Hay algo con las palomas.
Aunque no son palomas.
Es mas bien un aleteo, un aleteo como de paloma.
O no es tanto un aleteo, sino la sensacion de un aleteo.
Algo como espantar ratones,
o ser perseguido por avispas.
Y ni siquiera eso.
Es un panico, o lo que esta justo antes:
la terrorifica puñalada
el calambre
la violenta nausea que sentimos
en el instante mismo
en que se empieza a mover
(¡y solo es un temblorcito!)
el primero de los naipes
que componen el castillo
algo asi como el horror a la mano
que dispersa el enjambre
o borronea el dibujo en la arena
o que sacudiendose ante la frente
desintegra un sueño
lo devuelve al vacio
y sanseacabo.
Es el terror, el horror a la mano.
Pero tambien su deseo.