. Estaban afuera, en la vereda, parados uno en frente del otro. La bolsa que colgaba del brazo del muchacho hacia apenas unos instantes habia desaparecido.

- Buen dia - dijo el muchacho, y cruzo la calle hacia su casa. Bien - penso el muchacho - Fantastico. El grial efectivamente puede usarse como arma. Puede usarse para muchas cosas. Usualmente lo consultaria con los grimorios, pero ya no los necesitaba.




3 comentarios:

Jora dijo...

¿Y entonces el Grial era la lata de atún, lo que estaba adentro, era algo más, era el papel envoltorio de fiambre? Misterios que quedarán en la incógnita…

PunPun123 dijo...

El grial era definitivamente la lata de atun. No se si era lo que estaba adentro o la lata misma. Me limite a concebirlo como objeto. Todo partio de que la otra vez una vieja se quizo robar una lata de atun en lo de Leo y me parecio que podria haber una explicacion mas interesante que la cleptomania o el mero interes economico. Entonces se me ocurrio que tal vez la señora tuviese razones profundas para querer esa lata especifica. De ahi en adelante las asociaciones me llevaron casi inmediatamente a Borges y Lovecraft. Me decidi por Borges porque conozco mejor la obra.

Anónimo dijo...

oh sebastian, gracias

necesito ponerme en contacto con vos
de forma anonima
podemos ir a un chat publico
espero tu mensaje