16 feb 2017

Noche Cerrada

La carpa era una boveda, y el cielo era otra. Yo estaba en la carpa, y mi corazon era una boveda en otra boveda en otra boveda.
Noche cerrada, y por suerte no estoy estaba solo.
- Imaginen ver la carpa desde arriba - dijo Calac.
- Tomen conciencia de donde estamos - lo segui.
- En el medio de la nada - Agrega Calac. con sonrisa maligna.
- Totalmente peligroso - remate con expresion lugubre.
- ta gueule, pelotudos! - clamaron al unisono Annie y Pauline.
La carpa era el ultimo fuerte antes del gran desierto. Afuera, mas alla del frio y de la laguna, acechaba el Malon. Un malon de posibilidades peligrosas. Solo la debil pared de la tela impermeable, como asi tambien la falsa seguridad de nuestros sacos de dormir, nos separaban de la idea de muerte. Algo acechaba detras del pensamiento diurno, algo que marcaba aristas y sombras amenazantes detras de la psicologia del chiste.
Las cartas españolas estaban desparramadas sobre el suelo de la carpa, entre los aislantes, las mochilas y los sacos de dormir, formando un extraño dibujo. ¿algun circulo de proteccion? Los caballos salvajes relinchaban demasiado cerca, y el peligro de una estampida asesina era inminente. Los galopes, freneticos, se sentian en la oscuridad.
Cartas y Chistes aparte, nuestra unica proteccion real era la cuaternidad, nuestra cuaternidad. La cuaternidad era lo que nos habia llevado hasta ahi, y era la que ahi nos sostendria, la que nos llevaria a un final de termino.
Teniamos que estar los cuatro, Calac, Pauline, Annie y quien les narra. La cuaternidad no era la burda suma de 4, pues asi como el todo es siempre mas que la suma de las partes, asi tambien la cuaternidad era algo diferente a esas partes que eramos cada uno por separado. Formar una totalidad es pintar un cuadro, y nosotros lo habiamos hecho casi a la perfeccion, y en tiempo record; Y en el camino, y naturalmente. Funcionaba a la perfeccion, nuestra cuaternidad: Calac como Norte, Yo como Sur, y les filles como las alas del avion. Ese era el mandala que le ofreciamos a un observador hipotetico que nos estuviese mirando desde arriba.
- Y sin embargo, ¿que hace esa camioneta sobre la ruta? - pregunte, un poco en serio un poco en broma.
- Debe haber parado a cojer - propuso Calac.
- Se nota que no hay buenos telos en Esquel - dije tapandome hasta los ojos con mi saco.
- ¿que es un Teloú? - bisbiseo Pauline. Silencio Expectante, Explosion de Risa por parte de Annie, que no obstante no entiende la causa del silencio, pero asi y todo algo intuye. Les Filles esperan una definicion de la RAE.  Con Calac procedemos, como buenos paisanos, a explicarles la idea Platonica de telo, a marcar patentes sus diferencias con un hotel, a ilustrar enciclopedicamente el caso con ejemplos generales y anecdotas propias, hasta trazar un rico cuadro que si bien (no estamos seguros) no satisface a les filles, al menos si las divierte. La cosa dura hasta que las risas estallan de vuelta y un ce suffit! nos condena a cambiar de tema o al ostracismo.
Entre las risas que aun duran, miro disimuladamente sobre mi hombro. Lejos aun, pero no lo suficiente, las luces de la misteriosa camioneta detenida me observan como los ojos de un animal.
- Esa mierda de camionetita sigue ahi - digo con fastidio.
- Dejala tranquila - me conmina Calac.
-Juguemos al Presidént - propone Pauline desde su cara de nena con ganas de dormir.
- No puede ser que este cogiendo ahi, con este frio - me obstino - ese hijo de puta nos vio desde la ruta y freno.
Iba a agregar : "de lo contrario no tiene sentido que este ahi..." pero por alguna razon, me contuve, quizas presa de la vieja supersticion de que no nombrar el peligro ayuda a conjurarlo. Pero la imaginacion es siempre mas rapida que la palabra, e imaginar un tipo, solo, sentado en completa oscuridad, esperando, fumando en la camioneta y observando fijamente la carpa en donde estabamos, bueno... no me hacia ninguna gracia.  ¿pero por que un tipo, y por que fumando, y por que mirando la carpa?
- Aqui no se puede acampar, ¿llamara la policia? - dice Pauline, eligiendo sin saberlo la posibilidad mas tranquilizadora.
- Ya, Chicoús, que están tontós - dice Annie, intentando poner orden con un stacatto de risa salvadora.
- Tendriamos que juntarnos mas, por seguridad - propone Calac oportunamente.
- Si si, estrechar el circulo magico - digo yo.
Mocion aprobada por unanimidad, rapida ejecución, y quedamos todos rodilla con rodilla, codo con codo, cabeza con cabeza. Calac rodeaba a Annie y yo a Pauline, paternalismo criollo presente. Despues de todo estabamos en suelo patrio, y habia cierta responsabilidad de nuestra parte. Ambos habiamos leido el Martin Fierro y sabiamos que en ultima instancia un poncho y un facon son suficientes para resolver casi cualquier cosa. En la mochila teniamos un buen cuchillo de hoja de sierra. Calac me mira e instantaneamente comprende.
- Anda y tirale una piedra al hijo de puta - me dice.
- Va a aprender a no romper las pelotas - digo, amagando a salir del saco.
- Amedrentelo con el facon, amigo Cruz - me alienta Martin Fierro.
- Aqui me pongo a Cantar - comienzo a recitar alargando la mano hacia donde se ubica el cuchillo, pero Pauline, que no en vano es bilingue y "entiende todoú" me frena en seco dandome un correcto puñetazo en el hombro, a la vez que en una mueca de risa abre amenazantes sus ojos todos. Annie la mira divertida pero sin entender, y entonces les filles se arrojan entre si rapidas y codificadas sentencias en el idioma de Baudelaire, para luego mirarnos y dictaminar unanimemente
- C'est Fini!.
Para cuando volvi a mirar, la camioneta ya no estaba.



No hay comentarios.: