Tu cuerpo lánguido
se yergue sobre la cama
como un atardecer
se posa en el agua
y tu corona fluye
serpentea sobre la sabana
como bajan los ríos
de la magnifica montaña
y tu mano, aburrida
se balancea como lo haría
un pájaro en la cornisa
de la torre de mi alma
y aquí o allá
todo tu ser va cayendo
como la nieve en el bosque
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