Volaba.
El cielo era azul y límpido, de un celeste brillante. Maravilloso.
De
repente tenía frio. ¿sería invierno? A lo mejor era porque iba desnudo. Penso que a lo mejor no se
podía volar vestido
.
Nunca había volado así que todo era posible… ¡Era fantástico! ¡El sol era
esplendido, el cielo infinito! Pero volar era difícil ¿cómo lo hacía? No tenía
idea, pero, de cualquier modo, no podía mantenerse, no duraba. Le faltaba algo,
algo se acababa, perdía altura. Y ahora caía. caía interminablemente: caía,
caía, caía. Negrura, Oscuridad.
Después
soñó que nadaba. Mil cuchillos helados, finos como agujas, entrando en el
cuerpo al mismo tiempo. Un dolor espantoso. Sobre todo, en las muñecas
agarrotadas y en los tobillos quebrados. En las costillas también. Donde se
imaginaba que tenían que estar las costillas sentía un montón de vidrios rotos
que lo cortaban y (cosa rarísima) lo quemaban por dentro. Era imposible que ese
cuerpo que le dolía tanto fuese el suyo, imposible. ¿cómo iba a ser suyo si
hacía unos instantes nada más había estado volando? No podía respirar, no
respiraba. Manos horrendas lo arrastraban al fondo. Las sentía. Gélidas y resbalosas.
Quería moverse y no podía. Descubrió que se ahogaba, ¡se estaba ahogando!
¡No, por favor, no! – Intento gritar, pero en vez de palabras salio un chillido que inmediatamente quedo silenciado. Se le lleno la boca de agua. Se hundia y no podia hacer nada. Se revolvio varias veces, pero era inutil, era como girar en el vacio, en un vacio acuoso y helado.
¡No, por favor, no! – Intento gritar, pero en vez de palabras salio un chillido que inmediatamente quedo silenciado. Se le lleno la boca de agua. Se hundia y no podia hacer nada. Se revolvio varias veces, pero era inutil, era como girar en el vacio, en un vacio acuoso y helado.
La conciencia le volvio de
golpe. Tenia las manos atadas, los pies atados, las rodillas rotas. Recordo que
antes de salir le habian dado algo, una inyeccion. Fuera de eso, no recordaba
nada. Entro en panico inmediatamente.
Se moria, sabia que se
moria. Hizo fuerza con los brazos casi hasta reventarse las muñecas. Era
inutil. El cuerpo no le respondia bien. Eso que le dieron le habia adormecido
todo. Abrio los ojos pero estaba ciego. Un enorme manchon borroso de color
marron caca lo cubria todo.
Lo sorprendio la rapidez con
la que se hundia. Como si fuera un cadaver. Como si fuera de plomo. ¿le habrian
atado piedras por algun lado? Sintio en la boca el gusto a sangre mezclado con
tierra y con otro gusto dulzon.
- Estoy en un rio – llego a pensar. Pero eso fue
todo. La claridad comenzo a irsele con el aire. El recuerdo de la tortura de la
ultima semana le vino en una negra oleada de fragmentos inconexos y confusos
como retazos de una pesadilla.
En el ultimo momento volvio a
pensar que no, que no podía ser, que como podía ser que se estuviese ahogando.
Se aferraba a que volaba, a que era un pajaro que se habia quedado dormido en pleno vuelo, a que
el sueño, la pesadilla, era esa en la que se hundía.
Una voz en su cabeza le dijo fuerte y claro algo que seguramente habria leido cuando cursaba medicina: “Es posible reanimar a un cuerpo del ahogamiento, sobre todo si el cuerpo es joven y esta en agua muy fría”. Tuvo un brote de esperanza. Intento sonreír. Tal vez alguien lo había visto caer. Tal vez alguien lo encontrara. Tal vez si pudiera aguantar unos segundos mas… alguien vendría… por favor… alguien…
Una voz en su cabeza le dijo fuerte y claro algo que seguramente habria leido cuando cursaba medicina: “Es posible reanimar a un cuerpo del ahogamiento, sobre todo si el cuerpo es joven y esta en agua muy fría”. Tuvo un brote de esperanza. Intento sonreír. Tal vez alguien lo había visto caer. Tal vez alguien lo encontrara. Tal vez si pudiera aguantar unos segundos mas… alguien vendría… por favor… alguien…
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